Se bienvenid@ Invitado a ~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~. Fue creado el Jue Mar 13, 2014 4:55 pm, es decir que tenemos exactamente 3906 días de vida. Hasta ahora sus 160 usuarios han escrito 12128 temas en los 120 foros que existen. Tú, Invitado, haz escrito 0 posts desde que te registraste el .
El último de nuestros usuarios registrado fue Asuna Yuuki
El último de nuestros usuarios registrado fue Asuna Yuuki
Conectarse
Notificaciones
Online
¿Quién está en línea?
En total hay 453 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 453 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 470 durante el Jue Nov 21, 2024 7:09 am
Últimos temas
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.0
Academia Seeds of Legacy por Beatrice y Gilgamesh se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en https://academialegacy.activoforo.com/.
El crédito por el diseño del foro se da a Jack, quien ha trabajado en la estructura visual de éste y en otros aspectos metafuncionales. Los planificadores de la trama del foro son los administradores Beatrice y Gilgamesh. El crédito por el sistema interno del foro se da a los miembros fundadores: Jannei MC.Clov., Jyu Viole Grace, Mavis Blanc y Suigintou, en conjunto con los otros administradores. Asimismo, a Darren Criss por el modelo de fichas, a las obras de varios autores -cuyo uso está exento de ánimos de lucro- y a los administradores que operan desde la página oficial de Facebook, la cual es propiedad del foro. Ante cualquier semejanza con el diseño y trama de este foro, los administradores llevarán a cabo el proceso pertinente estipulado por la normativa de Creative Commons para iniciar acciones relacionadas a propiedad intelectual.
Academia Seeds of Legacy. 2014-2021.
Una similitud particular
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Castillo Rokkenjima :: Interior del Castillo :: Sala de Estar
Página 1 de 1.
Una similitud particular
La academia sin duda alguna es una edificación enorme, gigantesca en cuestión de terrenos. Pero aún cuando el espacio es grande, los rumores suelen recorrer cada rincón del castillo hasta llegar a los oídos del rey de los héroes.
La supuesta presencia de la acompañante de un faraón que ronda por los pasillos de Legacy corrió la voz muy rápido, pero... ¿Por qué sería importante para Gilgamesh? ¿Que relevancia tendría una existencia como cualquier otra para el antiguo rey?
Emprendió su búsqueda de aquella mujer, sería fácil para alguien como él contando con una grandiosa habilidad, su clarividencia. Estaba de más decir que su interés en ella recaía sobre un viejo recuerdo, una pequeña asemejaba en cuanto puestos se trataba. Ella podría ser la representación más grande de su consejera real y mano derecha, Siduri. O por otro lado, podría ser la única y verdadera amistad que formó el rey en vida, Enkidu.
Conocía a Ozymandias en el trono de los héroes, una personificación de un rey que realmente le agradaba y con quién compartía similitudes. Probablemente al único que acepte como rey.
Al caminar por el castillo de la topó en la sala de estar, quizá el lugar más adecuado para entablar conversaciones de manera tranquila. Ausencia de ruido y las presencias de personas indeseadas para él.
Utilizando su vestimenta de motociclista que tanto le gustaba, se dirigió a ella con total seriedad. Su rostro reflejaba la duda que energía de su interior. –Una fiel vasalla de Ozymandias... ¿O acaso eras algo más?– Fue lo único que emitió al toparse con ella, ni siquiera saludo de forma cordial. Se adentro a la sala y tomo asiento en uno de los sofás del lugar, ella por otro lado, yacía en un sofá vecino al suyo.
La supuesta presencia de la acompañante de un faraón que ronda por los pasillos de Legacy corrió la voz muy rápido, pero... ¿Por qué sería importante para Gilgamesh? ¿Que relevancia tendría una existencia como cualquier otra para el antiguo rey?
Emprendió su búsqueda de aquella mujer, sería fácil para alguien como él contando con una grandiosa habilidad, su clarividencia. Estaba de más decir que su interés en ella recaía sobre un viejo recuerdo, una pequeña asemejaba en cuanto puestos se trataba. Ella podría ser la representación más grande de su consejera real y mano derecha, Siduri. O por otro lado, podría ser la única y verdadera amistad que formó el rey en vida, Enkidu.
Conocía a Ozymandias en el trono de los héroes, una personificación de un rey que realmente le agradaba y con quién compartía similitudes. Probablemente al único que acepte como rey.
Al caminar por el castillo de la topó en la sala de estar, quizá el lugar más adecuado para entablar conversaciones de manera tranquila. Ausencia de ruido y las presencias de personas indeseadas para él.
Utilizando su vestimenta de motociclista que tanto le gustaba, se dirigió a ella con total seriedad. Su rostro reflejaba la duda que energía de su interior. –Una fiel vasalla de Ozymandias... ¿O acaso eras algo más?– Fue lo único que emitió al toparse con ella, ni siquiera saludo de forma cordial. Se adentro a la sala y tomo asiento en uno de los sofás del lugar, ella por otro lado, yacía en un sofá vecino al suyo.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
La academia y su Egipto no eran para nada iguales, tal vez algo parecido por los extensos territorios, pero de hay no había nada más que agradara. Sin embargo, hay un lugar especifico donde siempre le gustaba pasar el rato y le traía recuerdos de su gloriosa Chaldea; el castillo Rokkenjima. Casi nadie ingresaba al lugar tampoco se escuchaba la bulla que hacían los demás en el exterior, sin duda alguna, un lugar para no molestar ni ser molestada.
Para hacer de su rato más agradable, pidió a uno de los muebles de Beatrice una copa de vino. Aquel exquisito líquido que bebía con su faraón en el pasado y ahora lo degustaría ella sola con melancolía.
