Alchemy and Creation

La azabache despertó, ya era tarde, se cambió rápidamente y miró a través de su ventana, se quedo contemplando lo que veía, pequeñas gotas caían sobre la ventana, el día estaba un poco oscuro, abrió estas y saco su mano por ella, las gotas de lluvia empezaron a mojarla. Salió de su habitación para tomar sus cosas, antes de llegar a la puerta, tomo un pequeño paraguas, seguidamente, salió. Caminaba por las calles mojadas, ciertamente estas estaban más vacías que de costumbre, ella ya tenía en mente a donde ir, continuó su camino hasta que se detuvo frente a una puerta un poco grande la cual tocó. Un señor con lentes le abrió la puerta, y esta entró, dejo sus cosas a un lado y se dirigió un poco rápido hacia la zona de lectura.

La azabache llegó y se quedo impresionada, ya que era la primera vez que venía, camino a través de los muebles llenos de libros, se emocionaba cada vez más. estos muebles eran muy altos, habían libros de todos los tamaños, siguió caminando hasta que encontró  un lugar que estaba un poco aislado de los demás, se acercó y empezó a pasar sus manos por cada libro, buscando uno el cual le pudiera parecer interesante, seguía haciendo eso hasta que se detuvo en un libro un poco antiguo y grueso, lo retiró y miro la parte de encima, era de color crema, llevaba una imagen extraña, y el título era "Historia de la Alquimia", entonces le pareció que ese era el que buscaba y se fue a una mesa para sentarse.

Llegó a una para sentarse y empezar a leer, colocó el libro en la mesa y lo abrió delicadamente, empezó a leer. Conforme iba pasando el tiempo, la lectura se tornaba más interesante, tanto que a Momo ya le estaba entrando la curiosidad y se preguntaba si es estos días aún podía ser posible hacer eso, pero también pensaba en como lo haría ya que no sabría que cosa usar para crear otra, entonces siguió leyendo.
Eran ya dos de la tarde, el tiempo se había pasado rápido, entonces, tomó el libro y se levantó de la mesa, camino hacia el lugar en donde lo había hallado y lo colocó, miró a su alrededor para reconocer el lugar, y así poder continuar con su lectura la siguiente vez, dio una última mirada al libro, como despidiéndose de este, dio media vuelta, y se dirigió hacia la puerta, tomó sus cosas, agradeció al bibliotecario, y salió. Cuando la azabache salió se dio cuenta que ya había dejado de llover, entonces guardó su paraguas y se fue a casa.

— Ah... Hay una enorme cantidad de historias. — Musitó el rubio para sí mismo, se había decidido por emprender un nuevo viaje en la biblioteca: Un lugar sereno y aparentemente sin rastro de la bestia que quería cazar.
Arthur se la pasaba merodeando por los corredores, salones y demás... Su principal interés cayó en aquella zona donde abundaba una variedad de conocimientos impresos en hojas, éste se hallaba interesado por saber cómo las personas habían escrito su historia, en cómo se dirigió Gran Bretaña después de la gran caída que el provocó.
Por lo que tomó varios libros, los apartó con el responsable de la biblioteca e intentó salir con ese montón que no le era problema cargas más sin embargo chocó sin querer con alguien que estaba enfrente del camino, justamente era la pelinegra protagonista de este tema.
Él impacto provocó que esa enorme pila de libros cayera en el suelo de forma repentina al igual que rubio, quién intentó levantar los para evitar el daño de estos.

— Te ofrezco una disculpa, no te ví por el camino... —

Caminaba mientras impacte con un joven, los libros cayeron al suelo, no podía creer que no me hubiera fijado.

—Oh, no hay problema— Sonreí mientras le ayudaba a levantar los libros —No me di cuenta, lo siento también—

Mientras levantaba la mirada, alcé los ojos para mirarlo.

—Tu también vienes a la Biblioteca, ¿Verdad?.

Lo miraba esperando una respuesta.