Caution: danger | Frey's room.

Colgado sobre una puerta de madera que más que rústica parece antigua, yace un pequeño letrero con la inscripción "Danger", acompañado por el irónico dibujo de la calavera con dos huesos cruzados. A la izquierda, aproximadamente un poco más arriba de la mitad de dicha puerta, se encuentra una perilla redonda que al girarse esta impide el paso de cualquier persona, al parecer se encuentra con llave y podría ser abierta por dicho objeto de metal si tan solo esta tuviese un lugar por donde insertarse.




Después de una intensa búsqueda y varios minutos de analizar tan solo la entrada, podemos observar que detrás del letrero se encuentra un dibujo marcado sobre la madera, un pentagrama acompañado por varias letras desconocidas. Un traductor no estaría mal. El paso está restringido y solo un conjurador podrá romper el sello mágico que resguarda la entrada y, de conseguirlo, un nuevo acertijo se presentará, pues una vez que el sello se rompe la tinta toma la forma de letras:

La inscripción dice: "Abandonad toda esperanza ...."

Al parecer a alguien le gustan los acertijos. Se debe resolver para entrar pues nada es gratis, se debe pagar con el sudor y la sangre, y como todo conocimiento es poder, el conocimiento dará grandes recompensar a aquellos que logren atravesar dichas aberturas. El dueño de la habitación es particularmente minucioso.

De haber conseguido descifrar dichos esquemas, la perilla podrá girarse y la puerta estará abierta para todo aquel que desee adentrarse en las fauces del lobo gris. Pero se debe tener cuidado, a la habitación le gusta gastarle bromas de vez en cuando a aquellos que no fueron invitados por el anfitrión, con regularidad le divierte levantar un poco el suelo para causar tropiezos, o extender sus pasillos para que nunca pueda llegar a su destino, en un peor caso liberará una que otra bestia resguardada entre las páginas de uno de los libros que se encuentran tirados en el suelo. A primera instancia, la habitación parecería querer resguardar los secretos que se encuentran dentro, sin embargo, es todo lo contrario, solo es una pésima bromista.

El cuarto parece como el típico dormitorio que cualquier profesor tendría, el aroma a diferentes hierbas y a las páginas de papel viejo se mezcla perfectamente, rodeado por libros, plantas y botellas de cristal similares a un juego completo de química, la habitación parece un tanto desordenada, más es importante decir que lo que más llama la atención es que podría ser todo, desde una biblioteca hasta un herbolario pero menos un cuarto, pues allí no hay cama, solo algunos muebles le acompañan. Un lugar sumamente extraño.

De ser lo suficientemente precavido se puede observar un letrero colgado a un costado de la entrada, en el con letra cursiva, aparentemente escrito por el propio profesor, se expresan algunas palabras en tinta oscura:


Y esta frase quizá no tendría sentido de no ser porque la habitación bromista le gusta cambiar el orden de las cosas, mueve los muebles e incluso los transforma lentamente en otros, y con cada nueva habitación que forma, nuevas cosas aparecen, libros, plantas, un mapa, pergaminos, ente otros más; pero hay una sola excepción, en el centro, siempre estará un cofre de tamaño prominente el cual parece moverse de vez en cuando, pero dicho objeto no puede abrirse por más que se intente, solo él dueño podrá. Nadie sabe porque.