Symphony of the lonely

Era una mañana fría y el cielo amenazaba con llover todo el día, el sol quedaba oculto tras las densas nubes, aquel chico recién se levantaba de su cama y miraba en una lata de energizante si aún había líquido sacudiéndola suavemente
-Vacía… que genial…-    
Bostezaba con una gran pereza y se encaminaba a la ducha para bañarse y luego alistarse para salir, era sábado y no había clases, así que caminaba en dirección al salón de música, al llegar entrecerró la puerta del salón, esta vez no llevaba su acostumbrado uniforme, llevaba un elegante traje negro y un sombrero del mismo color.
-Extrañaba tu sonido querido chelo.-     
Abría el estuche negro con rojo y una cruz templaría decorando toda su parte posterior
- Hace tanto no te escuchaba rugir, llorar, gritar e incluso reír. Perdóname te he tenido olvidado.- ]    
Sonreía mientras pasa mis dedos por la fría madera negra.
-Hora de escucharte mi viejo amigo.-     
Sacaba aquel chelo del estuche y lo tocaba con una melancolía y maestría increíble.
- Aun suenas como hace siglos, te acompañaría pero no puedo cantar, si alguien me escuchase de seguro se asustaría.-     
Ignoraba todos los ruidos que había fuera del salón, incluso cerraba los ojos para concentrarme mejor
-Es tan hermoso estar así.... tranquilo sin tener que matar, sin tener que segar la vida de más humanos, ya he hecho el suficiente daño a esta especia durante mi existencia que no merecen más dolor… creo-    
Mientras sonaba el chelo seguía halando solo
- Ser un vampiro y demonio a su vez..... ¿Quién si no es el tiempo me matará?.... ¿Cuánto viviré?, o ¿Cuánto tiempo pasara antes que sepan cómo matarme? ¿Cuánto más mi destino me perseguirá?     
Escuchaba un ruido cercano y al abrir los ojos veía a una persona en la puerta, escondida tras ella
-¿Quién eres tú, y desde hace cuánto estas ahí?, por favor sal y hablemos… tal vez la compañía me sirva de ayuda… por favor dime ¿quién eres?     

Tyrande caminaba lentamente, durante toda su existencia había caminado, más rápido o más lento, según le diese en ese momento, su existencia era larga y no le importaba el paso de los siglos, así que había aprendido que caminar despacio hacia que captases mucho más y por supuesto te captasen mucho menos. Así que lo hacía despacio, llevaba toda la noche paseando por la academia y el cuerpo le pedía descansar, así que comenzó su andanza hacia los dormitorios, pero comenzó a escuchar una música que llegaba de algún lugar.

-¿Quién tocará a estas horas?-murmuró mientras se dirigía hacia la posición de la que llegaba dicho sonido.

No tardó demasiado en llegar a la puerta que llevaba al salón de música,pudo ver que estaba entreabierta así que se acercó y se apoyó en la que la protegía, miro hacia el interior y pudo ver a un chico lo que hizo que frunciese el ceño, sobretodo al escuchar las palabras que pronunciaba. Se quedó en silencio, no era de las que escuchaba a escondidas pero aún sin quererlo sus sentidos no ayudaban. Se sobresaltó al oír cómo el chico le había descubierto, así que sin dudarlo se presentó, no llevaba ninguno de sus vestidos habituales, sino más bien una cota de malla y unos pantalones de cuero.

-No era mi intención espirarlo, estaba vigilando la zona y escuché la música, así que he venido a ver.-comentó mientras terminaba de entrar.-Veo que todo está en orden, prosiga.-soltó con educación.

Al ver a la elfa ingresar sonreía con suspicacia, hacía mucho tiempo no veía uno de su especie, se pensaba que se habían extinguido, incluso él tuvo el placer de pelear tanto al lado como en contra de ellos –Perdona si soné agresivo, no era la intención, espera… ¿acaso dijiste vigilando?- El chico se incorporaba y caminaba al fondo de la habitación buscando una silla donde la elfa nocturna se pudiese sentar –Sabia que los de tu estirpe eran silenciosos, no recordaba cuan silenciosos… ¿sabes que podías haberme matado si no te hubiera visto?- Al fin encontraba la silla y acercándola donde ella se encontraba sonreía lo más amable que podía –Quédate por favor y escuchas, de pronto te guste lo que mis tonadas dicen, puedo preguntar ¿si es verdad que los elfos tienen una voz armoniosa para cantar?- Esto último ya lo decía cuando él se sentaba y reanudaba la marcha para ponerse a tocar.

