Rescate de los Matou [Privado. Rin]

Esa noche iba a ser de películas. Estaría bastante helado porque el invierno se acercaba a pasos agigantados, y el frío ya se hacía notar. Se aburrió de hacer zapping por la televisión, y decidió ir hasta el cuarto de Rin. Desde luego, ahora las dos eran alumnas de la Academia Legacy y vivían solo a unas cuantas habitaciones. Ellas y otros amigos más tenían clases, vivían, almorzaban y hacían las tareas juntos. No obstante, en esa arrebolada tarde no había visto su presencia en ningún lugar.

Toc, toc, toc.

No. No respondía. Mas la puerta de su cuarto se entreabrió, y pidiendo permiso decidió pasar. - ¿Rin? ¿Estás acá? - preguntó con una voz bastante discreta. Silencio. Solo se escuchaba el sibilante viento y dos muchachas que conversaban sobre la tarea de magia avanzada en el pasillo. Entonces, dió un paso más y holló sobre lo que parecía ser una hoja. - ¿Qué...? - la tomó con ambas manos, y allí había un mapa y la fotografía de una mansión estilo europeo.

Sacó su celular, y esperando a encontrarla, la llamó. No, no había respondido. Sí, no había otra manera. Tenía que ir hasta allá. Cerró la puerta de la habitación de Rin, saltó por una ventana cerca y se dirigió al patio en donde tenía estacionada su motocicleta. Se subió y emprendió marcha hacia esa funesta mansión. Se preguntó en qué asunto tan urgente estaría
Rin estará abocada.

Rin, la joven de pelo oscuro decidió "Muy a su pesar" faltar a clases e irse a investigar una mansión de la cual empezaba a haber rumores y sospechas de que habían unos magos que tenían un servant y habían hecho algunos actos en contra de las reglas del Santo Grial. ¡Y por supuesto no podía dejar esto así! 
Pero tampoco quería involucrar a alguien ni a su nuevo servant Archer. 
Sin dejar una nota o avisarle a alguien salió de Legacy para dirigirse al lugar antes mencionado.

A mitad de camino se encontraba algo pérdida ya que el camino se dividía en dos. Metió una mano en una pequeña mochila que había llevado con ella, su cara empalidecio... Había olvidado el maldito mapa. 


—¡¿POR QUÉ ERES ASÍ RIN?! ¡¿POR QUÉ?! —

Se lamento consigo misma el ser tan descuidada y olvidarse de aquellos detalles que eran vitales para este tipo de situaciones. 

—No todo esta perdido... No todo esta perdido—

Intentaba convencerse así misma para no perder la paciencia. Así que sin mapa alguno decidió seguir su instinto y tomar el camino del lado derecho. 
Al cabo de un rato logró visualizar una mansión a lo lejos. "BIEN HECHO." SE dijo así misma mientras mostraba una cara de victoria. 
En una hora y media la joven había llegado a su destino, encontrándose en la entrada de esta. 

La mansión tenía un aspecto fatal a como era mostrada en el mapa o cómo la describían, estaba completamente olvidada y no parecía haber señales de vida en aquel lugar. 

Trago saliva para armarse de valor y entrar con cuidado de no hacer mucho ruido. Se deslizó por las sombras y unos pasos se escucharon provenientes del piso de arriba así que se escondió detrás de una pared para ocultarse, agarrando unas cuantas gemas de su mochila lista para cualquier ataque de su nuevo enemigo. 

Para su mala suerte no contempló el hecho que los rumores hablan de Máster y Servant, un gran error. 
Fue tarde cuando la joven maga se percató que un hombre apareció detrás de ella junto con una piedra. 
Intentó hacer lo posible para prepar un hechizo con ayuda de su magia de refuerzo para ser más ágil, desgraciadamente el hombre era un servant y la superó en velocidad dándole en la cabeza con la ayuda de la piedra. 

