Una presa entre las sombras y un encuentro inesperado (Kai)

- ¡Ayúdenme! ¡Que alguien me ayude por favor! -

Una voz quebrantada en llanto prorrumpe con desesperación un grito de súplica en medio de la penumbra. Sus pasos eran ahogados por sus clamores agónicos mientras corría a través de la oscuridad de la calle. Un infante no mas alto que un trapeador elige calles al azar en un inútil intento por escapar de su ineludible destino.

El menor descubrió demasiado tarde que había entrado en un callejón sin salida. Su frustración entonces se apoderó de él a tal grado que comenzó a clamar con todavía más desesperación, mientras con sus pequeñas manos golpeaba la pared con que se había topado.

- ¡Por favor! ¡Ayúdenme por favor! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir! -

Su rostro bañado en sudor y lágrimas, el cual hasta ahora tenía la expresión de quien ve perecer en sus brazos a un ser amado, quedó en un instante apagado de toda esperanza al escuchar aquella voz que tan solo con proferir palabra alguna conseguía estremecer hasta la muerte al aterrorizado pequeño.

- ¡Cielos! ¡De verdad eres la cena más divertida que he tenido en meses~! -



Largos hilos celestes ondeaban con dulzura al compás del suave viento, soportados por la cabeza de aquella delgada figura de color aperlado. Sus ojos de citrino brillaban como el sol mismo; equiparables en orgullo y potestad. Sus finos labios rosados, su rostro de costosa porcelana, e incluso aquellas prendas oscuras como solo el corazón de aquella entidad. Todo estaba salpicado de un brillante escarlata, anunciando a cuentagotas la tragedia ocurrida previamente.

- De verdad pensé que tratarías de salvar a tu pequeña hermanita o algo así. Debiste ver su cara cuando la abandonaste a su suerte y corriste para salvarte~ -

La figura femenina rió a carcajadas tras decir aquello. Alzó una de sus manos entonces, tras lo cual produjo un chasquido con sus dedos. El niño, que hasta ahora permanecía inmóvil, intentó moverse para correr, pero ya era demasiado tarde. Una serie de delgados pero ridículamente resistentes hilos de acero lo tenían ya atado de pies y manos, de forma que no podía ni moverse. Intentó con todas sus fuerzas romper las cuerdas, pero solo consiguió cortarse con los delgados hilos que eran básicamente invisibles en medio de la oscuridad.

- ¡Por favor déjame ir! ¡Haré cualquier cosa, pero déjame ir! ¡Juro que no se lo diré a nadie! -

Las súplicas del pequeño castaño cesaron cuando el demonio con apariencia de niña le tomó del mentón, soltando a la vez una risilla burlona.

- Vamos, vamos. Si fueras una linda elfa rubia de ojos verdes te tomaría la palabra. Pero siendo un simple cachorro de mago, lo único que me interesa de ti es la energía mágica en tu interior, por lo que solo me sirves de bocadi... Tch. Detesto que me vean mientras como. Quien quiera que seas ¡Sal ahora mismo o te mataré! -

Algo había claramente interrumpido al Rey Demonio. Ahora miraba directamente hacia la oscuridad, como si pudiera ver lo que dentro de ella se ocultaba, hablando con un tono de voz frío e iracundo, esperando que la otra figura diese la cara.

Tenia un trabajo nuevo en el que le pagarian muy bien por cazar a ciertos hermanos que eran decendientes directos de un mago poderoso que curiosamente tambien fue victima de las garras del albino, una persona cualquier se negaria al asesinato de dos niños indefensos pero la mentalidad de aquel ente oscuro era totalmente distinta ya que cazarlos no solo significaba una buena paga si no de una sangre con gran mana concentrado cosa que le servia para guardarla por si en algun momento necesita usarla para conseguir mas magia o simplemente para ofrecersela a aquel vampiro con quien tenia una pequeña alianza.

La molestia del de cabello blancos crecio cuando se encontro con el hecho de que alguien ya habia matado a uno de los niños y si habia algo realmente irritable para el era que le robaran sus trabajos, no tardo en encontrar el rastro de donde estaba el varon que al parecer corria desesperadamente aun que no sabia de que se trataba, solo se quedo observando como cambiaba de calles en un intento muy desesperado de huir de quien lo cazaba cosa que realmente era la estrategia mas inutil que existia, despues de todo este mismo se quedo encerrado en un callejon por no fijarse si habia salida de alli o no.