Le extendieron la copa, agarrándola con sutileza para cato después llevarla hasta sus labios y dar el primer sorbo. Inmediatamente su semblante cambio a unos de asqueada, habiendo preferido que la aniquilaran antes de probar aquella bazofia. No se quejaría, pero tampoco los halagaría por el "buen" vino que servía. –Hmm. . . Este es un vino barato. Sin embargo, quizás temeroso del honor que le he otorgado a este líquido repugnante y vulgar por pasar por mi garganta. Desaparece rápidamente. Al menos reconoceré tu gracia al hacerlo.– Le regreso la copa disgustada por tal falta de respeto.
Al instante escucha algunos pasos acercándose a su dirección, escucha atentamente aquellas palabras mientras lo mira de reojo, tenía la intención de no darle importancia, no obstante, al escuchar como nombraba a su faraón y a ella le entro curiosidad por saber quién era aquel sujeto – ¿Qué deseas? – Dijo después de breves minutos con un rostro casi serio.
Para hacer de su rato más agradable, pidió a uno de los muebles de Beatrice una copa de vino. Aquel exquisito líquido que bebía con su faraón en el pasado y ahora lo degustaría ella sola con melancolía.
Le extendieron la copa, agarrándola con sutileza para cato después llevarla hasta sus labios y dar el primer sorbo. Inmediatamente su semblante cambio a unos de asqueada, habiendo preferido que la aniquilaran antes de probar aquella bazofia. No se quejaría, pero tampoco los halagaría por el "buen" vino que servía. –Hmm. . . Este es un vino barato. Sin embargo, quizás temeroso del honor que le he otorgado a este líquido repugnante y vulgar por pasar por mi garganta. Desaparece rápidamente. Al menos reconoceré tu gracia al hacerlo.– Le regreso la copa disgustada por tal falta de respeto.
Al instante escucha algunos pasos acercándose a su dirección, escucha atentamente aquellas palabras mientras lo mira de reojo, tenía la intención de no darle importancia, no obstante, al escuchar como nombraba a su faraón y a ella le entro curiosidad por saber quién era aquel sujeto – ¿Qué deseas? – Dijo después de breves minutos con un rostro casi serio.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Curioso fue haberla oído quejarse sobre el pobre vino con el que contaba la academia, el mismo rey de los héroes se quejó alguna vez de la simples de este. Dependiendo del resultado de su encuentro abriría sus puertas a una invitación peculiar, no cualquiera es digno de beber su vino tan valioso.
Sin embargo, estaba seguro de que su "Charla" no sería tan mala, después de todo el alguna vez fue amigo de Ozymandias en el trono de los héroes. Lugar donde residen los espíritus heróicos antes de ser invocados, quizá el único "Rey" que aprueba y del cual disfruta su compañía.
– ¿Que deseo? ¿Oh...? – Cruzó sus piernas y sonrió tan egocéntrico y confiado, como de costumbre. – Esa es una pregunta muy ambigua. Aunque todo lo que deseo lo obtengo, siendo el rey puedo proclamar como mío lo que me plazca.– Por supuesto se refería a todos sus grandes tesoros, a los placeres de los que ha podido gozar, y claro, la compañía que alguna vez necesitó, la obtuvo.
– Sin embargo, vengo con un propósito. Sé que lo esperabas, el rey de los héroes no aparece solo por casualidad, no... Su Gate of Babylon servía no solo para el combate, guardaba muchos objetos valiosos entre sus tesoros. Tal cómo los vinos que tanto le fascinaron el pasado, vino de la más alta calidad y producidos por sus mismos súbditos, no existe algo igual.
Una puerta dimensional apareció a su lado, emanando partículas doradas y una brillante luz, de dónde un par de cáliz pequeños de oro cayeron a manos de Gilgamesh. Seguido de este, un jarrón del mismo material bajó con lentitud hasta tomarlo con su otra mano de la manija.
Si, el antiguo rey estaba por ser benévolo. – Me es interesante tu... Relación con el rey de Egipto, ¿Eres una especie de guardiana? – Sin mirarle y sin detenerse al hablar, servía con cuidado este par de vasos para él y Nitocris. – Cuéntame, mujer.– Una vez más sonrió y entregó el cáliz.
Sin embargo, estaba seguro de que su "Charla" no sería tan mala, después de todo el alguna vez fue amigo de Ozymandias en el trono de los héroes. Lugar donde residen los espíritus heróicos antes de ser invocados, quizá el único "Rey" que aprueba y del cual disfruta su compañía.
– ¿Que deseo? ¿Oh...? – Cruzó sus piernas y sonrió tan egocéntrico y confiado, como de costumbre. – Esa es una pregunta muy ambigua. Aunque todo lo que deseo lo obtengo, siendo el rey puedo proclamar como mío lo que me plazca.– Por supuesto se refería a todos sus grandes tesoros, a los placeres de los que ha podido gozar, y claro, la compañía que alguna vez necesitó, la obtuvo.
– Sin embargo, vengo con un propósito. Sé que lo esperabas, el rey de los héroes no aparece solo por casualidad, no... Su Gate of Babylon servía no solo para el combate, guardaba muchos objetos valiosos entre sus tesoros. Tal cómo los vinos que tanto le fascinaron el pasado, vino de la más alta calidad y producidos por sus mismos súbditos, no existe algo igual.
Una puerta dimensional apareció a su lado, emanando partículas doradas y una brillante luz, de dónde un par de cáliz pequeños de oro cayeron a manos de Gilgamesh. Seguido de este, un jarrón del mismo material bajó con lentitud hasta tomarlo con su otra mano de la manija.
Si, el antiguo rey estaba por ser benévolo. – Me es interesante tu... Relación con el rey de Egipto, ¿Eres una especie de guardiana? – Sin mirarle y sin detenerse al hablar, servía con cuidado este par de vasos para él y Nitocris. – Cuéntame, mujer.– Una vez más sonrió y entregó el cáliz.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
La morena siempre había sido alguien con un temple poco amigable, sin embargo en esta segunda oportunidad de vida que le habían otorgado haría el esfuerzo por cambiar.
