Invocación (Archer)

—Bien... 

Tohsaka Rin una joven de aparentemente unos 15 o 16 años se encontraba trazando un círculo de magia ¿Para qué? Bueno, fácil un mago reconocido no podía estar sin un servant más si la guerra del Santo Grial o un problema parecido ocurría de repente, últimamente había rumores de que varios magos habían invocado ya a un espíritu heróico y si no se apuraba no conseguiría un buen Servant.


Servant son espíritus heroicos que son invocados para la guerra del Santo Grial, son personas que forman parte de la historia en general, seres que hicieron un bien por la humanidad y cambiaron el mundo por sus ideales para bien, gente excepcional pero estos pueden ser de cualquier época como presente, pasado y futuro.
Los espíritus heroicos pueden dividirse en 7 clases : Archer, assasin, caster, lancer, rider y saber. La clase en la que son asignados depende de sus habilidades.


La joven empezó a enumerar las cosas que ya tenía para que su invocaciones fuera un éxito.


—¿2 Am?.


Checó su reloj serciorandose que fuera la hora antes mencionada, pues en esos momentos su maana estaba en su mejor punto. 


—Dios... ¿Por qué tiene que ser tan complicado?. 


Agarro unas joyas de una gran variedad de colores con su puño. 


—¡Aún si no tengo un catalizador con esto servirá para invocar a Saber!. 


Gritó sin límite alguno sin importarle la hora que era y aún más delicado en donde estaba en cualquier momento podía llegar un maestro a reclamar el por qué de tanto ruido, pero ¿Quién va a estar en la biblioteca a las 2 de la madrugada? . 


Los catalizadores servían de ayuda para poder invocar a un espíritu heroico en particular, pero nuestra protagonista al no contar con ninguno no le quedaba de otra más que improvisar. 


—Pues... No se diga más. 


Tomó bastante aire cerrando sus ojos apretando su mano en forma de puño llevándola justo dónde se ubica el corazón, esta situación ponía bastante nerviosa a Tohsaka por más fuerte que aparentara ser, algo tan importante como esta invocación no podía fallar en ningún momento...
Cualquier cosa decidiría su futuro y si fallaba aunque sea en un pequeño detalle esto le traería consecuencias.


—Vamos Tohsaka... No es momento para retroceder ¡Afronta las cosas!. 


Suspiro por una última vez en signo de tomar fuerzas y alentarse así misma. 


Antes de empezar a hacer su ritual miro a su alrededor... El lugar estaba muy estrecho, sin dudar un segundo más empezó a alejar las cosas que estaban más cercanas al círculo de magia, ya que si el servant llegaba a parecer se haría más desorden... Libros, muebles, sillas, pergaminos, etc. Todo tipo de cosas fueron apartadas de este. 


—¡Ahora si! 


Basto con dar unos cuantos pasos para volver al centro del símbolo trazado en el piso y empezar con lo que había estado esperando por más de 10 años. 


—Hierro y plata como base... Piedras y el archiduque de pactos como cimientos. 


Dejo caer un líquido de color de una combinación de azul con verdoso. 


—Mi ancestro Shcweinorg, las puertas de las cuatro direcciones se cierran, empieza desde la corona y sigue el camino bifurcado que te lleva. 


Sin dejar de regar el líquido que pronto ya se había desplazado por todo el círculo, provocando un efecto de iluminación verde fosforescente sobre este. 


—Llena, llena, llena, llena, llena. 


Dejo caer las últimas gotas de hierro y plata. 


—Repitelo 5 veces, pero para cuando cada uno esté lleno ¡Destruyelo!. 


Elevaba cada vez más su voz sin trabarse o mostrar algún signo miedo. 


—Te lo ordenó, ¡Ven a mi!. 


El círculo cambio de color drásticamente a un dorado junto con poco destellos blancos, al ver que pronto vendría la parte más importante de la invocación cerró sus ojos para tener más concentración. 


—Tu espada controlará mi destino; siguiendo las normas del Santo Grial, responde si aceptas mi voluntad y mi corazón. 


Por última fase el círculo cambio a un rojo intenso, que sólo le daba más emoción a la escena por el color, este brillaba con más intensidad que los anteriores ¿A qué se debía esto? ¿Por el color que definía a Rin o por su voluntad?. 


—Juro aquí que seré todo lo bueno del mundo eterno... Que expondré todo el mal del mundo eterno. 


Pronto empezaron a salir luces parecidas a las estrellas apreciadas desde la tierra, diminutas, junto con unos pequeños rayos con un contorno rojo y por dentro blancos, ambos empezaron a rodearla haciéndose cada vez más y más grandes. 


—Por los 7 cielos que acogen 3 poderosas palabras, ven a mí desde el círculo del balance... 


Justo cuando el aire se empezó a ser más violento lo cual provocaba que algunos libros se cayeran de sus estanterías, Rin abrió sus ojos mostrando una mirada llena de un valor inquebrantable al mismo tiempo que acercaba su puño donde sostenía las joyas a su hombro derecho de forma rápida pues si se retrasaba aunque fuera por segundos o se titubeabaa invocación se estropearía. 


Aparto su mano para alzará y bajarla bruscamente extendiendo su mano con los dedos separados unos de si mismos.


En estos momentos sentía que su corazón iba a mil por hora... Que se iba a salir de su pecho, los nervios de punta ¿Lo estaba haciendo bien o mal? ¿Fracasaría o no?. 


Sin esperar más gritó desde lo más profundo de su corazón para terminar la invocación olvidándose completamente de la hora que era y de las reglas de la escuela. 


