La tolerancia de un Rey.

Desde su repentina invocación en aquel mundo, el Irlandés intento mantenerse por completo al margen de todo el mundo  y por eso mismo estaba encerrado en aquella mansión de aspecto tan demacrado y lúgubre y con su presencia ahora este lugar era también peligroso  aunque no tanto ya que la paz de estar en solitario mantenía a Berserker sereno y poco hostil ante las pobres personas que llegaban por error a sus dominios pero cada vez llegaban mas y mas ya era claro que no venían por equivocación ¿acaso un rumor sobre su presencia se corría en la ciudad?
Alter ya estaba sospechando eso y por lo mismo se estaba poniendo de mal humor y eso significaba varias cosas pero las mas importantes  eran las siguientes: Peligro y mala suerte para la próxima persona que pusiera un pie en su territorio.

Fue con ese mal humor que Berserker salio de su mansión y puso sus pies en el suelo que era parte del inmenso bosque, este pensaba que un poco de aire fresco le ayudaría a relajarse un poco ya que incluso para el este mal humor era molesto.
Así fue que el Rey estaba por comenzar su caminata pero un ligero bullicio lo termino alertando.

—  ¿Quien demonios es ahora? Si da un paso mas lo matare.

Las palabras del Rey era muy sinceras ya que su paciencia estaba en los limites y no iba a tolerar ni a un solo intruso mas..aunque podía ser una excepción si este aceptaba ser su súbdito.
El pensamiento del hombre se esfumo y de inmediato puso una expresión de lo mas confusa y sorprendida al mismo tiempo.

—  ¿Que este olor? ¿Una mujer...?

Una suave brisa de viento que hizo mover las hojas de las ramas y a su vez atrajo un olor hacia el Rey  este olor era ¿dulce? ¿Suave? característicos de una mujer...
El gran olfato del Rey podía era una bendición sin duda alguna.

Sus actividades como estudiante y guía en Legacy no sólo se limitaban a eso, también debía asistir a misiones, rescates e investigaciones con un sólo propósito; mantener a salvo las vidas de personas que no podían defenderse. El más fuerte debe proteger al más frágil, sin importar qué. Aquello lo ha aplicado más de una vez en donde prioriza la vida de personas desconocidas por sobre la suya, en donde estuvo en riesgo de soltar su último suspiro de vida. Cualquiera se asustaría tras tantas experiencias amenazadoras, ¿No es así? Pues ella no era la excepción ni nada por el estilo, sus extremidades temblaban y en su garganta se formaba un nudo tras sólo pensar en lo que pudo suceder, sin embargo, no se arrepiente de arriesgar su vida, pues busca un bien para todos, y sabe que tendrá que sacrificar muchas cosas si quiere lograrlo, incluyendo su vida.

Esa ocasión no era diferente a las otras, donde aceptó sin pensar dos veces. La tarea era fácil, encontrar algunos amuletos y papeles importantes para la estructura de Legacy que unas personas descuidadas habían dejado caer cuando emprendieron huida de una presencia misteriosa que rondaba por el bosque. "Son sólo excusas para justificar sus errores",esas fueron las frías palabras que atormentaron a esas personas que insistían en sus declaraciones, e ingenuamente, ella les creía.

El camino no fue largo, se le fue fácil llegar al lugar indicado gracias a su habilidad de vuelo, a pesar de eso, tuvo que aterrizar para ejercer como se debe su busqueda, puesto a que las ramas de los árboles estorbarían a su visión. Caminó con paso lento, serena, manteniendo una sonrisa decorando su semblante, con la mirada en el suelo buscando lo que se había extraviado. Una fría brisa sacudió su celeste y largo cabello temporalmente, fue cuestión de segundos para que volviera a su anterior posición, la única diferencia era que su mirar ahora estaba clavada en una gran mansión que no conocía en lo más mínimo. Se acercó y tocó tres veces la puerta con sus nudillos, a pesar de que esta estaba abierta y le daba total acceso al hogar.

- ¡Buenos días! ¿Alguien se encuentra en casa? ¿Puedo entrar? - Tal vez preguntó, pero su curioso ser la llevó a dar el primer paso, seguido de otros más, hasta empezar una caminata estable en el salón de bienvenida. Su mirada vagaba curiosamente por toda decoración llena de polvo. Sin quererlo, se había desviado de su objetivo inicial.

A pesar de que en circunstancias normales el Rey tuvo que haberse de encontrado de lleno con aquella mujer de momento el hombre solo hizo gala de sus poderes para prácticamente desaparecer  en otras palabras su cuerpo había dejado de ser solido y por lo tanto ya no se le iba a poder ver.

¿Por que hizo eso? No estaba del todo seguro realmente pero aquella actitud reservada termino al preciso momento que la joven cometió el tonto acto de entrar en sus dominios sin si quiera dar una reverencia ¡Cuanta osadía!
Por eso mismo fue que termino haciendo su aparición frente de la peli-celeste a tan solo unos siete metros de ella.

—  No te dí permiso de entrar a mi castillo mocosa, sera mejor que te des vuelta antes que mi paciencia se agote.

Su amenaza era de lo mas clara pero...¿por que amenazaba? Realmente ni el lo entendía hace unos momentos estaba seguro de matar a cualquier humano que se atreviera a entrar a sus dominios y esta joven mujer causaba que el Rey dudara si debía hacerlo o no. ¿Era lo correcto? ¿Desde cuando a el le importaba si lo era o no? Tantas preguntas y confusión terminaron por molestar aun mas a Alter quien en una forma de dejar salir esa frustración dio un fuerte golpe con su cola contra el suelo, uso tanta fuerza que incluso parecía que iba a destrozar aquellas baldosas.