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Encuentros repentinos en entrenamientos forzados.
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Castillo Rokkenjima :: Patios Traseros :: Puertas Traseras
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Encuentros repentinos en entrenamientos forzados.
por Invitado Dom Jul 05, 2020 12:15 am
[Después de todo no es alguien que le guste perder el tiempo.
En ese día, soleado como todos pero no por eso el mismo que los otros, el viento interrumpía la caída del sudor corriendo por la frente del recientemente explosivo chico, quien aprovechó el mínimo instante para explotar aún más sus habilidades empujándolas alcanzar un nuevo nivel.
Moviéndose en el cielo como un destello sin siquiera tocar el suelo, se enfocaba en una cosa más que nada, dominar su vuelo sin problema alguno.
Aquellas explosiones rompían el silencio, arruinando la calma del lugar e incluso poniendo en peligro las estructuras que yacían cerca de ese patio trasero. Y el suelo, quien temblaba con miedo por tan sólo pensar que algunas de ellas destruirían su forma natural.
Sin embargo, es un ser humano, y lastimosamente fueron creados con límites pautados y él no era la excepción.
Cayó al suelo, jadeando, golpeando el mismo con enojo mirando su mano y cómo aquella liberaba pequeñas explosiones muestra de que un descanso por supuesto que lo está necesitando. Pero su arrogancia, su orgullo y su necesidad de ser mejor era más fuerte que su cansancio.
— Tengo que continuar, tengo que dominar esto y ser el mejor. No puedo dejar que ese maldito idiota me supere. — Se habló así mismo, un aliento de ánimo a su manera, enfocándose en la motivación de superar a quién tanto detesta.
Pero sus piernas jugaron un papel importante pues decidieron seguir la voz de la razón, apoyar el descanso que está necesitando el aspirante a ser el mejor. Por lo que no pudo levantarse, se quedó sentado en el suelo, maldiciendo en su interior, esperando que su cuerpo sea capaz de seguir los verdaderos deseos de su dueño.
Pero por supuesto, algo era seguro más que su cansancio, alguien detrás de él lo estaba observando y era algo de lo que tarde o temprano se terminaría dando cuenta.
En ese día, soleado como todos pero no por eso el mismo que los otros, el viento interrumpía la caída del sudor corriendo por la frente del recientemente explosivo chico, quien aprovechó el mínimo instante para explotar aún más sus habilidades empujándolas alcanzar un nuevo nivel.
Moviéndose en el cielo como un destello sin siquiera tocar el suelo, se enfocaba en una cosa más que nada, dominar su vuelo sin problema alguno.
Aquellas explosiones rompían el silencio, arruinando la calma del lugar e incluso poniendo en peligro las estructuras que yacían cerca de ese patio trasero. Y el suelo, quien temblaba con miedo por tan sólo pensar que algunas de ellas destruirían su forma natural.
Sin embargo, es un ser humano, y lastimosamente fueron creados con límites pautados y él no era la excepción.
Cayó al suelo, jadeando, golpeando el mismo con enojo mirando su mano y cómo aquella liberaba pequeñas explosiones muestra de que un descanso por supuesto que lo está necesitando. Pero su arrogancia, su orgullo y su necesidad de ser mejor era más fuerte que su cansancio.
— Tengo que continuar, tengo que dominar esto y ser el mejor. No puedo dejar que ese maldito idiota me supere. — Se habló así mismo, un aliento de ánimo a su manera, enfocándose en la motivación de superar a quién tanto detesta.
Pero sus piernas jugaron un papel importante pues decidieron seguir la voz de la razón, apoyar el descanso que está necesitando el aspirante a ser el mejor. Por lo que no pudo levantarse, se quedó sentado en el suelo, maldiciendo en su interior, esperando que su cuerpo sea capaz de seguir los verdaderos deseos de su dueño.
