Gudako en la placita (Jellal)

Era una tarde soleada, el viento se notaba fresco e invitaba a pasear por la placita,  asi fue como al ver el dia la joven pelirroja se aventuro y salio a pasear en dicho lugar. Al ver como era aquel sitio no dudo en echar un vistazo a todo lo que le parecia intersante, su curiosidad era tal que admiraba todo el rederor  buscando asi a un amigo que le ayudaria a conocer mas del lugar se pregunto as misma -- ¿donde estara metido aquel sujeto? me pregunto si lo hallare en este lugar--

Al buscar por toda la placita, en algun sitio en particular se lo debia encontrar, asi curoseando se topo entonces con la persona que ella estaba buscando --¡oh fijate por donde caminas!--  al mirar hacia arriba se percarto que era a quien ella buscaba, un joven de pelo azul y con una marca en el rostro y de ojos verdes pero serio y fuerte así pues, mirandolo lo abrazo y lo invito a tomar una bebida y asi explicarle el lugar.

Una tarde con sol común y corriente. No había nada de especial. El viento soplaba una brisa tibia que hacía volar sus flequillos azules. Jellal, como de costumbre, paseaba de un lugar a otro en la Academia para tratar de calmarse un poco como siempre. A veces pensaba en Erza, y otras veces pensaba en ese vampiro de cabellos púrpuras. Era difícil tratar de mantener esa mente suya tranquila, porque a decir verdad se sentía sumido por el caos.

De pronto, alguien chocó con él, y una voz lo increpó. Una voz que conocía ya muy bien. Dirigió sus ojos verdes hacia ella, y ese cabello rojo fue lo primero que pudo reconocer. Una sonrisa ladina se germinó en su rostro. — Gudako, — mencionó el joven y la abrazó apegándola a su pecho. — No te veo de hace mucho. Por fin decidiste venir a la Academia Legacy, — y esa era una decisión bastante difícil porque salvar a la humanidad siempre será una tarea tan ardua como peligrosa. La última vez que la vio fue hace como un año, mientras estaba de viaje en Tokio. Al parecer ella pertenecía a una organización de magos. Se hizo buenos amigos con ella y cenaron juntos comida tradicional japonesa. Fue una muy bonita noche.

— Si ves a alguien de Merak, me debes avisar, — comentó separándose del abrazo — Tengo un poco de sed. El sol está muy fuerte, — de pronto, el peliazul estornuda y se cubre con el antebrazo. — Perdón, — espeta; y camina junto a ella. De verdad era un placer tener a Gudako, pero solo se preguntó si Gudako convocaría a uno de sus servants. Esto era realmente complicado.

—¡Jellal... Jellal amigo, eres tú! Cuanto tiempo sin verte desde cuando, ¿desde tu visita a tokio, si mal no recuerdo?. Asi es, acabo justamente de llegar a Legacy. Y por lo visto, es tal cual me habias descrito anda vamos a beber algo y a probar lo que tienen aqui, ademas de que me mostraras el resto del lugar.. ¡Quiero saber como es y quienes habitan tan agradable sitio por favor! Hace calor y quiero aprovechar cuanto sea posible, al fin llegue a un sitio que promete mucho, y asi mismo tambien yo hare lo posible por cumplir las reglas del lugar. Sera fantastico comenzar el tour y que mejor que en tu compañia amigo, asi sera mas divertido, una nueva aventura para esta maga y toda una experiencia—

Respondio al estar frente a su amigo de ya tiempo atras, mirandolo a los ojos los cuales se veian brillantes pero que, a su vez reflejaban un poco de nostalgia pues era mucho el tiempo que transcurrio para volverse a ver nuevamente. Y cual si fuese una película de drama, le abrazo encariñandose a éste como si no hubiese un mañana, pues era la forma que encontraba para recordar el lazo que se forjo de una gran amistad que era indestructible. Pronto la pelinaranja dejo de abrazarle y asi tomándolo del brazo, lo jalo un poco casi arrastrándolo para que su joven amigo le mostrara el resto del lugar, mientras la brisa del aire tibio pegaba en sus rostros y el sol con su calor comenzó a derretir a los dos jovenes. La chica comenzo a sentir sed y hambre y se abrazo del brazo de su amigo presionandolo un poco, para avanzar y asi continuar con la excursión por el lugar.

