Clase de artes Defensivas y Curativas (Cupo completo)

Lady Bianca entró a la clase, andando con parsimonia a la aún vacía clase y abrió las persianas para que entrara el sol de la mañana. Los rayos de sol colándose por las ligeras nubes del cielo daban un aspecto de sosiego y paz interior que la relajaban. Esperaba que su primera clase ahí fuera igual de relajada. Se sentó en la mesa y de su bolsa sacó alguno de sus libros. Miró la pizarra y se levantó, agarrando una tiza, y escribiendo con una letra redonda, elaborada y rápidamente el siguiente título: Clase de artes Defensivas y Curativas: introducción. A los alumnos que hoy viniesen a su clase, les introduciría al mundo de la magia de la luz, esperaba que la gente estuviera interesada en ella.

Suspiró y se acercó a una ventana. En el fondo se veía bastante gente, por lo que se podía apreciar, en esa academia las clases eran optativas. Estar de nuevo en una academia le recordaba a su época, en la que estudió esa misma magia... Eran unos buenos tiempos. Quizás con sus clases podría infundir la buena voluntad suficiente como para que la ayudasen a parar esa guerra. Aunque eso no era lo que conseguiría en la primera clase, en ese tema tenía que tener tacto. Y quizás en un futuro podría enseñarles algo de magia ofensiva de la luz, quien sabe. Eso se vería ya en el futuro.

Se acercó de nuevo a su mesa, agarrando uno de los libros y leyéndose el título. "El escudo de la gran Selûne". Ese libro trataba de como la primera reina de la actual ciudad fundó un lugar paradisíaco para vivir. Siempre se preguntaba si esa historia seria real. A parte de la leyenda, también habían escritos conjuros avanzados sobre protección, así que este libro de momento no lo usarían. Agarró el segundo: "Sobre la luz y sus funciones"... Si, ese libro serviría. Eso era para principiantes, y explicaba las cosas muy detalladamente. Había hecho bien en llevarse libros de la biblioteca real. Cerró el libro al oír la puerta abrirse detrás suyo, y le dedicó una sonrisa a los recién llegados

Bienvenidos a mi clase. Por favor, tomad asiento

Les indicó con la mano, y en la pizarra debajo del título, escribió su nombre

-Corría por los pasillos a toda prisa, no había dormido en toda la noche así que estaba completamente desubicada, si se hubiera detenido a mirar el reloj se habría dado cuenta de que iba a muy buena hora, entró de manera repentina al salón y se sntió bastante estupida al darse cuenta de que la unica en el salón era la profesora, se ruborizo bastante, estaba avergonzada y cerró la puerta con delicadeza, acercandose con timidez al escritorio.-

>>B-buenos días... mi nombre es Karina... K-karina Zeedom...

-Hizo una especie de reverencia y se sentó en una de las bancas del fondo, había algo en la profesora que le inspiraba confianza, su mirada dulce y... ¿Su aura..? Esa luz radiante alrededor de la mujer... ¿Era un ángel?Parecía que si, podía sentir su dulzura su bondad, creaba incluso un ambiente agradable. A ella le gustaba la energía que emanaba de aquel ángel, sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a cabecear en la banca... tal vez podría dormir un poco mientras llegaban los demás alumnos a la clase.-

Nuevamente la temporada de clases iniciaban, caminando tranquilamente por los pasillos, Momo ya había oído sobre la nueva maestra Bianca, entre los registros que archivaba, la nueva profesora paso por sus papeles, por lo que leyó, parecía ser una persona bien dotada en lo que hacia, sin contar que de inmediato le agrado que la pusieran en la división de los ángeles, no es como si las demás divisiones no le agradara, pero era como un encanto tener a un ángel mas junto a ellos. Hoy era el día en que tomaría su clase, siendo la presidenta estudiantil, sabia la hora, sala y tema de la clase, por lo que no se apuro en salir de su habitacion, a buena hora y quizás sobrando. Llegando dio dos toques a la puerta anunciando su llegada para luego entrar de lo mas normal, notando a la maestra con lindas facciones frente al pizarron.