Pero por supuesto, algo era seguro más que su cansancio, alguien detrás de él lo estaba observando y era algo de lo que tarde o temprano se terminaría dando cuenta.
Invitado- Invitado
Encuentros repentinos en un mal entrenamiento
por Invitado Dom Jul 05, 2020 5:33 pm
La tarde, hermosa como ninguna decorando el bello cielo con colores anaranjados, dando un sentimiento de paz, y tranquilidad. El clima era agradable, había un rastro de viento que suprimia el calor provocado por los últimos rayos del sol; esto hacia la tarde más que perfecta para salir, disfrutar con amigos y familia, o en mi caso, estar más que sola.
No me malinterpreten, no me quejo de mi soledad, es bueno estar sola a veces, disfrutando de la vida y de las cosas, pero extrañaba a mis amigos de Inglaterra, sin embargo sabía que no los podía recuperar. Justamente esa preciosa tarde me la encontraba en mis dormitorios, que Nejire y Midoriya se habían encargado de mostrarme, era una habitación sencilla, pero me había instalado rápidamente dándole mi toque, para mostrar que era mía. Me encontraba estudiando en mi escritorio, no quería perder el tiempo y obviamente quería sobresalir en esa escuela, así que gastar mi tiempo estudiando no era mala opción.
Más mi rutina siempre era estudiar sola en los dormitorios o en la biblioteca de la academia, y esto comenzaba poco a poco artarme. Ya con mi cabeza comenzando a molestar, y mi mano con un pequeño dolor deje caer el lápiz, me recargue aún más en mi asiento, inclinando me hacia atrás, sujetando mi cabeza entre mis manos masajeando mi cuero cabelludo, soltando un suspiro agotado en un intento de relajarme, esa vieja rutina molestaba, exigía mucho para mí mente y necesitaba un descanso. Pasé unos segundos más en esa posición, esperando que el dolor bajase un poco para yo poder continuar, pero con cada segundo que pasara la flojera dentro de mi comenzaba a aumentar, y la idea de estudiar me daba una sensación de pesadez en mis hombros; necesitaba un descanzo…
Me levante de mi escritorio, comenzando a caminar en círculos en mi habitación, esto era más que cansado y necesitaba un plan para evitar estar en situaciones de estrés, ya que las emociones negativas, igual que la mala salud impedían que mi quirk estuviera a su 100%, y ahí es cuando caí en la idea de poder entrenar, seguramente encontraría un lugar en los alrededores para poder perfeccionar mi quirk, podría restaurar los daños y seguramente no tendría problemas con eso, me podría ayudar a desahogarme o sacar todo el este que tenia. Pensé en ir así, con la ropa normal que tenía, pero prefería ir con ropa de deporte, para no dañar la mía.
Tomé un top deportivo y unos leggins que tenía en mi armario que usaba al entrenar y me dirigi a las duchas para bañarme. El agua estaba helada, pero para esta tarde soleada estaba más que perfecto, las gotas caían por mi cuerpo, dejando una sensación de calma en su paso: después de unos minutos, cerré la llave de la ducha, me seque con una toalla que tenía y me pude mi ropa deportiva, dispuesta a volver a mi habitación y traer mis cosas para entrenar. Ya en mi cuarto tomé una pequeña mochila, tomé mi celular y unos audífonos, cerré la mochila, tomé un poco de dinero para ir al comedor y comprar una botella de agua para después del entrenamiento. Lo hice al pie de la letra, y ya con mi botella en mano y mi mochila llena me diri a las afueras de la instalación para poder entrenar.
A los alrededores de la academia había un gran bosque, a parte de un gran jardín que no dejaba nada que desear, daba una vista mágica y ahora con el hermoso atardecer de lejos todo se veía más hermoso. Me dirigí en un claro del bosque donde seguramente no había nadie, deje mis mochila en uno de los árboles cercanos y comenzé a calentar, no quería lastimarme en medio del entrenamiento. El poco viento que atravesaba los árboles era más que refrescante, era una gran tarde para desquitarme con la naturaleza. Ya con unos minutos de pre calentamiento me puse de pie, en pose de pelea, mi niñez se basaba en ver series animadas, y en eso se incluía avatar, y había unos movimientos estilo tierra que me gustaría intentar.
