La Mort.

Mini ficha de pj:

Nombre:Selim Bradley
Edad: +400
Raza: Homúnculo

La apariencia de Selim se asemeja a la de un niño de 10 años, sus ojos grandes llenos de brillo... su sonrisa inocente y voz ocultan a la bestia que mora dentro suyo.

De pasar a ser un niño de primaria, obediente y educado, a un asesino fiel a su Padre. Para él los humanos no son más que un simple hormiguero en el camino, un pequeño envoltorio de basura. Al que sin lugar a dudas destrozaría sin ningún esfuerzo.
Relamiéndose los labios, Pride cumple con su deber... eliminar idiotas que se atrevan a desafiar el poder de su líder.

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Un llamado por parte de los demás homúnculos hizo que Selim inconcientemente dejara a un lado a su madrastra y sus deberes del colegio para ver qué era lo que sucedía. El ocaso se extendía por los cielos, haciéndose cada vez más grande. Faltaban pocos días para que llegase el eclipse. El famoso eclipse donde sería animal suelto por la ciudad. Ocultaba la emoción del esperado día con una mirada indiferente.

- ¿Qué sucede, Padre?

Mencionó el menor mirando con respeto y total relevancia a quien se encontraba sentado en un trono, el hombre que le había dado la vida. Envy soltó una carcajada mientras los demás homúnculos observaban la escena.

- ¡¿Y qué es lo que crees, mocoso de mierda?!

Selim lo ignoró por completo limitándose a observar sólo a su Padre, quien se encontraba en un completo silencio.

- ¿Crees que ignorándome cambiarás lo que te suceda, Pride?

De los pies del menor comenzaron a salir pequeñas manos, que poco a poco se transformaban en punteagudas hojas con un filo capaz de cortar hierro.

-Pride.

Llamó Padre, molesto por las peleas ineptas de sus dos hijos. Ambos pararon casi al instante, sintiendo un gran temblor en sus piernas.

- ¡No has cuidado la entrada del túnel!

Gritó Gula, quejándose mientras chupaba su dedo con un gesto de enfado en el semblante. Selim sólo le dedicó una mirada de furia para luego salir molesto del lugar, comprendiendo la situación al instante.

Mientras caminaba los soldados lo saludaban sonrientes y felices, le daban obsequios ya que era el nombrado "hijo adoptivo" del Führer. Cómo buen niño aceptaba todas aquellas "basuras" por parte de los demás.

Bajando al subterráneo, Selim se sentó en el suelo esperando a que algún imbécil caminara por la zona para desatar su ira. Aunque de todas formas, ¿Quién iría a entrar a un túnel en medio de la nada?

"Plat , plat..."

¿Una tropa? Pensó, pero ¿qué hacía una tropa de soldados en el túnel? ¿Ésto es a lo que se refería Gula?

Caminó unos pasos molesto consigo mismo, mientras dirigía su sombra por delante suyo.

Los caballos se dirigían a su posición.

Caminaba sin emitir sonido alguno, "Malditos humanos" pensó. Sonriendo, desde su posición cubrió de a poco el túnel con infinita oscuridad, oscuridad que poseía ojos, y dientes. La oscuridad que devoraba todo a su paso.

- ¡¿Q- que... QUE ES ESA COSA?!

Se alarmó uno de los soldados al ver aproximarse aquellos ojos carmín y dientes afilados hacia él.

- A-a-algo... ¡... SE APROXIMA!

Gritó con sus últimas palabras de aliento, para luego ser acuchillado brutalmente, su ojo izquierdo, su oreja, su boca, su tobillo, y partes de su estómago habían sido atravesados.

La sangre empezó a saltar por todas partes haciendo asustar a los caballos que percibieron lo que estaba por ocurrir.

Todos los soldados empezaron a acercarse lentamente para darse con el cuerpo de cual pobre hombre quien se encontraba descuartizado en el suelo, sin vida.

Los caballos intentaron retroceder.

La sombra se extendió más y logró cubrir extremo a extremo el túnel.

Ninguno de ellos podía escapar.

Mientras Pride caminaba hasta aproximarse, los gritos de auxilio de los soldados empezaban a sonar con más frecuencía.

Los galopes poco a poco se hacían inaudibles.

El olor a sangre llenaba el ambiente como una decoración de fiestas. Y la música estaba terminando.

Observaba la escena que había creado con una sonrisa. Sangre por todas partes, cuerpos hechos trizas, algunos aún vivos.

Múltiples extremidades decorando el paisaje.

- ¡Los humanos son tan, débiles! No pasa un segundo que rapidamente terminan por aburrirme...

Reía desde su lugar, disfrutando de cada bocado con una sonrisa. Manchando aquel blanquezino rostro. Sus ojos felinos lograban divisarse entre la oscuridad, llenos de satisfacción.

La luz volvió, Los telones cerraron. Y el túnel quedó como siempre, un lugar silencioso y oscuro.

Todo volvió a la normalidad. ¿No es así?