Titanes en las arenas [Historia]

por **Charlotte Dunois** Jue Abr 20, 2017 11:25 pm

El astro rey en el firmamento irradiaba un calor como pocas veces lo hacía en el año. Emitía su calor con furia, como si quisiera a propósito rostizar a cada cosa que había en las dunas, y por allí estaba Charlotte con su sombrero, y sus ropas holgadas. Todo en un pequeño campamento base en donde habían botellas de agua, dos carpas, y también muchos víveres. Al menos podía darse el lujo de que en la Academia había ciertos implementos para hacerle contra a las inclemencias del desierto.

Ropa de Charlotte:

Mientras bebía su cantimplora de color celeste, miró hacia la duna más alta, la cual era adornada con una especie de grandes ladrillos blancos, los cuales estaban desperdigados como migas que se les da a las palomas - Tori-chan, ¿ya pusiste las provisiones en la mochila? - comentó acomodándose más la mochila a sus espaldas mientras va dejando el campamento para encaminarse más hacia esa gigantesca duna.

Ciertamente, el panorama era bellísmo, aunque el sol y el viento hacían que ver directamente a algunas partes fuese muy molesto. Ese silbido se escuchaba apenas, pero Charlotte, con una férrea voluntad, seguía avanzando. - Historia ¿De verdad existen esos titanes? - preguntó con algo de temor. Ya había visto un montón de cosas curiosas, por lo que bebía cada una de las palabras de la contraria como si fuera néctar. Subió por la duna lentamente y luego se sentó en uno de esos ladrillos gigantes.

Sí. Aquí estaban enterrados tres gigantes, supuestamente. Nadie sabe cómo llegaron a Yokohama, ni a esta isla en donde moran los estudiantes.

por Invitado Jue Abr 27, 2017 8:42 pm

La pequeña rubia miraba el cielo despejado. Comenzó a recordar su vida en su verdadero mundo, no era nada fácil dejar todo atrás. Oyó la voz de su amiga preguntarle algo, eso la tenso un poco. -Pues...la verdad es que sí, son demasiado tenebrosos. - respondió con algo de miedo, pues, le aterraba la idea de que uno tal vez por el mismo portal que ella ingreso al mundo en el que está ahora.

-¿Eh? Charlotte, ¿qué es eso? -preguntó Historia mirando aterrada los tres ladrillos, le recordaba a cierta cosa. ¡Por favor que no sea lo que piensa! El viento soplaba muy fuerte logrando que el sombrero que llevaba Historia saliera volando.

- ¡Ah! ¡Charl! Mi sombrero, vamos por él. - gritó desesperada, pues ese sombrero se lo había dado su amiga Charlotte. Era y será uno de sus recuerdos más preciados en su vida.

Sombrero de Historia:

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No importa...¡yo estoy contigo!

por **Charlotte Dunois** Mar Mayo 02, 2017 11:38 pm

El sombrero que le había regalo en el primer día de clases. Maldición, y no solo eso, sino que éste había girado en 360º en torno a las misteriosas piedras que estaban en la cima de las dunas. Unos propulsores jet salieron de los talones de Charlotte, y finalmente logró atrapar el sombrero que volaba como si se tratara de un ave de rapiña. Aterrizó, se acercó a su querida "hermana no sanguínea", y lo colocó con mucho cariño, como cuidando de ella.

Le sonrió cálidamente, para luego ver las tres piedras con su lupa. Así, entonces, se sentó en una de ellas, y el suelo comenzó a temblar. El sonido que provocaba la arena en la duna era como una gran cascabel que giraba sin cesar. Entonces, aparece un gigantesco cuerpo de la arena que parecía estar sin piel. Charlotte quedó impactada, no pudo decir mucho - Titán... un titán. - balbuceó y miraba que esa gigantesca criatura levanta el pie, y entonces intenta aplastar a la rubia.

Entonces, activa su traje mecánico y detiene el titán con su mecha. - Es m-muy f-fuerte. - pero Charlotte logra ganarle y lo hace caer como si fuera una tortilla. El gigante se desploma contra las otras piedras, y dos gigantes más, de menor tamaño aparecen. - Maldición, son muy fuertes. Tori-chan, usa mi otro traje, está en la mochila. Usemos las armas que Legacy nos da. - y de nuevo, el gigante sin piel, al que se le veían sus músculos se arroja contra la francesa, pero ella logra escapar y le dispara justo en los ojos para dejarlo ciego. Los cañones del traje de la rubia eran dos gemelos monstruosos de 30mm.

Ese traje mecánico, un gran robot de 10 metros de altura, era lo que necesitaban para tumbar a esos tres monstruos, y lo iban a lograr. Para ellas, no habría nada imposible. Las hermanas siempre deberían cuidarse las unas a las otras. ¡Sí! ¡Era el poder del amor!

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