Una alianza momentánea [Crow, Nejire, Mirajane, Rimuru, Rin, Mordred, Hawks, Atalanta, Izuku, Arturia, Ochako, Chess, Sakura, Jeanne, Serena, Tsuna, Nero, Morgiana, Lacus, Tamaki]

El atardecer bañaba la estructura de la torre, el sol envolviendo a la metrópolis cálidamente antes de que todo se oscureciera, cual bruma e inútil protección de los horrores de la noche. Horrores que no paraban desde hace semanas en Tokio, todos extraños, misteriosos y llenos de dudas por parte del departamento de policías y que aterrorizaron a la ciudadanía al punto de mirar por sus hombros en la noche, temerosos del sonido de sus propios pasos…

¿Cuáles eran estos horrores?

Fácil, desapariciones misterios, cuerpos asesinados de horribles, crímenes inexplicables en sitios comunes. Lo peor es que eran personas de gran poder las que desaparecía, o en el mejor de los casos su cuerpo era encontrado en un estado apenas identificable. La prensa se vio callada inexplicablemente con sus palabras, pocas noticias podían expresar su opinión libremente.

Pero la torre se mantuvo erguida; a pesar de ser testigo de los horrores al ser uno de los puntos de crimen más recientes. Un homicidio de raro contexto en medio de las funciones nocturnas de la torre. Y desde entonces la torre se mantiene cerrada, la cinta de “Peligro” y “Escena del crimen” eran visibles completamente.

La policía había cerrado la torre desde entonces, ayudando a que las personas no salgan tan noche gracias a un toque de queda. Era lo único que podía hacer, pues no había evidencias y las únicas que podían recolectar eran callejones sin salida que llevaban a la familia de las víctimas. Hace días de ese suceso, que era el más reciente.

Desde ese incidente la pesadez invadio Tokio, como una sombra al acecho, tanto silencio durante las noches… y la mayor parte de luces estaban apagadas, la metrópolis estaba muerta durante las noches, sin ruidos, sin luces en las casas y edificios, sin nada que pudiera proteger a las personas de su propio temor.

Y ahí es donde la torre había brindado una sensación de seguridad antes de los incidentes, alumbrando con colores veraniegos que resaltaba el naranja de su pintura. Pero ahora la torre se mantenía apagada, los trabajadores temían salir de noche para prender las luces de está, dejando sólo las automaticas luces LED de las antenas en lo más alto.

La ciudad entera estaba temerosa de todo, de sus amigos, de sus familiares, de su sombra.

Aún con una noche tan aterradora habían ciertos descuidados que no sentían los temores de los otros, el asesinato era tan familiar para algunos que por muy grotesco que fuera, estaban seguros de que sabían cuidarse solos.

Nieblas rojas envuelven la vida
despedidas de seres mortales
tales que hacen males
y eliminan a la gente querida

Mencionaba al aire algunos versos con esa voz tan tranquila, su paso parecía ser lo único audible por esas calles, una sonrisa dulce junto a unos ojos profundamente negros, la figura poseedora de estos atributos parecía caminar en la seguridad de su hogar a pesar de que sus supersentidos habían detectado un rastro de sangre, conocía las condiciones de aquella torre.

Creo que no me hace falta que estoy dispuesto a derramar sangre si la situación lo a merita.

Sus ojos se tiñeron de un brillante rojo mientras alrededor de su caminante figura había una especie de charco de polvo de hiero que lo seguía. Pasaron minutos para que llegara a la comisaría mostrando una salvoconducto y sentarse.

Miren, soy un profesor particular aunque no lo parezca, tengo algunas habilidades que podrían gustarles, quiero encontrar a ese asesino del que tanto hablan, no puedo dejar que la próxima víctima sea un amigo cercano o uno de mis pocos alumnos...

Dió tal discurso que pudo convencer a los pocos policías que trabajaban, no se tardó en mostrar que tenía ciertas habilidades especiales para la investigación, declarándose un detective privado finalmente pudo obtener algunos documentos y archivos.

Muy bien, con saber la condición de los cuerpos es suficiente...

En su mente pensaba "tendré que pasar por la morgue si es necesario".

Gracias a los recientes sucesos que dejaban perplejos a todos los habitantes de aquel lugar, su trabajo como heroína se vio afectado, no para mal, para nada. Era todo lo contrario, extendieron sus horas de patrullaje, haciendo que empezará a estar en las calles vigilando desde temprano, y volver al Instituto a altas horas de la noche. Todo lo que habían llegado a conocer fue brutalmente arrebatado, haciendo que los habitantes tuvieran que adaptarse a una vida completamente diferente. Las estrellas eran opacadas por nubes oscuras, y las calles desalojadas daban un aspecto más tenebroso a la ciudad.