Eran dos pilares pequeños, que podía empujar o apresar al enemigo, me puse en posición, un pie atrás de otro, bajando mi cuerpo para mantener el equilibrio, respire ondo y me relaje unos segundos, concentrandome en activar mi quirk. Apenas sentí como el suelo comenzaba a a ponerse rígido, como prueba que el cristal se expandía abrí los ojos y con mis dos manos empuje el aire, formando dos pilares sin punta a mis extremos, que se expandieron un metro y medio de su base, justo lo que buscaba. Al parecer el movimiento salió bien, solo bastaba pulirlo hasta que me saliera bien.
[…]
Ya había pasado más de una hora, antes el bosque hermoso que me rodeaba, ahora estaba casi cristalizado, con pilares, muros, cadenas, todo de cristal, y clavados en los pocos cristalizados y algunos tirados en el suelo se encontraban agujas, dagas, estalagmitas, carámbanos, todas hechas de cristal que podían ser lanzadas e incrustadas, hechas para dañar pero no matar.
«Mi quirk me permitía cristalizar todo y a todos, suena muy poderoso lo sé y si, es increíblemente poderoso, pero tiene muchos límites y condiciones, como mi estado del ánimo, la cantidad de cristal que puedo convertir, en tiempo de cristalización y claro, el mayor limite que tenia; si sobre usaba mi quirk, lo usaba por muchos periodos de tiempo, o cristalizaba mas de lo que mi cuerpo podía soportar, mi piel comenzaba a tensarse, entorpecerse, y después de unos minutos, cristalizarse poco a poco.
El cristal en la piel incomoda en un principio si sólo son pequeños cristales, pero a medida que el cristal avanza, me empiezo a entorpecer y el cristal molesta, al punto de llegar a doler demaciados si hago movimientos bruscos, de hecho, tengo bastantes cicatrices de cuando el cristal se separaba de mi piel, sacando sangre, y a su paso, heridas»
Me senté cansada en el suelo, mis manos estaban cristalizadas hasta el dorso de estas, podía mover un poco mi mano sin problemas, pero necesitaba un descanso; mis tenis estaban un poco cristalisados, seguramente el cristal no había pasado de la tela así que me quite mis tenis con un poco de torpeza, comprobando que sip, mis pies estaban intactos, mis manos por otra parte… debían descansar un poco.
Mierda…
Guarde mis tenis en mi mochila, luego podría quitarles el cristal, pero primero quería gastar un poco de tiempo más antes de volver. Iba a empezar a caminar hacia el jardín de la academia, cuando unas explosiones me interrumpieron, me imagine el peor de los casos, tal vez un villano o aun "asgardiano" de los que me habían contado, pero intente tranquilizarme, de nada servía hacerme falsas ilusiones. Me dirigí al origen de los ruidos, confundiendome al ver a un chico tirado en el suelo, obviamente casado
¿Estas bien?
Me acerque a él, iba a ayudarlo a levantarse pero luego vi mis manos, recordando que estaban cristalizadas, así que solo me limite a sentarme a un lado de él tomando su hombro, para que me viera
¿Cuál es tu nombre? ¿Estabas entrenando? El lugar está un poco…dañado
No sabía si estaba en peligro, entrenando o había sufrido un accidente, las marcas y destrozos de los alrededores confirmaban que hubo ataques, tal vez el se había dañado o algo así, y con mis entrenamientos previos sabía cómo atender a una persona mal herida, así como las preguntas iniciales al ver a una persona en un desastre
Me quede mirando al rubio, seguramente estaba interrumpiendo algo que el hacía, o simplemente quiciera estar solo, pero mi ética y mi moral no me permitía irme sin saber si estaba bien o no, además, no era muy conocida en la academia o no tenía muchos amigos, y conocer a las personas no estaba de más, el no se veía del todo amistoso, pero bueno, nadie es perfecto, ¿no?