Dejo de hacer sus acciones para luego girar su cuerpo en dirección hacía él mientras cruzaba un brazo. Llevo su mano libre hasta su mejilla apoyando su codo en la mano cruzada, deja salir un suspiro pesado. "¡Qué terrible, un rey arrogante!" Dijo para sus adentros. A simple vista podía ver que era alguien fácil de hacer enojar. Definitivamente no se aburriría en ese lugar.
– Estoy segura que todo lo que posee ahora le ha costado, hasta su título de rey. Respeto y admiro el esfuerzo que hace cada monarca por su pueblo, pero siempre habrá gente en contra de ellos – Frunció levemente el ceño – Ingratos... – Sí, se había molestado otra vez. Su voz fue casi inaudible.
Había quedado admirada ante tal espectáculo, aquel portal dorado se parecía mucho a los portales de ella, sin embargo los suyos eran morados haciendo referencia al inframundo. De inmediato cayeron dos copas de oro en manos del Rey. ¿Quizás la invitaría a brindar?.
–Solo le brindo de mis servicios. Él es alguien que admiro demasiado, siempre ha arriesgado su vida en cada batalla sin importarle la muerte, al contrario, se inclina ante ella y la lleva entre sus manos en los combates porque si alguna vez llegaba a morir, moriría siendo recordado como un héroe.
Las facciones de su rostro no presentaron ningún cambio; exhibía una armónica tranquilidad, acompañada del brillante color dorado de sus ojos con una prominente sonrisa. – Así es, soy una guardiana. Supongo que tú también lo eres.– Con una de sus manos tomo la copa con delicadeza para luego ver lo que contenía. Inhaló y exhaló, aclarando un poco sus cuerdas vocales antes de dirigirse al rubio.
–Me disculparas, pero no puedo dejar que mis papilas gustativas vuelvan a sentir este repugnante líquido.
Frunció el ceño, su expresión cambió bruscamente, de estar sonriente pasó a tener una cara de malicia sin igual; ¿La estaba tomando por tonta? No aceptaría dos faltas de respeto en un solo día y peor por el mismo motivo. Además, ¿Cómo era posible que el monarca mesopotámico haya cambiado sus buenos vinos? Estaba confundida.
Dejo de hacer sus acciones para luego girar su cuerpo en dirección hacía él mientras cruzaba un brazo. Llevo su mano libre hasta su mejilla apoyando su codo en la mano cruzada, deja salir un suspiro pesado. "¡Qué terrible, un rey arrogante!" Dijo para sus adentros. A simple vista podía ver que era alguien fácil de hacer enojar. Definitivamente no se aburriría en ese lugar.
– Estoy segura que todo lo que posee ahora le ha costado, hasta su título de rey. Respeto y admiro el esfuerzo que hace cada monarca por su pueblo, pero siempre habrá gente en contra de ellos – Frunció levemente el ceño – Ingratos... – Sí, se había molestado otra vez. Su voz fue casi inaudible.
Había quedado admirada ante tal espectáculo, aquel portal dorado se parecía mucho a los portales de ella, sin embargo los suyos eran morados haciendo referencia al inframundo. De inmediato cayeron dos copas de oro en manos del Rey. ¿Quizás la invitaría a brindar?.
–Solo le brindo de mis servicios. Él es alguien que admiro demasiado, siempre ha arriesgado su vida en cada batalla sin importarle la muerte, al contrario, se inclina ante ella y la lleva entre sus manos en los combates porque si alguna vez llegaba a morir, moriría siendo recordado como un héroe.
Las facciones de su rostro no presentaron ningún cambio; exhibía una armónica tranquilidad, acompañada del brillante color dorado de sus ojos con una prominente sonrisa. – Así es, soy una guardiana. Supongo que tú también lo eres.– Con una de sus manos tomo la copa con delicadeza para luego ver lo que contenía. Inhaló y exhaló, aclarando un poco sus cuerdas vocales antes de dirigirse al rubio.
–Me disculparas, pero no puedo dejar que mis papilas gustativas vuelvan a sentir este repugnante líquido.
Frunció el ceño, su expresión cambió bruscamente, de estar sonriente pasó a tener una cara de malicia sin igual; ¿La estaba tomando por tonta? No aceptaría dos faltas de respeto en un solo día y peor por el mismo motivo. Además, ¿Cómo era posible que el monarca mesopotámico haya cambiado sus buenos vinos? Estaba confundida.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Todas las palabras provenientes de la mujer le resultaban totalmente familiares, era tal y como lo pensaba se viera por dónde se viera. Una mujer cuyo propósito era seguir y brindar apoyo a su rey, ya sea para dirigir su respectiva nación hasta acompañarlo a cualquier evento que se le ocurra a un gran rey.
Ahora tenía totalmente en claro la clase de persona que era ella para su rey, al igual que su querida Siduri. Si... Era quizá la persona más parecida y por quién decidió entablar una conversación con la faraón.
– ¿Oh...? ¿Estás levantando falsas acusaciones contra el rey de los héroes? – Era tonto pensar que el vino que tanto adora fuera cualquier bebida promedio de las vinaterias. – ¡Hahaha! Si tan solo consideras en hacer a un lado y desperdiciar semejante bebida, perderás este privilegio que estoy te estoy concediendo.– Por supuesto que no iba a permitir si quiera dejarlo an
un lado, pensaba tomar represalias en contra de ello, siendo la más importante no volver a compartir con ella un tesoro tan preciado para él. Después de todo sería ella quien tendría todas las de perder al querer exentarse de un deleite tan gratificante cómo lo es su vino.
Empinó su bebida a la altura de sus labios sin pegar el cáliz por completo, antes quería recordarle quién termina perdiendo con ese rechazo. – No aceptaré una disculpa ni mucho menos accederéa compartir más de semejante tesoro.– Al final, juntó sus labios hasta comenzar a beber gustoso como si su bebida no tuviera fondo. Incluso escurrió de sus labios unas cuantas gotas, pareciera como si hace bastante tiempo no hubiera probado de su propio vino. En realidad así era, hacia un buen tiempo que no se daba el tiempo de probar lo bueno que era.