¿Cómo había empezado todo eso? No se lo explicaba, primero fueron una o dos víctimas, pero aquel número fue subiendo sin cesar, como si el fín de aquella cifra jamás fuera a llegar a su fín. Cada vez desconfiaba más de su entorno, pero debía ser fuerte por todas aquellas víctimas que estaba sufriendo ahora, no iba a rendirse cuando era probable que ellos estaban luchando con su vida.

Todos pensarían que, al ser una heroína, tendría  información de los medios comunicativos... Pero estaban mal. Ni siquiera ella recibía suficiente información sobre la situación en la que de encontraban, eres desesperante. No tenía la manera de ayudar mas que hacer que cumplieran con el toque de queda, o ayudar a algunos ancianos con sus compras.

De hecho, una vez tuvo la mala suerte de avisar a una abuela sobre la falta de pruebas para proseguir en el caso del desaparecimiento de su nieto. Presenció como el corazón de la mujer se hacía pedazos, y las lágrimas humedecian su arrugada piel.

- Lamento decepcionarla, señora. ¡Pero le aseguro que estamos haciendo todo lo posible! Y aunque su caso haya sido pasado a segunda plana... ¡Yo seguiré buscando a su nieto, confíe en mí! -

Eso fue lo último que pudo decir antes de que la mayor cerrará la puerta en su cara, dejándola ahí, con un dolor en el pecho. No tuvo más remedio que irse del lugar, con sus animos hasta el suelo, ya era tarde... Ni ella tenía permitido permanecer hasta esas horas fuera del Instituto.

(. . .)

Aún recordaba la expresión de aquella mujer, al perder lo único que amaba. Daría lo que fuera para darle una sonrisa, pondría en riesgo su vida si fuera necesario. Y sí, lo estaba haciendo. Fue mandada directamente a la torre del lugar, claro, no podría ir sola, necesitaba compañía para eso. En esa ocasión, fueron asignados Amajiki, su compañero de clase, Uraraka y Deku juntos, y el héroe profesional; Hawks. les conocía bastante bien, por otro lado, estaba Saber, Serena, y otra chica que tenía el mismo nombre que Saber... Era tan confuso.  Conocía los nombres de las tres últimas chicas por su necesidad de preguntar todo lo que se le viniera a la mente, un mal comportamiento, dicen algunos.

Todos se dirigieron  a la torre, aquel lugar que lograba hacer que su piel se pusiera de gallina, y que un sudor frío bajara por su cuello. Tenía miedo, claro que sí. Pero, respiró hondo, y se repitió a sí misma. "- Relajate, es normal tener miedo, el punto es no dejarse llevar por el... Todo estará bien. -

Suspiró profundamente y  cuando llegaron, se dirigió hacia el chico con el que podía jugar un poco, Amajiki. Llegando por detrás de él en total silencio, le abrazó de golpe abalanzandose contra él, rodeando la cintura del masculino.

╼ - ¡Amajiki-kun, Amajiki-kun! No tengas miedo, ¡yo estoy aquí, y te protegeré! -

Para ese entonces, no estaba consiente de lo que estaba por llegar, y como las cosas se tornarian aún más oscuras para ellos... Y tal vez, no serían los únicos.

Incluso los acontecimientos llegaban a afectar su estabilidad en Asgard. Todos se veían afectados por las constantes desapariciones en la ciudad, ella, personalmente, había desarrollado un click nervioso para ese entonces. Sus hermanos menores, no les había visto desde que se infiltró en Asgard, ¿ellos estarían bien? ¿No estaban asustados, verdad? Si lo estaban, ella se encargaría de terminar con la persona que éste detras de esto, nadie asustaba a sus hermanos y salía ileso para contarlo.

Salía de Asgard constantemente y paseaba por la ciudad, si, estaba infringiendo el toque de queda, pero si esa persona llegaba a ella queriendo hacerle daño, ¡se enfrentaría a la mismísima demonio maldita! No se la dejaría tan fácil. Veía como el sol se ocultaba detras de las nubes por la vergüenza que este sentía, la culpabilidad brillaba más que la luz del sol, o al menos, así lo interpretaba ella. Sí, debía aparentar que no le importaba... Pero no podía hacerlo, ella era una maga de Fairy Tail, y una residente de Legacy, estaba en su naturaleza.

Volvió a Asgard con dos bolsas en las manos, las cuales sólo contenían bolsas de dulces. Pero fue sorprendida por aquel tenso aire que caía sobre los hombros de los asgardianos... Sí, ellos debían encargarse de eso, no permitirían que alguien más les arrebatara el poder, eran tan egoístas... No tuvo más opción que sólo aceptar y hacer lo que decían. Se dirigió junto algunas personas, no las conocía a todas, básicamente su conocimiento se limitaba a dos personas, Rimuru y Rin. Y aunque no conociera a los demás, tenía en claro sus nombres, Chess, Avenger, Saber, Rider, Sakura, Hajime y Kiritsugu.