La vista de Rin se nubló y en instantes se sintió incapaz de moverse, el cuerpo pesado  y la sensación de caer. 
Efectivamente, Tohsaka se desmayó quedando a manos de los nuevos villanos desconocidos.

El silencio reinaba en aquella mansión terriblemente fría y oscura.
El sótano, ah... el peor lugar posible para dejar encerrada a una persona. Allí yacía el cuerpo inconsciente de rin, sus muñecas y pies amarrados y para su mala suerte su boca no estaba tapada y por supuesto te preguntaras el por qué, normalmente en un secuestro o al tener una persona contra su voluntad en tu casa tendrías que tapar su boca para evitar levantar sospechas alrededor, bueno ¡El sótano estaba repleto de insectos y gusanos! Estos al menos en el mundo de magos eran inconfundibles, pertenecían a los Matou los grandes enemigos de los Tohsaka.
Para que puedas darte una idea este tipo de insectos eran un as para los Matou, podían desde darte fuerza y más poder hasta lo más impactante (Si te hieren puedes rehacerte con ayuda de estos o al revés) lo malo de su método era que para poseer esta habilidad necesitabas entrar a un cuarto donde había un millón de insectos y quedarte ahí hasta que entrarán en ti... Si una técnica bastante asquerosa.

Después de una ¿5 horas? Más o menos alrededor de ese tiempo, Rin logró despertar encontrándose con unos insectos asquerosamente que podría reconocer fácilmente. Su rostro empalideció aún más de lo que ya estaba. Por instinto intento alejarse e intentar pararse, desafortinamente nada de esto funcionó: Primero, los insectos estaban en todo el cuarto. Segundo: Estaba atada.

—Mierda... ¡TIENE QUE SER UNA BROMA!—

Inmediatamente cerró su boca al ver que una larva se encontraba en su cuello, lista para introducirse a su boca.
Sin poder hacer mucho se quedó quieta intentando ver si le habían quitado sus gemas y sí, estaba en lo correcto.

Pasó una hora y media más para que se escuchará actividad en la mansión. Bastó con unos minutos para que se escucharan los inicios de una pelea aunque todo fue envano, el silencio volvió o eso creía.

¡REÚNETE CON TU AMIGA! —Un grito se escucho a lo lejos—

—¿Podrá ser qué?... — Como si un rayo de esperanza cayera justo en ella intento empezar a aflojar los pañuelos que se encontraban enredados en sus muñecas y pies ignorando completamente aquellos insectos que se pegaban o avanzaban sobre su piel, ¡El momento era ahora o nunca! No podía desaprovechar.

¡RIN! —Una dulce y tierna voz se hizo escuchar al abrir la puerta del sótano—

Sea dónde sea que se encontrará podría reconocer aquella dulce y tierna voz de una de sus mejores amigas, Charlotte.

—¡CHARLOTTE! ¡¿ME OYES?! ¡ESTOY AQUÍ!—
Intentó gritar desesperadamente, pero debido a que estaba deshidratada no es escuchó más que un susurró.
Una pequeña lágrima se resbaló por su mejilla debido a la impotencia que sentía en esos momentos, estaba tan cerca y a la vez tan lejos de su amiga, nunca podrían encontrarse al menos que pudiera sentir su presencia sería salvada —Charlotte... Estoy justo aquí—Susurró una vez más perdiendo aún más la movilidad de su cuerpo, los insectos estaban a nada de hundirla hasta el fondo del piso.


¿Ya había mencionado que los insectos estaban encimados unos de otros? Dejame refrecarte tu memoria y describirte el sótano.
Prácticamente era una mansión abajo de otra, era increíblemente inmenso, la puerta te dirigía por el único camino bastante angosto y de allí unas escaleras de aproximadamente unos 15 metros ¿Y lo demás? ¿Por qué serían tan grandes para un cuarto? Bueno, todo el espacio que quedaba estaba repleto de gusanos e insectos. Sí, a tal grado que llegaban hasta la puerta del sótano.

