Buscando la estrella mas brillante [Evento Navideño]

Las historias sobre una estrella, la cual se decía que daba una luz más resplandeciente que las demás, esta se podía apreciar justo antes de noche buena, ese rumor era el que Haseo poseía por lo que iría en búsqueda del árbol más grande, aquel que le permita escalarlo y poder apreciar aquella hermosa luz. Por lo que caminaba por los patios traseros de la academia, sus pasos eran rápidos y ruidosos, podía escuchar como las hojas se rompían bajo las plantas de los pies del mismo. El viento soplaba con un poco de fuerza, por lo que la gabardina oscura del albino se movía de manera aleatoria y el cabello del mismo le estorbaba un poco por lo que usaba la mano izquierda para despejar la vista propia.

Unos cuantos pasos resonarían detrás de él, al principio pensó que era cosa del aire, por lo que no le tomaba mucha importancia, pero después fueron unas pisadas un tanto arrítmicas y al mismo tiempo con una constancia, por lo que podía entender que alguien estaba detrás de él o al menos cerca de este. Giraría el rostro para sorprenderse y no había nadie cerca, por lo que simplemente diría en un tono un poco enojado. –Anda, muéstrate sé que hay alguien aquí.- Su voz resonaría y al mismo tiempo era callada por el golpeteo del aire contra los árboles. Esperando respuesta solo cerraría sus puños, los cuales tronarían con la fuerza que haría este, sus ojos de color rubí pasaban de un lado a otro buscando un movimiento distinto al del aire como si se sintiera asechado por alguien en las sombras.

El tiempo había pasado rápidamente en su estadía en aquella isla donde sería su nuevo hogar, tenía muchas cosas que pensar, entre ellas si decorar su departamento por la festividad que se acercaba cada vez mas o simplemente preparar los regalos para las personas que la ayudaron en su momento y claro, también para sus amigos más cercanos.
Pero había una cosa que era aún más importante.

Aquella pelirrosa guardaba sus cosas en una maleta para viajar por el bosque en busca de luces.
Días antes, aquella chica había purificado algunas criaturas la cual llama “Sombras”, almas condenadas al plano terrenal por culpa de un pecado o acto imperdonable. Una vez que ella los purificaba, las criaturas de oscuridad se volvían luces errantes y su deber era capturarlas para mandarlas al plano espiritual donde descansarían en paz.
Era difícil verlas de día ya que su luminosidad se mezclaba con los rayos del sol, por lo que tenía que buscar de noche.
Una vez que capturará a todas las criaturas, tenía que hacer una especie de ceremonia para liberar aquellas almas, después de todo, era una sacerdotisa.

Solo esperaba terminar su deber antes de noche buena, donde la luz de la estrella del norte brillaría con más intensidad, ese momento seria el cierre del plano espiritual y no podría mandar aquellas almas a donde pertenecen.


─Bien… ya tengo todo preparado…

Dijo para luego acercarse a la puerta y salir de su departamento, tenía la intención de llegar a algún bosque o selva, conociendo la naturaleza de las luces, se irían a un lugar donde no estuviera gente, un lugar donde solo estarían ellas.

Habían pasado varios minutos de viaje, el viento soplaba fuertemente, lo suficiente como para hacer que su larga cabellera se elevara, agitándose en el aire, tuvo que sujetarlo en una coleta para evitar nublar su propia vista.

─Realmente no esperaba este clima… solo espero no vaya a llover o algo peor…

empezó a adentrarse en la selva, pisando las hojas que estaban en el suelo, trataba a toda costa de no hacer mucho ruido, si las luces la descubren posiblemente se escondan, haciendo su trabajo más difícil.

─Colt… necesitare que seas mis ojos…está muy oscuro aquí… -susurró para sí misma mientras continuaba su camino-

Mientras deambulaba por la selva, una voz masculina se hizo presente, y parecía no estar muy contento.
Aquella chica se había asustado, pensando que despertó el sueño de alguna criatura.

─¡AAahh! L-Lo siento, no quise d-despertarte…s-solo estoy de paso…p-por favor, no me coma…n-no tengo buen sabor…

Ella no se esperaba aquel recibimiento, era un chico de claros cabellos y temperamento violento e intimidante, en cierto modo le recordaba a su padre, por lo que no se sintió intimidada por el tono de aquel desconocido.

Ayana intento aclarar la situación y evitar cualquier conflicto, como el hecho de que estaba en ese lugar por razones completamente diferentes a lo que él había mencionado, siento su intento de entablar conversación fallida cuando vio que le daba la espalda.

Suspiro pesadamente, no era buena para hablar con desconocidos, especialmente con actitudes fuertes. Miró fijamente al suelo y musito unas palabras.

─Se mis ojos…y busca las luces…por favor…

Tras terminar de susurrar aquellas palabras, dio un paso al frente para luego encaminarse hacia el chico desconocido, apretaba su puño en un intento de tener algo de coraje para hablarle frente a frente.

─umm… d-disculpa… -con una voz dulce y débil, hizo un intento de entablar conversación con aquel chico- dices que buscas…¿un lugar alto?

Ladeaba ligeramente la cabeza hacia la derecha mientras lo miraba con una sonrisa nerviosa, era notorio lo tímida que era su persona y trataba a toda costa de tener valor para hacer salir las palabras.