Todos se dirigieron al foco de todo, la torre de Tokio. Ella no usó su transformación para ir volando, debía conservar su mana para cuando sea necesaria. El atardecer caía sobre ellos, dejando ver como la ciudad se transformaba a un lugar más penumbro, estando solamente ellos fuera de casa. O eso pensó, hasta que pisó la torre de Tokio pudo darse cuenta de que no estaban sólo los de Asgard, y claro, reconocía a algunas personas de Legacy... ¿Qué hacían ellos aquí? Debía mantenerse lejos, no quería que alguno la reconociera... Aunque no estaba ninguno de Fairy Tail como para que arruinara su infiltración. Todo estaba bien...

°- Rimuru-sama, ¿tú sabías que ellos estarían aquí? -°

Se tuvo que agachar para poderle susurrar al oído al rey demonio, sin despegar la mirada de los legacianos. Esto se pondría feo.

[ 21:58, Biblioteca del internado Asgard. Hace dos días ]

Llueve. La luz es tenue, el sitio es suavemente impregnado por el aroma de la tierra mojada y del viento del norte que agita con fuerza la mansión desde afuera. Una tormenta, eso es lo que es. Los relámpagos azotan los cielos con intensidad, como soldado romano que castiga a un preso de forma inmisericorde. Los cielos, en respuesta, rugen con ímpetu y con desdicha, como aquel a quien desfiguran a punta de tan ruin tormento. En contraposición, el ambiente dentro de la biblioteca resulta mucho más reconfortante. No hay luces encendidas en el interior, pero una joven vela erigida sobre la mesa se encarga de suplir tal tarea. El sitio es fresco, pero no hace frío. Los jóvenes estantes de madera retienen bien el calor, por lo que no hace falta calefacción para mantener una temperatura agradable. Y ahí, al rededor de una mesa de antiguo aspecto, se encuentra iniciada una reunión.

– ¿Políticos asesinados por sus familias, dices?

La joven criatura preguntó con algo de curiosidad. Hasta donde la charla había llegado hasta ahora, su semblante se había mostrado desinteresado y perezoso. Tener que estar encerrado en un cuarto con un grupo de personas para hablar de cosas aburridas no sonaba como algo que la temible academia de villanos haría. No era en lo absoluto nada del gusto de alguien que tenga un gramo de sentido de lo que es la diversión. Pero ahí estaban, todos y cada uno de los integrantes del internado, obligados a escuchar un tedioso discurso de Siegrain acerca de "asuntos importantes" que no resultaban ser otra cosa sino informes estúpidos de actividad criminal ajenas al internado y que a nadie importaban. Todo era de lo más absurdo e innecesario de oír, pero todo tomó un rumbo interesante al escuchar la última noticia. Algo que hasta ahora nunca en la historia había sucedido, y que resultaba cuanto menos algo sumamente peculiar.

– ¿O sea que en los últimos días le ha dado a las esposas e hijos de gente reconocida por quitarles la vida a esos idiotas de formas enfermizamente sanguinarias? Uhh, tienes mi atención, más vale que sea bueno.

Desde ese momento, la situación en aquella sala comenzó a ponerse más tensa. El líder del consejo estudiantil habló acerca de una posible conspiración, de alguien que se había hecho pasar por los inculpados de los asesinatos, o de alguien que los había obligado o manipulado de alguna forma para cometer aquellos horribles crímenes. Fuere cual fuere la situación, la única conclusión a la que se podía llegar es que alguien estaba eliminando a gente en cargos importantes. Falta de poder legislativo significa elecciones, lo que a su vez desemboca en un cambio drástico en la balanza del poder. Nadie aún entendía lo que aquello significaba. Ni siquiera Gran Sabio podría responder a una incógnita considerada como un secreto, por lo que solo quedaba investigar más del asunto. Cualquiera con el poder para causar tanto caos era una amenaza para los planes de dominio de Asgard, así que habría que ocuparse del asunto a la brevedad.

[ 18:22, Tokio Tower. Presente Inmediato ]

La caballería de Asgard iba ya llegando al epicentro de los acontecimientos. Era justo la hora del ocaso, por lo que el cielo podía apreciarse en su tono más rojizo, justo instantes antes de perecer para dar sitio en el cielo a la bella y modesta luna blanca. Ya que molesta academia para héroes estaría investigando el hecho también, una tregua pareció ser lo más conveniente para ambos institutos, de forma que no entorpecieran el trabajo del otro a la hora de realizar su labor. El hecho resultaba como mínimo asqueante para el limo, quien consideraba repulsivo el hecho de colaborar con tremenda bola de "insectos hipócritas e inútiles", como él personalmente les consideraba. Sin embargo, a sabiendas de que Crow estaría entre ellos, su molestia se disipó de a poco. Incluso decidió asistir al evento en sus mejores galas, con la convicción de hacer de aquella una noche entretenida sin importar qué.

