Día de campo (Tsuna)

Durante la mañana del viernes la maga de agua corría apresurada hacia la habitación de Tsunayoshi Sawada, cargaba consigo una mochila. Entró al cuarto del castaño y se sorprendió de verlo aún en cama profundamente dormido, leves ronquidos se escuchaban y había muchas cosas regadas por el suelo. Era algo desordenado.

— ¡Tsuna! ¡Tsuna! ¡TSU-NAAAAAAA! — pronunció en voz alta al ver que el Vongola no despertaba.

— ¡Tsuna se hace tarde para el día de campo! ¡Rápido, rápido! — repitió la peliazul una y otra vez.

Días anteriores habían planeado salir, después de arduas clases un poco de descanso es lo que merecían. La primera opción era ir a la playa, pero debido a que Tsuna no sabía nadar, eliminaron esa opción. La segunda era ir a la plaza, pero seguramente Juvia se gastaría todo su dinero en obsequios para su pareja, así que también eliminaron esa opción de la lista. Por último sólo les quedó ir de día de campo, por lo que ninguno estuvo en desacuerdo. Quién sabe que clase de aventuras les esperaría.

Juvia a toda prisa tomó la mochila que había alistado la noche anterior, estaba tan emocionada que jaló al castaño de la pierna para que se despertara. Tsuna cayó al suelo.

— ¿Cuánto puede dormir, Tsuna? Ya es tarde — exclamó Juvia.

— ¿Ya está despierto? Debemos apresurarnos a tomar el primer autobús. — dijo Juvia

Se le notaba un tanto desesperada, después de todo no había salido en mucho tiempo, Hawk estaba ocupado y su Erik hace días que no lo miraba, estaba desaparecido... Otra vez. Por más que quería permanecer calmada no podía evitar estar temerosa, ¿La habría abandonado?

Bueno, un fin de semana lejos de la ciudad la ayudaría a despejar su mente.
Vio la hora en su celular, marcaba las 7:15 a.m.

— El primer autobús pasa a las 8:00 rápido Tsuna, vístete. Juvia lo esperará afuera.— musitó la hermosa peliazul y salió de la habitación para darle un poco de privacidad.

El joven Vongola se encontraba acostado en su cama abrazando su almohada mientras que descansaba de una batalla amistosa que tuvo con alguien llamado Saitama este estaba con una mirada tranquila con los ojos cerrados este hacia leves ronquidos mientras este escucha a su querida amiga la maga del agua pero este solo quería dormir asta que escuchaba sus gritos mientras se mueve un poco.

- Zzzzzz

Siente como jala su pie saliendo de la cama cayendo boca a bajo recibiendo un leve golpe mientras se levanta apunto de gritar pensando que era el arcobaleno del sol asta que ve que era su amiga.

- Ah ... hola Juvia perdona ya me levanto

Este tenia una ropa puesta que era una playera naranjada oscuro con una chaqueta negra encima con unos pantalones negros y unos zapatos deportivos blancos mientras se estira se va al baño a lavar su cara y toma su cepillo de sientes con su mano izquierda toma la pasta dental le aplica un poco a su cepillo este introduce un poco su cepillo de dientes en su boca y procede limpiar sus dientes, pasan alrededor de 2 minutos mientras escupe en el lava manos y lava el cepillo de dientes lo pone en su lugar, cierra la llave para luego volver con su amiga este tenia leves rasguños en sus mejillas.


-¡Bueno nos vamos Juvia!

Exclamo con su amabilidad de siempre mientras le da un beso en la mejilla a su amiga dando le los buenos dias este va caminando lentamente a la puerta de su cuarto.

El castaño tardó unos minutos en estar preparado. Juvia lo esperó con paciencia pero sin dejar de ver la hora en su teléfono móvil, ya casi pasaba el autobús. Una vez que el joven Vongola estaba listo saludó de forma amistosa a la peliazul, dándole un beso en la mejilla, a lo que Juvia pestañeó y sonrió.

— Eh, vamos, el transporte ya casi llega. —

Exclamó y tomó del brazo a Tsuna. Salieron de la habitación y aceleraron el paso mientras caminaban por los pasillos de la Academia, hasta salir de ella Y dirigirse a la parada del autobús. Llegaron a tiempo, pero estaban un poco agitados después de correr a toda prisa. Casi al instante, a lo lejos se acercaba el autobús que los llevaría a sus aventuras.

— ¡Mire, ahí viene! — dijo Juvia señalando con su dedo índice.

El autobús se acercó y se detuvo para recibirlos. Juvia tomó de nuevo al castaño y subieron. Pagaron su viaje y se sentaron en los dos lugares que había disponible, Juvia a lado de la ventana con Tsuna a su lado.

— Juvia está emocionada. — musitó la peliazul mientras le dedicaba una sonrisa al Vongola.

Durante el trayecto estaba viendo por la ventana, pronto dejaron la ciudad y llegaron a unas áreas perfectas para acampar. El viaje duró alrededor de una hora. Se detuvo el autobús y todos bajaron.

— Mire Tsuna, es perfecto para acampar. —

Exclamó emocionada cuando bajó del transporte y observó las bonitas áreas verdes. Ya sólo faltaba buscar un buen lugar para empezar con su día de campo.