Ahora tenía totalmente en claro la clase de persona que era ella para su rey, al igual que su querida Siduri. Si... Era quizá la persona más parecida y por quién decidió entablar una conversación con la faraón.
– ¿Oh...? ¿Estás levantando falsas acusaciones contra el rey de los héroes? – Era tonto pensar que el vino que tanto adora fuera cualquier bebida promedio de las vinaterias. – ¡Hahaha! Si tan solo consideras en hacer a un lado y desperdiciar semejante bebida, perderás este privilegio que estoy te estoy concediendo.– Por supuesto que no iba a permitir si quiera dejarlo an
un lado, pensaba tomar represalias en contra de ello, siendo la más importante no volver a compartir con ella un tesoro tan preciado para él. Después de todo sería ella quien tendría todas las de perder al querer exentarse de un deleite tan gratificante cómo lo es su vino.
Empinó su bebida a la altura de sus labios sin pegar el cáliz por completo, antes quería recordarle quién termina perdiendo con ese rechazo. – No aceptaré una disculpa ni mucho menos accederéa compartir más de semejante tesoro.– Al final, juntó sus labios hasta comenzar a beber gustoso como si su bebida no tuviera fondo. Incluso escurrió de sus labios unas cuantas gotas, pareciera como si hace bastante tiempo no hubiera probado de su propio vino. En realidad así era, hacia un buen tiempo que no se daba el tiempo de probar lo bueno que era.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
¿Y si aquel vino era diferente al que le sirvieron? La duda la carcomía, sin embargo no lo pensó tanto y llevo la copa hasta sus labios para darle un primer sorbo mientras apretaba un poco sus ojos, pero al mismo tiempo que probó el vino fue soltándolos. Para su sorpresa, el sabor de aquel líquido era muy diferente al anterior.
Alejo el cáliz de sus labios y antes de pedirle una disculpa al rey dorado, la morena se saboreó sus labios; exquisito.
—Estoy consciente que mis disculpas no servirán de mucho ante la falta de respeto hacia su vino, Rey de los Héroes.
Estaba apenada, pero tampoco bajaría su cabeza. Buscaría alguna manera para disculparse, si es que el rubio también quería disculparla.
Los días en el instituto se habían vuelto una monotonía, caminaba sin rumbo por los pasillos buscando alguna actividad para entretenerse; realmente era un aburrimiento agonizante. Pero como siempre la suerte andaba con ella, encontrarse con el monarca mesopotámico hacía o haría de sus días menos aburridos, pero, a veces la desgracia también la seguía. Si no busca alguna forma de disculparse perdería la “amistad” que recién estaba comenzando a entablar con el susodicho. Ladeo su cabeza hacia un lado exhibiendo una sonrisa de felicidad mientras volvía a su postura inicial con uno de sus brazos cruzados y el cáliz en mano. Sí, había resuelto el problema.
—Puedo ofrecerle de mis servicios.... Hmp, aunque, no sé en que podría servirle.
Con su mano libre abrió un pequeño portal hacía un lado, del cual salieron algunos representantes del dios Medjed — Ellos son mis ayudantes. Debo decir que le tienen una gran admiración, casi la misma que le tienen al faraón Ozymandias.. — Las pequeñas criaturas caminaron hasta donde se encontraba el rubio; rodeándolo. Su diestra se poso bajo el mentón, parpadeó unas cuentas veces sorprendida por el comportamiento de sus creaciones y clavó sus ojos sobre la silueta ajena.
Alejo el cáliz de sus labios y antes de pedirle una disculpa al rey dorado, la morena se saboreó sus labios; exquisito.
—Estoy consciente que mis disculpas no servirán de mucho ante la falta de respeto hacia su vino, Rey de los Héroes.
Estaba apenada, pero tampoco bajaría su cabeza. Buscaría alguna manera para disculparse, si es que el rubio también quería disculparla.
Los días en el instituto se habían vuelto una monotonía, caminaba sin rumbo por los pasillos buscando alguna actividad para entretenerse; realmente era un aburrimiento agonizante. Pero como siempre la suerte andaba con ella, encontrarse con el monarca mesopotámico hacía o haría de sus días menos aburridos, pero, a veces la desgracia también la seguía. Si no busca alguna forma de disculparse perdería la “amistad” que recién estaba comenzando a entablar con el susodicho. Ladeo su cabeza hacia un lado exhibiendo una sonrisa de felicidad mientras volvía a su postura inicial con uno de sus brazos cruzados y el cáliz en mano. Sí, había resuelto el problema.
—Puedo ofrecerle de mis servicios.... Hmp, aunque, no sé en que podría servirle.
Con su mano libre abrió un pequeño portal hacía un lado, del cual salieron algunos representantes del dios Medjed — Ellos son mis ayudantes. Debo decir que le tienen una gran admiración, casi la misma que le tienen al faraón Ozymandias.. — Las pequeñas criaturas caminaron hasta donde se encontraba el rubio; rodeándolo. Su diestra se poso bajo el mentón, parpadeó unas cuentas veces sorprendida por el comportamiento de sus creaciones y clavó sus ojos sobre la silueta ajena.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Al final sabía que no podría resistirse ante el glorioso sabor que su vino contiene. Un gusto que muy pocos pueden darse, sabiendo lo selectivo y estricto que suele ser a la hora de elegir a alguien con quién compartir, no cualquiera puede probar o siquiera saber que él contiene lo mejor de los vinos entre sus tesoros.
Sin más, retiro el vaso de sus labios y limpió las pequeñas gotas que escaparon en su piel, usando únicamente el dorso de su mano para limpiarse. Si bien se encargó de darle un buen sorbo, no se terminó su bebida aún, sabía disfrutarla. – Veo que al final tu sed de algo fascinante fue más fuerte... No te culpo, nada puede resistirse ante mis tesoros, no por nada son parte de ellos.– En la actualidad, no había nadie que cumpliera requisito alguno para compartir su dichoso vino. Solo quienes de verdad fueran considerados valerosos o simplemente se hayan ganado su respeto, podían entablar conversación con él. Aún con poca gente a su al rededor, tenía en mente convertirse en Master igualmente, su elección era clara, sabía a quien traer y sabía con seguridad como terminaría todo.