La puerta del sótano salió volando y detrás de ella apareció la salvadora de Rin, Charlotte.
En cuánto el ruido llegó a los oídos de Rin, esta se despertó, sin embargo, aún estaba inmóvil.

Logró visualizar como su heroína acababa con los insectos y con el servant.
Todo pasó tan rápido que la joven maga apenas le fue posible seguir los movimientos de Charlotte y en un abrir y cerrar de ojos aquella droide se encontraba estrechandola entre sus brazos.
—C-Charlotte...¡¿Pero cómo me encontraste?!...Enserio gracias, gracias sin ti habría muerto en esta terrible mansión a causa de esos insectos.

Correspondió al abrazo con las pocas fuerzas que tenía. Pronto Charlotte rompió el abrazo y le indicó que corriera lo más rápido que pudiera, sin embargo, Rin decidió quedarse allí e intentar ayudar a su amiga que... Por cierto no necesitaba ayuda en estos momentos ya que se deshizo del servant en cuestión de minutos.
En cuánto Charlotte terminó, ambas echaron a correr por el bosque hasta que un par de bombas destruyeron la armadura de Charlotte provocando que cayera de lleno al piso.

—¡C-CHARLOTTE!

Gritó de forma desgarradora, su querida amiga se encontraba herida y...todo por su culpa, ¿A caso todo esto era parte de una pesadilla? Si era así, porfavor que alguien venga y la despierte. Es lo que más deseaba Rin.

Se lanzó contra su amiga para poder protegerla de Berseker, quién se acercaba peligrosamente hacia ellas.

Decidió no dudar más y arrancar un pedazo de su suéter para secar la sangre que escurría de la ceja de Charlotte. Justo cuando iba a ir directo a revisar sus pies unas palabras de la rubia la interrumpieron.

"Rin, se parece demasiado a ti" —Charlotte, no es momento de brom... — Le reclamó a la joven levantando la vista pero no pudo terminar su frase, se había quedado congelada.

Aquel servant era muy parecido a ella, cómo había mencionado su amiga. Idéntica a ella a excepción del color de ojos, pelo, vestimenta y algunas marcas rojas que tenía sobre su piel.


—Charlotte... Quédate aquí, es mi momento de protegerte.

Afirmó recargando suavemente la cabeza de su amiga sobre el piso, se juró así misma que la protegería hasta la muerte, una pequeña lágrima se resbaló por la mejilla de Rin, no podía evitarlo habían herido a una de sus mejores amigas y ella no había podido evitarlo. Todo su entrenamiento había sido para proteger a aquellos que amaba y no había servido de nada.
Con las pocas fuerzas que tenía usaría sus hechizos aún sin sus gemas podía hacer bastantes cosas.


—¡BIEN! Berseker, ¿No es así? No sé de dónde vengas o quién te creo, sólo te aseguro algo y es que no eres mejor que yo así que ven y enfrentame a mí y deja a un lado a mi amiga, ella no tiene nada que ver en esto. ¿Entendido?

Se aseguró de respirar hondo e intentar calmarse lo más que pudiera, iba a tener un enfrentamiento contra un servant y normalmente en las guerras del Santo Grial las peleas son Máster vs Máster y Servant vs Servant, no Máster contra un Servant.

Activó los circuitos mágicos de su mano izquierda, empezaría con un conjuro sencillo que sabía manejar a la perfección en sus diferentes facetas.

—¡VEN, BERSEKER!

Gritó a todo pulmón elevando su mano y bajandola drásticamente para apuntar con su dedo índice hacia su objetivo.

—¡GANDR!

Disparó hacia Berseker y un círculo de masa roja y negra apareció, en el centro de este una pequeña bola del mismo material salió disparada acompañada de destellos carmesís y blancos junto con un sonido sonico que invadió el lugar, al tocar el hombro de berseker esta se expandió y el sonido incrementó aún más.

