La neblina entre las canchas.

por Ryuko Matoi Lun Abr 11, 2022 7:47 pm

Estaba agotada, su delgado cuerpo tambaleaba a causa de la brisa tan fuerte estaba en el día. El sol se escondía entre las nubes gigantescas de color grisáceo. La neblina no tardó en levantarse contra la cancha; ocultando los asientos, porterías, materiales y demás, dejando más difícil su trabajo. Pues no solo tenía que cuidar de aquella cancha, sino que también tenía que mantenerla organizada para evitarse problemas con materiales extraviados
No pasaría mucho tiempo en el que aquel clima agotador empezaba a hacer de las suyas cuando la ojigrisasea rindió a su estabilidad y poca fuerza física ahora tenía, puesto que un gran ardor en sus mejillas ahora coloradas se asomaba.
El escalofrío en su cuerpo le acompañaba, todo indicaba una fiebre; ni más ni menos... Pero, ¿Cómo podría ocurrir eso?, Estaba acostumbrada a cualquier clima sin importar las prendas tan pocas y ajustadas llevase, se le hacía extraño, a causa de esto un leve puchero acompañado de un gruñido bajo se escapó de su rostro, le fastidiaba sentirse tan mal y tener que caminar hasta su habitación, la verdad es que le quedaba un poquito alejado, pero lo prefería así, aunque este día no era el caso, claramente

— ¿Como carajo regresaré así?.-

Exclamó un tanto fastidiada pero sobre todo molesta, frotó un tanto sus manos consigo misma para conseguir un poco de calor y poco a poco comenzó a caminar, el dolor en el cuerpo no tardó en presentarse. Con pesar y pasito lento camino entre toda esa neblina, sería caminar hasta el otro lado de la cancha "a ciegas" pues aquel fenómeno natural y el malestar físico le impedían visualizar de manera correcta.
Ryuko se encontraba en una esquina de la cancha de fútbol y necesitaba cruzar a la otra esquina del otro lado, para poder salir y pasar a la enfermería, sería más largo, doloroso y friolento de lo que ella esperaba. Cada paso era una punzada dolorosa para sus piernas y su cabeza

Caminando a mitades de la cancha una figura comenzó a distinguirse entre toda esa neblina, no reconocía o no sabía de quién se tratase, pero de igual manera no le dejaría pasar, no sin ella ausente. Quería estar al tanto de la cancha y justo ahora no podría por lo que tampoco dejaría pasar a gente, podrían arruinar algo y la que llevaría el cargo sería ella, por lo que con o sin dolor, decidió acercarse a aquella figura para poder regresarla de cualquier lado que habría llegado, de todos modos. ¿Quién estaría en una cancha con tanta neblina y frío?, Sería extraño y muy idiota, lo único que conseguirían sería enfermarse -justo como ella en ese preciso momento-

— ¡Hey!, No pueden estar aquí, los que se encargan de cuidar la cancha ya se han ido y por lo tanto preferiría que no estuvieran por acá sin la supervisión de alguien.

Soltó a tan solo unos pasos de aquel con tono molesto y pequeños quejidos de dolor y frialdad.