Entrenamiento para novatas [Ochako Uraraka]

[Viernes por la noche]
10:18PM

La chica de joven almendrados se encontraba sentada como de costumbre en su escritorio, tenía un libro en frente y una pequeña lámpara de mesa. Su habitación estaba completamente a oscuras, ya que de esa forma podía leer con más tranquilidad, sólo necesitaba un poco de luz y con eso le bastaba. Ya vestía su pijama para dormir, estaba lista pero le faltaba tan sólo una cosa. Ese mismo día por la mañana se había encontrado con Ochako Uraraka en la academia. Ambas habían acordado un paseo, para darse un descanso y también para entrenar un poco, no les vendría para nada mal un pequeño encuentro en una zona verde y con poca gente. Curiosamente, decidieron que no sería de día, ya que al estar en completa oscuridad, se volvería un reto y de esa forma podrían aportar más a sus habilidades. Sería más divertido. Y si la suerte las acompaña, puede que hasta se aparezcan criaturas que las ataquen, ¡Sería una verdadera batalla!. En fin, ¿Cuál era su destino? La frondosa selva de la Isla Rokkenjima. Un completo desafío para un par de quinceañeras. Finalmente la mente de la azabache dejó de procesar y decidió por darse un descanso. Se levantó de la silla para luego recostarse sobre su cómoda y gran cama y finalizar completamente sumida en un profundo sueño.

[Sábado por la tarde, actualidad.]
18:30PM.

Para poder llegar a la Isla de forma obligatoria debían transportarse en alguna especie de barco u vehículo que les permita navegar. Por esto mismo, la pelinegra se encontraba con su uniforme de heroína sentada en los asientos de un velero de tamaño promedio que fue prestado por su honrosa academia, a la espera de la carismática castaña que sería su compañera de viaje. Para suerte de ambas, Momo sabía cómo manejar un velero, y podría llevarlo sin problemas. Por otro lado, se le veía con una expresión neutra, no demostraba nada más que la tipica serenidad que suele acompañarla. Aún así, internamente estaba bastante nerviosa, era una mezcla de ansias, emoción y quizá algo de temor, ¿Quién sabe que podría encontrarse ahí?.

Entrelazó los dedos de ambas manos e inhaló profundo para luego exhalar el aire que había guardado. Tenía todo bien planeado, llevaba algo de comida por si la estadía en la selva se alargaba un poco y ropa de cambio. Mientras que la castaña tenía por encargo llevar una carpa junto a un par de mantas. Estaba segura de que era algo nuevo para ambas, por lo que probablemente, se esperaba la misma sensación de ansias por parte de Uraraka. El ocaso comenzaba a hacerse presente, haciendo ver el cielo anaranjado y mostrando los últimos rayos de sol que quedaban para ese día sábado.

Era un sábado cualquiera para una persona cualquiera, pero no para Uraraka. Se encontraba caminando en dirección a una isla, que entre su compañera Momo dicidieron ir en un velero, tal vez sea peligroso, era la primera vez para la castaña ir a un lugar así, las ansias dominaban el cuerpo de la joven, su rostro no mostraba mas que una sonrisa algo nerviosa y ansiosa, muy difícil de explicar la verdad.

¿Qué hay de su apariencia? ¿Como iba vestida? Pues al igual que Yaoyorozu iba vestida con su traje de heroína que se le fue dado en su ex Academia, este consta de un traje ajustado color negro verdoso con mangas desprendidas, botas redondeadas altas que le llegan hasta las rodillas con tacones pequeños color rosa intenso, un cinturón, casco, cuello y gruesos brazaletes redondos de color rosa claro con asas de un tono rosado más intenso, pero algo que esta tenía como algo extra era una mochila en la cual adentro traía una carpa mas unas mantas las cuales Momo les había encargado.

(. . .)

Estaba tan cerca del velero, pero su amiga estaba distraída mirando hacia otro lado, mantenía un postura tranquila y serena. La castaña dudaba de que esta se percatara de su presencia, estuvo un buen rato apreciando lo que la pelinegra también apreciaba; El cielo, el cual era de un color anaranjado, un atardecer como el de siempre pero por alguna razón Uraraka sentía que esta vez era mas hermoso de lo usual.

Sacando esos pensamientos de la cabeza se había acordado la verdadera razón por la que se encontraba allí.

— ¡Yaomomo!. — Aunque no estaban tan lejos esta grito para llamar la atención de ella y se percatara que la castaña estaba allí. — Todo está bien, ¿Por qué? ¡Por qué yo estoy aquí!. — Dijo aquella frase bastante popular de donde ambas vienen, dicha por el gran All Might. Cuando esta dijo esto no pudo evitar dar unas risitas. — ¡Estoy lista! ¿Que tal si partimos antes de que se haga mas tarde y no podamos avanzar por el mar? Prefiero morir en una selva que en medio del agua. — Pues sí, Uraraka era sincera respecto a ello pues las peores muertes que se imagina es morir ahogada, pero la verdad es que tampoco le gustaría morir en medio de una selva, es mas, ¿a que clase de loco le gustaría?.

Empezó a caminar hacia el velero dejando su mochila en un lugar seguro para que no se cayera al mar, de seguro sería una gran catástrofe si eso pasara. Ya ambas en sus posiciones, Momo preparándose para manejar y Ochako, al igual que su mochila, en un lugar seguro pues tampoco quería caer al mar, ni tampoco quería que le llegase agua pues hace bastante frio a esas horas y en aquel lugar.