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– ¿Hoh?

La andrógina criatura de fémina figura alzó una ceja estando ya cerca de la torre al percibir una presencia conocida. Alguien a quien ya se había encontrado en más de una ocasión y a quien el destino al parecer insistía en seguir reuniendo con el slime. Aquello hizo que una ligera sonrisa fuera dibujada en su rostro. Una sonrisa traviesa y divertida, como la de quien recuerda con burla a alguien cayéndose de cara al piso. Sin embargo, no dijo nada al respecto a ninguno de sus compañeros. De todas maneras se enterarían al verlos, así que no vio la necesidad de mencionar algo. Por el contrario, llegó el momento en que finalmente era visible el grupo que Legacy había enviado para la misión. Todos estaban ahí, aunque el Rey Demonio solamente se fijó en una persona en específico. Sin embargo, antes que pudiera acercarse a molestar, una de sus compañeras de clase le arrojó una pregunta, a lo que este respondió con una voz bastante gentil para un demonio, pero con un tono pícaro que solamente digno de su raza.

– Sí, ya lo sabía. Escuché que Siegrain-san hizo un acuerdo con la directora de Legacy. Tampoco me encanta la idea, pero no queda de otra que trabajar juntos. Aunque si quieres los matamos aquí mismo, no hay problema. Lo dejo a tu decisión~ –Apenas exclamó eso último, ya estaba llevando la mano a su bolsillo, de donde sacaría al momento su clásico mechero de bolsillo con el que acostumbraba empezar cada batalla. Era imposible saber si hablaba en serio o no, pero sí estaba en claro que Rimuru Tempest no amaba la idea de participar en conjunto con la Academia Seeds of Legacy.

Dos días. La primera gran tormenta anunció su llegada en medio de una reunión entre los integrantes de Asgard. Haciendo rugir el viento contra las ventanas de la biblioteca, además de poder tener la iluminación momentánea de los rayos. Le gustaban las tormentas, pues el ambiente se cargaba de mana, se renovaba, pero no podía salir de la reunión aún. También no se lamentaba de eso, pues podía admitir que la situación a tratar le interesaba, cada palabra que salía de los labios de sus compañeros y director le hacían pensar en grandes posibilidades, la primera con muertes sin explicación alguno se le ocurrió Rider, o incluso a cómo cazaba Caster, pero era imposible, Rider no lo había hecho y Caster no estaba aquí. Así que ahora tenía tantas ganas de resolver el misterio que prestó atención, incluso si hubiera sido un mago capaz de manipular a las personas normales la Asociación ya hubiera intervenido así que no podía ser un mago, lo que la desilusionaba.

Y aquí estaba, preparándose para salir de misión a Tokio tras dos días de investigación, Siegrain había podido hacer una alianza con los de Legacy, suponía que para no entorpecer el trabajo del contrario y así poder tener el apoyo necesario para capturar al “asesino”, a su parecer una tontería, pues creía que los de Legacy entorpecerian su captura sí utilizaban a rehenes, o peor, si el campo de batalla se desenvolvia en un lugar publico. Esperaba que al menos de ser de noche no hubiera personas normales fuera de sus casas que entorpecieran la cacería, al menos de parte de ello. Probablemente los legacianos sólo buscarían capturarlo y llevarlo ante la ley.

—Espero esta noche sea divertida.

Estiró sus brazos, hoy había dormido hasta tarde para poder mantenerse toda la noche despierta, preservando su mana al máximo. Hace apenas unos minutos había comido y ahora se estaba vistiendo para poder afrontar cualquier situación: así que decidió usar un traje que Rimuru le había entregado como premio por poder dominar la magia de fuego. Era de la misma tela que sus guantes, los cuales ya estaban acomodados y listos. La corta explicación que le había dado del traje es que podía modificarlo a voluntad, así que estaba muy a gusto con el, y en este momento preferiría que estuviera en forma de un un conjunto de short-falda y playera, todo pegado. Parecido a un palaxo, y ya había comprobado que este podía modificar su estructura puesto, para poder proteger sus piernas de  cualquier cosa, ya fuera de su fuego o algo más.

”Es familiar… y a la vez no”.

Pensó, relamiendo sus labios mientras se hacía una trenza de lado para que su cabello no le molestase en caso de un combate, amarrandolo con una de sus cintas rojas. El traje quedaba bien en su cuerpo, como su anterior ropa favorita, sólo que este traje era todo negro, y sin la cruz que antes usaba. Para su suerte podía hacer varios bolsillos para guardar sus gemas, desde que Crow le enseñó a replicarlas no había comprado joyas de una que ya tuviera. Un alivio para los fondos de los Tohsaka, que pronto ampliará…

”Es hora”.

