Un encuentro con el caos (Sakura, libre)

Una luna ambarina con leves retazos de nubes negras parecía clavar su mirada sobre el frondoso y oscuro bosque en las cercanías de la academia. Efectivamente, el pobre fulgor que proporcionaba no bastaba para dejar una vista clara del terreno. Jellal solo seguía caminando a paso lento en ese sendero terroso que hacía bifurcar las arboledas. No sabía cómo describirlo, pero una sensación de mal agüero comenzó a apoderarse de sus pies y escalaba hacia sus rodillas.

Desde sus momentos con Crime Sorcière, su banda  de forajidos que buscaba derrotar a Zeref, tenía esa gran intuición para localizar villanos. Era como una brújula en su pecho que le decía dónde ir para apresar al siguiente villano. Obviamente aquí no habría ningún Zeref, o al menos eso ha sentido en sus años en la Academia Legacy, no obstante, percibió una energía muy similar.

Un vasto poder maligno era suficiente como para sacar a Jellal, y quizás a otros, fuera de la Academia y hacerlo patrullar todas las noches. No obstante, y a diferencia de las anteriores jornadas, ese aguijón de poder diabólico se clavaba con más fuerza. Se sentía incluso en el aire esa magia putrefacta.

Así de la nada, sintió que algo se le aproximaba a él con sigilo cual pantera a un venado. El joven Fernandes se quedó estático y se dió media vuelta para verla directamente a los ojos. Eran solo ambos en una inmensa oscuridad, rodeados por el mar de garras de árboles muertos. Se preguntaba qué clase de maga era esta joven.

La hermosa luna que alumbra el suelo teñido por la sombra que le rodea a esa singular chica. Desde que llegó ahí se adentraba a explorar todo el alrededor, buscando cosas nuevas que puedan servirle en un futuro no tan lejano. No tendría porque temer, a estas horas no hay nadie cerca. ¿Quién sería tan tonto para hacerlo?

Va tarareando una melodía en voz baja, sus pies van cruzando ese mar muerto de hojas secas. El silencio de la noche es grandioso , solo las seres como es Sakura es entendidos en noches así. Detiene de golpe su canto , una esencia ha perpetuado su santuario. Oh, comida. Parece ser que el ratón fue al nido de la serpiente por si misma , que conveniente. No tardo tanto en localizar su objetivo , por las tinieblas que hay la luz del astro lunar es suficiente para ver un rostro un tanto familiar , ¿dónde lo vio? No importa, algo irrelevante como eso cuando estaba a punto de comer.

-Fufufufu, las larvas siempre le gustan acercarse al pozo ardiente . – Su linda voz hace un eco, rompiendo ese tétrico silencio. Ahora se percibe que la figura femenina se acerca un tanto sin hacer algún ruido en el caminar, toda tan misterioso como ella misma. Su aura oscura y llena de la más miserables cosas que un humano puede hacer se siente a la deriva en Dark Sakura, no había rastro de alguna bondad ahí. – ¿A qué debo su visita? Es claro que algo buscaba, ¿es mi imaginación o es a mi? No creo que sea a mi … no lo creo, ¿verdad?

Lo desquiciada se hace notar, esas ultimas palabras van subiendo y bajando notas, enfatizando algunas sílabas que no son necesarias y otras como un pequeño canto.

— No cabe duda, — mascullando para sí mismo enlazando su mirada con los aciagos orbes rojos de la contraria. Extrañamente, la albina portaba una sonrisa "cálida" en plena disonancia con sus evidentes poderes que apestaban en magias siniestras. Cerró sus ojos y suspiró. Pacificarla le costaría más que unos huesos rotos. Esa cara de felicidad de su funesta acompañante casi presagiaba el sangriento destino de Jellal.

— Vengo a arrestarte, — la aspereza en su voz marcaba la distancia entre ambos. Como siempre, el impecable sentido de la justicia lo propulsaba a encarar a los peores villanos para paguen por sus crímenes, y si es posible, torcer esa siniestra mano del mal y transformar a los villanos en héroes de blanca armadura. Pues esos recuerdos de Jellal sobre su mala praxis lo conducían a querer ser mejor cada día más. En lo profundo de su alma quería demostrarle al mundo que un delincuente puede redimirse.

— Me contaron que eras una feliz y radiante joven. Es una lástima verte así, — el mago empuña sus manos y se pone en posición de defensa para esperar de lo peor de ella. No sabía que poderes blandía, pero le contaron que su fortaleza traspasaba las barreras de la imaginación.

Shirou Emiya, el nuevo alumno. Un muchacho sencillo y con un carácter que parecía heroico, no tan distinto al de Gray Fullbuster. — Procede. Atrapémosla y volvámosla a la normalidad, — el cuerpo del profesor comenzó a centellear de un blanco potente que hacía a los muertos árboles proyectar sombras sin fin. Verlo era como ver al sol a ojo desnudo. Un enorme poder comienza a irradiar del lugar. Espera la llegada de Shirou para atacar juntos a esta mujer sombría.