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Buscando a una servant (Scáthach)
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Buscando a una servant (Scáthach)
La leyenda de Scáthach. Una guerrera indomable proveniente del mundo de las sombras en la mitología irlandesa. El peliazul quedó impresionado al escuchar reportes de cómo dicho espíritu heroico deambulaba por los oscuros bosques próximos a la academia. No obstante, Jellal no sabía si dicha monarca de las penumbras servía al bien o al mal.
Era un frondoso bosque de robles y pinos con las hojas oscuras bajo un firmamento nocturno de nubes que surcaban lentamente. Un viento helado hacía flamear la chasquilla del mago, el cual intentaba buscar a la guerrera. Así pues, en siguió su camino, hasta que se le planta bloqueando su camino. Un silencio sepulcral se forma.
Carraspea y se la queda mirando de forma seria. — Noble guerrera Scáthach. Vengo a pedirle su ayuda en mi misión personal de liberar a esta Tierra de las garras de Asgard o cualquier otra facción de villanos. Solicito humildemente su ayuda, — señaló el peliazul. Las palabras de él resonaban con algo de eco en ese inmenso bosque.
— Lamento decirle que de no aceptar, deberé ejercer coerción. Es mi última advertencia, — sus manos comenzaron a brillar de un refulgente blanco que encandiló el bosque como si la misma luna descendiera. Ella era un completo misterio envuelto en telas de sombras. Una mujer de carácter, y ahora vería su respuesta.
Era un frondoso bosque de robles y pinos con las hojas oscuras bajo un firmamento nocturno de nubes que surcaban lentamente. Un viento helado hacía flamear la chasquilla del mago, el cual intentaba buscar a la guerrera. Así pues, en siguió su camino, hasta que se le planta bloqueando su camino. Un silencio sepulcral se forma.
Carraspea y se la queda mirando de forma seria. — Noble guerrera Scáthach. Vengo a pedirle su ayuda en mi misión personal de liberar a esta Tierra de las garras de Asgard o cualquier otra facción de villanos. Solicito humildemente su ayuda, — señaló el peliazul. Las palabras de él resonaban con algo de eco en ese inmenso bosque.
— Lamento decirle que de no aceptar, deberé ejercer coerción. Es mi última advertencia, — sus manos comenzaron a brillar de un refulgente blanco que encandiló el bosque como si la misma luna descendiera. Ella era un completo misterio envuelto en telas de sombras. Una mujer de carácter, y ahora vería su respuesta.
Jellal Fernandes
Re: Buscando a una servant (Scáthach)
La verdad es que sus apariciones tenían una razón, su mundo de las sombras y en el que se encontraba deambulando ahora mismo estaban unidos por alguna extraña razon, y la puerta a las penumbras estaba en tal sitio, aunque no cualquiera podia acceder; Al no poder tener un descanso eterno necesitaba hacer algo para distraerse y no solo estarse lamentando.
Pronto comenzó a escuchar como las hojas secas de los arboles que reposaban en el suelo comenzaban a crujir, los pasos de alguien que se aproximaba lo delataban. No tenia miedo de mostrarse, pues la desconocida persona realmente estaba invadiendo su camino, a lo que se toparon poco después. Al ver al hombre de cabello azulado se detuvo, colocando la base de su lanza sobre el suelo. Le escuchó atentamente mientras mantenia una postura firme, para luego responder con una voz elevada y clara, para asegurarse de ser escuchada.
-- Ya veo.. se ve que eres una persona noble, puedo verlo en tu mirada.. pero creo que esa no es la manera de tratar con una guerrera como yo, ¿Sabes? Ahora mismo en lugar de ser una petición amable, parece mas como.. una amenaza. Y eso no me parece.
