El secreto del lago [Priv. con Keigo, Evento]

Alejarse de Deku-kun, sus amigos y compañeros de la academia no es algo frecuente en la vida de la rubia, sin embargo ese día en particular sentía la necesidad de hacerlo.

Toda la mañana se la pasó dispersa en sus pensamientos e incluso olvidó algunas tareas recibiendo llamadas de atención por parte de sus profesores durante las clases...no comprendía, se sentía tan agobiada que lo único que deseaba era respirar un poco de aire fresco.

» Tal vez, sólo necesito aclarar mi mente...«

Al llegar el medio día terminando la clase, se escabulló para que sus  amigos no se percataran de su presencia y fue rápidamente a su habitación donde preparó algunas cosas que creyó le ayudarían para escapar a un lugar en particular.

━ Aquí vamos.... ━ Susurró para sí, emprendiendo el camino hacia el lugar donde esperaba encontrar una respuesta a su sentir.

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                           ↬ Bosque de pinos

Después de un par de horas de camino, el olor característico de aquel lugar se manifestó acompañado de una brisa ligera que hacía que su cabello se agitara con fuerza.

━ Sin duda...necesitaba un lugar así.━ Expresó luego de respirar un poco, para comenzar a adentrarse entre los frondosos pinos del lugar.

En realidad, no comprendía bien que buscaba... simplemente se dejó llevar por sus pasos. El cielo comenzaba a cambiar a los tonos característicos de un bello atardecer, con cada paso su corazón se aceleraba más y más.

Finalmente sin saber cuánto se había adentrado en el lugar o cuánto tiempo había caminado, sus ojos se toparon con un espectáculo maravilloso.

Un enorme lago cristalino que no había visto jamás, estaba totalmente frente a ella. En ese momento mil sentimientos se manifestaron dentro de su ser, quedándose en su mayoría la nostalgia y la tristeza.

Sintió como su cuerpo no podía mantenerse en pié y localizó con la mirada una banca cercana dónde finalmente se sentó.


No podía explicar lo que sentía, mucho menos lo comprendía. Estaba aterrada, su mirada se cristalizó y miraba hacia el suelo, un mal presentimiento la abordaba.

Su instinto nunca fallaba ¿A qué se debía todo ésto? Esa era la única pregunta que rondaba su mente en ese momento a la cual la respuesta no llegaba.