- Los humanos son tan incredulos. . .ni siquiera los hijos de magos pueden pensar con claridad cuando estan en peligro -

Observo de quien se trataba el perseguidor de aquel joven lleno de terror, no pudo evitar sorprenderse al ver que se trataba de aquella niña que una vez habia visto hablando sola dentro de la nave de Asgard, escucho detalladamente sus palabras enterandose que una de sus presas estaba en el estomago de aquel ser que resulto ser un slime, aun que al ver que ahora intentaba llevarse al otro sabia que eso no lo iba a soportar pues ya perdio a una presa, aun que no necesitaria entrar rapido pues escucho aquella voz chillons que reclamaba que el se mostrara.

- De todo el mundo. . .tenia que encontrarme a una babosa. . . -

Este saldria de aquella densa oscuridad donde se encontraba, extenderia sus negras garras hacia el cuerpo del menor y de alli saldrian una especie de gancho del mismo color oscurecido que atravesaria el pecho del menor, jalaria con fuerza sacandole el cuerpo al peliazul, era su presa y pensaba luchar para quedarsela pues no se dejaria burlar por alguien con el aspecto de una niña histerica.

- Lamento decirte esto. . .pero este niño y su hermana eran mis presas, ya me quitaste a una. . .no dejare que te lleves a los dos slime -

- ¡E-espera! ¡No deberías...! -

Tan solo dos metros de distancia hubieran hecho falta para que el "cachorro de mago", como el slime lo definía, hubiere alcanzado las garras del ente sombrío que ahora había aparecido, y mismo que el Rey Demonio pudo identificar fácilmente como miembro de la misma institución. Tan cerca y tan lejos estaba su presa... Pero es que, al parecer cuanto menos, aquel no se había fijado en los hilos que ataban al niño. En un instante, las extremidades y la cabeza del mocoso habían sido rebanadas por el "hilo de acero pegajoso" de Rimuru, quien se limitaba a ver la sangre salpicar el lugar mientras el torso del infante caía en manos del pseudo-demonio que había intentado arrebatárselo.

- Maldición... Mira lo que has hecho. Pensaba guardar esa sangre para Lacus-sen... Quiero decir ¿No puedes fijarte en lo que haces?

Sorprendentemente, la mirada del limo no se llenó de ira, sino de una profunda decepción. El esfuerzo que había hecho para encontrar una comida decente en un basurero como ese había sido grande. Mas ahora todo se había ido al garete, y nada podía hacer al respecto. El cuerpo aún le servía, pues el mocoso tenía algunas habilidades interesantes por copiar. De hecho, hubiera resultado problemático atraparlo, de no haberse asegurado de agotar su energía mágica desde el inicio. Pero nada de eso importaba ya, pues ahora todo estaba chungo y nada se podía hacer al respecto.

- Cielos, si hubieras más amable no me habría molestado compartir con un compañero de clase. ¿Acaso no sabes lo que son los modales? Baka baka baka...

El Rey Demonio se había cruzado de brazos e inflado las mejillas, evitando en acto el hacer contacto visual con el contrario. Vamos, que un comportamiento tsundere más genérico no podría haber en esta escena. Abrió entonces un portal a su derecha, por el que solo un gato podría pasar, e introdujo ahí su mano, extrayendo así una copa de lo que parecía ser vino, aunque realmente no fuera más que jugo de arándanos. Y, a la par que aquel portal se cerraba, el líquido carmesí era ingerido de a poco por el slime, quien luego soltaría un suspiro de desánimo tras observar la situación una vez más.

Las oscuras garras del albino tocarian el torso desmembrado de su victima para asi extraer su sangre con un sello magico el cual lo contendria un tiempo, de su bolsillo sacaria unos tres frascos no muy grandes con un cierto parecido a los que se usaban en laboratorios para los experimentos y los llenaria de aquel liquido carmesi que desprendia el torso que le habia robado a aquel slime tsundere. Al ya tener toda su sangre lanzo aquel pedazo de carne haciendolo caer a los pies del de azulados cabellos, su mirada indiferente se dirigia directamente a el mientras se guardaba la sangre del muerto para que no pudiera robarsela.

- No comparto mis victimas con. . .¿que diablos eres?. . .da igual de todas formas te dire babosa o loli tsundere -

Realmente no le importaba ni un poco si este era alguna persona importante o de gran poder, a sus ojos no era mas alla de un slime con poderes que probablemente molestaria para divertirse, aunque si hubo algo que le llamo la atencion que fue lo de que pensaba llevarse a aquel vampiro con el que habia establecido una pequeña alianza que se trstaba de una entrega de sangre a cambio de que le ayudara en lo que el llegara a necesitar.

