Go to the Hell (Priv. Kettei)

Era hora de tomar el control con respecto a la situación de su sello, no podía permitirse perder el control en cualquier momento,  para conseguir una mejor información o algo que le ayude a reforzar el mismo debía empezar por ir al infierno, sin duda alguna  era el mejor lugar para empezar, pues allí fue que capturo a la demonio cautiva en su interior, su magia obviamente se estaba debilitando pero estaba segura que podía encontrar algo nuevo que le permite restaurarse en su totalidad, un hechizo o magia antigua, todo fuera por no dejar que su cuerpo fuera poseído por alguien más.

Eran alrededor de las 7 de la mañana, intentó hacer el menor ruido posible para no despertar a Kaleth, pues no deseaba que se preocupara  de más con respecto a su situación. ya de por sí notaba cierto malestar en él, esto era algo que simplemente era su problema, se descuidó por unos momentos ocasionando es apertura, su servant no debía preocuparse por ese tipo de asuntos. Sin despedirse dejó la habitación sonriendo levemente al pelinegro -Volveré pronto Kal- susurró suavemente mientras cerraba la puerta con cuidado, empezando a caminar a las afueras de la academia para tomar un taxi que la llevará a la zona este de la ciudad, conocía de un portal mágico que estaba estructurado para llevarte a Alemania, sin embargo ella conocía muy bien el camino al infierno, solo debía cambiar la dirección del portal para su destino.

Bajó del taxi y se coloco una bufanda roja, hacía un poco de frío, quizás el haber usado unos shorts cortos no había sido la mejor de sus ideas, pero pensó que por el simple hecho de llevar un abrigo y medias que llegaban a la mitad de su muslo le ayudarían con el frió, pero no era momento de arrepentirse, de igual forma soportaba muy bien ese tipo de clima. Miró aquel portal y con un simple chasquido de sus dedos el mismo cambio a un color rojizo y podía sentir el aire helado y sombrío que solo podía pertenecer al infierno, sonrío a medio lado empezando a caminar.

Normalmente sus días empezaban con un buen café tras despertar del profundo sueño que siempre atacaba su mente debido a todo el trabajo que llevaba haciendo desde hace días, se acercaban las festividades y por ende evaluaciones tanto de alumnos como de profesores, el debía evaluar a los que estaban a su cargo mientras tenía que llenar formularios y otras cuestiones para ser testeado él mismo. Sin embargo ese día lo inició con un sobresalto, una pesadilla lo lanzó de la cama, despertándolo al chocar el suelo. La razón de aquello es que tuvo una visión de sus padres siendo asesinados por nada más ni nada menos que él, con sus propias manos envueltas en una energía más oscura de lo que cualquiera imaginaría, lleno de temor, ira, remordimiento y desesperación. Esas fuertes emociones más la escena simplemente lo sacaron de su eje, además, comúnmente era capaz de controlar dichos estados, el problema era que su energía empezaba a mostrarse más alterada a causa de que el sello a sus espaldas volví a debilitarse luego de haber pasado un buen tiempo de 150 años. Adoptando una buena postura, estirándose y procediendo a desayunar, pensó para sus adentros el claro objetivo de hoy....

-Necesito bajar al inframundo para conseguir esos metales....sin ellos no se puede hacer el ritual de mantenimiento adecuado-

Y allí estaba claro como el agua, iluminado como si fuese un cartel de neón, "conseguir los metales demoníacos" necesarios para recuperar la tranquilidad interna que era necesaria para afrontar el día a día. Como archi-demonio, era claro que simplemente con desearlo y concentrarse lo suficiente, podría abrir un portal al infierno en el lugar que quisiera (menos claro la zona del castillo real y sus alrededores), para llegar lo más rápido posible al sitio donde podía obtener esos metales. El problema es que en el infierno se tiene un registro de las energías que entran y salen, por ende, si él abría un portal desde donde estaba, sabrían de quien se trataba y desde donde entraba, así que podrían perseguirlo hasta la academia y arruinar su vida "normal" junto a su hermana. La única opción restante constaba de un portal mágico que se ha mantenido abierto por una cantidad considerable de tiempo, el cual conecta Rokkenjima con Alemania, si usaba la energía de ese portal para entrar al infierno, estaba seguro de que ésta vez podría ir sin problemas....no como las veces anteriores.

Resuelve entonces que debería dirigirse hacia dicho portal si quería lograr pasar desapercibido hacia la dimensión que era su hogar anteriormente, y sin demora prepara su equipaje realizando luego el viaje pertinente en tren hasta llegar al sitio donde el portal estaba abierto. Era usual avistar esa conglomeración energética en tonalidades azuladas a celestinas....sin embargo, lo que en sus ojos se podía ver reflejado era un remolino carmesí que daba la bienvenida a la tierra de la desesperanza, desde la cual emanaba un aire pesado y frío hacia el exterior. Ciertamente se trataba de la entrada al infierno.

-¿Hm?, oh...-

Otra cosa, o mejor dicho persona, resaltaba en su visión, una joven de cabellos rosados que le parecía familiar, aunque al estar ella de espaldas no podía asegurar la identidad ajena. Se acerca hacia el portal ya que de todas formas debía atravesarlo para lograr el primer paso que lo llevaría hacia su objetivo actual, y una vez a un lado de la chica es que le reconoce, adoptando así una leve sonrisa amable en el rostro.

-Buenos días Inori-dono, ¿tan temprano hacia abajo?-