En un abrir y cerrar de ojos ya estaban en medio del mar, ¿como o cuando fue que Yaomomo empezó andar? Tal vez sea posible que Uravity estaba tan metida en sus pensamiento que no se percató de lo que estaba ocurriendo en su alrededor, en fin, esta empezó a establecer conversaciones triviales con ella, de como iban en Legacy, como iban sus vidas amorosas, y mucho mas, sería mejor esa opción que estar todo un camino en un silencio incomodo.

(. . .)

20:32PM.

Había pasado aproximadamente dos horas en aquel noble velero cuando fue que vieron lo que parecía ser la isla Rokkenjima, miro a Yaomomo para esperar la confirmación que si era esa isla, y sí, lo era, no pudo evitar dar saltitos de felicidad.

— ¡Llegamos!. — Hablo bastante entusiasmada mientras brincaba no tan bruscamente, no quería hacerle algún daño al velero.

Poniéndose su mochila mientras su amiga estacionaba el velero en un lugar para bajarse de modo que sea fácil y seguro, pudo notar que esta se veía algo cansada, pero claro, había estado manejando durante dos horas.

— Te ves cansada. — Dijo bastante preocupada por ella. — ¿Quieres descansar y comer algo antes de ir por la aventura? Necesitarás energía, después de todo también venimos a pasarla bien. — Tal vez era emocionante pensar lo que podría pasar dentro de esta isla pero para Uraraka primero estaba su amiga que la aventura.

La dulce voz de la castaña a la cuál esperaba la sacó de sus pensamientos, haciéndola soltar un par de carcajadas al escucharla, siempre que aquella chica se hacía presente podía alegrar el ambiente de la forma que sea con su dulzura. Asintió con la cabeza ante su siguiente comentario y se levantó para alzar las velas de aquel pequeño transporte marino que las llevaría a su destino. La brisa que llenaba el ambiente cada vez se hacía más y más fuerte, convirtiendose en viento, el cuál al instante comenzó a mover el velero. Justo antes de que empezara a movilizarse la chica de mejillas sonrosadas había subido a bordo, por poco y quedaba abajo. Así fue como el viaje transcurrió entre charla y algunas risas por parte de ambas chicas, a decir verdad fue bastante agradable puesto que en su mayoria, la azabache y la castaña no se la pasaban todo el tiempo juntas, Momo casi siempre estaba en compañia de Kyoka Jirou y Ochako de Asui, Midoriya o Iida. La aventura que iban a tener era perfecta para que su lazo de amistad se hiciese más fuerte, un punto a beneficio de ambas. En ningún momento se hizo incómodo ya que la conversación fluía de manera rápida, el tiempo que pasaron sobre las tranquilas aguas fue casi nulo, todo había sido demasiado agradable.

Una vez que ya comenzaba a avistarse tierra, la azabache atinó a sacar el teléfono de uno de los bolsillos de su cinturón y revisar la hora, ya eran las 20:32PM, ¿Realmente el trayecto había sido de dos horas? Era imposible para Momo, realmente ni siquiera notó lo mucho que había durado. Nuevamente chequeó con la vista los íconos de la luminosa pantalla de su aparato móvil, buscando si había alguna barrita que indicara que la señal llegaba a aquel sitio pero nada, todo fue en vano. Era un hecho irrevocable que ahí no tendrían absolutamente ninguna posibilidad de usar sus celulares. Así fue cómo soltó un ligero suspiro y lo guardó nuevamente en su cinturón, para así dirigirle la mirada a la joven que daba saltitos de alegría, provocando que el velero se moviese un poco.

— Realmente sentí que el viaje no fue tan largo, ¿No lo crees así, Uraraka~san?. —

Sonrió una vez que terminó de hablar y luego embarcó en las orillas de la isla con el velero, así tomando las pertenecias que restaban para poder bajarse. La verdad es que el lugar no era "hermoso" en sí, todo se veía completamente obscuro, el brillo de la luna era mínimo y con suerte podía divisar la silueta de su compañera y sus rasgos faciales, por esto mismo decidió que crear unas linternas sería la mejor opción. Activó su particularidad; creation y de su antebrazo cayeron dos linternas, las cuáles alcanzó a atrapar con su mano libre para así entregarle una a la castaña. Mientras encendía la linterna que le pertenecía, escuchó con atención las palabras de la ya mencionada, quién al parecer demostraba preocupación. Inevitablemente esbozó una sonrisa para tranquilizarla, era muy atento de su parte el que se preocupara por su estado.

— La verdad me gustaría sentarme un poco y comer algo, muchas gracias por preocuparte. Tú igual debes estar hambrienta, ¿No es así?. Después de todo el agua aumenta el apetito en cierto modo, o quizá sólo estoy loca~. —

Río un poco al terminar de hablar y dejó las mochilas sobre la arena, alejarse del velero e instalarse muy lejos de la orilla del mar sería peligroso y una mala idea, en definitiva debían poner la carpa justo en aquella posición. Para comenzar a ordenar, la pelinegra dejó las mochilas y demás sobre la arena para empezar a armar la carpa con la ayuda de Ochako. Tan sólo esperaba que no se volviese un trabajo demasiado difícil, de seguro con el manual de instrucciones no habría mucho problema.

— Deberíamos instalar nuestras cosas acá, ya sabes, en caso de emergencia estamos cerca del velero. ¿Podrías prestarme el manual de la carpa y comenzar a sacar las piezas, Uraraka~san?. —