Estaba dispuesto a disculparla, después de escuchar lo que tenía para ofrecer, siendo sus servicios lo que más le llamó la atención. Siempre disfrutó de las mujeres más hermosas en la antigua mesopotamia, y no podía negar la absoluta belleza que demostraba esta mujer. – Quizá con el tiempo le de atención a estos "Servicios" que me estás ofreciendo.– Sonrió gustoso haciendo énfasis en los servicios, pues en ese momento la mujer invocó un portal, mientras que el rey de los héroes le observaba de pies a cabeza con tanta lujuria. Hay cosas que nunca cambian.
Al ver a las criaturas salir, lograron robar su atención, eran tan extrañas como curiosas en cuanto a su forma. En su mente habían pequeños recuerdos acerca de estas "cosas", no tenía una mejor forma de llamarlas pues no sabía con certeza como llamarlos por ahora. Su memoria lo llevaba a los pasillos de Chaldea y esos pocos avistamentos en el trono de los héroes. – Incluso ellos saben reconocer a un buen rey cuando lo ven, ¡Ha! – Ahora los veía con algo de gusto después de saber que le admiraban.
Sin más, retiro el vaso de sus labios y limpió las pequeñas gotas que escaparon en su piel, usando únicamente el dorso de su mano para limpiarse. Si bien se encargó de darle un buen sorbo, no se terminó su bebida aún, sabía disfrutarla. – Veo que al final tu sed de algo fascinante fue más fuerte... No te culpo, nada puede resistirse ante mis tesoros, no por nada son parte de ellos.– En la actualidad, no había nadie que cumpliera requisito alguno para compartir su dichoso vino. Solo quienes de verdad fueran considerados valerosos o simplemente se hayan ganado su respeto, podían entablar conversación con él. Aún con poca gente a su al rededor, tenía en mente convertirse en Master igualmente, su elección era clara, sabía a quien traer y sabía con seguridad como terminaría todo.
Estaba dispuesto a disculparla, después de escuchar lo que tenía para ofrecer, siendo sus servicios lo que más le llamó la atención. Siempre disfrutó de las mujeres más hermosas en la antigua mesopotamia, y no podía negar la absoluta belleza que demostraba esta mujer. – Quizá con el tiempo le de atención a estos "Servicios" que me estás ofreciendo.– Sonrió gustoso haciendo énfasis en los servicios, pues en ese momento la mujer invocó un portal, mientras que el rey de los héroes le observaba de pies a cabeza con tanta lujuria. Hay cosas que nunca cambian.
Al ver a las criaturas salir, lograron robar su atención, eran tan extrañas como curiosas en cuanto a su forma. En su mente habían pequeños recuerdos acerca de estas "cosas", no tenía una mejor forma de llamarlas pues no sabía con certeza como llamarlos por ahora. Su memoria lo llevaba a los pasillos de Chaldea y esos pocos avistamentos en el trono de los héroes. – Incluso ellos saben reconocer a un buen rey cuando lo ven, ¡Ha! – Ahora los veía con algo de gusto después de saber que le admiraban.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
En ningún momento quito sus ojos del contrario así que pudo ver claramente como la escaneo muy rápido con aquella mirada llena de lujuria, la misma mirada que le dedicaba el Dios del Sol a las concubinas en Chaldea. Nunca lo admitió, pero siempre les guardo envidia a esas mujeres a tal punto que llego a considerarse una, sin embargo, nunca fue tomada en cuenta; No entendía por qué con ella no y con esas mujeres sí. En cualquier momento del día eran las favoritas del faraón desde su punto de vista.
— Aunque no lo crea, ellos están al tanto de su trayecto como Rey. Nunca les he obligado a quienes adorar, ellos elijen... claro, sin olvidar que deben ser leales al Dios Medjed.
Dio algunos pasos hacia adelante, acortando la distancia que tenía con el monarca — Su vino es exquisito, Rey de héroes. Me pregunto qué vino es más apetitoso; el de Mesopotamia o Egipto. — Expresó con una mirada casi lascivia, luego de haberle entregado el cáliz se encamino hasta la puerta de salida sin esperar a que el contrario respondiera.
Una vez estando en la puerta, dio media vuelta recargándose en el marco de la misma mientras cruzaba sus brazos — No sé qué tenga en mente, pero mis servicios tienen fecha límite. — Menciono mirando fijamente al monarca, sonó más como un reto, pero no era así. Ahora que lo recordaba, entre sus cosas guardaba una botella de vino traída de Egipto; terminar el día en sus aposentos junto al Rey de héroes bebiendo un poco de licor y platicando de algún tema en particular podría ser una excelente idea. — ¿Le gustaría llevar esta platica a otro lugar? Por ejemplo a mis aposentos, allí nos espera una botella de vino y usted podría volver a prestar sus copas de oro. — Se dibujó una sonrisa de lado en el rostro de la morena. A veces podía actuar de una manera torpe, pero en ocasiones, se sorprendía de ella misma por ver hasta dónde puede llegar.
— Aunque no lo crea, ellos están al tanto de su trayecto como Rey. Nunca les he obligado a quienes adorar, ellos elijen... claro, sin olvidar que deben ser leales al Dios Medjed.
Dio algunos pasos hacia adelante, acortando la distancia que tenía con el monarca — Su vino es exquisito, Rey de héroes. Me pregunto qué vino es más apetitoso; el de Mesopotamia o Egipto. — Expresó con una mirada casi lascivia, luego de haberle entregado el cáliz se encamino hasta la puerta de salida sin esperar a que el contrario respondiera.