— Buenos días maestra —

Vocalizo sonriendo mientras se inclinaba un poco para luego tomar uno de los pupitres de adelante, antes de poder sentarse vio que al fondo se encontraba aquella linda chica tímida con la que estuvo de nueva cuenta juntas en una clase, si no recordaba mal era en la clase del sospecho Shigaraki. Tres ángeles en la sala, eso sonaba como un cumplido, la pequeña parecía tener sueño lo que le hacia lucir adorable, sin importar si Karina la vio o no, Momo levanto la mano saludándola mientras sonreía y tomaba asiento. Esta era la clase de defensas y curativas, el poder sanador un ángel lo tiene como atributo natural, no sabia que se podía enseñar, aunque tal vez las maneras tradicionales o llevando químicos u objetos medicinales del siglo actual; cosas de ese estilo siempre vendría bien, de todas formas, todos en esa academia tienen, misiones, aventuras en las cuales la mayoría salen lastimados, esta clase seria buena para todos aquello que necesiten primeros auxilios sin tener a un ángel a su lado.

-El pequeño comandante avanzaba tranquilamente por los pasillos de la academia, sabía que debía acelerar el paso, pero el hecho de que hubieran tantos alumnos rondando por los pasillos... no ayudaba en absoluto. Sin embargo, aún llevaba buen tiempo, así que no llegaría tarde a la clase, pero si probablemente cuando estuviera cerca de comenzar, esto lo tranquiliza pero a la vez lo molesta, pues se le enseñó que un comandante nunca debe retrasarse. Además de eso, había otra cosa que lo incitaba a llegar cuanto antes al aula,  no eran las ansias de aprender, ni nada por el estilo... sino que, detestaba las miradas de los alumnos, la forma en que reian al verlo pasar junto a ellos, ¿Cual era la gracia? ¿Tan raro era ver a un militar en la academia? ¿O acaso era su edad motivos de risa? Para ser honesto, no lo entendía, pero tampoco quería hacerlo, solo ignoraba lo más que podía todas esas miradas "acosadoras".

Al entrar al salón, mira con indiferencia a las dos chicas que esperan por los demás compañeros de clase, les presta poca importancia, pues se dirigió de inmediato al escritorio para presentarse ante la profesora. Por alguna razón que no entendía, la mujer le inspiraba confianza y una tranquilidad enorme en el alma. No se explicaba esta sensación, pero el aula se sentía ligera y al parecer esta misma energía irradiaba de las otras dos chicas... pero ¿Por qué?-

> Buenos días profesora, mi nombre es... -Se queda pensativo un par de segundos, ¿Cual era su nombre? Por lo general lo unico que escucha es "comandante" o "quimera" como suele llamarlo el Rey P, sin embargo, en sus registros no hay un recuerdo claro que le indique cual es su nombre... entonces vienen a su mente aquellas pesadillas, auqella mujer de cabello castaño que pasea por un campo de girasoles... y lo llama y lo invita a ir con ella. Al reaccionar, sacude la cabeza ligeramente y vuelve la fría mirada a los ojos de la profesora.- >... Claus... M-mi nombre es claus...

-Sin nada más que agregar, se aparta y se sienta en una de las bancas del centro, aun sin entender lo que acababa de pasar... ¿Realmente ese era su nombre? Bueno... en parte... que más podía importar, si iba a estar ahi, no podía decir que no tenía nombre y que solo le llamaran comandante. Después de un rato, intento despejarse, estaba en clase, no podía ponerse a pensar en cosas tan estupidas, no era propio de él, saco una libreta y un lápiz recien afilado de la pequeña mochila que llevaba consigo, acto seguido, anoto el nombre de la profesora.-

-Alcanzó a saludar a la idol, moviendo la mano de lado a lado con cierta timidez, a decir verdad, la levantó apenas un poco, lo suficiente para hacerle saber que se percató de su saludo, pero poco despues por fin se quedó dormida, despertando cuando la profesora etsba dando la clase, se sintio un tanto frustrada, y tratando de disimular, sacó su libreta y un lápiz, anotando unicamente el nombre de la profesora, de resto, un inmenso mar de garabatos, que un rayoncito, que un dragón, que un personaje de videojuegos, y así, pero escuchando atentamente las palabras de la maestra. La clase le agradaba, aprendería a controlar mejor su magia, y tal vez hasta dejaría de cansarse tanto al sanar a alguien, como le pasó la última vez... con... él... se quedó pensativa un par de minutos, totalmente distante... recordando lo que vivió hace apenas unos días en los invernaderos. Inevitablemente sus ojos se llenaron de lagrimas, pero despues optó por volverse a la clase tratando de distraerse de los malos recuerdos.