—¡Anda Jellal, vamos camina!, por favor no te preocupes por nada, si llegara a ver a alguien que no pertenece a la académica Legacy, algún enemigo tuyo.. ¡¡yo te informaré, y con gusto te ayudare!!. Mas aun si es alguien de Merak. Pero ahora anda, hace mucho que no te vo y aun quiero conocer todo el lugar... Quiero y deseo que me muestres todo lo que hacen aqui, cuentame como te ha ido y tus aventuras en la academia Legacy, de tu amistad con los demas miembros, tus compañeros.... ¡Todo absolutamente todo, lo que se relacione a este lugar! Estoy ansiosa por conocerlo todo. Perdoname si estoy exaltada pero ha sido mucho el tiempo que no te veia y ahora que estoy aquí el lugar es sorprendente, por favor disculpa si me encuentro muy emocionada —

Apenada se mostro la pequeña señorita, y pronta se disculpo con su amigo de cabello azul, pues la joven solamente mostraba su emocion por aquel reencuentro amistoso, ademas de que era el calor del sol la que hacia que ella quisiera aprovechar el tiempo al máximo, recordando anécdotas de un pasado que se hacia un presente mas fructuoso. No era la intención de esta parecer melosa sin embargo, su carácter lleno de curiosidad le hacia mostrarse lúcida y llena de vitalidad con ganas de aprender sobre lo que ella creia interesante, pero que se apagaba brevemente y por corto tiempo, pues no contaba con ningun servant a su servicio de momento. Pese a pensar en como le haría, decidió que por ahora solo le quedaba disfrutar su estancia en la académia y despues dar continuidad a su misión. Diciendo todo esto, el sol con su poderosa luz y los iluminó por completo, las nubes se hacian presentes para refrescar un poco el ambiente, pues estas estaban tan blancas y esponjosas como algodones dando asi un poco de sombra haciendo del viento algo menos tibio pero mas agradable para el lugar y aquella escena, dando paz a todos los que habitaban la placita y asi también la academia junto al par de amigos que se veian caminar tranquilamente.

Verla así le producía un gozo inigualable. Le parecía increíble tener a una de sus amigas de toda la vida, si no la más grande, acá en la academia. Sus ánimos prendían una pequeña chispa en el corazón de Jellal, el cual tenía una visión negativa y turbia de muchas cosas de la vida. Gudako le tomó del brazo y él se sonrojó para rascarse la cabeza.

— Últimamente he sentido que necesito una luz en mi vida llena de oscuridad. Gudako, dame de tus ánimos para ser feliz, — comentó el peliazul con una sonrisa, pero no cualquiera. Era una que transmitía cierto dolor e incluso angustia. A veces no podía dormir al pensar en su pasado, y además, cuando se imaginaba el futuro lo único que su mente concebía era la muerte. El muchacho suspiró y siguió el juego de la pelirroja. De verdad, ella podría levantar su corazón con sus ganas por la vida. Esas ganas de ser feliz y saborear lo que este mundo tiene para nosotros.

Entonces, ambos llegaron a tres máquinas expendedoras. Como los alumnos de la academia no tenían nada que pagar, Jellal sacó dos refrescos, dos paquetes de galletas y cuatro sandwiches. Lo repartió con Gudako y ambos se fueron a sentar a un banco próximo. El paisaje era difícil de verbalizar con palabras mundanas. Estaban en una placita de árboles grandes y el imponente castillo estaba justo a sus pies. — Ésta es la Academia Legacy. Aquí estudiamos los magos, guerreros, arqueros... Aquí hay humanos, ángeles, espíritus, vampiros. Vamos a clases para aprender y así proteger este mundo del Internado Merak, que son unos abusadores de personas, — sí, efectivamente. Ese tal internado eres un dolor de cabeza constante para todos los legacianos.

— Yo a veces me pregunto si el dolor y el sufrimiento tendrán fin solo si me muero. Sin embargo, prefiero vivir con dolor y hablarte, a que morir y no poder beber un refresco de cola contigo — de forma serena y triste. Al menos se conformaba con tener a sus amigos, y que podían confiar en el mago. Estaban bajo la sombra del árbol, y eso a él lo refrescaba mucho más. Cerró sus ojos por un momento y saboreó con más análisis el queso y el jamón. Un sabor algo chicloso y salado, con algo de mantequilla, y lo esponjoso del pan.

Esta clase de momentos hacían que Jellal valorara su vida.

-¡Oh jellal!, cuanto tiempo llevas aqui en Legacy, es precioso mira cuantos magos y criaturas hay habitando el lugar, de haber venido antes seguro la experiencia seria otra-

Exclamo la pelirroja mirando a su amigo, mientras comian y bebían disfrutando de la vista. La chica estaba maravillada con los personajes que pasaban en los corredores en las oficinas y los salones de la academia, no podia creer la diversidad entre criaturas mágicas y humanos con poderes misteriosos para ella era un mundo donde todo era posible y en la que claro los peligros eran mayores.

-sabes algo... jellal.... en un mundo asi donde hay más de un mago o criatura magica, me pregunto quien sera el mas fuerte Que el más poderoso y asi-

Admirando a lo lejos y a ratos mirando a su amigo, se imaginaba tntas cosas que apenas prestaba atención y tomando a jellal del brazo sonreia y le preguntaba tanto como podia pues siendo su primer vez en aquel lugar, todo le asombraba pero no se alocaba solo sentía curiosidad y admiración junto con algo de respeto por cada uno de los integrantes de la academia.