×|| El encuentro de los espadachines ||×

Era ya algo tarde, la azabache caminaba en su pequeño lugar hacia lo desconocido, aquel veneno hacía de nuevo su efecto, deseosa de sangre, venganza y poder, ella merodeaba por los bosques intentando cazar algo o alguien...

Si olfato le engañaba, el aroma a sangre como en aquel momento crucial llegaba de nuevo, sentía como sus manos se mancha an con la sangre de ellos, su mente se nubalaba y no sabía si era efecto de la misma enfermedad letal por el veneno o el mismo odio por perder a sus amigos, sentía a alguien cerca y preparaba su espada para ser desenfundada y atacar a quien fuera.


Akame quería luchar y olvidar aquel dolor que le hacía perder toda la poca razón que le quedaba, empezaba a rodear una y una vez su camino, se sentía como esperaba el momento crucial para que su espada hiciera frente a frente contra lo que se escondía por ahí.

—¿Quién eres?
— ¡ Presentate ante mí!
— ¡Pequeña basura inmunda, tendrás que hacerlo antes de que murasame acabe contigo!

Mufando de odio, ella seguía recorriendo el bosque, mientras este se volvía más espeso, no importaba que se perdiera, estaba sola y no confiaba en nadie más.

Si era aquel espadachín que se escuchaba en legacy, entonces deseaba saber más y enfrentarlo, saber cómo hacer para mejorar, pero no aparecía, su razón estaba completamente perdida entre el veneno y no sabía cómo iba a reaccionar.

Era una noche bastante fría, el viento azotaba las copas de los árboles y pinos que oscurecían aquel frondoso bosque, donde Guts se encontraba frente a una pequeña fogata la cual se encargaba de aportarle calor al cuerpo. A su lado derecho se encontraba aquella inmensa espada. Sus brazos se encontraban cruzados, su ojo izquierdo estaba entrecerrado, el espadachín estaba dispuesto a tomar una siesta tranquila, hasta que a lo lejos pudo escuchar pasos de alguien que al parecer estaba corriendo a su alrededor, seguido de unos gritos, no sabía si se trataba de algún enemigo o algún problema entre otras personas, pero aún así decidió ir a revisar.

Guts tomó su espada y la envainó en su espalda y empezó a caminar directo de donde venían aquellos gritos, ¿era una mujer? Su respiración era como el de una bestia sedienta de sangre. Le recordaba tanto a él en el pasado, cuando aún el odio lo dominaba.

Poco a poco se acercó hacia el lugar donde la fémina se encontraba, hasta que llegó a un campo limpio, sin árboles a su alrededor, cual campo de batalla, a unos 20 metros pudo visualizar a una chica que portaba una pequeña espada, era ella la que estaba gritando, la veía fijamente con atención y exclamó:

ㅡ¿Sucede algo? ㅡ

El clima cambiaba drásticamente, la sangre de Akame tomaba un color satinado carmesí, quería nublar todo deseo carnal y quedar solamente el odio de aquel veneno que portaba.

— No temo, te siento como un enemigo poderoso, más no pretendo rendirme ante vos, ¡Venid y luchar si desea!

Exclamaba aquella mujer envuelta entre ligeras manchas que corrían entre su piel. Nada era lo que parecía, más su sed de venganza y lucha se unían a murasame para desenvainarla y quedase brillante ante aquella luna llena.

— ¡En combate desconocido!
— Yo, Akame murasame, no tendré piedad contigo. Si eres enemigo es hora de morir, si quieres ser amigo, entonces lucha por sobrevivir.

El frío calaba alrededor, el viento soplaba aún más fuerte acompañado de una ligera ventisca que le recordába a la peli negra aquella enemiga que había arrebatado muchas vidas de sus seres amados, no dejaría huella de ese ser que la atormentaba por las noches en sus sueños y este nuevo enemigo podría ser el descanso eterno de su sufrimiento, era cuestión de ver cómo se presentaba ante ella.

Estaba frente a frente con aquella mujer, estaban separados por 9 metros de distancia entre si. Con un semblante serio y sin expresión veía el comportamiento de su contraria, parecía más un demonio que una mujer, su sed de sangre se podía sentir en el aire, era justo su pasado frente a él, no cabía duda alguna de eso.

Escuchaba con atención la invitación a pelear de parte de la fémina, una sonrisa se dibujó en su rostro y vió con atención la espada de la azabache y musitó.

ㅡ Esa espada durará menos que una rama de un árbol. ㅡ

Soltó un suspiro y llevó su mano derecha hacia la empuñadura de su "Dragonslayer" desenvainandola, la colocó encima de su hombro y empezó a correr hacia la fémina. Con rapidez la distancia se fué haciendo corta, hasta que ya estaba a pocos metros de la chica hizo un corte horizontal haciendo que intencionalmente su espada embistiera la katama de la fémina, luego de eso, retrocedido un poco y de nuevo colocó la espada en su hombro exclamando.

ㅡ Veremos si eres tan fuerte como pareces, mocosa. ㅡ

Aquel instinto asesino se apoderaba de la azabache, su rojo carmesí lograba dominar su cuerpo ante la mirada del contrario, esa risa lograba hacer hervir su mirada.

— Bien, bien... Esto lo busca sin pensarlo 2 veces, mi murasame probará de lo que es capaz y yo, yo haré que mi deseo de matar cobre una víctima más.

Su mano se empuñaba ante aquella espada, parecían uno mientras la iba sacando ante aquel enemigo, su risa... Aquella risa cínica provocaba un gusto culposo ante ella.

El viento soplaba cada vez más fuerte entre los pinos altos de aquel bosque, el mismo reflejo de la luna hacia que aquel enfrentamiento fuera algo memorable, pues brillaba intensamente reflejándose ante ambas espadas...

— ¡Yo! Será quien te muestre mi lado más delicioso.

Tomando en cuenta la distancia de aproximadamente 9 metros, activando sus instintos, tomaba con ambas manos la espada y formaba la posición idónea para luchar.