Re: El Baile de los Monstruos (Tyrande)

por **Tyrande** Miér Nov 01, 2017 6:59 pm

Tyrande sentía como todo su cuerpo empezaba a embotarse, los músculos se volvían más duros y la velocidad era más lenta, era el punto de no retorno al agotamiento total. Sabía que de seguir por ese camino todo podría acabar de muy mala manera y no pensaba permitirlo, al menos no en ese momento. Fue en ese momento cuando todo cambió una luz la cegó, haciendo que soltase la barra que estaba usando como arma y se tapase con su brazo los ojos para evitar de esta manera una ceguera mayor. Al apartar la protección parpadeó un par de veces y de esa manera poder aclimatarlos.

Pero lo que vio fue peor de lo que esperaba. La imagen que hacía tiempo tenía clavada en la memoria estaba frente a ella. Aquellos árboles endemoniados volvían a rodearles y eso hizo que Tyrande sintiese un escalofrío por todo su menudo cuerpo. Escuchó la voz de Jellal, pero no estaba a su lado, sino en la lejanía y parecía que la hubiesen envuelto entre sábanas. Parpadeó de nuevo y miró a su compañero con cara disgustada.

-¿Y cómo olvidarlo?-soltó en un susurro.

Sus ojos miraron con pavor el lugar, era cierto que ella no solía mostrar demasiado el miedo, pero también era cierto que aquella lucha le había hecho recordar que podía morir si las cosas se salían de madre. Suspiró y volvió la mirada hacia aquellos esbirros que la bruja dominaba, sonrió y se encaminó hacia ellos, sabía que la magia de la bruja era poderosa pero también intuía que esos seres eran unos mujeriegos.

Terminó de acercarse y posó para hacer que le atendiesen. Su estrategia no tardó mucho en hacer efecto y enseguida la miraron embobados.

-Disculpar, pero me gustaría poder salir de este lugar y querría saber si ¿podríais ayudarme?-realzó la pregunta con un tono de voz sensual, algo poco habitual en ella.

por **Jellal Fernandes** Jue Nov 09, 2017 6:19 pm

Jellal, en su apariencia de niño, miró atónito la actuación de Tyrande. Ella sí que era lista también. Este bosque en realidad no era un bosque ni mucho menos. Eran simplemente las horrendas entrañas de una bestia mágica que le lavaba el cerebro a pobres monstruos como los que estaban por allí. El joven se rascó la pera y vio como los dotes actorales de la elfa estaban rindiendo frutos.

Los tres individuos apuntaron al cielo al mismo tiempo, indicando el cénit con sus dedos. Fernandes giró su mirada hacia arriba y, solo era un cielo profundamente azul, nada del otro mundo. No obstante, no se dejaría engañar. Todo este bosque era una pérfida ilusión de la bruja. Sí, porque de seguro habría una pared de carne y visceras que podrían atravesar, pero ¿Cómo podrían llegar allí? El hombre de la marca ya no podría usar sus poderes para ayudarles, ni tampoco Tyrande.

— Tendremos que arrojar a una alguien hacia arriba y con todas nuestras fuerzas, — señaló, y luego se apresuró para tomar al hombre cocodrilo, el cual, asustado comenzó a patalear y a chillar. Vinieron los dos vampiros grandes y musculosos, y tomaron a ese reptil por la cola y una pierna. Esperaron a que llega la elfa, y Jellal contó — A la de tres: uno, dos... — y el pobre cocodrilo fue arrojado con todas sus fuerzas hacia arriba, y voló muy alto.

Entonces, sucedió algo improvisto: se había hecho una especie de hoyo en el cielo, y comenzó a succionar todo el aire. Entonces, lo peor comenzó. El suelo parecía repletarse de una baba amarilla y que olía muy mal. ¿Ácido?

por **Tyrande** Miér Nov 22, 2017 7:48 am

Tyrande consiguió lo que quería de esos seres, sonrió satisfecha hacia Jellal, pero tampoco era algo que le gustaba hacer, ya que para ella el uso de su cuerpo era algo bajo. Miró hacia donde ellos apuntaban y sintió como Jellal se acercaba a ellos mientras preguntaba. Ladeó el rostro al ver como sujetaba al hombre cocodrilo y éste intentaba soltarse con todas sus fuerzas, desgraciadamente para él sus otros compañeros también deseaban salir de aquel lugar, así que lo sujetaron con fuerza y esperaron a que la joven se acercase.

Tyrande sin muchas ganas, más que nada por que estaba agotada, ayudó a lanzar al hombre cocodrilo hacia arriba. Pero poco tardaron en darse cuenta que la salida también era una trampa, más que nada por que de nuevo volvía a aparecer en el suelo algo que empezaba a abarcar todo y por supuesto el olor a putrefacción tampoco ayudaba.

Tyrande se tapó la nariz con un brazo y se mordió el labio mientras buscaba la forma de encontrar una salida.

-Maldita bruja del demonio.-soltó -Veamos como podemos salir de aquí.

Tyrande sentía una ligera rabia y deseaba poder usar todo su potencia con aquella maldita bruja, sentía su cuerpo agarrotado, pero sobretodo impotencia. No entendía como podría llegar a encontrar una solución.

-¿Y si empezamos a atacar a la zona?-comentó con voz suave mientras buscaba.

por **Jellal Fernandes** Jue Nov 23, 2017 7:09 pm

— No lo sé... tendremos muchas complicaciones porque el ácido inundará todo, — respondió Jellal con la apariencia del niño. No había salida. Solo la que estaba arriba era la única alternativa para escapar. Sin embargo, al hombre de la marca tuvo otra idea. Sí, no había más opción que hacer una escalera humana. Así que, sin pensarlo mucho, tomó a uno de los vampiros gigantes. — Hombre cocodrilo ¡Atrápalo! — y menos mal que éste último tenía buenos reflejos, y lo agarró en el aire.