¿Preguntas? ¿Haría bien si preguntaba a cerca de su cansancio extremo a la hora de usar su magia? Decidió dejarlo, tal vez sería más conveniente hacerlo cuando la clase terminara, pues sentía vergüenza de que los demás se enteraran de su condición, sentía que era un tema bastante personal y así, meh, tonterias de ella. Después de un rato se recargó en la paleta de la banca, examinando por primera ocasión al resto de sus compañeros, la idol, tan alegre y energetica como siempre, ¿Mmmm? ¿Qué hacía ahi el droide? Por la vez en que cruzo caminos con él, estaba más que segura que no estaba interesado en aprender sobre el tema, pero quien sabe, aun así no se podría esperar una excelente actitud de él, eso lo tenía más que claro. ¿Quién era el pequeño del casco? Se veía tierno con esas ropas, sus ojos se iluminaron y sonrío mientras lo miraba, le daba ternura, a decir verdad, a ella le encanta convivir con los pequeños, siempre despiertan su "lado guardian" y sacan lo más dulce de ella. Aún así, por alguna razón le intrigaba, sentía que era humano, pero a la vez parecía estar vacio... como si algo en él estuviese roto. Decidió dejarlo para después, pero no podía evitar mirarle por momentos, vaya que era una monada.-

Ya sentada en su pupitre, saco unas cuantas cosas de su mochila que llevaba en la mano, una libreta y un boli era suficiente por ahora, en eso, alguien mas entro a la sala, aunque no se dio cuenta que una persona había entrado hasta que escucho la su voz dirigiéndose a la maestra Bianca. Momo bajo un poco la cabeza y vio a un pequeño que por como se presento, tan recto e impecable actitud, se llamaba Claus, para la rubia, ese nombre era tan genial, era como en los libros de Gran Bretaña que leía, su personaje, 'Niklaus' era su favorito. Abandonando esos pensamientos Momo noto como el pequeño Claus la repasaba con la mirada fría sin vida, antes por las ropas, pensaba que era un hombrecito militar con baja estatura, un 'Napoleón' y aunque la verdad es que Napoleón nunca fue un hombre de baja estatura, en los errores de la historia quedo así,  bueno no había necesidad de explicar esas cosa, sin embargo cuando lo vio, parecía un niño no mayor de once años, de cierta forma esa mirada su cuerpecito pequeño y un tanto llenito, le fue la cosa mas linda y ruda que ha visto, a la idol le brillaron los ojos mientras lo seguía viendo cuando escucho una voz familiar, no cabía duda alguna.

— Hola Liam —

Vocalizo la ángel sin quitar sus ojos grises en los del bajito muchacho con una sonrisa. Liam, el algo excéntrico chico que la enseño a prácticamente no hacer el ridículo en unos de los eventos de música mas importantes, había asistido a la clase de Bianca, fue una sorpresa, ya que antes nunca lo había visto en clases y por como lo encontró ese día en el gimnasio, parecía que siempre se saltaba las clases, aun así, fue bueno verlo ahí. La maestra con lindas facciones, dio inicio a las clases, Momo quedo maravillada en su forma de enseñar, una manera muy atendible, impecable, calmada, con mucha delicadez en su forma de hablar y en sus gestos, realmente parecía una persona angelical, de esas que te trasmiten paz; no recordaba haber tenido una clase tan -por así decirlo- a la altura, desde que 'Alice' se fue, ella era una de sus maestras que aunque aveces era algo alocada, conservaba su posición.

— Respecto a lo que dijo  ¿que tan al extremo podemos llevar la habilidad de sanación? Quiero decir, para los que tienen el poder de curar, llevarlo al extremo.. ¿Alcazaria el deseado poder de revivir a una persona? —

Momo se puso de pie después de haberle llamado la atención aquella afirmación que menciono la maestra, siendo un ángel cabo, quería saber si había posibilidades de llegar al poder de traer a una persona o ser viviente a la vida, por supuesto que hay pócimas y otros químicos, como también la magia prohibida, sin embargo eso llevaba un precio siempre y en varios -por no decir en todos- casos, terminaba en epidemias como las de los zombies. La rubia sintió que debía sacarse de esa duda,, sin mencionar que era algo importante para ella, si encontraba a su padre y este estuviera muerto ¿podría traerlo de vuelta a este mundo? era lo que mas deseaba y de lo que mas se arrepentía en su vida.

-Para ser honesto, no prestó atención a la siguiente persona que entró al salón, pero al ver que la profesora dió inicio a la clase, se sintió muy avergonzado, ¿En serio él se había retrasado tanto? Eso no hablaba nada bien de él. - Tranquilo, no estas en una reunion con el Rey P, no van a regañarte... trata de disfrutar este tiempo de libertad... ¿Está bien?" -Sonrió para sí mismo, tratando de calmarse, y hacerse creer que todo estaría bien. Por ahora funcionaba, al menos había dejado de temblar. Miró al rededor un par de segundos, tratando de memorizar los rostros de sus compañeros, en caso de que llegara a toparselos después, ¿Quería recordarlos? Muy raro de él, pero si estaría en la academia, al menos debía intentar llevar una vida "normal", por mucho que le costara socializar y encariñarse con las personas, pues bien se lo advirtio el Rey P, en el estatus en que se encontraba, no podía hablar con nadie, debía mantenerse aislado, eso facilitaría la orden "Matalo" en caso de que quisiera defender a aquella persona.