[18:22 pm Metrópolis de Tokio].
Junto a los demás había decidido investigar el último lugar de los incidentes, la gran Torre de Tokio. Le parecía un poco excesivo a los que habían mandado a investigar de su bando; por su parte había invitado a Mordred por ser su servant. Y ella misma se había ofrecido a ir sólo para ver si cierto héroe estaba entre ellos… aunque la desilusión llegó a ella cuando no sintió el mana del chico cerca de la torre. Pero sí sentía otros manas más conocidos…

”Esto sí se pondrá interesante…”

Decidió una vez los dos bandos se posicionaron frente a frente, su mirada pasando por los rostros que conocía: Hadou y Saber. Le interesa la reacción de la última al ver a quien estaba de su lado: su “hijo” Mordred Pendragon. Y sí estos decidieran combatir muy a su pesar admitirá que los dejaría… Bien, no lo haría, pero tal parecía que Rimuru ya estaba a la defensiva de los contrarios.

—Muy a mi pesar también admito que no me agrada la idea Rimuru, pero son necesarios… o eso creo.

Claro, a pesar de su comentario estaba lista para usar las runas que había estado practicando, le interesaba saber sí lo había hecho bien y quién mejor que con otra persona, sólo ocupaba un poco de mana en su dedo como tinta invisible y lo demás sería automático. Una sonrisa de lado se extendió en su rostro, burlona de los héroes.

No negaría el hecho de que quería ver a esa cara conocida, quizás darle una buena paliza. . . aunque eso último debería de esperar, según rin, esto se trataba de una alianza momentánea. Hm, deberá suprimir sus emociones, al menos por ésta vez.

Acompañaba a la castaña en todo momento, las palabras de "soy tu espada y te protrgeré con mi vida" no eran de broma. Un caballero estaría dispuesto a morir por su rey. . . Y desde el momento en que ella conoció a Rin, supo que ella sería su único rey.

── Tch, no te metas en mi camino. ── Susurraba a quién tenía a unos metros cerca, nada más ni nada menos que su propio padre. Sus ojos se entrecerraron, haciendo de su expresión más amenazante y con un notorio odio hacia su persona.

( . . . )

Desvió su mirada, suspirando. ── Espero esto valga la pena. . . ── Era más que nada un comentario para su Master y Rimuru, no estaba muy convencida de la idea. Pero si su Master accedía no había nada que pueda hacer, solo acatar sus ordenes.

Los días pacíficos habían terminado. La noche caía y todos los habitantes temían por su vida. Sucesos inexplicables estaban aconteciendo sin ninguna explicación. Cuerpos de gente poderosa aparecían en lugares concretos de tokio, algunos desmembrados, en mal estado. El misterio reinaba en toda la ciudad.

Los héroes buscaban sin descanso alguna pista para poder descubrir a la persona que estaba detrás de aquellos horrendos crímenes. Diversos equipos fueron designados para poder patrullar en las noches. Las esperanzas los mantenían cuerdos y serenos; héroes arriesgando la vida para poder brindar aquella paz que la ciudadanía añoraba.

Uraraka formaba parte de esos héroes. La castaña había estado preparándose para ese momento. El miedo la invadía todas las noches, las pesadillas le arrebataban el sueño, "«¿Sería capaz de salir victoriosa?» “, esa era la única pregunta que siempre albergaba en su mente.

El día del patrullaje había llegado, afortunadamente y para su buena suerte, la castaña había quedado con compañeros que ella conocía a la perfección; Nejire, deku, entre otros. Los nervios que había sentido noche tras noche se habían disipado, las personas a su alrededor le brindaban la confianza que ella tanto necesitaba.

La noche era fría y silenciosa. Aquellos héroes partirían a su destino, la torre era el lugar asignado. La valentía prevalecía en cada uno de ellos, la derrota no era una opción. La castaña se encontraba relajada, entendía perfectamente cuál era su misión. No debía de fallar, necesitaba demostrar que, al igual que los demás ella también era alguien fuerte.

Su sorpresa fue mayor al ver a Serena, al parecer les había tocado estar en el mismo grupo. Las cosas pintaban de maravilla, una ligera sonrisa cruzo por el rostro de la castaña, se sentía afortunada, ¿Es que acaso era su día de suerte?. Si existía el destino, agradecía porque este conspirará a su favor.

━━¡SERENAAAA! ━━Gritaba la castaña, caminaba hacia la rubia para poder saludarla. Ochako no siempre se encontraba con Serena, así que verla ahí la hacía feliz.

Los jóvenes héroes partieron a la torre. El camino no fue tan largo, Al llegar, el ambiente se sentía pesado, el ruido del viento hacia que aquella escena se tornara tenebrosa. El peligro asechaba, nadie sabía que sucedería, las interrogantes vagaban por la mente de cada uno.

La castaña se limitaba a hablar, solo observaba cautelosa. Los nervios poco a poco se apoderaban de ella, respiro profundo tratando de quitarse aquella inseguridad que comenzaba a sentir. "«Vamos Uraraka tu puedes, no es momento de ser cobarde» mencionaba para sí misma tratándose de dar ánimos.

