CUIDADO EN PAREJAS (Rimuru y Shinya)

En un intento de paz, las dos academias, en un alto al fuego, decidieron crear una actividad en la cual dos estudiantes cuidarían de un pequeño animal. En los hermosos jardines Roppongi de Tokio, se encontraría una pequeña cajita, la cual, la pareja debía revisar y cuidar al animalito que tendrían.

Reglas:
1) La pareja debe cuidar al animalito como su propio hijo.
2) Si el erizo es dañado, ambos serán castigados severamente.

No sabía por qué demonios había pensado que jugar a ser padre sería una buena idea. No podía hacerse para atrás, así que, cuando lo enviaron a buscar su caja y la encontró, se quedó en el lugar. Tenía que esperar a su "pareja" para abrir la caja que contenía a su "hijo".

Por un momento pensó en abrirlo él mismo, quizá incluso marcharse. No lo hizo, eso sería demasiado aburrido y quizá incluso estaría prohibido. En lugar de eso, tomó la nota que estaba pegada arriba. La leyó unas cuantas veces mientras se preguntaba qué tipo de animal cabía dentro de una caja de ese tamaño.

"Larry", se leía en la nota. No decía mucho más, solo cosas que ya sabía. Se quedaría con él por una semana y debía cuidarlo como si fuera un pequeño humano. Los padres eran Rimuru, nombre extraño, y Shinya. ¿Debería pensar en comprarle ropa? ¿Tendría que preocuparse por el futuro del pequeño? Quizá incluso pensar en cosas como la escuela y...

Definitivamente iría a Legacy.

Y, además, ya había decidido que, no importaba quién fuera su pareja, le tocaría ser la madre. Solo por molestar con cosas como familias convencionales y ese tipo de estupideces. Además, molestar un poco a su posible compañero, tomando decisiones por si mismo, sonaba divertido.

—Entonces, Larry, cuando llegue tu madre, nos iremos corriendo —le dijo a la caja. Había comenzado a hablarle al animalito, le había dicho su nombre, le recordaba cada cinco segundos que era su padre, le decía que tenía que ser su favorito, entre otras cosas—. Obviamente no me iría sin despedirme, después de todo, es la madre de mi hijo. ¿Cómo es que terminé enredándome con alguien que no conozco? Ni siquiera tuve la oportunidad de asistir a tu nacimiento, lo siento... Sí, ya sé, pero te pido disculpas ahora. Sí, te lo compensaré. Sí, te daré eso que pides, pero...

Estaba demasiado envuelto en su monólogo, fingiendo que Larry respondía, que no se dió cuenta del tiempo que comenzó a correr. En realidad, quizá no fue mucho, pero no se había dado cuenta de que ya no era el único ahí. Era peligroso, no sabía quién era y, aunque estaba programado que ambos padres estuvieran ahí, no podía confiar en que, quien estuviera ahí ahora, fuera la madre de Larry.

En cuanto le vio, abrazó la caja con fuerza, cuidando no deformarla. Era su hijo, iba a defenderlo. Miró a quien fuera que estuviera ahí con el ceño fruncido.

—¿Eres tú la madre de mi hijo? —preguntó, como si fuera una manera convencional de saludar a las personas.