Un simple y gran paso. | Con Juvia |

Exactamente eran las 5 de la tarde hora acordada de la cita entre ambos chicos (Juvia y Jyugo), llego al parque el sitio de reunión entre ambos, aquel era justo el sitio acordado para la cita, el cielo estaba nublado y el agua caía poco a poco cada vez aumentaba más la rapidez y fuerza de la caída de la misma.

Pasaban los minutos esperando a que la chica llegara sentado en un sitio techado tratando e no mojarse.

—Espero y no se tarde mucho, que esto empeorara al parecer… —

Susurraba para sí mismo mientras miraba hacia ambos lados esperando verla con bastante nervios ya que nunca había ido a una cita oficial por decirlo así.

— Aaah~ ¡Es como un sueño! Al fin tendré una cita con Jyugo-sama.~ Juvia está tan felíz. —

Exclamó con gran emoción, mientras caminaba por la calle rumbo al lugar acordado para ver al joven. Imaginando a que clase de sitios románticos irían, sus mejillas se ruborizaron, llevó ambas manos a su rostro, cubriendolo por la vergüenza de sólo imaginarse su cita con Jyugo.
Estaba nublado y unas gotas de agua comenzaron a caer, la peli-azul se apresuró.
Al cabo de unos segundos, la lluvia comenzó a caer más fuerte.

Llegó al lugar donde estaba el joven, toda empapada por el agua pero felíz de ver al chico que se encontraba sentado en un sitio techado, resguardandose del agua.

— ¡¡¡J-Jyugo-sama!!! —

Dijo con emoción, quería abrazarlo, aunque no sería muy buena idea por lo mojada que estaba su ropa.
Se acercó al joven dedicándole una gran sonrisa y observandolo con un gran brillo en sus ojos, como si fuera un cachorrito emocionado de ver a su amo.

— Me alegra de que hayas llegado preciosa... —

Este al sentir el abrazo de su chica le dio un pequeño beso en la frente para después separarse y volverse a sentar junto a ella.

—Este es el peor momento para llover, pero no pasa nada, supongo yo que es más romántico. ¿No? —

Soltó una pequeña risa mientras la abrazaba con el hombro con bastante felicidad.

— ¿Sabes? Siempre me decían que por tener cadena perpetua no tendría a nadie… Y al parecer era falso ya que te conseguí a ti, y estoy bastante orgulloso de eso, pero saliendo de ese tema necesito que cierres los ojos y te dejes llevar ¿Sí? —

Menciono levantándose otra vez del banco a la vez extendiéndole la mano para que se pudiera apoyar.