Soy Hikari, ¿puedo ayudarte en algo?
No me malinterpreten, no me quejo de mi soledad, es bueno estar sola a veces, disfrutando de la vida y de las cosas, pero extrañaba a mis amigos de Inglaterra, sin embargo sabía que no los podía recuperar. Justamente esa preciosa tarde me la encontraba en mis dormitorios, que Nejire y Midoriya se habían encargado de mostrarme, era una habitación sencilla, pero me había instalado rápidamente dándole mi toque, para mostrar que era mía. Me encontraba estudiando en mi escritorio, no quería perder el tiempo y obviamente quería sobresalir en esa escuela, así que gastar mi tiempo estudiando no era mala opción.
Más mi rutina siempre era estudiar sola en los dormitorios o en la biblioteca de la academia, y esto comenzaba poco a poco artarme. Ya con mi cabeza comenzando a molestar, y mi mano con un pequeño dolor deje caer el lápiz, me recargue aún más en mi asiento, inclinando me hacia atrás, sujetando mi cabeza entre mis manos masajeando mi cuero cabelludo, soltando un suspiro agotado en un intento de relajarme, esa vieja rutina molestaba, exigía mucho para mí mente y necesitaba un descanso. Pasé unos segundos más en esa posición, esperando que el dolor bajase un poco para yo poder continuar, pero con cada segundo que pasara la flojera dentro de mi comenzaba a aumentar, y la idea de estudiar me daba una sensación de pesadez en mis hombros; necesitaba un descanzo…
Me levante de mi escritorio, comenzando a caminar en círculos en mi habitación, esto era más que cansado y necesitaba un plan para evitar estar en situaciones de estrés, ya que las emociones negativas, igual que la mala salud impedían que mi quirk estuviera a su 100%, y ahí es cuando caí en la idea de poder entrenar, seguramente encontraría un lugar en los alrededores para poder perfeccionar mi quirk, podría restaurar los daños y seguramente no tendría problemas con eso, me podría ayudar a desahogarme o sacar todo el este que tenia. Pensé en ir así, con la ropa normal que tenía, pero prefería ir con ropa de deporte, para no dañar la mía.
Tomé un top deportivo y unos leggins que tenía en mi armario que usaba al entrenar y me dirigi a las duchas para bañarme. El agua estaba helada, pero para esta tarde soleada estaba más que perfecto, las gotas caían por mi cuerpo, dejando una sensación de calma en su paso: después de unos minutos, cerré la llave de la ducha, me seque con una toalla que tenía y me pude mi ropa deportiva, dispuesta a volver a mi habitación y traer mis cosas para entrenar. Ya en mi cuarto tomé una pequeña mochila, tomé mi celular y unos audífonos, cerré la mochila, tomé un poco de dinero para ir al comedor y comprar una botella de agua para después del entrenamiento. Lo hice al pie de la letra, y ya con mi botella en mano y mi mochila llena me diri a las afueras de la instalación para poder entrenar.
A los alrededores de la academia había un gran bosque, a parte de un gran jardín que no dejaba nada que desear, daba una vista mágica y ahora con el hermoso atardecer de lejos todo se veía más hermoso. Me dirigí en un claro del bosque donde seguramente no había nadie, deje mis mochila en uno de los árboles cercanos y comenzé a calentar, no quería lastimarme en medio del entrenamiento. El poco viento que atravesaba los árboles era más que refrescante, era una gran tarde para desquitarme con la naturaleza. Ya con unos minutos de pre calentamiento me puse de pie, en pose de pelea, mi niñez se basaba en ver series animadas, y en eso se incluía avatar, y había unos movimientos estilo tierra que me gustaría intentar.