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Gandr- Un hechizo aparentemente "Sencillo" que puede ser utilizado en diferentes formas y puede perforar cualquier superficie que toque.

Habían pasado días, semanas e incluso un par de meses en el que él se dedicó a la simple tarea del cuidado de los alumnos en la Academia por órdenes de su Maestra tras los últimos acontecimientos, no había nada más aburrido que ver a mocosos arrastrarse de un salón a otro en sus cambios de hora, ser testigo de peleas y muchas más cosas que le parecían estúpidas.
« Hasta ahora nada podría ser peor » , pensó.
Aunque considerando el tiempo que ha transcurrido... No ha visto o tenido contacto con la chica desde la mañana por lo que su preocupación fue inminente; bajó mediante un salto de los techos donde mantenía guardia hasta los jardines delanteros que lo conducían por la entrada principal.
Se abrió paso por las inmensas y vagas calles de la ciudad mediante una velocidad de Mach 1 y sin infringir la regla esencial: Ocultar su presencia de todo civil con estos a pesar de la oscura noche.

El lazo entre él y la pelinegra ocasionaba que éste pudiese orientarse mediante su mana, por lo que se adentró en la profundidad de lo que parecía ser un bosque u algo asimilar para hallarle.
Pudo percibir la esencia mágica de otros seres que le rodeaban y justamente se trataban de aquellos con los que no se enfrentó desde que se le invoco, una ligera sonrisa engreída se deslizó en sus labios ante tal evento.

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Se detuvo estando a tan solo 100 metros de estos, cerró los ojos e inhaló de forma serena manteniendo una postura recta. Después soltaría una bocanada de aire, su cabello se erizo a la par de que sus vestimentas se elevaron ante un repentino frío viento y aura azul que le rodeó; su magia y velocidad incrementaron al segundo.

— Por un momento dudé de tu inexperiencia en combate, quise convencerme de que al menos sabías las reglas para una buena pelea. — Masculló en tono molesto tras reaparecer de forma repentina entre la fémina y una especie de contraparte suya, dejando una especie de espiral en su anterior posición y la actual.

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— Tú sola has acabado con ese pequeño gramo de esperanza, eliminas las buenas expectativas que podía tener pero ante tales estupideces solo haces el ridículo, Tohsaka. — Para evitar que su Master recibiese el daño de uno de los golpes que estaban por venir de esa Berserke así que pateó a la chica en uno de sus costados con tal de que saliera disparada fuera de la pelea.

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— ¡Serás idiota! — Exclamó con ira tras proyectar sus espadas gemelas en sus manos en menos de 0,55 s.  Chocaría el filo de cada una para desviar los constantes y feroces  ataques que le daba aquel malévolo espíritu.
Aprovechó cada cortina de polvo que se levantase en cada golpe para nublar la vista de su contrincante, y solo así poder retirarle de Rin; por otro lado aún quedaba por proteger  la rubia de las manos de ese anciano.

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Para evitar todo el peligro hizo utilidad de su habilidad "Ojo de la Mente" la base para predecir la actividad de sus oponentes y posteriormente cambiar la situación actual.
Así que solo tenía una oportunidad para eliminar el riesgo a toda costa, crear un escape al menos para ellas.
Con tal de alejar a esa extraña chica grisácea, lanzó 3 pares de Byakuya y Kanshou de forma lineal a los pies de esta para provocar una explosión y con tal impacto la lanzó por los aires a unos 50 metros detrás de ellos.
Aprovechando tal oportunidad tomó entre sus brazos a Tohsaka, llevándole a la altura de un enorme y denso árbol a unos 70 metros lejos de su anterior posición.

— No seas un estorbo. —
Replicóó, su forma de decir las cosas suelen ser directas y aparentemente frías, pero al final solo quería protegerla.
Bajo sus pies se formó una especie de pentagrama carmesí con una especie de ráfagas de viento que sacudían con fuerza las hojas de los árboles, esto se debía a la proyección de su arco además de una poderosa espada que sólo podía ser como una carta más de un supuesto Triunfo: Caladbolg II. Una gran espada en forma de remolino que tras tensarla en el arco se volvería delgada como una flecha pero con un gran poder masivo en sus manos, solo esperaría el momento en el que acerquen lo suficiente para su "último" golpe.

