Infiltración (Sanemi, Battler + libre)

La noche se extendía sobre el horizonte, dejando ver un cielo estrellado de una belleza indescriptible. Aunque los destellos celestiales iluminaban el panorama, un viento helado se hacía sentir con intensidad. Nemuri Kayama, conocida como Midnight, se encontraba en una camioneta que recorría las solitarias calles. Su cabello negro danzaba con el viento mientras sus hermosos ojos azules resplandecían bajo la luz de las estrellas.

Conducía la camioneta con destreza, luciendo su uniforme blanco y verde de la marca "Ryutaro Pizza Roma". Una gorra de béisbol del mismo color descansaba en su cabeza. A su lado, en el asiento del copiloto (lado izquierdo debido al volante en la derecha), se encontraba Sanemi Shinazugawa, vestido también con el uniforme de pizzero. En la parte trasera de la camioneta, se ubicaba Battler Ushiromiya, preparándose para la misión que les esperaba.

— Bien, muchachos. No salgan de la camioneta hasta que se los diga. Estamos entrando en territorio de narcos.

El vehículo se adentraba en un enorme barrio repleto de casas lujosas, pero las bellas fachadas no podía ocultar la verdad que se escondía entre sus muros. Eran los hogares de narcotraficantes, individuos que habían sucumbido a la tentación del poder y la riqueza. La profesora miró a sus compañeros con determinación mientras explicaba la misión que tenían por delante. Estaban allí para infiltrarse y arrestar a varios de esos narcotraficantes, ya que se habían descubierto conexiones entre ellos y la dictadura de Ossor.

— Sanemi, toma una pizza y acompáñame hasta cierta casa.

El desafío se alzaba ante ellos, pero Midnight sabía que no podían permitir que la corrupción se extendiera aún más. Apretó el volante con firmeza y, con una mirada decidida en sus ojos, continuó avanzando por las calles oscuras del barrio de casas lujosas.

El cielo nocturno se pincelaba de tonos oscuros con puntos blancos y brillantes esparcidos. Solo la luna y el alumbrado eléctrico ofrecía algo de luz en medio de las abrumadoras tinieblas.

Este tenía algo de náuseas al ver a su profesora conducir a altas velocidades por la carretera ,pero eso no le impidió ver el hermoso barrio por el que pasaban lleno de casas lujosas y gigantescas

Bajamos del auto y acompañamos a la profesora a una puerta de aquel barrio , vestidos de pizzeros tocamos el timbre .



Este estaba algo nervioso por ser su primera misión encubierto

Una noche tranquila junto con sus compañeros de misión una era una chica bastante linda y otro un chico con el nombre de sanemi, se encontraba en la camioneta, mientras esté espera lo que digan para que haga una parte de la misión, por el momento battler solo se quedaba observando nada más, no acostumbra a tener misiones así, por lo tanto trataría de darles apoyo en caso que pase algo malo,

— ahi me dicen que haré, por lo mientras me quedaré aquí en la camioneta esperando que me digan algo para darles mi apoyo

Dijo el hechicero con un tono de voz relajada mientras qué este miraba a su alrededor, se hacercaba dónde estaba sus compañeros para ver el lugar donde debemos cumplir con dicha misión, está escuchaba la conversación entre ambos mientras qué este ve las calles y no esperaba que abría un lugar así en el pais, tomo a siento mientras qué este se pone una capa por lo cual se le fué Dada al convertirse el hechicero dorado

— hmm que curioso lugar, al parecer será una misión bastante fácil además si llegáramos a enfretarnos a alguien será lo suficiente fácil para mí.

Nemuri se adentró junto a su compañero Sanemi en la oscura y misteriosa morada del narco. Sigilosamente, atravesaron la puerta principal mientras un guardia les permitía el paso. Con cautela, llevaban consigo una caja de pizza aparentemente inocente, pero en su interior se escondía una diminuta cámara espía. Midnight sabía que aquellos individuos podían ser traficantes de objetos arcanos, cuyos poderes mágicos podrían desencadenar una catástrofe.

— ¡Hora de la entrega! "Samuel", ¿, Por qué no vas a otro rincón de la casa a dar la caja de pizza?

Le guiñó el ojo. No le llamó "Sanemi" porque sabría que eso llamaría la atención. Estaban disfrazados. Encubiertos. Una vez dentro, Midnight se adentró en los recovecos de la imponente mansión. Cada paso que daba resonaba en los vastos pasillos, sus sentidos alerta y su mente calculando cada posible amenaza. Avanzó con sigilo y determinación, explorando cada rincón de aquel laberinto en busca de respuestas. Fue entonces cuando su mirada se posó debajo de una cama, y de inmediato se comunicó por radio con Battler, quien aguardaba pacientemente en la camioneta.

— Battler, ¿Qué es este objeto que está en mi cámara? ¿Puedes identificarlo?

Con voz susurrante pero firme, Midnight transmitió la novedad a su compañero de misión. Le informó sobre el hallazgo de un objeto intrigante, aunque aún no podía determinar su verdadera naturaleza. La incertidumbre se apoderaba de ella mientras examinaba el misterioso artefacto, consciente de que cualquier paso en falso podría desencadenar consecuencias impredecibles. Entonces, aparecen unos hombres con ametralladoras.

Estaban hablando sobre dos personas metidas en el recinto. Los intrusos estaban siendo buscados incesantemente en este lugar.