El olor a ácido comenzaba a sentirse mucho más fuerte. Jellal comenzó a toser, y al segundo ya arrojó al otro vampiro. Se había formado una cadena humana... o bueno, de monstruos. E l hombre cocodrilo sostenía a un vampiro gigante por los pies, y éste a su hermano gemelo. El ácido comenzaba a brotar y los árboles empezaron a tener su real apariencia: huesos y cartílagos gigantes con un hedor como a sudor y sangre rancia.

El muchacho subió lentamente por un "árbol" pues todo se estaba llenando de ese líquido mortal. — Tyrande, salta... y luego me atrapas — esperó a que lo hiciera, y después, el mago transformado en niño saltó hacia ella.

por **Tyrande** Miér Nov 29, 2017 5:38 am

Tyrande escuchó las palabras que le decía Jellal, simplemente se mantuvo en silencio mientras observaba la situación, la cosa estaba tensa y además corrían mucho más peligro del que podían imaginar. La última vez que se habían encontrado en una situación como esa la salida estaba mucho más fácil, pero esta vez la situación era mucho más complicada. Escuchó como llamaban al cocodrilo y éste tomaba de las manos al vampiro. La idea era montar una escalera humana, pero solo eran cuatro.

Observó como la apariencia del lugar se hacía presente, era un estómago de un ser gigante o simplemente ellos era los enanos. Tyrande observó como todos hacían un esfuerzo por intentar salir y escuchó de nuevo la voz de Jellal. Afirmó aunque no muy convencida, más que nada porque no creía tener suficiente fuerza en ese cuerpo tan pequeño. Saltó como él pidió y sintió el fuerte agarre del vampiro. Se dejó caer boca abajo justo en el momento que Jellal saltaba hacia ella.

Le tomó de las manos y con ese mismo impulso lo lanzó hacia la salida, sabía que la inercia del propio cuerpo le ayudaría a alcanzar dicho objetivo. Miró como el cuerpo de su compañero salía disparado hacia la salida y sin esperar se elevó para ponerse bien. Comenzó a escalar como si fuesen unas escaleras, por suerte para ellos pesaba poco y los hombres tenían los músculos y la fuerza suficiente para aguantar tal acción.

Finalmente alcanzó la salida y ayudó a los otros tres a salir de aquel lugar.

-Siento que me mareo simplemente de oler esa putrefacción.-soltó mientras los demás terminaban de salir.

por **Jellal Fernandes** Lun Dic 04, 2017 7:27 pm

El olor a putrefacción se había ido. La oscuridad, y esa asquerosa humedad, el olor, ya se habían reemplazado por algo más. Había salido al exterior, y lo primero que vio fue un bosque de pinos y una vía del tren. Sí, efectivamente era la misma clase de criatura grotesca una vez enfrentaron. No obstante, ahora no tenían los mismos poderes, y estaban prácticamente indefensos. Jellal, con su cuerpo de niño, se aproximó a Tyrande para ayudarle a reincorporarse y luego a los otros.

Era una especie de gusano gigante con dientes afilados. Era básicamente una sanguijuela gigante y viscosa. Sin embargo, la pregunta ahora era: ¿Luchar o correr? No sabía muy bien lo que había que hacer en estas condiciones, pero tal vez la vía del tren sea importante para la victoria de ellos. — ¡Tenemos que distraerla! — tomó una roca grande, y gracias a su extraordinaria puntería le llega a uno de los ojos. La criatura se comienza a retorcer de dolor, y se dirige a Jellal con furia, pero...

Los dos vampiros levantan un tronco gigante y se lo lanzan junto a las fauces de esa abominación. El gusano se comienza a atragantar y retorcer, arrasando con unos árboles pequeños. Entonces, se escucha el tren. Llegaría en unos 10 minutos aproximadamente, y podría partir en dos a esa bruja. Así ambos recuperarían sus poderes.

por **Tyrande** Lun Dic 18, 2017 8:27 am

Tyrande miro el lugar y se quedó en silencio, su cuerpo se sentía exhausto además tan pequeño como era le exigía más rápido que se mantuviese quieta para recuperarse. Se quedó mirando los pinos cuando escuchó la voz de Jellal, él le hizo volver a la realidad, suspiró y miró como todo sucedía de forma rápida.

El tren avisaba de su llegada y con él una nueva esperanza de volver a su estado normal. Todos estaban haciendo algo, todos menos ella y el cocodrilo, que parecía un poco más cansado que los demás. Se agachó y apoyó su pequeña mano sobre el hombro de la criatura, él al mirarla recibió una sonrisa dulce.

Ambos se levantaron y buscaron una forma de ayudar como fuese. Ella se sentía un poco estupida debido a su pequeño tamaño, pero aunque su cuerpo y su magia no estaban, si estaba su destreza, tomó una rama que parecía lo suficientemente resistente y con ayuda del caimán la rompió, él empezó a buscar otras que fuesen más duras y las dejó a un lado mientras ella hacía un rudimentario arco, finalmente y con un hilo de su camisa lo armó y apuntó a la criatura.

Los dos primeros fallaron pero el siguiente se clavó en el tronco que tenía el gusano en la boca, sonrió y comenzó a correr para intentar subirse sobre la criatura, su intención que se distrajera mientras los otros buscaban la forma de hacer que se pusiese en medio de las vías justo en el momento que el tren cruzase.

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