El Héroe

{ ɪɴɪᴄɪᴏ }

Desde hace mucho tiempo, existe la historia de un joven héroe del tiempo, aquellos primeros seres humanos existentes sobre la tierra, y el guardián que durante generaciones se ha mantenido siempre viva en la historia, sin embargo, por acontecimientos críticos, hubo un pequeño pero grave error, eso fue alterar líneas temporales, donde en algunos momentos el héroe perdía causando distintas líneas temporales.

Sin embargo, siempre renace para detener al mal que acecha con deseos de obtener el poder de la diosa que ha creado el mundo, lo que llamaban "La trifuerza". Han pasado siglos enteros, donde reina la paz y el orden, los elfos han creado de forma firme un reino en el cual siempre se ha mostrado como una raza justa y noble, sin embargo, no todo en el lugar es bueno, pues se había creado una sociedad política, donde la nobleza era la que mandaba bajo la influencia de los reyes, habiendo incluso plebeyos que solo servían para estar bajo órdenes de los demás.

Actualmente el reino se encuentra en guerra con el resto de las razas, pues no desean entablar un intercambio de costumbres y culturas, tampoco el manchar su sangre con otras razas. Sin embargo no es algo que puedan evitar siempre, pues existen los semi-elfos, amoríos de algunos elfos con humanos.

En una de las confrontaciones aparentemente perdidas, surgieron rumores de un joven elfo que terminó con un ejército completo, donde se dieron cuenta que dicho joven no era reconocido de ningún lado, no era hijo de ningún plebeyo ni noble. El joven elfo que comenzaba a causar alboroto con sólo nombrarlo, sus logros eran cada vez más evidentes en cada batalla en la que fue enviado, por lo que el Rey le ha llamado, enterándose así de un acontecimiento inimaginable...

♤...•- ¿¡Qué!? ... No puede ser posible, los elfos del bosque aún viven... Eres un joven portentoso, sin mencionar que eres decendiente del bosque Kokiri.

Había muchos halagos, el asombro era evidente en el rey, por lo que éste lo reconoció como un príncipe, más no como un príncipe cualquiera, si no uno muy puro, venir de los elfos del bosque Kokiri cuando se había dejado de saber de ellos a tal grado de ser una leyenda. Pero no había mucha alegría en el joven, no entendía muchos de los halagos del Rey, pero éste con humildad mantenía el respeto, pese que sus palabras eran muy breves, fue entendido de la forma mas directa.

El tiempo pasó, el reino se encontraba más tranquilo, el joven elfo había recibido una casa por parte del Rey, además de que éste recibía botines de dinero por sus hallazgos, entrenaba de vez en cuando con los soldados del Reino, aunque éste no contaba de sus sueños, pues no era cualquiera, sabiendo que él es una encarnación de aquél héroe poseedor de la espada maestra, su pacto con Fey era eterno, y las cosas que éste posee siempre era mediante sus viajes, en espera de que se presentara el mal de esa época, siempre sentía ese vacío en su corazón, el sentir que le faltaba algo, viviendo en esos tiempos tan pacíficos, ayudando a todo aquél que de verdad lo necesitara.

Pero todo tiene un final, la paz reinaba, y el elfo sabe bien que no podría hacer más que esperar a que su tiempo llegara, pero no sería donde su historia haría marca, la piedra sheika le notificara un llamado, el cual sin tener nada qué perder acudió, comenzaba a elevarse con gran lentitud, hasta que su cuerpo se envolvió en una luz azulada, terminaba siendo desfragmentado en pequeños cubos, su ser había sido desintegrado.

En un lugar muy remoto a su mundo, su cuerpo una vez más estaba siendo reunido entre esas partículas cúbicas hasta formar su cuerpo, éste portaba su Armadura Real, aquella espada maestra a sus espaldas como su escudo, bajo el se habría roto una lápida que tenía el logo de su representación misma, la trifuerza, estaba en un lugar aparentemente desolado, una academia, un palacio tétrico, realmente no prestaba mucha atención.

Las horas pasaban, una silueta negra siempre le guió le explicó las cosas, donde pertenecería, sin una misión fija más que vivir, uno de los integrante de ossor, Link, ha llegado para dejar una nueva marca en la historia, pero irónicamente, siendo un candidato a gobernador de esas tierras.

Para ese momento, el elfo se encontraría en los jardines de la academia, sentado en el pasto bajo un frondoso árbol, con su vista a los jardines, mientras pacíficamente disfrutaba de los primero rayos del sol, viendo los alumnos en su día matutino, la compañía de compañeros, algo que no ha tenido en mente tener, o mejor dicho, buscar.