Por fin un rato de diversiones. [Con Sylvie]

Habían pasado unas semanas desde que el chico con cabeza de piña había llegado hasta la ciudad, más en específico a el Instituto/Internado Legacy en donde se adaptó en tan solo unos días, sin embargo no habia disfrutado demasiado, todos los días eran lo mismo, hasta que se volvía una rutina completamente repetitiva y aburrida incluso para Rokudo así pasaron un par de semanas que por fin lograron hartar al peliazul por lo que buscaría un poco de diversión.

No sabía exactamente qué es lo que haría pues realmente conocía poco tanto de la ciudad como de cosas divertidas por hacer, después de todo incluso Mukuro no tenía amigos en ese lugar salvo una chica que conoció hace tiempo, en todo caso no tenía claro que debía hacer, ¿Cómo disfrutar su día libre?

Después de pensarlo un buen rato y dar un par de vueltas por al rededor de la academia recordó que unos jóvenes en su clase hablaban acerca de lugares famosos como un cine, diversos museos y por último un parque de diversiones, del cual hablaban un montón, mencionaban cosas como "Es el mejor lugar para conocer gente y subir a los juegos, además tenía un montón de atracciones extra."

Fue entonces que aquel hombre decidió visitar dicho lugar, no estaba seguro de dónde quedaba sin embargo dado el tamaño del lugar sería fácil encontrarlo, así paso al rededor de una hora y por fin logro encontrar el lugar, entró al ya dicho parque de diversiones y empezó a observar el lugar dando una vuelta rápida por todo, había una atracción o juego que le pareció interesante, y era una rueda de la fortuna, de la ciudad en la que vivió por un par de años nunca de vio un parque de diversiones así, de tal modo que a pesar de su edad parecía un niño pequeño un poco emocionado por todo lo que veía a su alrededor.

— Seguro sería más divertido que alguien más estuviera aquí, a pesar que me interesa poco estoy seguro que se volvería más interesante, como sea, al menos podré probar algunos juegos, quedan unas horas antes de que cierren.

Fue directo a la Rueda de la fortuna aunque antes tenía que pasar por una larga y tormentosa fila que duro al menos media hora, media hora la cual parecía ser eterna pues parecía nunca avanzar, y al final cuando pudo subir había un inconveniente, aquel lugar solo se podía subir en pareja, claro que no podría pedirselo a alguien pues sería muy raro, ademas, ¿Quién querría? así que, ¿Qué podría hacer?

Para su suerte detrás de él había otra chica que parecía estar sola en la fila tras de el, parecía que tampoco sabía que solo se subía en pareja, así que Mukuro sín pensar podría hipnotizarla o jugar con su mente para hacerla creer que son novios o buenos amigos, sin embargo esta vez no quería hacer eso así que solo se acercó a ella y le dirigió una sonrisa un poco extraña por parte de Rokudo sin embargo tenía que parecer buena persona.

— Veo que tú también estás sola, ¿Porqué no subimos juntos? No será necesario que hablemos o algo parecido, sería muy raro, ¿Te parece bien?

La albina se encontraba bastante bien en sus asuntos. Sólo había salido un rato de sus actividades para buscar criaturas que destrozar como si de papel se tratase. Aquella rueda de la fortuna le resultaba perfecta, ya que podría encontrar sitios más lejanos para después aventurarse en los mismos: eso es por lo que había venido, nada más.

Más cuando un sujeto se aproximó a esta y le ofreció una sonrisa un tanto extraña acompañada de un diálogo curioso, alzó una de sus cejas y se cruzó de brazos, mirándole de pies a cabeza en busca de alguna amenaza potencial.

— A ver, dejame ver si entiendo. Quieres que me suba contigo, pero no quieres que conversemos porque eso sería "raro". . .¿Qué no sería más raro subirse con un total desconocido y no dirigirse la palabra? No me hagas reír, pierdes tu tiempo. —

Una vez aclarado su punto, desvío la mirada hacia un grupo de niños que gritaban y correteaban por todo el lugar sin alguna vergüenza por ello. Esto la había hecho enfadar, y sus oídos habían sido fastidiados con sus voces agudas. Verdaderamente los odiaba, y se notaba.

Simplemente ignoró al chico en espera de que se fuese, ya que no tenía mucho interés en ir con él. Si le negaban la entrada, le daría igual y haría lo que quiera, porque tampoco es algo súper importante.