Hablando sobre el amor. (Con Rias y Todoroki)

En una de las aulas de Legacy, se encontraba Juvia, quien desde su lugar observaba el precioso atardecer, las nubes tomaron un color rojizo, las clases ya habían terminado, sólo quedaba su profesora Rias, que se encontraba borrando los apuntes de la pizarra.
Por otro lado también estaba Todoroki, su compañero, este guardaba sus cosas para marcharse.

La peli-azul, hundida en sus pensamientos y mirando el ocaso, entristecio la mirada al pensar en un tema en especial: el amor.
Claro estaba que ella parecía ser quien más se preocupaba por ese tipo de cosas o al menos eso creía.
Un suave viento movía sus azulados cabellos y golpeó levemente su rostro.

"¿Qué significa el amor para los demás?"

Esa pregunta resonó varias veces en su cabeza, dirigió la mirada hacia su profesora y después a su compañero.

¿Será que Todoroki-kun alguna vez se ha enamorado? ¿Y su profesora?
En su mente imaginaba a un Todoroki perdidamente loco de amor por una chica; escribiendole cartas a su amada, obsequiándole un bello ramo de rosas o cantándole a capella bajo el balcón.
Juvia observó de pies a cabeza al bicolor.

« No... Todoroki-kun no parece ser esa clase de chico. » pensó la maga de agua.

Ahora sus ojos se posaron sobre la peli-roja que continuaba borrando las últimas palabras de la pizarra.
Ella parecía tener más experiencia, aparte era una mujer muy atractiva, no le sorprendería si esta ya hubiese tenido varias parejas.
Por su parte, Juvia era aún inexperta, pero si había alguien que le interesaba mucho. Sin embargo, nunca se ha atrevido a confesar sus sentimientos. Volteó nuevamente hacia el bicolor.

— Rias-sensei, Todoroki-kun... ¿Alguna vez se han enamorado? — Preguntó con curiosidad, llamando la atención de ambos.

— Juvia no entiende muy bien esto... ¿Qué es el amor para ustedes? —

Era normal que hablara de cosas extrañas, pero se asombraron, no imaginaban una pregunta de ese tipo, la peli-azul sólo esperaba la respuesta de alguno de los presentes, tenía de curiosidad de saber sus puntos de vista.
Con semblante serio miró a Todoroki, como exigiéndole que fuese el primero en responder.
Un incómodo silencio inundó el aula y como no, si la pregunta era algo vergonzosa.

No cualquiera acostumbra hablar de esos temas con serenidad. Para Juvia podía ser normal, no había problema, ella no se avergonzaba de mostrar su cariño, aunque este terminara asustando a los demás, era su defecto, imposible de controlar.
Sin más, esperaba las respuestas.

-Las suave brisa que entraba por las ventanas movía los cortos mechones de cabello del bicolor.
En Legacy las cosas se llevaban con calma, aunque no era de extrañar uno que otro suceso extraño, como el que estaba por pasar.
Las clases habían ya terminado, quienes aún se conservaban en él aula eran quienes simplemente habían decidió aún no salir, con su mirada serena que lo caracterizaba Todoroki guardaba tranquilamente algunos bolígrafos que habían quedado sobre su mesa para poder marcharse a casa, el clima era muy relajante, más bien el atardecer era algo que le gustaba ver, lo hacían sentir más calmado.
Ninguna de las dos chicas que estaban en el lugar con él decían una sola palabra, eso lo hacían sentir un poco extraño, aunque no lo demostrara era así, solo sonaban algunos cantos de aves al fondo y por supuesto, los sonidos que hacía la profesora mientras borraba.
Antes de marcharse >>Que era lo que pensaba hacer<< dio unos últimos vistazos a su lugar, solo para asegurarse de no olvidar nada, también aprovecho para mirar de reojo a su compañera, Juvia.
Parecía distraída, no era extraño en ella, pero esta vez si le parecía extraño, sobre todo el hecho de tener su mirada tan perdida.-

— [Siempre es así.
¿Que tanto puede pensar alguien como ella?
No creo que sea algo importante, supongo que no.]

-Sus pensamientos eran vagos y sin esperanzas cuando se trataba de ella, aunque mientras pensaba se distrajo y olvido apartar la mirada de ella, fue así que accidentalmente chocaron miradas, pero solo por segundos pues ya que ella estaba sentada tan cerca de las ventanas del salón decidió disimular, girando sus ojos hacia las nubes rojizas que adornaban el hermoso cielo.
Era un paisaje verdaderamente hermoso, mientras contemplaba guardó sus manos dentro de su bolsillo y dejó salir un muy ahogado suspiro.
Camino un poco hacia los ventanales para tomar un poco más del fresco viento que entraba, además miraba algunos de sus compañeros jugando en el campo o simplemente dialogando camino a la salida.
Estaba bien así pero de nuevo fue el interrumpido, esta vez por una pregunta incómoda hasta para el, solo escucharla le hizo tragar saliva del nerviosismo.
Su mirada serena cambió a una expresión facial un poco tonta y hasta graciosa.-

— ¿De que hablas?