—¡PROTECTOR DEL EQUILIBRIO!. 


Culminó con la invocación de manera espléndida al menos desde su punto de vista pues del círculo salieron rayos anaranjados y rojizos, un aire azotó con el lugar donde se encontraba Tohsaka. 


Tuvo que cubrir su mirada con su brazo izquierdo y con el otro agarrarse de la estantería más cercana a ella para no caer debido al viento que había. 


—¡¿Pero qué?!. 


Al finalizar pudo observar que no habia nadie en la librería. 


Nada...más que ella y el tremendo desastre que había en la habitación.


—Mierda, mierda, mierda, ¡¿A caso falle?!. 


Se dejó caer al piso de rodillas jalando su cabello en forma de desesperación. 


Dejó caer sus brazos a los costados dirijiendo su mirada llena de decepción hacia su mano izquierda, pronto está cambió a una de sorpresa... ¡Tenía los hechizos de comando! 


—¡OH DIOS LO HICE! ¡LO HICE!. 


Se levantó de golpe celebrando con pequeños ruidos incomprensibles agitando sus brazos hasta que se percató de algo... ¿Y el servant?. 


Un golpe se escucho afuera de la inmensa habitación, para ser más específicos provenía del pasillo, sin necesitar ser un científico era obvio que algo se había caído o algo por el estilo. 


—¡¿Podrá ser qué...?! 


Sin esperar otra señal se dirigió a la puerta para salir y así dirigirse al pasillo. 


Al tomar la manija y empujar de esta, no abrió... Se había quedado atascada.


—¡No tengo tiempo para esto!. 


Se alejo unos paso para tomar impulso, una vez estando lista elevó su pierna derecha y con un golpe a la puerta fue necesario para tirarla. 


Ni ella podía con tanta emoción... ¡No podía esperar más! ¿Qué espíritu heróico será?. 
Siguió derecho hasta encontrarse con una iluminación de varias tonalidades de rojo. 
En su mente no dejaba de rezar para que tuviera éxito, hasta que las luces se despejaron logró captar a un hombre de piel morena de pelo albino que se encontraba sentado en un sofá del pasillo. 


Este no portaba ninguna espada así que sólo podía significar algo... Fallo. 


—No no no... La cague otra vez. 


Se percató de un reloj cercano a ella, rápidamente se dio un golpe a sí misma en la frente. 


—Mierda... Había adelantado el reloj dos horas. ¡¿POR QUÉ JUSTO HOY RIN?!. 


Con ayuda de sus manos se encontraba jalando unos mechones de su cabellera con desesperación, hasta que después de unos minutos tomó suficiente aire para tranquilizarse y así poder regresar su mirada a su aparentemente nuevo servant. 


Aclaró su garganta. Coloco su mano izquierda sobre su cadera y estiró su brazo derecho, con ayuda de su dedo índice señaló a él hombre que se encontraba en aquel sillón. 


—Yo soy Tohsaka Rin, ¡Tu máster!

La vida siempre ha sido una mala jugada para aquellos que deciden vagar por un camino que no les corresponde desde un principio, toda adversidad pueden superarla pero las cicatrices ocasionadas por éstas prevalecen.
Seguir peleando pese a saber que no podía ganar, pese a que no tiene sentido, esos fueron sus errores de alguien "hipócrita" que intentó imitar a un hombre que quería ayudar a otros, pero al final fue derrotado.

Ofreció su alma al mundo para seguir luchando como un espíritu heróico pero al final en cada uno de esos momentos fue traicionado aunque no pareció importarle; pues su objetivo siempre fue "salvar a todos" pero pese a eso debía matar a unos cuantos para hacerlo.
Y allí se hallaba en la colina más alta de su mundo lleno espadas manchadas por la sangre de quienes en vida portaron, enterró una más de estas allí sin emitir alguna palabra o siquiera expresión, en un momento repentino se abrió un portal que abarcó el cielo "absorbiendo" lo que tenía a su paso e incluso consigo al arquero que fue llevado a un lugar y época diferente en la que existe, pues había sido invocado nuevamente aunque no de forma "correcta" pues su aparición fue de inmediata ante una caída fuera del círculo de invocación,  destrozando el tejado y  creando enormes escombros a su alrededor como las mesas boca arriba, mucha de las sillas aventadas en los costados a la par que los cortineros y solo así un sillón a la mitad del pasillo.

— Bien, creo saber de dónde proviene esta magia... — Replicó tras levantarse de donde estaba y limpiarse el polvo que levantó al caer contra el frio suelo; después se sentaría donde tuvo más cerca de su alcance, subió su pierna diestra sobre su muslo contrario además de colocar sus brazos detrás suyo en el respaldo del mismo lugar donde se hallaba apoyando su espalda.

Se quedó en silencio a la espera de la chica que ya conocía, cerró sus párpados y una sonrisa burlona apareció en cuanto a ésta le vinieron sus ánimos abajo al darse cuenta que él no era un Servant de clase Saber.

— ¿No eres muy pequeña para este tipo de cosas? Esta guerra no es un juego de niños. — Se levantó de donde estaba mostrando la enorme diferencia de estaturas que existía entre ambos, después cruzaría sus brazos apoyándolos en su mismo abdomen.
—Pero no tienes que preocuparte, solo tienes que esconderte y simplemente no estorbar cuando yo esté peleando, solo así ganaremos. ¿No lo crees? — Era normal ese tipo de comportamiento engreído del moreno, aparte que solo lo decía para molestar a la pelinegra.