Mencionó seriamente mientras observaba aquel destello que desprendia del hombre, el cual pudo iluminar perfectamente el lugar, dejando a su visión la apariencia del mismo, a su vez la propia de la mujer. Levantó la lanza y la colocó sobre su hombro derecho, tomandola con la diestra. La verdad es que no iba a acceder tan facil, si es necesario pelear lo hará, pues tambien necesitaba saber si él estaba a su altura para servirle.
Pronto comenzó a escuchar como las hojas secas de los arboles que reposaban en el suelo comenzaban a crujir, los pasos de alguien que se aproximaba lo delataban. No tenia miedo de mostrarse, pues la desconocida persona realmente estaba invadiendo su camino, a lo que se toparon poco después. Al ver al hombre de cabello azulado se detuvo, colocando la base de su lanza sobre el suelo. Le escuchó atentamente mientras mantenia una postura firme, para luego responder con una voz elevada y clara, para asegurarse de ser escuchada.
-- Ya veo.. se ve que eres una persona noble, puedo verlo en tu mirada.. pero creo que esa no es la manera de tratar con una guerrera como yo, ¿Sabes? Ahora mismo en lugar de ser una petición amable, parece mas como.. una amenaza. Y eso no me parece.
Mencionó seriamente mientras observaba aquel destello que desprendia del hombre, el cual pudo iluminar perfectamente el lugar, dejando a su visión la apariencia del mismo, a su vez la propia de la mujer. Levantó la lanza y la colocó sobre su hombro derecho, tomandola con la diestra. La verdad es que no iba a acceder tan facil, si es necesario pelear lo hará, pues tambien necesitaba saber si él estaba a su altura para servirle.
Invitado- Invitado
Re: Buscando a una servant (Scáthach)
Nunca antes la oscuridad se había presentado de una forma tan elegante. Una dama hecha de las mismas penumbras se plantaba con una mezcla de serenidad y honor. Efectivamente ella era Scáthach, la guerrera a la cual millares de hombres han caído bajo su ponzoñosa lanza. Sus cabellos burdeos flameaban al compás del viento al tiempo que su fiera mirada se conectaba con la de Jellal. El joven mago cierra sus ojos y asiente en silencio. El tenebroso panorama del bosque, un océano de pinos y álamos entintados de plateado luna, parecía conjugarse con ese incómodo momento.
— Lo siento. Noble Scáthach, pero necesito ver su poder, — comenta a ojos cerrados y el ceño fruncido como si fuera a arrepentirse de lo que iba a hacer. Retrocede dos pasos, y el puño de su mano empieza a refulgir de un blanco incandescente. Tanto así que disipa las sombras de los árboles. Acto seguido, levanta su mano hacia la guerrera.
Bolas de energía a toda velocidad acompañadas de un chillido agudo era lo que arrojaba de su mano. Una de estas luminiscentes esferas al tocar el suelo estalló levantando la tierra como si fuera una granada. El bosque se plagaba de estruendos y luces blancas
Corre hacia ella como queriendo asestarle un golpe, y entonces desaparece...
No. Solo era muy rápido. Veloz como el rayo. Así, aparece tras la noble pelirroja agarrando la lanza de esta, para así de evitar un ataque por parte de ella. En ese momento, el mismo tiempo parecía ralentizarse. No estaba frente a un contricante común. Jellal estaba batallando con la misma personificación del Inframundo, y eso era un acto temible como caer a una abismo sin fondo.
— Lo siento. Noble Scáthach, pero necesito ver su poder, — comenta a ojos cerrados y el ceño fruncido como si fuera a arrepentirse de lo que iba a hacer. Retrocede dos pasos, y el puño de su mano empieza a refulgir de un blanco incandescente. Tanto así que disipa las sombras de los árboles. Acto seguido, levanta su mano hacia la guerrera.
Bolas de energía a toda velocidad acompañadas de un chillido agudo era lo que arrojaba de su mano. Una de estas luminiscentes esferas al tocar el suelo estalló levantando la tierra como si fuera una granada. El bosque se plagaba de estruendos y luces blancas
Corre hacia ella como queriendo asestarle un golpe, y entonces desaparece...
