Vamos a nadar [libre]

por **Tyrande** Jue Ene 04, 2018 2:03 pm

Tyrande llevaba una temporada en la academia y todavía había sitios que no conocía, así que había decidido que ese día era el momento de empezar a conocer el lugar un poco mejor de lo que lo hacía. En ese momento se encontraba sentada frente a su escritorio, estaba escribiendo en un cuaderno, no era un diario pero sí que lo usaba para escribir todo lo que le pasaba y lo que hacía.

Miró hacia la ventana y pudo ver que ese día brillaba el sol como nunca, se levantó y se acercó hacia la ventana para abrirla. Al apoyar ambas manos en el alfeizar sacó la cabeza y sintió la suave brisa que hacía. Era buen día para explorar, así que eso decidió, dejó la ventana para que la frescura que entraba embargase todo el dormitorio y salió por la puerta cerrándola tras de sí. Sonrió mientras caminaba y comenzó a explorar todo el lugar. Siempre le gustaba andar y dejarse llevar por sus pies donde fuese.

Llevaba un rato caminando cuando alcanzó una zona desconocida para ella, miró con el rostro ladeado y sonrió al ver que no había nadie, ella sola sería quien explorase todo ese lugar. Realmente no se esperaba nada de lo que habría de hallar, así que se acercó al lugar y pudo ver que estaba en unas piscinas. Posó sus manos sobre las caderas e inspiró, sintió como entraba el olor del cloro por sus fosas nasales y chasqueó la lengua.

Siempre prefería la naturaleza, pero era cierto que unas piscinas en la academia le daban una opción para poder entrenar el cuerpo de otra forma que no fuese siempre la lucha. Sin pensarlo mucho se quitó los zapatos y se sentó para meter ambos pies en el agua mientras se sentaba en el borde.

-Esto no es el mar, pero bueno se hace un apaño.-murmuró mientras cerraba los ojos y dejaba que el agua se llevase toda la tensión.

por Invitado Mar Ene 16, 2018 9:14 pm

El albino caminaba sin rumbo por aquel enorme lugar, con pasos lentos y calmados. Su aburrimiento era muy grande, inexplicable para ser más exactos; miraba alrededor a medida que continuaba su encaminada. Eran pocas las veces que salía a ver que se encontraba en aquella zona, pues llevaba poco tiempo allí y no conocía mucho de la academia, más sin embargo, debía investigar todo lo que pudiese, por lo que esa era la oportunidad perfecta para hacerlo

Bell Cranell era el nombre del chico, joven cuyos cabellos eran de un color blanco como la nieve de las montañas, qué en combinación con sus ojos carmesí y piel blanca, daban creación a una combinación hermosa. Su edad era la de catorce años, contando con un peso aproximado de setenta y siete kilos, sin olvidar su estatura de ciento sesenta y cinco metros; era un adolescente como los demás. Su ropa era algo casual, llevaba puesta una playera color negro de mangas largas y con cuello en forma de V. En conjunto con esa camisa tenía un pantalón color negro particular color negro cual noche, que en la zona de sus tobillos era un poco angosto; además portaba una correa negra con hebilla con forma cuadrada con color blanco como "Sujetador". Y por último, pero no menos importante,llevaba puestos un par de tenis blancos, que tenían tres rayas negras en forma vertical en ambos lados, izquierda y derecha

Luego de varios minutos, su caminata concluyó al llegar a un lugar nunca antes visto para él; sus globos oculares daban una veloz mirada al ambiente, parecía ser la zona de las piscinas de la academia, algo que él no sabía que existía. Segundos más tarde, sus orbes se fijaron instantáneamente en una figura femenina sentada al lado de la alberca, a una distancia de doce metros; no tenía ni la menor idea de quién era, no obstante, ante la vista del hombre, era bastante guapa, era de las pocas chicas que había visto desde su llegada, por lo que no sabía como reaccionaría esta

--Em....¡Hola! ¡Un gusto conocerte, mi nombre es Bell Cranell!--

Decía mientras se acercaba con pasos lentos hacia la hembra, estaba algo nervioso pues no estaba acostumbrado a hablar con mucha gente que fuese de ese fantástico instituto. Su forma de hablar estaba llena de nerviosismo, más no se trababa, ¿Acaso estaba controlando lo más que podía su "temor"?. Al terminar su dialogo, detuvo su caminata a un escaso metro de la joven, mientras que llevaba su brazo derecho hacia la parte trasera de su cabeza, apoyándola allí, formando una alargada sonrisa en sus labios, gesto que demostraba alegría y algo de pena

Vamos a nadar [libre] Bell-c10

por **Tyrande** Jue Ene 18, 2018 8:23 am

Tyrande se encontraba sintiendo el agua moverse alrededor de sus pies sumergidos cuando sus orejas, al parecer totalmente inmóviles, realizaron un pequeño movimiento al escuchar el sonido de algo acercarse. Siguió con los ojos cerrados y fue cuando escuchó una voz que la saludaba. En su mente comenzaron a dibujarse personas que tuviesen ese timbre de voz, pero para ninguna de ellas le era conocida esa voz. Al sentir el calor que el cuerpo del joven proyectaba debido a su cercanía, Tyrande abrió lentamente los ojos y elevó la vista para clavar sus plateadas pupilas sobre los rubíes de él.