Una vez estando en la puerta, dio media vuelta recargándose en el marco de la misma mientras cruzaba sus brazos — No sé qué tenga en mente, pero mis servicios tienen fecha límite. — Menciono mirando fijamente al monarca, sonó más como un reto, pero no era así. Ahora que lo recordaba, entre sus cosas guardaba una botella de vino traída de Egipto; terminar el día en sus aposentos junto al Rey de héroes bebiendo un poco de licor y platicando de algún tema en particular podría ser una excelente idea. — ¿Le gustaría llevar esta platica a otro lugar? Por ejemplo a mis aposentos, allí nos espera una botella de vino y usted podría volver a prestar sus copas de oro. — Se dibujó una sonrisa de lado en el rostro de la morena. A veces podía actuar de una manera torpe, pero en ocasiones, se sorprendía de ella misma por ver hasta dónde puede llegar.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Aún cuando son unas simples criaturas para él, lograban causarle cierta felicidad y reconocimiento. Sabía que el nombre de Gilgamesh había resonado en gran parte del mundo debido a su título como el primer héroe de la humanidad, pero en la actualidad pocas personas realmente conocían la épica historia del antiguo rey.
¿Debía acariciarlas? ¿Darles alguna palmada en sus cabezas? No sabía ni como regresar sus alabanzas, y antes de seguir con la duda, la mujer robó su atención una vez más en cuánto se acercó, le permitió una mejor vista a su cuerpo. Importandole poco que ella se diera cuenta, volvió a mirarla de pies a cabeza en su cercanía. Siempre ha sido así de sinvergüenza, cuando quería algo simplemente lo tomaba.
Escuchó cada palabra proveniente de la faraón, su propuesta de comparar los vinos era lo de menos, no solo porque conocía la respuesta, si no por el simple hecho de acompañarla lo volvía una apuesta digna de ver. – En ese caso debería cobrarme aquel servicio cuánto antes, no quisiera perder la oportunidad de conseguir algo de la última faraón.– Prestar parte de sus tesoros para un fin como ese no le era problema, no recordaba haber deleitado sus gustos con el vino del antiguo Egipto, ¿Sería tan bueno? No perdería la oportunidad de probarlo.
Se levantó de su asiento y la siguió hasta donde estaba, ¿Ella realmente lo esperaba postrada en ese marco? De cualquier forma, dejó atrás a las criaturas y se encaminó a dónde la mujer, caminando ahora por los pasillos de la academia hasta donde fuera el lugar en el que decidía Nitocris.
Se preguntaba; ¿Cómo será aquello? Si él era quisquilloso con los objetos a su al rededor en su recámara, ¿Ella sería igual? ¿Habrá remodelado algo? Era un rey muy curioso, únicamente con las personas de su interés, evidentemente. – ¿Las copas del rey de Uruk fueron de tu agrado, o es que mi compañía lo fue? – Molestar a la mujer se volvería un hobby dispuesto a ejecutarlo con frecuencia. Sorprendentemente estaban llevándose bien apesar de su primer encuentro tan... ¿Complicado?
¿Debía acariciarlas? ¿Darles alguna palmada en sus cabezas? No sabía ni como regresar sus alabanzas, y antes de seguir con la duda, la mujer robó su atención una vez más en cuánto se acercó, le permitió una mejor vista a su cuerpo. Importandole poco que ella se diera cuenta, volvió a mirarla de pies a cabeza en su cercanía. Siempre ha sido así de sinvergüenza, cuando quería algo simplemente lo tomaba.
Escuchó cada palabra proveniente de la faraón, su propuesta de comparar los vinos era lo de menos, no solo porque conocía la respuesta, si no por el simple hecho de acompañarla lo volvía una apuesta digna de ver. – En ese caso debería cobrarme aquel servicio cuánto antes, no quisiera perder la oportunidad de conseguir algo de la última faraón.– Prestar parte de sus tesoros para un fin como ese no le era problema, no recordaba haber deleitado sus gustos con el vino del antiguo Egipto, ¿Sería tan bueno? No perdería la oportunidad de probarlo.
Se levantó de su asiento y la siguió hasta donde estaba, ¿Ella realmente lo esperaba postrada en ese marco? De cualquier forma, dejó atrás a las criaturas y se encaminó a dónde la mujer, caminando ahora por los pasillos de la academia hasta donde fuera el lugar en el que decidía Nitocris.
Se preguntaba; ¿Cómo será aquello? Si él era quisquilloso con los objetos a su al rededor en su recámara, ¿Ella sería igual? ¿Habrá remodelado algo? Era un rey muy curioso, únicamente con las personas de su interés, evidentemente. – ¿Las copas del rey de Uruk fueron de tu agrado, o es que mi compañía lo fue? – Molestar a la mujer se volvería un hobby dispuesto a ejecutarlo con frecuencia. Sorprendentemente estaban llevándose bien apesar de su primer encuentro tan... ¿Complicado?
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Ya estaba acostumbrada a sentirse observada por varias personas en ese lugar, le habían comentado que su vestimenta llamaba mucho la atención pero en ese momento tal vez no era la vestimenta que había llamado la atención del monarca, sino, que era otra cosa...
Ni cuenta se había dado del tiempo que estuvo allí, no fue hasta que vio al horizonte. El sol comenzaba a ocultarse dejando ver el ocaso, colores como; naranja, celeste, amarillo, rojo, blanco pintaban el cielo, difuminándose uno con otros. Solo vio de reojo mientras esperaba en la misma posición, pero si estuviera observado minuciosamente tal vez hubiera encontrado más colores.
La terraza podría ser una opción, pero el frío no era su mejor aliado. Mejor opto por su habitación, además ahí estaba la botella de la que había mencionado con anterioridad.— Sígame por aquí Rey de los héroes.— Tomo la delantera guiándolo en todo el camino hasta su aposento. No se preocupo en dejar atrás a las pequeñas criaturas, ellas volverían de donde vinieron— Su compañía es agradable, sus tesoros llaman mucho la atención.