No. Solo era muy rápido. Veloz como el rayo. Así, aparece tras la noble pelirroja agarrando la lanza de esta, para así de evitar un ataque por parte de ella. En ese momento, el mismo tiempo parecía ralentizarse. No estaba frente a un contricante común. Jellal estaba batallando con la misma personificación del Inframundo, y eso era un acto temible como caer a una abismo sin fondo.
Jellal Fernandes
Re: Buscando a una servant (Scáthach)
Observaba al hombre de cabello azulado, aparentemente iba en serio, cuando se trataba de demostrar su propia fuerza y habilidad, no se estaba hablando de cualquier cosa, pues era algo que sabia hacer perfectamente, luchar.
-- Ya veo, entonces te demostraré aquello que deseas ver, joven mago.--
Mencionó con una voz firme y elevada; Aquellos destellos que iluminaban la arboleada le provocaba una leve ceguera a lo que tuvo que cubrir aquella luz con una de sus manos mientras entrecerraba los ojos. Cuando logró divisar aquellas bolas de energia acercarse con rapidez, rapidamente usó su lanza para comenzar a girarla a una velocidad impresionante, tal acto logró desviar un par de bolas hacia los costados, pero una de estas logró explotar a sus pies, a lo que tuvo que retroceder rapidamente dando dos brincos hacia atrás, adentrándose más a los árboles. Su rostro se mostraba serio, no estaba preocupada, pues a pesar de que era un mago habilidoso, ella sabia que sus milenios de experiencia no le faltarían en una batalla de esta talla.
Con impresión observó cómo el joven se acercaba a una velocidad muy alta, a lo que siplemente reaccionó tomando una postura para tratar de regresar cualquier tipo de golpe, a lo que notó como su lanza se quedó inmovil, pues él estaba a sus espaldas, sujetando su arma.
Muchisimos años de experiencia en batalla le permitieron aprender distintos tipos de artes marciales y magicas, algo que la hizo no depender todo el tiempo de sus armas. Miró de reojo al mago y con un movimiento de su brazo derecho insinuó dar un potente codazo a la altura del pecho, pero en su lugar rapidamente se agachó para hacer un movimiento circular en su mismo lugar, estirando una de sus piernas para poder hacer caer al peliazul, seguido de eso toma su lanza nuevamente la cuál ni siquiera alcanzó a caer al suelo cuando regresó a las manos de su dueña. Se levantó dando la espalda un poco de costado al hombre pero su mirada estaba puesta en él, a su vez que la lanza le apuntaba. Tal pose le permitia al hombre apreciar toda su silueta, la cual resaltaba con la luz que reflejaba la luna. Era una mujer muy bella, pero tambien era una guerrera muy experimentada la cual no se iba a rendir con facilidad.
-- ¿Crees merecer mi ayuda en tu misión? ¿De verdad crees que eres digno de mí?
Cuestionó al chico, esperando su respuesta. Seguía alerta, tampoco sabía de que manera él iba a reaccionar.
Invitado- Invitado
Re: Buscando a una servant (Scáthach)
No había cómo recuperarse de esa magistral movida por parte de Scáthach. El derrotado Jellal dirige su mirada hacia ella, cierra sus ojos y asienta la cabeza en señal de ella había ganado limpiamente. Aceptaba su derrota. Simplemente sonrió de forma ladina, y se colocó de pie. — Has ganado, gran Scáthach. Acepto el honor de ser tu master, — comentó con una reverencia, — Debemos dirigirnos hacia el castillo de Legacy. Es allí donde vivimos los que queremos salvar este mundo, — se encaminó hacia el noreste. Poco a poco, y a medida que cruzaban, el bosque se hacía cada vez menos frondoso.