No sabía cuánto tiempo había pasado, el sol ya estaba empezando a asomarse, las nubes estaban dispersándose y el sol se colaba por la ventana permitiéndome ver los ojos blancos como cristales o como diamantes –Lindos ojos… ¿dónde puedo conseguir unos iguales?- El chico reía abiertamente y detenía la música de golpe para extender la mano hacia la elfo –Pero que desconsiderado soy… mil disculpas… soy… me llamo Flippy y la elfo de casta mayor quien es?-

Tyrande negó lentamente con la cabeza indicando que no pasaba nada ante las formas del chico, la pregunta le hizo mirarlo un poco más intensamente, sonrió ligeramente y afirmó, la verdad era que aún le costaba ficha idea. Aunque le gustaba la noche, pues la luna era su compañera, la verdad era que apenas descansaba y luego llegaban las clases. Ante la afirmación de lo silenciosa que era, Tyrande soltó una carcajada que rebotó en toda la sala de música.

-No creo que fuese lo más leal, la verdad que no me gusta atacar por la espalda, me parece rastrero, pero si es necesario...-observo cómo ponía la silla para que se sentase y el hacia lo mismo, lo del canto le dejó un momento pensativa, ¿cuanto hacía que no cantaba?-Eso dicen, pero creo que estoy oxidada, aunque me gusta escuchar la música.-comentó mientras el chico empezaba a tocar.

Habían pasado varias horas, la música los había absorbido del todo, el sol resplandecía en la ventana e hizo que le brillasen los ojos, y sonrío ante la idea de conseguir unos como los suyos.

-Nací bajo la influencia de la luna, prácticamente son únicos, así que si intentas arrebatármelos tendríamos que luchar.-comentó aún con la sonrisa en los labios. Cuando se presentó Tyrande tomó su mano y la estrechó.-Me llamo Tyrande, y tanto como casta mayor...

Soltó la mano del chico y se quedó pensativa, la verdad era que no sabía mucho de su descendencia, su madre si era de alta cuna, pero ni idea de su padre, aunque Tyrande prefería ser una persona normal, clavó sus plateados ojos sobre el chico.

-Por cierto, ¿Qué te trae por aquí?-preguntó mientras se colocaba bien.

después de haber terminado mi ultima clase del día decidí salir del salón de clases de química y física me sentía un poco  exhausta asi que decidí tomar los tres libros que mantenía sobre mi escritorio apoyarlo levemente sobre mi abdomen con una mano y decidí salir de esa habitación para cerrar con llave y seguido caminar un poco pensativa entre los pasillos de la institución al , se notaba tan silencio y soledad de los pasillos reflejándose entre las cristalinas ventanas la puesta de sol me detuve un momento para notar las tranquilidad que me causaba relajación hasta que se me ocurrió una idea de dirigirme al salón de música así que modo solo sonreí sutilmente para dar media vuelta y notar que el salón de música estaba solo unos cuantos salones mas adelante

mmm si seria lindo regresar al salón de música
hace tiempos que no voy ahí a relajarme un poco

despues de eso camine un poco entusiasmada hacia la direccion del salon al tener en mente que quizas nadie estaria ahi por las horas que eran en este momento asi que cuando llegue ahi solo note que la puerta estaba solo sutilmente topada al marco de la puerta asi que solo me llamo la curiosidad de quien estaria ahi a dentro en este justo momento asi que solo susurre para mi misma

mmm ¿quién estará aquí?

así que se lo empuje la puerta con la palma de mi mano para seguido pasar ahí a lo primero donde mi vista se pudo posar como llamando la atención fue al hermoso piano color negro que estaba en el centro de la sala y seguido solo note a los dos jovenes alumnos que se encontraban aquí lo cual solo me sorprendió pero de modo amistoso les sonreí para hablarles

buenas tardes chicos
pensé que no habría en estos momentos jóvenes en los salones ¿cómo están ?

–A veces en el campo de batalla toca hacerlo y estas consiente ¿verdad?-  Aquel chico de cabello revoltoso miraba a la elfa sonriente al saber que el honor de los elfos nocturnos aún era el mismo de hacia siglos atrás, y miraba sorprendido el que ella no cantara, ¿acaso los elfos nocturnos solo se habían dedicado al combate y habían olvidado sus otros artes como la música o la poesía? El solo siguió tocando dejando que el tiempo transcurriera sin piedad.