— Déjame mostrarte el arcoiris, Caladbolg II. — Esas serían las palabras que accionó el disparo de dicha arma saliendo a una velocidad de Mach 3 (3704.4 km/h) en un movimiento espiral sacudiendo con brutalidad todo a su paso, antes de impactar en el suelo estando más o menos a unos 3 metros de altura mantuvo una pausa de 5 segundos el tiempo suficiente para que el reapareciera frente a Charlotte y sacarla ante la destrucción masiva; el poder de este Broken Phantasm consistía en que la hoja de la espada penetrara el espacio entre el viejo Matou y Assasin que se aproximaba a ellos creando una distorsión  en el espacio, además de una gran explosión que envolvió todo en llamas en un radio de 40 m.

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Aunque esa era la minoría del problema, la verdadera duda surge en que si eso era suficiente y si Emiya pudo haber salido ileso junto con la amiga de su Ama.

Tenia que admitirlo, a este paso no llegarían a ningún lado ni usando su máximo poder podrían deshacerse de los 3 enemigos que tenían.

—¡Maldita sea! ¿Por qué no lo traje conmigo?

Se arrepentía de haber dejado a Archer en la academia, si estuviera el los tres acabarían con ellos de inmediato pero no. Recordó que era divertido verlo cuidar los pasillos y cómo se desesperaba por ver a los estudiantes así que aquel día decidió no decirle nada e ir sola.

Berseker se preparo para acertarle un puñetazo, si usaba una gema tardaría yas a lla de eso rompería fácilmente el escudo.

Cuando estuvo a nada de tocar su torso un aura se hizo presente provocando unas ráfagas de viento. Sonrió, sabía bien de quién se trataba y sintió que volvía a respirar.

Sin embargo Archer le dió el mayor reproche de su vida y la sacó del campo de batalla con una patada alejandola lo suficientemente de ellos.
Estaba... Realmente impactada, le agradecía que la hubiera salvado pero
¡¿CÓMO SE ATREVÍA A DECIRLE ESO Y TRATARLA DE ESA FORMA?!
Archer la escucharía cuando llegarán a la academia.

—¡Maldito! Archer, ¡Ven para acá una vez que acabes con ella!

No dudaba de las habilidades de su servant, de hecho admitía que era digno de ser su servant por la capacidad que tenía en el campo de batalla pero, no le podía perdonar aquella falta de respeto.
¡Por supuesto que sabía las reglas en un campo de batalla! No de envalde tomó el entranemiento de combate cuerpo a cuerpo, y por supuesto que era una buena maga.


Rin era así, ni en las peores situaciones podía olvidar su orgullo y más si le bajaban a su verdadero valor como maga.
Pero no tenía tiempo, ya lo regañaría cuando estuvieran solos, se levantó del piso y sacudió su ropa lo más que pudo, se preparo para ir a ayudar a Charlotte pero de nuevo su servant la interrumpió y sin previo aviso la agarro y se la llevó hasta un árbol lo suficientemente lejos de la mansión, le demostró su verdadero poder, su arco.
Se quedó realmente asombrada que por un momento olvidó todo lo que estaba pasando, simplemente no podía apartar la mirada de su servant que se estaba luciendo. Disparó una flecha que... Ciertamente tenía suficiente poder, lo bastante para demoler por donde pasaba.

—Archer, ¡Espera!

Intentó detenerlo pero el se hizo oídos sordos y fue a rescatar a Charlotte, le preocupaba que el tiempo los alcanzará y quedarán atrapados por la Espada que había sido lanzada.

—Idota... ¡Si no vuelves te haré regresas con un hechizo de comando!


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