Necesitaba distraerse de aquellos pensamientos, no quería dejarse consumir por ellos. La rubia se encontraba a escasos pasos de ella, necesitaba a alguien con quien conversar. Nejire estaba con Amajiki, Deku-kun estaba con Hawks, naturalmente habría ido hacia donde se encontraba Izuku, pero prefirió quedarse a lado de la rubia.

━━¿Qué crees que pasara esta noche Serena? ¿Crees que saldremos victoriosos y que logremos capturar al que está detrás de todos estos horrendos crímenes? ━━Mencionaba acercándose a la rubia. La castaña tenía curiosidad, quería saber qué opinaba Serena de todo lo que estaba sucediendo.

━━Dime... ¿Tienes miedo? ━━Preguntaba ansiosa. Uraraka no dejaba responder a la rubia, pues tenía muchas preguntas que necesitaban ser contestadas. Serena parecía tranquila, o eso era lo que pensaba la castaña.

Volvió a respirar profundo, trataba de controlar su curiosidad, no quería asustar a la rubia. La castaña se quedó callada esperando la respuesta de su amiga, la miraba de reojo, esperaba que Serena no se hubiera asustado por las preguntas que le había realizado. La rubia era alguien asustadiza, así que evitaría comentarle cosas que pudieran asustarla.

“The black shadow"

Una oscuridad adversa a ella estaba haciendo estragos . Por increíble que parezca no es Sakura que hace estos eventos , al contrario estaba molesta que alguien más se haya tomado el atrevimiento de matar de esa forma tan indiscriminada y no ser ella. Tenia que saber quien es, tenía que conseguirle a como de lugar. Por eso accedió ir y trabajar en esa absurda alianza . Quien sabe si podía hacerlo parte suyo pero dudaba de lograr algo así. Estarían más personas y sabe bien que no debe llamar la atención… no por ahora