A unos cientos de metros se encontraba de forma imponente el gran castillo de la Academia Legacy. Más valía explicarle ahora por qué había hecho ese pacto con ella. — El mundo está en peligro. Un apocalipsis mágico se avecina a toda velocidad y es mi misión proteger a las personas. En esta institución educativa luchamos para salvarlos, — explica de qué iba todo esto. La solidaria misión de Jellal y los demás era digna de admirar en un mundo en donde el virus de la indiferencia y la crueldad se esparcían sin control. Se dirigen al castillo y el joven mago levanta su mirada para ver la luna.
Si la Academia por fuera se veía grande, por dentro era colosal. Llena de ornamentos, muebles de lujo y demás. Suben por las escalas y toman el pasillo a mano derecha. Entran a la habitación de Jellal, el cual enciende la luz. Era una habitación ordenada sin lujos, solo que había muchos libros diseminados por los muebles.
— De seguro llamarás la atención si vas así al centro de la ciudad. Compré ropa femenina. Puedes ir a cambiarte, — señaló el baño de la habitación. Era de más o menos unos cinco metros cuadrados, que daba a un gran ventanal con la vista a la ciudad de Yokohama: una vibrante selva de luces de neón y rascacielos. Entonces, y llevado por una curiosidad peligrosa, Jellal le echa un vistazo de reojo y se sonroja. Su cintura era bonita. Ciertamente era imposible apartar la mirada de una mujer como Scáthach.
Carraspea tratando de sacar el nerviosismo, — Mañana debemos ir a un puente en la ciudad. Unas personas reportaron a un monstruo gigante, — cruza sus dedos y mira hacia abajo con rubor marcado en el rostro. Poco a poco, su mirada va escalando en su servant.
A unos cientos de metros se encontraba de forma imponente el gran castillo de la Academia Legacy. Más valía explicarle ahora por qué había hecho ese pacto con ella. — El mundo está en peligro. Un apocalipsis mágico se avecina a toda velocidad y es mi misión proteger a las personas. En esta institución educativa luchamos para salvarlos, — explica de qué iba todo esto. La solidaria misión de Jellal y los demás era digna de admirar en un mundo en donde el virus de la indiferencia y la crueldad se esparcían sin control. Se dirigen al castillo y el joven mago levanta su mirada para ver la luna.
Si la Academia por fuera se veía grande, por dentro era colosal. Llena de ornamentos, muebles de lujo y demás. Suben por las escalas y toman el pasillo a mano derecha. Entran a la habitación de Jellal, el cual enciende la luz. Era una habitación ordenada sin lujos, solo que había muchos libros diseminados por los muebles.
— De seguro llamarás la atención si vas así al centro de la ciudad. Compré ropa femenina. Puedes ir a cambiarte, — señaló el baño de la habitación. Era de más o menos unos cinco metros cuadrados, que daba a un gran ventanal con la vista a la ciudad de Yokohama: una vibrante selva de luces de neón y rascacielos. Entonces, y llevado por una curiosidad peligrosa, Jellal le echa un vistazo de reojo y se sonroja. Su cintura era bonita. Ciertamente era imposible apartar la mirada de una mujer como Scáthach.
Carraspea tratando de sacar el nerviosismo, — Mañana debemos ir a un puente en la ciudad. Unas personas reportaron a un monstruo gigante, — cruza sus dedos y mira hacia abajo con rubor marcado en el rostro. Poco a poco, su mirada va escalando en su servant.
Jellal Fernandes
Re: Buscando a una servant (Scáthach)
Al ver que el joven ya se estaba incorporando simplemente alejó su lanza de él, sosteniendola ya por lo bajo, tomando una postura relajada. Cerró sus ojos mientras le escuchaba, asintiendo levemente con su cabeza. Ya no dijo nada, simplemente comenzó a seguirlo de cerca, caminando tranquilamente a su ritmo. Tiempo después logró ver a las lejanias aquella gigantesca instalación, le llenaba de intriga, mas simplemente escuchaba en silencio las palabras del joven, el cual ya se había convertido en su Máster. Se sentia bien poder ayudar para el bien, el chico se miraba decidido, a lo que ayudaria a su noble causa sin pensar.