Ladeó el rostro y le mostró una cálida sonrisa mientras se levantaba con tranquilidad haciendo que se escuchase el chasquido del agua, la cual gruñía de que la separasen de nuevo. Se puso a la altura del joven pudiendo comprobar que éste le pasaba un poco.

-Hola -saludó, haciendo notar que su voz sonaba como el susurro del viento.-Mi nombre es Tyrande, ¿eres nuevo en la academia?-preguntó tranquilamente mientras lo miraba intensamente.-No me suenas.

Era cierto que para Tyrande no le era conocido y aunque no conocía a todos en la academia, sí que era buena recordando caras y justo la de ese joven no la recordaba. Sonrió de nuevo y posó ambas manos sobre su cadera, pose que le hacía parecer más seria, pero aun así miró el lugar.

-¿Qué te ha traído hasta aquí?-le preguntó mientras intentaba empezar una conversación.

Solía ser menos atrevida, siempre le había gustado la soledad, pero notaba que el chico estaba bastante nervioso, así que decidió ser ella quien rompiese el hielo, aunque pensándolo bien el que lo había roto había sido él.

por Invitado Sáb Ene 27, 2018 8:29 pm

**Los orbes rojizos cual rubí del albino postraban toda su atención sobre la recién conocida, y además sus oídos se mantenían alerta ante cualquier sonido, desde palabras hasta simples reacciones del agua cristalina al ser acariciadas directamente por el suave céfiro.

En un lapso breve de tiempo desde su último movimiento, una repuesta otorgada por la peliverde, ocasionando que el órgano vital del varón se calmase, reanudando sus lentos latidos; asimismo, su agitación se desvanecía como la niebla misma, ya no le era necesario mantenerse nervioso. Al mismo tiempo que estos cambios internos sucedían dentro de la anatomía del hombre, su sentido del oído percibía el hablar contrario. Mantenía total atención a lo que le decía, era irrespetuoso ignorar a una chica cuando esta le comunicaba algo, era obvio que el peliblanco se mantendría atendiendo sus palabras**

--Un gusto, señorita Tyrande**Citó en respuesta a la formal presentación de la hembra, embozndo en su cavidad vocal un gesto más alegre, apartando de una "Tacleada" su temor**

--Y si, como usted dijo, soy nuevo en esta academia, por lo que no conozco a muchas personas. Y en cuanto a qué me llevó aquí, pues, me encontraba caminando intentando encontrar algo de interés, y para cosa del destino, encontré este sitio, y también a usted **Comentó, con un respeto anormal, además de una serenidad inquebrantable, parecía un ente diferente, como si un clon hubiese tomado su lugar momentáneamente, ¿Acaso esta podría ser la verdadera cara del hombre?**

--Si me permite preguntarle, ¿A usted que la trajo aquí? **Hizo la interrogante el adolescente, algo irrespetuosa su pregunta, pero no podía ser negado su interés**

por **Tyrande** Dom Ene 28, 2018 9:41 am

Tyrande sonrió cuando dijo que era un gusto, la verdad para ella también lo era, escuchó la respuesta a la pregunta que hizo. Ladeó el rostro un momento sin apartar la sonrisa de su rostro. Se sentía contenta de conocer a alguien nuevo, sobre todo porque le gustaban las historias que escondían. Al oír que había sido el destino el conocerla soltó una dulce carcajada. Sentía como las gotas de agua, que estaban en sus piernas, corrían lentamente en un intento de volver junto a sus hermanas en la piscina.

-Si le digo la verdad, nada fue planeado.-comentó tranquilamente mientras giraba lentamente la cabeza hacia el agua.-Me dejé llevar, siempre me ha gustado guiarme por mis pies.-la voz de Tyrande era suave y tranquila.-Si busca algo de interés hay muchos lugares realmente mejores que una piscina.

Ésta tomó sus zapatos, los cuales aún descansaban a un lado de ella, y comenzó a caminar mientras miraba el lugar, vio que había un lugar donde al parecer apilaban varias sillas y además al parecer había una pequeña zona de bebidas.

-Sentémonos ahí y tomemos algo-soltó mientras se acercaba al lugar.-¿Qué le gustaría conocer?-le comentó.

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