- Mi querida Jeanne, tenemos un trabajo que hacer . – Le comentaba lo que pasaba a su servant, después de todo ella también le acompañaría a aquella misión. – Solo no quemes a nadie… nadie que no nos ataque.

~~~~●~~~~

La noche de ese encuentro llego, eran las 18:22pm y se había dirigido a la metrópolis de Tokio. Se mantuvo oculta en una especie de neblina densa y toxica de tono púrpura , sus lazos de su vestido ondean a su aalrededor y estos hacen que de disperse dejando visible su silueta frente a los demás junto a Jeanne D'arc, su servant .

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Ya ahí, se encuentra con esa peste de héroes, tan lindos pensando por ese ideal de salvar a los demás. Ve a su hermana Rin también ahí, al menos tendría alguien a quien reconocer. No obstante otros servants , saber por ejemplo es alguien que no pensó ver. Todavía cierto rencor a ella seguia latente en su antigua yo y bien que había funcionado para dejar salir el mal que tendría dentro.

- Me gusta la idea de matarlos. . – Esa persona que hablaba de eliminar al bando contrario le gustaba esa idea que mencionaba . A una sonrisa bastante siniestra se dibuja en sus labios por eso. – Pero si Nee-San piensa que son necesarios por algo lo son.

Al fin de cuentas ellos eran personas de poca importancia para Sakura.

[ 05:00am, dormitorio de Legacy ]


La luz de sol se filtraba por la ventana, llenando de los sonidos matutinos la sala de estar. Una polilla revoloteaba de la cocina a la puerta, tratando de salir. La observé, trazando en su recorrido rutas desconocidas sin rumbo alguno, intrincadas. Colores le precedían en el ir y venir de sus alas un bello color. El olor de mi café ahora frío se desprendía sin darle mayor importancia, con desgana y menor interés que el de cualquier otro día leía el periódico el cual terminaba arrugándolo con enojo. Parecía que la lentitud con la que se calmaban las cosas las llenaba de vitalidad. La ciudad se preparaba a sí misma juntando fuerzas sacadas del suelo y de los susurros de la madrugada para recibir el ajetreo de la modernización, cosa de todos los días, cosa de los próximos años y los pájaros cantando a la orilla de la ventana.



Después de tantos años de pesadillas y terrores, de aferrarme desesperadamente a la convicción de que todo ha sido un engaño de mi cerebro enfebrecido, no me siento con ánimos de asegurar que sea cierto lo que descubrí la noche anterior cuerpos asesinados horriblemente, ¿pero quién era el culpable y porque lo hacía? Investigaba por mi cuenta cada vez que pensaba que me encontraba más cerca de descubrir el asesino volvía al mismo punto donde empezó todo sin pruebas contundentes que me ayudara estar un paso hacia adelante del asesino. Hay motivos para abrigar la esperanza de que mi experiencia haya sido, al menos en parte, una alucinación, desde luego justificada por las circunstancias. No obstante, la impresión de realidad fue tan terrible, que a veces pienso que es vana esa esperanza.



¿A quién me enfrentaba? Si no he sido víctima de una alucinación, la Humanidad deberá estar dispuesta a aceptar la devastadora realidad aunque este peligro andaba suelto amenazando con aniquilar aún más personas inocentes,
Cuál era su origine monstruoso e insospechados horrores de aquella mente
Maligna.



El cambio era evidente. Vehículos y bicicletas habían abierto paso a otro tipo de traqueteos, niños riendo felizmente parecía disfrutar en familia. Ruidos de máquinas filtrando el ambiente, llenando de enormes nubes de vapor las calles principales. Me agradaba la ausencia de silencio por la mañana, cuando comenzaban a mezclarse el metal y las voces de una ciudad que no olvida su esencia, ya era tiempo de marcharse.


[ 19 :22, Tokio]


El caballero guardiana de Legacy se encontraba reunido con sus demás compañeros. Para su buena suerte no era los únicos que se encontraba investigando el caso, tenía que trabajar con el enemigo fueron las ordenes de la directora antes de partir a punto de encuentro, una alianza forzada con la cual ambos bandos deberían trabajar juntos no era un problema para ella siempre cuando supieran los Asgardianos cuál era su lugar y no buscara como armar una pelea que acabaría mal. Mantuvo los ojos cerrados parecía estar meditando sobre la situación inesperadamente unos pasos y unas cuantas voces las cuales reconocía le cambio el semblante por uno muy serio sin darles importancias a los comentarios de aquellos individuos eran incapaces de morderse la lengua aun estando en tal situación grave solo escupía veneno sin pensarlo mucho.



Un golpe sordo terminaba apartándome bruscamente de mis reflexiones interiores. Con anterioridad sabía que me encontraría con muchos conocidos entre ellos ella, parecía ser la misma de siempre con tanto odio tanto buscaba su atención? Y no falta mencionar jamás sabia guardar silencio antes sus mismo ojos solo era una niña malcriada que habían destruido por completo su inocencia la bruja de su hermana Morgana, un corazón envenenado lleno de tanto odio, oscuridad y rencor bajo la crianza de esa «cosa espantosa» llamada Morgan le Fay supo destruir lo que una vez fue una niña que necesitaba afecto y ser reconocida. Termino por abrir los ojos era de ser un caballero cubierto por una armadura plateada reluciente, sus ojos muestra firmeza y rectitud. Cabellos bañado por polvo de oro, ojos cuales esmeraldas profundo, una piel tan blanca oculta bajo la vestidura de colores celestes y azul profundo. Un rey mismo con la marca de león y corazón de un dragón, firme e incorruptible; severamente observaba aquellos individuos si bien pensaba intimidarla debería buscar una mejor forma de hacerlo. Pudo distinguir una figura joven de baja estatura, cubierta completamente con una gruesa armadura que envolvía su pequeño cuerpo. Esta vez no llevaba puesto su casco que siempre mantuvo su rostro oculto.


-Jamás he considerado que no merezcas el trono, la charla ha terminado aquí-


 
Aquellas fueron sus únicas palabras las cuales aún mantenía y sin duda su hija reconocería, termino por girándose finalmente así dando la espalda aquella quien era su misma sangre se apartó caminando hacia adelante sin decir más.  


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[19:30 Tokio tower]