Eran dos pilares pequeños, que podía empujar o apresar al enemigo, me puse en posición, un pie atrás de otro, bajando mi cuerpo para mantener el equilibrio, respire ondo y me relaje unos segundos, concentrandome en activar mi quirk. Apenas sentí como el suelo comenzaba a a ponerse rígido, como prueba que el cristal se expandía abrí los ojos y con mis dos manos empuje el aire, formando dos pilares sin punta a mis extremos, que se expandieron un metro y medio de su base, justo lo que buscaba. Al parecer el movimiento salió bien, solo bastaba pulirlo hasta que me saliera bien.
[…]
Ya había pasado más de una hora, antes el bosque hermoso que me rodeaba, ahora estaba casi cristalizado, con pilares, muros, cadenas, todo de cristal, y clavados en los pocos cristalizados y algunos tirados en el suelo se encontraban agujas, dagas, estalagmitas, carámbanos, todas hechas de cristal que podían ser lanzadas e incrustadas, hechas para dañar pero no matar.
«Mi quirk me permitía cristalizar todo y a todos, suena muy poderoso lo sé y si, es increíblemente poderoso, pero tiene muchos límites y condiciones, como mi estado del ánimo, la cantidad de cristal que puedo convertir, en tiempo de cristalización y claro, el mayor limite que tenia; si sobre usaba mi quirk, lo usaba por muchos periodos de tiempo, o cristalizaba mas de lo que mi cuerpo podía soportar, mi piel comenzaba a tensarse, entorpecerse, y después de unos minutos, cristalizarse poco a poco.
El cristal en la piel incomoda en un principio si sólo son pequeños cristales, pero a medida que el cristal avanza, me empiezo a entorpecer y el cristal molesta, al punto de llegar a doler demaciados si hago movimientos bruscos, de hecho, tengo bastantes cicatrices de cuando el cristal se separaba de mi piel, sacando sangre, y a su paso, heridas»
Me senté cansada en el suelo, mis manos estaban cristalizadas hasta el dorso de estas, podía mover un poco mi mano sin problemas, pero necesitaba un descanso; mis tenis estaban un poco cristalisados, seguramente el cristal no había pasado de la tela así que me quite mis tenis con un poco de torpeza, comprobando que sip, mis pies estaban intactos, mis manos por otra parte… debían descansar un poco.
Mierda…
Guarde mis tenis en mi mochila, luego podría quitarles el cristal, pero primero quería gastar un poco de tiempo más antes de volver. Iba a empezar a caminar hacia el jardín de la academia, cuando unas explosiones me interrumpieron, me imagine el peor de los casos, tal vez un villano o aun "asgardiano" de los que me habían contado, pero intente tranquilizarme, de nada servía hacerme falsas ilusiones. Me dirigí al origen de los ruidos, confundiendome al ver a un chico tirado en el suelo, obviamente casado
¿Estas bien?
Me acerque a él, iba a ayudarlo a levantarse pero luego vi mis manos, recordando que estaban cristalizadas, así que solo me limite a sentarme a un lado de él tomando su hombro, para que me viera
¿Cuál es tu nombre? ¿Estabas entrenando? El lugar está un poco…dañado
No sabía si estaba en peligro, entrenando o había sufrido un accidente, las marcas y destrozos de los alrededores confirmaban que hubo ataques, tal vez el se había dañado o algo así, y con mis entrenamientos previos sabía cómo atender a una persona mal herida, así como las preguntas iniciales al ver a una persona en un desastre
Me quede mirando al rubio, seguramente estaba interrumpiendo algo que el hacía, o simplemente quiciera estar solo, pero mi ética y mi moral no me permitía irme sin saber si estaba bien o no, además, no era muy conocida en la academia o no tenía muchos amigos, y conocer a las personas no estaba de más, el no se veía del todo amistoso, pero bueno, nadie es perfecto, ¿no?
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