Esquema corrupto (Erza, Mizore)

El mundo acaba de establecerse en un radical nuevo rumbo desde la derrota final de Legacy, la eterna academia enemiga de las descendencias de Wurtemberg; aunque era de conocimiento general que no todos los legacianos estaban muertos. Sus fuentes le dijeron que la nueva Sede de Legacy se encontraba en territorio australiano.

Mientras tanto, el inmortal jamás se había imaginado como el rey de Japón, pero tener una razón que darle a su existencia se sentía exquisitamente recompensador. A toda la armada militar japonesa había convertido en vampiros, y los humanos jóvenes remanentes fueron recogidos como ganado antes que pudieran escapar de su territorio. Ahora el tiempo parecía correr en su favor, aunque fuera a la misma velocidad que la amenaza a venir desde el más allá visible del firmamento: Damet.

Esa era la principal preocupación silenciosa entre todos en Ossor, la organización recién creada desde el fin de Asgard. Entre sus componentes era un tema prohibido de ser tratado libremente por la dictadura rígida del vampiro. Por consiguiente, nadie sabía que él tenía un arma secreta contra el Damet, la cual le había sido confiada por nadie menos que su ex jefe mucho tiempo antes de morir, una de las razones por las que asumió el comando del nuevo bando. Sin embargo, tenía un inconveniente: no había total garantía de que funcionaba, lo que significaba un desmesurado riesgo. Pero ahora  el vampiro tenía otra razón para preocuparse, algo particular y de menor importancia que se interponía en sus ideas, y se llamaba Mizore Shirayuki.

La dama de hielo de Legacy que había conocido en la batalla del puente hace 3 años se había perdido de Legacy y se uniera a su lado. Ahora era una de sus aliadas y tenía todo para ser una aliada perfecta, mas eso no eliminaba el hecho de que simultáneamente lograba ser una piedra en el zapato del vampiro, tan solo porque sabía que era indestructible desde que frustró todos sus intentos en la primer batalla, y criaturas llenas de orgullo como los vampiros tienen serios problemas en lidiar con frustración. Todavía no había puesto a prueba su lealtad, sus objetivos seguían siendo un misterio, y aunque se hubiera unido por voluntad, era la única que él insistia en ganársela y no solo poseerla.

Aquello estaba por cambiar, y todo gracias a que secretamente contaba con la deslealtad de una legaciana de corazón partido, aparentemente partido por Jellal.
Hace semanas compactuó un acuerdo secreto con esa humana, quien aceptó actuar como espía dentro de Legacy en su favor, y le filtraba informaciones relevantes sobre los nuevos planes de Legacy contra los suyos en cambio de que él capturara y castigara la razón indirecta de su pesar y de sus llantos. Cierta mañana, con las debidas indicaciones de la mencionada espía, logró fácilmente apagar y capturar su presa; era una pelirroja llamada Erza, la supuesta novia del peliazul.

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20:18
Tengo un trabajo para ti, encuéntrame más tarde en el sótano del esta dirección:
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Le ordenó por escrito a Mizore antes del anochecer. Él conocía y aún recordaba los trazos inhumanos de la yokai, tanto para saber que a pesar de haber pertenecido a un bando adornado por humanidad y altruísmo como Legacy, era capaz de hacer cosas peores que las que él hiciera en toda su existencia. Tampoco era del tipo que tenía amigos o mismo que daba gratitud a quienes un día la acogieron, ¿o lo era? Sería entretenido descubrirlo.

—Si bien recuerdo, la primera vez que trabajamos juntos te quejaste de que no dejé nada para ti, ¿cierto? Esta es toda tuya. Imagino que no te molesta jugar con una de tus excompañeras de clase, solo no la hagas sangrar demasiado.

Le ordenó en cuanto llegara al lugar indicado. La pelirroja estaba acorrentada dentro de una bañera vieja y vacía. El lugar yacía abandonado en una zona aislada, y sobre una mesa oxidada se disponían herramientas de tortura de todos los tipos. El vampiro sabía a la perfección que era más posible que Mizore se tomara el ''no la hagas sangrar demasiado'' como un ''derrámale toda la sangre'' pero eso no le importaba.

Solo quería visualizar y sentir el éxito de todos sus planes.