Apocas horas de a ver sido convocada por su máster. Saber hizo presencia ante esta misión, de todas formas ella no pidia dejar asu máster solo aun que este supiera cuidarse era obligación de ella estar ahi. Un impermeable cubría su rostro y cuerpo, sentia que había algo de tensión en ese lugar y aparte noto del lado contrario algunos individuos al parecer eran del bando de los héroe. Ella no le tomó mucha importancia a estos, pero si noto que habia ciertos compañeros, eso si estaba lista ante cualquier enfrentamiento.


—Um.... ¿Es necesario hacer esta alianza con ellos?

Susurro saber detras de la espalda de su máster. Dio un paso al frente despojandose de aquel impermeable y dejando ver asi aquella elegante uniforme militar color rojo carmesí y ellas brillantes botas doras. Se trataba de alguien muy importante era ni mas ni menos que la emperatriz de Roma.

—Bien supongo que tendre que trabajar con ellos de momento pero si llegan intentar algo... Bueno ya sabemos lo que pasará

Saber no dijo mas solo se paro aun lado de dicho máster esperando orden alguna de parte de este, simplemente miro con esos hermosos ojos verdes
a el resto de los que se encontraban en dicho sitio. Ella solo esperaba algun movimiento u orden alguna. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

El tiempo con el que dispuso para investigar tales atrocidades, fue poco, al menos antes de la momentánea alianza a la que tenía que asistir junto a los demás héroes y villanos... Si, por más extraño que le pareció, no lo vio innecesario o molesto. Era una oportunidad que pocas veces podría tener, una oportunidad que permitiría acercarse a los villanos y tal vez conocerlos un poco, saber de sus intenciones y la manera en la que trabajan.
Un chico como Izuku aprovecharía está oportunidad, no solo para convivir con ellos, no... El es un Otaku hecho y derecho, lo reconoce. Así que estaría listo para analizar a sus enemigos, aprender de ellos y mejorar todo lo que esté a su alcance.

Probablemente no era culpa suya, pero cada que era alertado por un asesinato más que se llevaba a cabo, se lamentaba. ¿Por qué? Bueno, siempre fue un chico inseguro, se presionaba a si mismo para poder llegar a tiempo antes de que una tragedia más llegara a realizarse. Aún así, con toda la carga que sentía, se tomaba un momento para pensar en lo sucedido, "¿Quién hizo esto?" "¿Cómo fue que hicieron esto?" "¿Con que lo hicieron?" "¿Por qué?" Quizás la pregunta más importante de todas, conocer sus razones y las intenciones de tales atrocidades, podría ser una forma de entender sus movimientos, la siguiente víctima, y quizá, su siguiente lugar para ejecutar sus planes.
Apenas y le daban tiempo de inspeccionar la escena del crimen, alegaban con la edad que tenía, no era la apropiada según ellos, pero después tantos incidentes en los que participó, sabía a la perfección que tan cruel podían ser los villanos algunas veces.

7:30 de la tarde, el momento de trabajar junto a los demás había llegado, y para ese momento, Izuku ya se encontraba junto a sus compañeros. A diferencia de ellos, se sentía seguro de lo que debía hacer, dar con el enemigo era lo único que le importaba, con eso liberaría la carga que sentía por las anteriores víctimas. –Lo atraparemos.– Se dirigió a sus compañeros héroes, y por qué no, a los integrantes de asgard. Fue breve, pero el semblante que portaba lo decía todo, estaba totalmente decidido, además mantener en todo momento sus manos enpuñadas.
No tuvo nada más que decir, los demás parecían tener sus propios problemas internos, era algo que apenas y podía entender, aunque sabía que era normal. Legacy vs Asgard, algo natural para todos, pero nuevo para el.

–Hawks... Quisiera preguntar, ¿Que piensa de todo esto?– Se separó un poco del resto, al único mayor que "Conocía" era a Hawks, pues era un héroe al que también seguía desde que tiene memoria. –La alianza... ¿Cree que funcione?– En todo momento mantuvo la mirada baja y en dirección a los de Asgard. Los nervios se hacían presentes al hablar con un héroe tan aclamado como el lo era, además de querer ver a la mayoría de los villanos, no quiere perderlos de vista por ahora.

Muertes, asesinatos sin explicación, cadáveres dejados atrás, y un responsable que se mantenía en el anonimato. Todo lo que era un conjunto completo capaz de asustar y causar terror en muchos individuos, especialmente humanos, para un ser de escasas emociones como un vampiro no era nada espantoso, mucho menos nuevo. Los recientes sucesos nada se comparaban al apocalipsis mundial de hace pocos años por un virus, causado por los mismos humanos. Una vez más, las fuerzas superiores saldrían a acabar con la diversión inconsecuente de quien buscaba jugar a ser dios.

La noticia no tardara en llegar a Asgard, y también a Legacy, lo que se evidenció cuando una vez más, ambas academias habían planeado aliarse para combatir lo mismo. Naturalmente él tampoco dejaría a sueltas ningún exterminador de humanos; necesitaba la sangre humana para mantener su existencia, y actualmente estos pertenecían a los asgardianos.

Había salido del internado poco después de la puesta del Sol, dirigiéndose a la torre combinada para el encuentro, donde ocurrió el último asesinato. Antes de arrimar al local, fácilmente identificó desde lejos a los varios legacianos junto con pocos asgardianos, reunidos cerca de la torre totalmente oscura, así como sus alrededores.

—¿En serio? ¿Para qué tantos?

Se preguntó a sí mismo, deteniendo su paso antes de acercarse a todos los reunidos. Veía innecesaria esa cantidad de personas para combatir lo que fuera que causaba tanto desorden, cuando él solo podría derrumbar centenas de monstruos sin siquiera esforzarse. A menos que fuera algún ser tan poderoso cuanto Sika Madu, cosa que dudaba.

———

—Hello, compañeros. ¿Quien me va a decir que pensaba que era yo el que anduvo haciendo estos festines indecentes? —

Cuestionó de burla al llegar, mirando hacia los legacianos en especial, quienes más solían equivocarse en sus ideas sobre vampiros y con eso ser motivo de sus risas, como lo tuvo evidente con aquella humana de cabellos azules durante la ejecución del plan del Rey Demonio, ha recientes meses.

Y que por cierto, entre ellos estaba la humana.