Volvió la mirada al frente en cuanto la profesora se dispuso a hacer la primera pregunta de la clase, en realidad ese era su interes, una magypsi le habló de poderes secretos, que despiertan de lo más profundo de los elegidos ya sea por algo externo o por voluntad propia del alma, de ahi viene tan poderoso PSI que le ayudaron a conseguir, aunque, siempre termina dejandolo agotado. Sin embargo, quería saber si poseia una magia tan sutil como la de la sanación y como llevarla a su máxima capacidad o en su defecto conocer tecnicas que le pudieran ser de gran ayuda durante una batalla.-

>Concuerdo con la señorita, ¿Sería posible revivir a una persona con dicha habilidad?

-Dijo el pequeño mientras levantaba ligeramente la mano izquierda, no es que tuviera algun motivo especial para trabajar tanto esa habilidad, pero le serviria tanto para él, como para el ejercito, además, al Rey P le encantaría escuchar que su quimera había conseguido la habilidad de revivir a los muertos, serviria para los experimentos e incluso si llegara a pasarle algo a su majestad. Sin contar que eso le evitaria muchos regaños a su regreso.-

Sonrió al escuchar que Momo estaba interesada, así que escuchó su pregunta con interés. Pero pronto su sonrisa se desvaneció al escuchar como acabó la propuesta. Tenía una cara de preocupación, y cuando fue a contestar Claus intervino mostrando también su interés. miró de reojo a Karina, la cual parecía algo ausente, y por último, el cuarto alumno intervino. Este, más que incrédulo parecía... Ofendido... Quizás la muerte también afectaba a seres sin alma como el. Era curioso ver eso. Suspiró y cogió aire.

Dejad que os hable de ello. La curiosidad es buena, pero intentad que no os lleve a hacer cosas de las que os podáis arrepentir

Su tono era sereno, pero estaba seria, la resurrección era un tema muy delicado, y muchos habían perdido partes del cuerpo, los sentidos o incluso la vida intentando practicarla

La resurrección, o regalo de vida, solo puede ser otorgado por seres con un poder que pueda rivalizar con los de un dios, si hablamos de magia de la luz. Si no, este poder puede herir gravemente al usuario. Si intentas revivir a un ratón, quizás pierdas un pie, una mano, o incluso los ojos. Si intentas revivir a una persona, lo mas probable es que no lo consigas, y mueras en el intento. A lo de perfeccionar la cura, me refería a llegar a curar a varias personas al mismo tiempo, e incluso revertir amputaciones, devolver sentidos perdidos, o incluso despertar a alguien de un coma

Se aclaró la garganta, agarrando una tiza y colocandose delante de la pizarra, dibujando un circulo, y empezando a hacer marcas dentro. A medida que el círculo era dibujado, la leve luz de Bianca se apagó, y la habitación pareció oscurecerse un poco. El aire se volvió pesado, y el ambiente era tenso. Cuando Bianca se dió la vuelta tenía una horribles ojeras y unos ojos cansados

Pero si hablamos de resurrección, hay una forma. Solo os contaré sobre ella, pero no os enseñaré, ya que al contrario de lo que yo hago, esto es magia negra pura; es decir, la magia mas negra posible. La nigromancia. Pero no os engañéis, esto es peor que morir. Al completar un círculo de nigromancia, tu alma se corrompe, y aunque sea fácil resucitar a esa persona de esa manera, los estaréis condenando. Andarán por la tierra como almas en pena, siempre sufriendo dolor, en un cuerpo que se seguirá pudriendo, hasta que solo queden los huesos. En ese momento, el alma estará atrapada... en unos... huesos sin capacidad de moverse... por toda la eternidad...