Caminaba por el lugar, mirando cada rincón a su alcance de la instalación con mucha tranquilidad. Era un castillo muy hermoso, y su diseño no se quedaba atrás. De cierto modo le recordaba a su tierra natal, aunque este diseño era más moderno y distinto. Le siguió hasta llegar a aquella habitación, miraba a su alrededor familiarizandose con el lugar. Caminaba un poco por esta. Al escuchar aquellas palabras sobre su vestimenta, volteó hacia el baño y entró en el mismo.
Se quitó toda su armadura y las demas prendas. Para despues colocarse la ropa que habia sido comprada por su Máster, colocó una prenda a la vez hasta que finaliza. Su vestuario ahora consistía de una blusa negra la cual quedaba muy ajustada a su busto, ya que el mismo era un poco grande para la medida de la prenta. En sus piernas se situaban unas mallas del mismo color que cubrian sus pies y piernas por completo. Seguido de eso se colocó un suéter color café claro el cual era de cuello alto, ademas se apegaba un poco a su figura. El mismo quedaba tipo vestido, ya que llegaba a la altura de sus muslos. Su calzado eran unos zapatos abiertos con un tacón no muy alto. Cuando terminó salió del cuarto de baño y caminó hacia él, hasta quedar frente a frente.
-- No le veo nada de malo a mi vestimenta normal, después de todo es una armadura, deberia traerla todo el tiempo. Pero si esto es lo que usted quiere que use, comprendo. --
Mencionaba tranquilamente. Podia darse cuenta de como aquel joven la observaba. Su rubor lo delataba, pero no dijo nada, simplemente cerró los ojos y caminó por el lugar tranquilamente, con los brazos cruzados. Escuchando lo que después mencionó.
-- ¿Un monstruo gigante? Si eso es verdad, entonces es urgente. ¿Usted cree que es bueno esperar tanto? Podria ser una amenaza para las personas si no se hace algo pronto. A menos que lo tengan bajo control.. --. Respondió, mientras caminaba hacia la cama, sentándose sobre el colchón, dando unos ligeros rebotes por tal acción. Coloca su muslo derecho sobre su pierna izquiera para así cruzarlas, reposando su mirada rojiza sobre el peli azul.
Caminaba por el lugar, mirando cada rincón a su alcance de la instalación con mucha tranquilidad. Era un castillo muy hermoso, y su diseño no se quedaba atrás. De cierto modo le recordaba a su tierra natal, aunque este diseño era más moderno y distinto. Le siguió hasta llegar a aquella habitación, miraba a su alrededor familiarizandose con el lugar. Caminaba un poco por esta. Al escuchar aquellas palabras sobre su vestimenta, volteó hacia el baño y entró en el mismo.
Se quitó toda su armadura y las demas prendas. Para despues colocarse la ropa que habia sido comprada por su Máster, colocó una prenda a la vez hasta que finaliza. Su vestuario ahora consistía de una blusa negra la cual quedaba muy ajustada a su busto, ya que el mismo era un poco grande para la medida de la prenta. En sus piernas se situaban unas mallas del mismo color que cubrian sus pies y piernas por completo. Seguido de eso se colocó un suéter color café claro el cual era de cuello alto, ademas se apegaba un poco a su figura. El mismo quedaba tipo vestido, ya que llegaba a la altura de sus muslos. Su calzado eran unos zapatos abiertos con un tacón no muy alto. Cuando terminó salió del cuarto de baño y caminó hacia él, hasta quedar frente a frente.
-- No le veo nada de malo a mi vestimenta normal, después de todo es una armadura, deberia traerla todo el tiempo. Pero si esto es lo que usted quiere que use, comprendo. --
Mencionaba tranquilamente. Podia darse cuenta de como aquel joven la observaba. Su rubor lo delataba, pero no dijo nada, simplemente cerró los ojos y caminó por el lugar tranquilamente, con los brazos cruzados. Escuchando lo que después mencionó.
