Un encuentro inesperado...(Annie Leonhardt y Hlokk)

Aquella joven de cabello rubio se encontraba caminando por la zona, sumida en profundos pensamientos acerca de cómo podría completar la misión que le habían asignado. Sabía que, a medida que avanzara en su tarea, también tendría que buscar posibles aliados. Sin embargo, no estaba dispuesta a confiar demasiado en ellos, pues su principal objetivo era mantener una ventaja estratégica y no arriesgarse innecesariamente.
Mientras avanzaba por aquella zona, la joven contemplaba las sutilez sombras que se encontraban pequeñas. El sol estaba en su maximo esplendor, y consciente de que el tiempo se le agotaba. Su misión era delicada y requería de la máxima discreción. Cada paso que daba la acercaba un poco más a la respuesta que esperaba.

Los rayos solares iluminaban su rostro decidido, resaltando la determinación en sus ojos. Sabía que encontrar aliados podría ser una tarea complicada en un mundo lleno de intrigas y posibles traiciones. Sin embargo, también entendía que en ocasiones la colaboración era la clave para el éxito, aunque si fuera posible lo haria todo ella sola. Mientras tanto, su mente maquinaba planes y estrategias, evaluando cada posible movimiento. No podía permitirse cometer errores, ya que el fracaso no era una opción en este caso. Cada paso que daba la acercaba un poco más a la estrategia que tanto anhelaba descubrir.

Así, con el viento susurrando secretos en su oído y el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, la joven continuaba su camino, decidida a cumplir su misión y desvelar los misterios que se ocultaban en la penumbra de aquel mundo enigmático, Aunque a los pocos minutos se encontro con un lugar al que iba cuando queria una solución, sin embargo no esperaba ver a una persona, no podia decir quien era exactamente, los rayos solares hacia que le dolieran los ojos al forzar su mirada, aun asi lo hizo tratando de averiguar quien era, cosa que no logro.

A los pocos minutos, llegó al lugar al que se dirigía en busca de una solución. Sin embargo, se sorprendió al descubrir la presencia de una persona. La luz del sol era tan intensa que le hizo entrecerrar los ojos mientras forzaba su mirada, tratando de identificar a la figura que se encontraba ante ella.

A pesar de sus esfuerzos, no lograba distinguir con claridad quién era esa persona. La luz solar parecía conspirar en su contra, haciendo que todo fuera borroso y confuso. La joven se mantuvo alerta, consciente de que en su mundo de secretos y traiciones, la identidad de aquel individuo podía ser crucial.
Con paso cauteloso, se acercó un poco más, tratando de encontrar algún detalle que la ayudara a descifrar la identidad de esta misteriosa figura. El viento susurraba en sus oídos, como si quisiera compartir un secreto que solo ella debía conocer. La tensión en el aire era palpable, y la joven sabía que este encuentro inesperado podía tener un impacto significativo en su misión o tal vez no.

No esperaba que, al acercarse, notaran su presencia. La persona a la que se dirigía se giró para mirarla, y en ese instante, la joven se cuestionó si había descuidado sus pasos mas de lo debido.

Internamente, un torbellino de pensamientos la invadió. ¿Cómo había sido tan descuidada? Había querido caminar con cautela y sigilo, pero de alguna manera no lo hizo y esta persona había percibido su presencia. La incertidumbre se apoderó de ella mientras intentaba comprender cómo había permitiso que ocurriese eso.

Los rayos del sol seguían castigando sus ojos, haciendo que entrecerrara la mirada mientras evaluaba la reacción y intentaba reconocer si era de algun lugar que conocia. Este encuentro la había tomado por sorpresa, a ella y a sus precauciones, y ahora estaba en una situación de vulnerabilidad que no había anticipado.

Sin embargo, lo que no esperaba en absoluto era que la persona se acercara a ella con una sombrilla en mano, ofreciéndole sombra y alivio para sus ojos adoloridos por el sol. Agradeció este gesto de forma silente, reconociendo la ayuda que le brindaba, aunque no bajó la guardia.

La persona que tenía frente a ella seguía siendo un enigma. No la conocía, no sabía de dónde venía ni cuáles eran sus intenciones. La incertidumbre se cernía sobre este encuentro inesperado, y la joven sabía que debía ser cautelosa y mantener su reserva. La sombra de la sombrilla ofrecida le brindaba cierto alivio, pero su mente continuaba trabajando en evaluar la situación y en descifrar quién era esta persona y qué papel desempeñaría en su misión, ¿seria un enemigo mas? No lo sabia, ¿Seria un nuevo Aliado? No lo sabia.

Aun así, sus palabras emergieron con firmeza.

—¿Quién eres? —preguntó, sin rodeos, en ese momento.

–Tranquila no tienes que estar tan tensa no estoy aquí para nada malo solo estaba apreciando el paisaje, pero que pecado con usted señorita castigando a sus ojos y piel así.


A si mucho gusto soy Hlokk.

La joven valquiria empezó a revisar en la pequeña bolsa que traía colgada al hombro y de dentro saco un par de lentes de sol para después ponerlos con cuidado en el rostro de la contraria así el sol dejara de dañar sus ojos claros, al final abia dejado la sombrilla levitando a su lado para que aún las cubriera del sol pero de forma que ahora sus manos estaban libres.

–Baja un poco la guardia, no cres que si realmente planeara hacer algo o pelear, ya lo abría echo, en primera estabas siega por la luz y en segunda desventaja para un ataque pero como vez no tengo intenciones de nada de eso así que por favor descansa los hombros que te vas a lastimar así...