No pasaron muchos minutos hasta que se estaciono en una puerta muy peculiar; roja con algunos símbolos en esta. La abrió para acto seguido darle paso. Remodelar su recamara fue una labor difícil, pero quedo como le gusta. Algunas velas aromáticas inundaban el lugar, un olor a canela y jazmín, y no se acabarían hasta el final de la noche. Los colores que más destacaban en la habitación era dorado, negro, un poco de tonos arena y tonos crudos en muebles, las paredes, sabanas, cuadros, complementos. En una esquina había una palma artificial, la cama tenía un dosel dorado y aún lado de esta dos par de muebles color oro con una mesa de cristal en el medio, algunos cuadros pintados sobre lino adornaban el lugar al igual que algunas lámparas de pantalla en tonos crudos.
— Espero que el lugar sea de su agrado — Dijo y cerro la puerta tras de sí — Puede tomar asiento donde guste, iré por la botella — Sentencio.
Ni cuenta se había dado del tiempo que estuvo allí, no fue hasta que vio al horizonte. El sol comenzaba a ocultarse dejando ver el ocaso, colores como; naranja, celeste, amarillo, rojo, blanco pintaban el cielo, difuminándose uno con otros. Solo vio de reojo mientras esperaba en la misma posición, pero si estuviera observado minuciosamente tal vez hubiera encontrado más colores.
La terraza podría ser una opción, pero el frío no era su mejor aliado. Mejor opto por su habitación, además ahí estaba la botella de la que había mencionado con anterioridad.— Sígame por aquí Rey de los héroes.— Tomo la delantera guiándolo en todo el camino hasta su aposento. No se preocupo en dejar atrás a las pequeñas criaturas, ellas volverían de donde vinieron— Su compañía es agradable, sus tesoros llaman mucho la atención.
No pasaron muchos minutos hasta que se estaciono en una puerta muy peculiar; roja con algunos símbolos en esta. La abrió para acto seguido darle paso. Remodelar su recamara fue una labor difícil, pero quedo como le gusta. Algunas velas aromáticas inundaban el lugar, un olor a canela y jazmín, y no se acabarían hasta el final de la noche. Los colores que más destacaban en la habitación era dorado, negro, un poco de tonos arena y tonos crudos en muebles, las paredes, sabanas, cuadros, complementos. En una esquina había una palma artificial, la cama tenía un dosel dorado y aún lado de esta dos par de muebles color oro con una mesa de cristal en el medio, algunos cuadros pintados sobre lino adornaban el lugar al igual que algunas lámparas de pantalla en tonos crudos.
— Espero que el lugar sea de su agrado — Dijo y cerro la puerta tras de sí — Puede tomar asiento donde guste, iré por la botella — Sentencio.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Siguió sin prisa alguna a la faraón, teniendo frente a él a la dichosa mujer que consiguió captar si atención hace un momento, no había queja alguna por tener que desplazarse por los pasillos del castillo. Ni siquiera el tener que cruzarse con una buena cantidad de plebeyos le quitarían las ganas de llegar a la habitación.
Causaron desagrado, si, pero al caminar con la mirada al frente pudo ignorar y mostrarles indiferencia a todos y cada uno de los que se atravesaban. Únicamente caminaba con sus manos dentro de los bolsillos y un gesto serio, aunque por dentro curoseaba el sabor de dicha bebida.
– Mi compañía es agradable... ¿O mis tesoros son los que son de tu agrado? – Sonrió detrás de ella, simplemente quería molestarla haciendo referencia a que era una interesada, obviamente en el tono de voz logró notarse el sarcasmo y como tiró más por causarle una molestia. Disfrutaba de burlarse de las personas, ver esas expresiones lo llenaban de vida, podría decirse que era la forma en la que conseguía divertirse.
Se adentró a la recámara sin emitir palabra alguna en un principio, limitándose a observar con atención y una sonrisa todo el lugar, realmente se había tomado su tiempo para decorar el lugar a su antojo. Por otra parte, el antiguo rey nunca se dio el lujo de hacer algo así, tenía en mente algo más que una simple recámara. Aspiraba a conseguir de alguna manera el lugar que le correspondía, por lo que su recámara era sencilla como normal a la de cualquier persona.
De cualquier forma, nunca pasaba tiempo en su habitación, acostumbraba a salir y observar lo que este nuevo mundo tenía para ofrecer.
– Veo que tomaste tu tiempo, nada mal... Es acogedor y digno para pasar la noche.– Se había acercado a los aromatizantes, lograron darle cierto encanto al lugar y causarle cierta atracción por la habitación. Siempre pensó que el aroma era importante si querías llamar la atención, lo consiguió por completo. – Toma tu tiempo, aunque no demasiado... Soy algo impaciente, faraón.– Nuevamente sonrió pero esta vez dedicándole esa sonrisa a la mujer.
Sin más, se acercó a la cama y tomó asiento recargando su cuerpo en la cabecera de la misma, subió sus piernas sin llegar a subir los zapatos, uno nunca sabe que tan estricta puede ser una persona.
Causaron desagrado, si, pero al caminar con la mirada al frente pudo ignorar y mostrarles indiferencia a todos y cada uno de los que se atravesaban. Únicamente caminaba con sus manos dentro de los bolsillos y un gesto serio, aunque por dentro curoseaba el sabor de dicha bebida.
– Mi compañía es agradable... ¿O mis tesoros son los que son de tu agrado? – Sonrió detrás de ella, simplemente quería molestarla haciendo referencia a que era una interesada, obviamente en el tono de voz logró notarse el sarcasmo y como tiró más por causarle una molestia. Disfrutaba de burlarse de las personas, ver esas expresiones lo llenaban de vida, podría decirse que era la forma en la que conseguía divertirse.
Se adentró a la recámara sin emitir palabra alguna en un principio, limitándose a observar con atención y una sonrisa todo el lugar, realmente se había tomado su tiempo para decorar el lugar a su antojo. Por otra parte, el antiguo rey nunca se dio el lujo de hacer algo así, tenía en mente algo más que una simple recámara. Aspiraba a conseguir de alguna manera el lugar que le correspondía, por lo que su recámara era sencilla como normal a la de cualquier persona.
De cualquier forma, nunca pasaba tiempo en su habitación, acostumbraba a salir y observar lo que este nuevo mundo tenía para ofrecer.