-- ¿Un monstruo gigante? Si eso es verdad, entonces es urgente. ¿Usted cree que es bueno esperar tanto? Podria ser una amenaza para las personas si no se hace algo pronto. A menos que lo tengan bajo control.. --. Respondió, mientras caminaba hacia la cama, sentándose sobre el colchón, dando unos ligeros rebotes por tal acción. Coloca su muslo derecho sobre su pierna izquiera para así cruzarlas, reposando su mirada rojiza sobre el peli azul.
Invitado- Invitado
Re: Buscando a una servant (Scáthach)
Ese rubor se le fue del rostro en el momento que meditó que era mejor deshacerse del monstruo gigante. Se encontraba bajo un puente, y era muy peligroso que se levantara por completo. No obstante, los poderes de Jellal cada día se debilitaban más. Era como si su optimismo, esperanza y la misma magia se le escurriera de su cuerpo. La pérdida de Ayana lo estaba afectando de sobremanera.
Miró las palmas de sus manos. Las manos con las que había golpeado tanto a gente buena como mala. Los demonios del peliazul rondaban por su cabeza. Un pasado lleno de dolor siempre lo perseguía como una pantera a su presa. El cristal de su mente estaba sucio y en pedazos. Además, le dolía el cuerpo y su pecho.
— Está bien. Vamos allá, — asiente con la cabeza suspirando. Abre las ventanas de su habitación y se coloca de frente. Cabe destacar que estaban a una altura considerable, aunque era algo engañoso, pues solo se veían las luces de la ciudad y los rascacielos tan solo a un kilómetro de esa isla.
— Scáthach. Abrázame del pecho o el cuello, te llevaré allá, — comentó mientras que las palmas de sus manos y pies comenzaron a refulgir de un intenso blanco. Salían locas chispas celestes a medida que el cuerpo del joven profesor se cubría de un fuerte brillo. Así entonces, y esperando a que ella se agarrara bien, el de la marca sale despegado como si fuera una bala de aquella ventana dejando una estela.
El poder de un meteorito y de una estrella fugaz. Eso era lo que representaba Jellal. Salió despedido a una velocidad impresionante que ya habían cruzado el mar en apenas unos segundos. Volaban sobre los edificios de la magnífica urbe de Yokohama, y allí mismo, a unos cuántos kilómetros de su punto se avistaba ese puente congestionado de vehículos.
Miró las palmas de sus manos. Las manos con las que había golpeado tanto a gente buena como mala. Los demonios del peliazul rondaban por su cabeza. Un pasado lleno de dolor siempre lo perseguía como una pantera a su presa. El cristal de su mente estaba sucio y en pedazos. Además, le dolía el cuerpo y su pecho.
— Está bien. Vamos allá, — asiente con la cabeza suspirando. Abre las ventanas de su habitación y se coloca de frente. Cabe destacar que estaban a una altura considerable, aunque era algo engañoso, pues solo se veían las luces de la ciudad y los rascacielos tan solo a un kilómetro de esa isla.
— Scáthach. Abrázame del pecho o el cuello, te llevaré allá, — comentó mientras que las palmas de sus manos y pies comenzaron a refulgir de un intenso blanco. Salían locas chispas celestes a medida que el cuerpo del joven profesor se cubría de un fuerte brillo. Así entonces, y esperando a que ella se agarrara bien, el de la marca sale despegado como si fuera una bala de aquella ventana dejando una estela.
El poder de un meteorito y de una estrella fugaz. Eso era lo que representaba Jellal. Salió despedido a una velocidad impresionante que ya habían cruzado el mar en apenas unos segundos. Volaban sobre los edificios de la magnífica urbe de Yokohama, y allí mismo, a unos cuántos kilómetros de su punto se avistaba ese puente congestionado de vehículos.
Jellal Fernandes
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