Ejecución.

Días atrás se atrapó a varios criminales que amenazaban con traicionar a Ossor, todos ellos, hombres jóvenes, testarudos y errantes que quisieron pasarse de listos. Ahora, todos formados en una sola fila, maniatados y con los ojos descubiertos para que observarán el horror de la gente que los vería caer muertos. Freia, la chica encargada de darles el último y único pago que recibirían, pero no, no se hablaba precisamente de dinero, Camino durante un rato, plantandoles más miedo con esa filosa navaja que llevaba entre las manos, el objetivo de estar cruzando a cada momento en esas miradas era que desesperados y atónitos rogaran por perdón.

───Es demasiado filosa esta cosa....me preguntó que tan rápido puede cortar una garganta.───

Se acercó a uno de estos, tomándolo por los cabellos y sin titubear lo puso de rodillas, clavándole esa daga en el cuello que en automático chorreo de tibia sangre todo el sitio, hasta su vestido alcanzó gran parte de ese rojizo color. Los gritos de las personas eran molestos, cansada de eso, volvió a sujetar a esa víctima de la camisa y lo levanto un poco, lanzandolo al suelo con sumo desprecio.

───CIERREN LA JODIDA BOCA O LES GUARDARÉ UN TURNO A USTEDES TAMBIÉN.───

Con eso basto para que se silenciaran entre lágrimas. Regreso a su labor, ahora con la navaja ya manchada de sangre, volvió a darse un par de vueltas más alrededor de esa fila que temblaba de miedo, todavía no escogía a otro candidato, ese que reposaba en el suelo sangrando era la prueba de lo que les pasaría.