– Veo que tomaste tu tiempo, nada mal... Es acogedor y digno para pasar la noche.– Se había acercado a los aromatizantes, lograron darle cierto encanto al lugar y causarle cierta atracción por la habitación. Siempre pensó que el aroma era importante si querías llamar la atención, lo consiguió por completo. – Toma tu tiempo, aunque no demasiado... Soy algo impaciente, faraón.– Nuevamente sonrió pero esta vez dedicándole esa sonrisa a la mujer.
Sin más, se acercó a la cama y tomó asiento recargando su cuerpo en la cabecera de la misma, subió sus piernas sin llegar a subir los zapatos, uno nunca sabe que tan estricta puede ser una persona.
Invitado- Invitado
Re: Una similitud particular
Ceder al deseo, aprobar los hechos y atender a las consecuencias.
Para ese momento la faraón ya no pensaba y solo actuaba por impulsos, aquel impulso que la llevo a invitar al caballero dorado hasta su recamara para probar un vino que no sabe si existirá, pero en ese momento no pudo articular otras palabras, había comenzado un juego de miradas lascivias y no quería terminarlas. Sin embargo, tampoco quería verse muy... ¿lanzada? Tal vez no era la palabra correcta para definirse en ese momento pero de seguro los demás sabrían como llamarla.
Buscó en el baúl que estaba al pie de la cama esperando que la dichosa botella que nombro este ahí. Una sonrisa de satisfacción se dibujo en su rostro, la saco junto a dos pequeños cáliz de plata. El comentario que había hecho con anterioridad el monarca le disgusto, no hizo gesto alguno en ese entonces y tampoco lo hará ahora, solo lo omitiría. Cerro el baúl y se encamino hacía el otro lado de la cama; sentándose en la misma.
— ¿Cómodo?
Rompió el breve silencio que se había formado en el lugar mientras comenzaba a servir el vino. Le extendió una de las copas al rey y luego llevo la suya hasta sus labios, dándole un primer sorbo; exquisito sabor que se despliega por su paladar, al mismo tiempo que desliza su mirada voraz en el cuerpo del monarca como un león cuando va a devorar su presa, luego clavo sus ojos purpura en los orbes rubíes del contrario tratando de descifrar sus pensamientos.
— Dicen que los ojos son la puerta al alma, ¿Qué piensa usted?.... Por cierto, ¿Qué tal le pareció el vino?
Se levanto de su sitio para sentarse en el extremo de abajo de la cama, así podría tener una "vista" mejor de su acompañante. Subió ambas piernas a la cama doblándolas un poco, dándole completa atención al susodicho mientras sostenía sutilmente la copa con la yema de sus dedos.
Para ese momento la faraón ya no pensaba y solo actuaba por impulsos, aquel impulso que la llevo a invitar al caballero dorado hasta su recamara para probar un vino que no sabe si existirá, pero en ese momento no pudo articular otras palabras, había comenzado un juego de miradas lascivias y no quería terminarlas. Sin embargo, tampoco quería verse muy... ¿lanzada? Tal vez no era la palabra correcta para definirse en ese momento pero de seguro los demás sabrían como llamarla.
Buscó en el baúl que estaba al pie de la cama esperando que la dichosa botella que nombro este ahí. Una sonrisa de satisfacción se dibujo en su rostro, la saco junto a dos pequeños cáliz de plata. El comentario que había hecho con anterioridad el monarca le disgusto, no hizo gesto alguno en ese entonces y tampoco lo hará ahora, solo lo omitiría. Cerro el baúl y se encamino hacía el otro lado de la cama; sentándose en la misma.
— ¿Cómodo?
Rompió el breve silencio que se había formado en el lugar mientras comenzaba a servir el vino. Le extendió una de las copas al rey y luego llevo la suya hasta sus labios, dándole un primer sorbo; exquisito sabor que se despliega por su paladar, al mismo tiempo que desliza su mirada voraz en el cuerpo del monarca como un león cuando va a devorar su presa, luego clavo sus ojos purpura en los orbes rubíes del contrario tratando de descifrar sus pensamientos.
— Dicen que los ojos son la puerta al alma, ¿Qué piensa usted?.... Por cierto, ¿Qué tal le pareció el vino?
Se levanto de su sitio para sentarse en el extremo de abajo de la cama, así podría tener una "vista" mejor de su acompañante. Subió ambas piernas a la cama doblándolas un poco, dándole completa atención al susodicho mientras sostenía sutilmente la copa con la yema de sus dedos.
Invitado- Invitado
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Castillo Rokkenjima :: Interior del Castillo :: Sala de Estar
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 3:38 pm por Add
» Cruzando a territorio enemigo (Byprox, Giyu, Mitsuri)
Sáb Nov 09, 2024 11:09 pm por Shinobu Kocho
» Una acción inesperada (Artemisa, Lancer, Jeanne, Sung)
Sáb Nov 09, 2024 9:22 pm por Jeanne Alter
» Oculto (Lisa Minci)
Lun Nov 04, 2024 8:26 pm por Lisa Minci
» En la cancha de básquetbol (Clase B: Teyvat Guild)
Jue Oct 31, 2024 9:33 pm por Anton
» Academia Legacy: La Guerra del Medallón
Vie Oct 25, 2024 9:36 pm por Jellal Fernandes
» Historia de Legacy (Parte VI)
Vie Oct 25, 2024 6:53 pm por Jellal Fernandes
» The First Folio [ Libre! ]
Mar Oct 22, 2024 1:19 am por Sung Jin-woo
» Alto al fuego (Shinobu, Douma)
Vie Oct 18, 2024 9:25 pm por Douma
» El portal hacia Japón (Natsu, Erza, Selene, Ignia)
Jue Oct 17, 2024 5:30 pm por Cuentacuentos
» La propuesta de Diluc
Mar Oct 15, 2024 8:43 pm por Kanao Tsuyuri
» Un encuentro inesperado... (Rena, Luciela)
Miér Oct 09, 2024 1:35 am por Add