- Veo que conoces a Lacus. . .aun que por como hablaste parece que estas obsecionado con poder darle algo. . . -

Este se acercaria lentamente al azulado notando la gran diferencia de alturas entre ellos dos pues el slime apenas le llegaba a la mitad de su torso, por algo a primera vista el albino creia que era una "niña" extraña y chillona. . .ahora sabe que no es una niña pero sigue siendo extraña y sobre toda chillona.

Mientras veía como aquel híbrido albino extraía la sangre del mutilado cadáver de la presa que le había arrebatado, el slime hizo un gesto de fastidio. Incluso tiró la copa de cristal al suelo, dejando que esta se hiciera pedazos. Por su parte, tomó el mechero de bolsillo que siempre cargaba consigo y lo mantuvo a la altura de su muslo, con intenciones de encenderlo pero tratando de mantener la calma. "Es solo un idiota..." pensaba. "Pero no vale la pena eliminar sin motivo a un peón que juega para el mismo bando". De forma que contuvo su agresividad, al menos por un rato, y dejó que aquel hiciera lo que mejor le pareciera con la sangre. A fin y al cabo, no era eso lo que el Rey Demonio necesitaba, lo que la convertía solo en un bonito plus para obsequiar.

– Cómo... Me has llamado...?

El rostro del Rey Demonio, que hasta hace unos instantes reflejaba un simple disgusto recubierto de indiferencia, ahora se encontraba al borde de la ira. Un ser inferior, una criatura sin importancia ni validez, ¿Se atrevía a llamarlo de esa forma tan despectiva? ¿Al Gran Rey Demonio? ¿¡Es que acaso el tipo deseaba morir!? Era increíble que un bicho como él pudiera ser tan soberbio, esos eran los pensamientos del slime. Sin embargo, pese a todo lo anterior, nada lo enardeció como los comentarios que el albino insolente se atrevía a proferir con referencia al vampiro que el slime admiraba en secreto. ¿Qué sabía aquel tipo del hemófago? ¿Qué diablos le importaba si deseaba o no darle un obsequio?

– ¿Desesperado... Dices? No tienes derecho a hablar de desesperación, baka. Si tienes que robarle la comida a una loli en un callejón polvoriento por dinero, no puedes ser más desesperadamente patético.

Escupió esas palabras de forma casi nauseabunda, guardando su mechero en el bolsillo derecho de su abrigo. No parecía tener intensiones de pelear con aquel si no era estrictamente necesario, por lo que trató de darle la menor importancia posible. En lugar de ello, simplemente se fundió en el suelo, cambiando la estructura de su cuerpo por aquella cerúlea y viscosa que lo caracterizaba. Ingerir el cuerpo del mocoso que había cazado no le tomó ni cinco segundos. Tan pronto como la masa gelatinosa alcanzaba los destazados miembros del niño, estos se disolvían como lo hace el azúcar en el agua caliente. Así pues, en poco tiempo ya estaba de vuelta en su forma original, mirando despectivamente al "demonio inferior" que se empeñaba en fastidiar.

« Informe: "Habilidad Única: Prisión Eterna" ha sido aprendida con éxito »

« Perfecto. Al fin una buena noticia... »

– Lárgate de aquí; no tengo asuntos pendientes contigo. La próxima vez que te vea, no seré tan paciente.

Era obvio que las palabras del albino no solo buscaban el molestar al peliazul, si no que tambien le servia para medir cual era el grado de paciencia que este tenia y esa informacion le podria ser util si algun dia necesitara que aquel slime se enfurezca, quien sabe, tal vez sirva para un buen plan de escape, al escuchar el como lo trataba como un ser inferior solo provoco una mirada fria en sus ojos ¿acaso cree que por ser el gran rey demonio no hay nadie que le pueda hacer frente?, eso solo lo delataba con una total mentalidad infantil. . .genial eso servira para otro insulto en algun futuro.

- No te entiendo babosa. . .te enojas de que te diga "loli tsundere" y luego te refieres a ti mismo como "loli". . .parecias idiota pero no debias demostrarlo -

¿Estara jugando con fuego? Tal vez. . .pero sinceramente no le importaba en lo mas minimo que tanto podria enojarse, aparte de que en ese callejon oscuro el tenia la gran ventaja de escape pues su magia corrupta era bastante util para aquellos momentos, este escucharia sonidos atras de el por lo que se giraria suavemente notando a un perro que parecia estar buscando comida.