-Cuestionó de forma muy directa y sin tanto preámbulo, aunque dirigió una mirada en busca de ayuda a su profesora, era evidente que obligatoriamente él debía ser el primero en hablar.-

— Yo nunca he estado enamorado.. aunque, creo amar a mi mamá.
¿Eso es de ayuda?

La pelirroja que se encontraba muy concentrada en borrar el pizarrón al haber terminado la clase, esa mano que se movía con el borrador de lado a lado, aunque una parte sólo observaba de reojo su reloj de muñeca  pues dentro de unas horas tenía una reunión  como todos los viernes, profesores, director, alumnos del comité estudiantil se acercaban para esa reunión informativa, por cualquier amenaza que la Academia podía recibir. Esos ojos turquíes aveces se dedicaban a ver a sus únicos alumnos que se habían quedado por unos momentos en ese salón de clases, era un poco extraño, el hecho de ser viernes, estar en el salón cuando ya todos sus compañeros se habían dedicado a salir,  incluso algunos en carrera salieron para solo ir a jugar fútbol, comer en la cafetería.

— Es un lindo atardecer no? — Comentó a  voz alzada y con ello un pequeño suspiro salió de sus labios, cuando ya había terminado de borrar en su totalidad ese pizarrón. Pronto sólo dejó el borrador en una de las cajas del escritorio, para ordenar sus cosas guardándolas en su cartera, hasta que sus orbes pudieron ver con más detenimiento sus alumnos, al parecer Juvia estaba más que distraída ¿Acaso pensaba en algo tan profundo? ¿Algún problema que le incomodaba? Quizás algo así por el estilo. Hasta que pronto la pregunta de ella resonó en la habitación. — Hum, así que es por eso — Una sonrisa se esbozó en los labios de la maestra, pues todo joven en su momento había tenido ese tipo de preguntas, quizás solo quería escuchar la opinión de personas ajenas.

Sólo se sentó tranquila sobre su escritorio, cuando observó que el primero que debía dar su opinión era Todoroki, así le dio un poco de tiempo a la pelirroja de tomar un poco de agua pues, hablar por toda la clase, a veces alzando la voz un poco le había causado un pequeño ardor de garganta, así tomó su botella de agua, aunque sólo en pensar en el amor, se le venía a la cabeza a Dante, quien ya eran pareja de hace mucho. Observó que la mirada del bicolor le miró como: "Ayúdeme". Solo aclaró su garganta. — Bueno... El ejemplo que Todoroki es muy bueno, el amor a su mamá, pero no todos tienen un concepto exacto del amor, Juvia. — Dijo tranquila para acercarse, teniendo esa confidencia con ambos alumnos, de paso un par de palmadas le dio al cabello de ella. — Por ejemplo yo no tuve una buena relación con mis padres, así no podría decir lo mismo,  pero si tengo personas muy cercanas fuera del área familiar, que creo que también la llamaría amor. — Dijo, un tanto curiosa volteo a verla — ¿Qué piensas tú? ¿Cuál es grano de tu duda? ¿Es un chico? —

Pestañeó un par de veces, asombrada por la respuesta de Todoroki y sus mejillas se ruborizaron por la pregunta de su mentora, era obvio que había alguien que rondaba sus pensamientos día y noche, asintió con la cabeza.
—Juvia tiene a alguien especial. Pero, no sabe cómo confesar sus sentimientos. —

agobiada bajó la mirada, aquella situación le provocaba una sensación de ansiedad.
Su preocupación era lo que pensaba la otra persona. ¿Y si ese chico no sentía lo mismo? ¿Qué pasaría si se declara y es rechazada? Golpe bajo al sensible y delicado corazón de la peli-azul.

— ¿Y si él no ve a Juvia de la misma forma? — Dirigió la mirada hacia su maestra y después a Todoroki, al ver a este último se le ocurrió algo, bruscamente se levantó del asiento para verlo mas de cerca. — Todoroki-kun ¿Cómo le gustaría que una chica le confesara sus sentimientos? — Preguntó, sus azulados ojos se clavaron en los del joven, la distancia entre ellos parecía volverse incómoda para el bicolor.
Sabía que no sería fácil conquistar a aquel hombre que la traía loca de amor, pues era un joven frio y distante. Y Todoroki siendo también de ese modo, quizás le sería de gran ayuda o le daría algunos buenos consejos. Después de todo, las personalidades de los jóvenes no eran tan diferentes.