Menciona sin vacilación la valquiria claramente siendo sincera y directa puesto que jamás fue buena para tener ese tacto único que quizá tenían sus hermanas.


De paso la joven sacó algo de un pequeño frasquito en su bolsa y le puso en la cara a la contraria era crema con bloqueador y algo de miel para las quemaduras.

–Deberias ser más cuidadosa contigo misma tu piel es clara y se lastima, tus ojos no están acostumbrados a la luz directa y realmente si estuvieras en problemas estarías en desventaja ya que no eres precavida con tu cuerpo, él cuerpo es la máquina más fina que existe has algo mal y este empezará a fallar...


Las personas suelen emanar auras, con sus sentimientos y estados, es complicado de comprender, solo trata de ser más cuidadosa contigo misma para que no te pase nada.


La valquiria podría considerarse una observadora de los sucesos y meditado aserca de los mismos, sin bando, sin ambición sin nada realmente asta ahora que la haga tener una preferencia pero trataba de ser amable a su modo.


Cuidando de los demás por sus preocupaciones internas y evitando el conflicto ya por su basta experiencia en tantas décadas después de todo aún que parecía joven tenía mucho tiempo estando viva y existiendo.

El dolor en sus ojos comenzó a ceder lentamente gracias a los lentes proporcionados, y en su interior, agradeció el alivio que sentía. Había conseguido el nombre de la chica, un pequeño pero valioso logro en medio de la incertidumbre. Sin embargo, a pesar de la mejora en su visión, mantuvo su guardia en alto.

Tenía razón en hacerlo. La desconfianza era una aliada necesaria en su mundo de secretos y peligros. Aunque la joven que tenía frente a ella le había brindado ayuda, no había razón para confiar plenamente en alguien a quien acababa de conocer. La confianza era algo que se ganaba con el tiempo y las acciones, y la situación actual no permitía bajar la guardia tan fácilmente.

Aunque había obtenido el nombre de la chica, sabía que aún quedaban muchas incógnitas por resolver. La joven continuaba siendo un enigma, y la misión que tenía por delante seguía siendo un desafío que requeriría de toda su astucia y cautela.

Observó de reojo la sombrilla que la cubría, notando que estaba flotando en el aire de manera misteriosa. Aunque esta situación era peculiar, no hizo comentarios al respecto en ese momento. En cambio, se quedó quieta, sin quejarse ni hacer movimientos bruscos, mientras la crema que le habían aplicado comenzaba a surtir efecto en su rostro adolorido.

Su determinación no menguó en absoluto. Sabía que en su mundo, la precaución y la capacidad de adaptarse a lo inesperado eran esenciales. Aunque no entendía del todo la situación, estaba lista para afrontar cualquier desafío que pudiera surgir en ese encuentro enigmático. Mantuvo sus sentidos alerta y su mente en constante evaluación de la situación, preparada para actuar si fuera necesario, sin importar lo que le deparara el futuro inmediato.

—¿Esto es un regaño, señorita Hlokk? Permítame aclarar que mi cuerpo está en perfectas condiciones, aunque... ¿podría proporcionarme una explicación más detallada sobre las auras? Quisiera entenderlo.

Sin esperar mucho tiempo una nueva pregunta se escucho.

— ¿Qué tipo de aura estoy desprendiendo en este momento y qué tipo de aura está experimentando usted?

Tenía curiosidad al respecto; no todos los días uno se encuentra con una persona que menciona este tipo de cosas. Además, en primer lugar, no se encuentran muchas personas por este lugar.

Recordando podia darse cuenta que Cada accion definitivamente no se la esperaba, era raro.. ¿pero a la vez se sentia bien ser cuidada? No lo sabia, aunbasi solo esperaba recibir buenavsrespuesta.

—Estás asumiendo muchas cosas de mí, lo cual llega a ser desagradable, y no creo que realmente mi persona llegue a terminar fallando por unos simples descuidos. Soy más fuerte de lo que crees, y yo sé cuándo es necesario cuidarme. La confianza en uno mismo es clave para enfrentar los desafíos de la vida, y estoy seguro de que puedo superar cualquier obstáculo que se presente en mi camino.

Si tienes alguna otra solicitud o necesitas ayuda con algo más, no dudes en decírmelo. Estoy aquí para asistirte sin importar que.

Ella hablo en un tono tosco, aunque esto ocurre de manera inconsciente. Inhalando y exhalando con sutileza, estaba intentando buscar recobrar la tranquilidad. No deseaba generar enemistades debido a su actitud. A veces, la comunicación puede resultar complicada y ella lo sabia, pero queria hacer un esfuerzo por mantener la calma y la armonía en esta conversación, aunque ya habia cometido un error.

—Gracias por mencionar mi aura y lamento las palabras que pronuncié. No fueron apropiadas, y tomaré tu consejo para cuidarme mejor. No te preocupes por tu propia aura, con saber la mía es suficiente.

—Y sobre la habilidad especial es realmente intrigante, aunque la descripción de mi aura todavía me resulta un tanto confusa. Espero poder comprender mejor con el pasar del tiempo.

Annie posee el don de modificar sus palabras y comportamiento según lo requiera la situación. Es capaz de pasar de un tono y actitud desagradables a uno cortés y educado con facilidad. Sin embargo, nunca llegaría al extremo de actuar como alguien completamente inocente, ya que este don siempre ha sido una parte intrínseca de su ser, aunque generalmente no lo usaba, solo estaba ahí existiendo hasta este momento claro.

Dirigió su mirada hacia la persona contraria, y después formuló una pregunta:

—Tú no eres de aquí, ¿me equivoco?