Aprovechando que no queria ver como aquel slime se tragaba al niño, solo se acercaria a aquel animal arrodillandose frente a el tocando suavemente con una de sus garras la frente del canino, seguido de eso el cuerpo del perro se cubriria de sombras para asi aumenta lentamente su tamaño llegando a la cintura del albino y se haria mas robusto, mientras que su complexion cambiaba mas a la de un lobo, al desaparecer quedaria una especie de lobo con un pelaje oscuro y con algunas marcas de un poderoso fuego brillozo.

- La proxima vez que nos veamos jugare denuevo con tu paciencia. . .y no es robarle la comida a una loli, es reclamar una presa -

Al acercarse al menor de altura aquel animal infernal tambien lo haria, pero este solo oleria suavemente al slime y luego se quedaria detras del demonio, este solo se quedaria esperando una respuesta del de cabellos azules.

El slime no podía contener la rabia un segundo más. El contrario no solo se había atrevido a proferir un insulto tras otro en su contra. Encima el muy desgraciado se creía dueño de la presa que el demonio se había tomado tanto tiempo en cazar. ¿Era acaso alguna especie de idiota sin remedio? ¡Alguien así no vale la pena en lo absoluto para Asgard! Esos eran los pensamientos del Rey Demonio, quien no se daba cuenta de las intenciones del otro. Por supuesto, Rimuru Tempest no es especialmente inteligente. Su mentalidad es apenas la de un niño. Es por eso que Gran Sabio hace una gran tarea en mantener al limo con vida. Sin embargo, mientras este considere que Rimuru no está en peligro, no actuará. Por lo tanto, ha dejado que hasta ahora actúe como mejor le parezca.

– ... Un año

De manera instantánea, la presión del aire se volvió más pesada, como si alguien hubiera colocado una fuerte energía en el ambiente. Se trataba de la "Habilidad Única: Prisión Eterna" que el limo recién había adquirido. No sabía utilizarla en su totalidad, por lo que es probable que cometa algunos errores en su funcionamiento; pero el análisis que había realizado en el mocoso mientras lo casaba era suficiente para comprender su forma de ejecución a grandes rasgos. Se trata de una habilidad que genera una "prisión" dimensional. El creador debe saber la ubicación y medidas de la barrera que quiere crear, y el tiempo que pronuncie será el mismo que esta dure. Mientras la barrera esté activa, no permite el flujo de ninguna clase de energía a través de ella. De hecho, repele toda energía al 100%. En otras palabras, nada puede entrar o salir, ni siquiera teletransportándose o algo por el estilo. Además, significa que no se puede romper, al menos en teoría.

Es de esta forma que el limo construyó una barrera impenetrable cuya área era el callejón en que todos se encontraban. Absolutamente nada podía filtrarse de un lado a otro de la barrera. Ni siquiera la luz o el sonido. Eso quiere decir que dentro de la prisión todo quedaría en oscuridad total al instante. Ni siquiera el tenue destello de los faros a la lejanía o de las estrellas podría irradiar la más mínima particula de luz, y nadie de afuera escucharía tampoco lo que sucede dentro. Si el híbrido y su nueva "mascota" no escapasen a tiempo, definitivamente quedarían atrapados en esa barrera cuyo interior era la oscuridad total. Sin embargo, pese a que el Rey Demonio no necesita luz para ver, su siguiente acto sí que alumbraría el sitio. Sacó su mechero nuevamente, no del bolsillo en que lo había guardado, sino de su manga, y lo encendió al instante, haciendo expandir el fuego a lo largo de todo el callejón, envolviendo así en llamas todo cuanto estaba dentro de la barrera, incluyéndole.

– Tch... ¿Idiota? Soy el Gran Rey Demonio... Soy superior a cualquier ser existente... ¿Cómo osa una cucaracha insignificante insultarme a mí, que soy el único ser perfecto como uno? Baka... A-además, no soy tsundere... No lo soy...

Llegados a este punto, ya no sabría decirse si el limo le hablaba a su contrario o únicamente conversaba consigo mismo. Lo único claro es que estaba desahogando su ira en aquellos actos agresivos y aquellas palabras coléricas. El slime no no soporta de ninguna forma ser provocado, y no se resiste ante ninguno de sus impulsos en ningún momento. Al ser cada vez más abrumadora su energía demoníaca para una mente tan joven y débil, el resultado inevitable es un ser que se guía completamente por sus deseos e impulsos sin premeditar antes la situación. Quizá por su fuerza hasta ahora le ha resultado sencillo conseguir lo que quiere siempre que quiere. Pero si alguien pudiera hacerle frente ¿Cuánto podrían persistir su capricho y arrogancia?