Bianca se tambaleó, como si fuera a desmayarse. El simple efecto de tener cerca un círculo de nigromancia la ponía literalmente enferma. Borró con la manga una buena parte del círculo, y el aire volvió a ser ligero, el ambiente recuperó su calma, y a Bianca le había desaparecido el cansancio y las ojeras y cansancio de Bianca se desvanecieron por completo, recuperando su compostura y volviendo a brillar ligeramente

Perdón por la demostración brusca. Creo que era mejor advertiros sin rodeos, así no haréis cosas de las que os podáis arrepentir en un futuro

Se volvió a aclarar la garganta

En cuanto a los que no poseéis ningún poder, os enseñaré a crear medicinas, curar enfermedades y sanar heridas tan bien como lo haría un ángel sin poderes. Dicho esto, empecemos la clase

Agarró uno de sus libros, abriéndolo, dispuesta a empezar a explicar

El círculod e conjuración (Este no es el de resurrección, es el ejemplo de nigromancia que puso Bianca):

-Fue hasta que tocaron el tema de la resurreción que comenzo a prestar atención a la clase, al escucharla decir que solo era posible con el uso de la magia negra en su mente sono un estruendoso "OBJECIÓN!". ¿Como podía denigrar tanto a la magia negra? No es que ella la practicase, el pelinegro que tanto quería usaba la necromancia, pero, ¿Por qué no le causaba tanto daño? Pensó eso durante un momento, y luego recordó en accidente en el invernadero, ella fue capaz de revivirlo y sin recurrir a pactos o magia prohibida, fue simplemente su poder de la sanación, ¿O sería que el sentimiento influyo? Lo que afecto dicha sanación, fue el hechizo que el joven intento hacer antes de morir, era demasiado avanzado, su mente no lo soportaría, asi que, muriera o no, él estaba destinado a la anmesia temporal. Se armo de valor y alzó la voz sin pedir permiso previo a la profesora.-

>>D-disculpe profesora, pero creo que se equivoca. Yo fui capaz de revivir a un joven, y no tuve que recurrir a magia negra... No soy una diosa, pero estoy completa... no tengo daño alguno...

-Se puso de pie, mirando un tanto desafiante, probablemente el mayor acto de valor que ha realizado en lo que va de su estadía en la academia, pero en verdad le molestaba que se denigraran tanto los poderes prohibidos y el precioso regalo de la vida. Ya en este punto no sabía que peleaba ni si quiera como continuar, ¿Tal vez el efecto secundario de el poder que hace poco nacio de ella? No lo sabía, pero ya estaba de pie, esperando la respuesta de la rubia, no había marcha átras ni pensaba retractarse, quería respuestas, saber por que fue capaz de devolverle la vida al joven aquella tarde.-

>>¿Cómo puede explicarlo... profesora..?

Momo lucio algo decepcionada con la aclaración de la maestra, no por ella, si no por los resultados si ella intentaba usar magia negra, fue entonces como noto que la sala de clases parecía volverse pesada, levemente la ángel comenzó a sentirse mal dejando caer un poco en su escritorio, le costaba un poco levantar la mirada sin embargo lo hizo, viendo como la maestra estaba a punto de desmayarse, ya cuando borro el circulo que dibujo, explico lo que dicho diagrama causaba. La idol no pudo concentrarse mas en lo que decía Bianca, perder una parte del cuerpo, sentidos y hasta la vida misma si intentaba hacer algo como eso, la rubia se mordió el labio titubeando mentalmente, una vida por otra ¿es que acaso no se lo merece? La idol causo la muerte de su propio padre, lo justo seria.. devolvérsela con su vida, tomo su falda arrugandola fuertemente, sabia que estaba mal, sabia que eso no era lo que hubiese querido su padre, pero algo en ella se sentia obligada, siendo honesta, todos los días el dolor y la culpa la devoraba de a poco. Entonces Karina hablo.

— P-puedes.. ¿revivir a una persona? —

Aquello lo dijo tan bajo que ni ella se pudo escuchar ¿Era verdad lo que decía Karina? ¿que método uso? La verdad que la muchacha dijera algo así tan libremente, provoco cierto temor en la idol, usar magia para intentar resucitar a alguien podía ser catalogado como un tabú, obviamente la tímida ángel del salón se veía sincera, nada ganaría inventar eso ahora ¿llamar la atención? Momo era la reina en eso por así decirlo y lo que estaría haciendo Karina mas que llamar la atención seria meterse en grandes problemas, sobre todo por revelar que puede, muchas personas están tras de eso. Momo fácilmente se dejo llevar por el momento en que todo calló tras hablar Karina, pues si ella podía lo único que estaba en su mente en conseguir de una forma u otra que reviviera a su padre. Se calmo un poco pero sin salir del todo de su asombro ¿que tenia la maestra Bianca para decir? o tal vez.. ni ella sabia que eso fuera posible con un ángel tan joven como lo era Karina, toda su atención estaba en ello.