El chico escuchaba atentamente lo de luchar por sus ojos y el solo atinaba a sonreír y mover la cabeza de lado a lado para luego afirmar –Lo lamento, creo que dije mal… me agradan tus ojos… y aunque veas los míos así amarillos, son solo una alteración… realmente los míos son… Sus ojos cambiaban y se teñían de un rojo carmesí y las pupilas cambiaban a la forma de los gatos. –Muy poco usuales… ¿no crees?- De repente al escuchar el nombre de la elfa él sonreía –Tyrande… ¿tyrande whisperwind?, ¿de las sacerdotisas?- Sonreía y balbuceaba cosas de sus padres que había recordado volviéndola a ver mientras respondía la última pregunta –Pensé que nadie vendría… todos tienen esta aula olvidada y si no estoy yo el polvo la comería, es un lugar favorito para mí. -.

Pasos sonaban en el pasillo y el chico clavaba su vista en la puerta atenta y vio entrar a una señorita de cabello rojo y un uniforme perfectamente organizado con una sonrisa amplia y sorprendida, aun no había quitado mis ojos rojos reales y saludaba atento mientras miraba a Tyrande de reojo –Buenas tardes señorita, ¿como se encuentra?-

Tyrande escuchó casi en silencio, pues la música hacía que en ella se rememorasen canciones antiguas de su infancia, haciéndole volver a aquella niñez a veces casi olvidada. Observó al chico negar con la cabeza ante su comentario de la lucha y escuchó con atención cada una de las palabras que éste llegaba a pronunciar, fue en ese momento cuando se percató de como los ojos del joven comenzaban a cambiar y supo de inmediato lo que eso quería significar, pues antaño ya se había topado con muchos como él, unos buenos y otros malos, ¿cuál sería su causa?

-Realmente poco usuales, si.-sonrió y en su voz no se mostró atisbo de desagrado pues ella había sufrido mucho por sus ojos plata y no le gustaba hacer sentir a nadie mal al respecto.-Sí, así me llaman. Antigua sacerdotisa.-soltó con un pequeño deje de sorpresa.

Observó el lugar con atención cuando escuchó la respuesta del joven, la verdad era que se veía un poco abandonado ese lugar y por extraño que pareciese a Tyrande le atraía demasiado esa pequeña dosis de dejadez, aunque no le gustaba que los lugares hermosos se fuesen decayendo. Fue en ese momento cuando escuchó los pasos que se acercaban y simplemente se mantuvo alerta, observó la reacción de su compañero y mostró una agradable sonrisa a la nueva invitada.

-Muy buenas.-soltó.-¿Cómo está?-Tyrande solía ser muy educada no iba a ser menos en ese momento.

-al haber entrado a la amplía habitación del lugar solo pude observar a dos jóvenes conviviendo de modo tranquilo uno con el otro lo que solo demostré con una cálida. pues solo me alegraba que los alumnos se llevaran bien con los demás mi vista se notaba un poco serena con ver que este lugar no seguía tan olvidado como lo recordaba   solo este lugar me llenaba de una tierna nostalgia al solo recordar como antes era uno de los salones más utilizados por todos de la academia-

Buenas jóvenes , jejej no pensé que todavía anduvieran alumnos entre los pasillos , pero me alegra ha que estén bien

-Me doy la vuelta para tomar las perillas de las grandes puertas y sutilmente cerrarlas al ser la habitación amplia se pudo escuchar como  las majestuosas puertas fueron cerradas, seguido me di la vuelta con una amistosa sonrisa hacia ellos ya que me sentía entusiasmada que le interesaran estar en esta habitación así que solo fui dando unos pasos hacia donde ellos estaban-

Espero que no les moleste mi presencia aquí chicos, aunque me alegra que estén en un lugar así


-al estar donde ellos solo me acerque donde estaba uno de los pianos color negro barnizado pude pasar sutilmente mi dedo sobre la teclas naturales o también teclas blancas  seguido observe que estaba lleno de polvo muy notable así que solo solté un   suspiro algo desmotivada-

mmmm tendre que limpiar esto, bueno necesita mantenimiento