L-2 | Beso de distracción |

“Itadori, ¿Muerto?”

El día culminó triste, uno de sus estudiantes estaba en una plancha metálica, desnudo en su totalidad, estaban dictando cuál fue su sentencia de muerte, llenando papeleos y con interrogantes que no tenían respuestas, lo más viable era que el Sukuna, había arrancado su corazón para matarlo y desgraciadamente lo logro, asesinó al único contenedor que podía mantener sellado al poderosos ser. Pero existía una pista de esperanza en el hombre de cabello blanquecinos, su mente se negaba aceptar su muerte, aún que su cuerpo parecía aceptarla como cualquier otra, hasta que ocurre un ¿Milagro? Je’ la maldita mocosa se levantó de la plancha, asustada, confundida como era de esperarse, la miro mostrando una grata sonrisa y después paro a rodear su pequeño cuerpos con sus largo a brazos, la estrecho hacía su pecho al misma tiempo que pasaba una sábana sobre sus hombros para cubrir su desnudez, estaba en lo correcto.

—Bienvenida— Susurro muy cerca de su mejilla, antes de apartase y explicarle la situación.—Todos se creen muerto y estarás muerto para todos, tu entrenamiento comienza ahora.— No dio más explicaciones, pero no las necesitaba más, ahora solamente tenía que descansar. — En aquella bolsa está tu ropa, te espero afuera—

Sin agregar más, le da la espalda para caminar hacia la salida, charlo un poco con la doctora al igual que con su buen amigo sobre mantener el secreto a todos, incluyendo a los superiores, estos aceptaron, con la condición de llevarles alguna clase de soborno, como siempre, nada era gratis en este lugar.

Mientras todos la creían muerta, ella por dentro estaba luchando con Sukuna, aquel rey demonio que estaba prisionero en su cuerpo. No era consiente de donde descansaba su cuerpo, ni quien la trajo a ese lugar. Ella se encontraba en la mente de Sukuna, intentando partirle la cara.

No recordaba que ocurrió después, pero lo primero que vio fue las luces del techo, se sentó en la plancha de metal y sonrió ampliamente al ver a Gojo. Correspondió su abrazo, sin percatarse que estaba desnuda hasta que esté la cubrió con una manta.

—He vuelto…— Anuncio alegre.

Cuando este señalo la bolsa, rápido la agarro oyendo las indicaciones que le daba. ¿Entrenamiento? ¿Todos creían que estaban muerta? Lejos que deprimirla, pensó en lo impactante que seria para todos verla sana y salva, en su mente planteo un escenario épico incluso.

Rápidamente se vistió para correr detrás de Gojo y seguirlo a donde sea que fueran a ir, quería iniciar lo antes posible para poder ver a sus amigos lo antes posible y ver sus increíbles reacciones.

Con una mala postura al caminar, el mayor daba largos pasos, con sus manos ocultos dentro de los bolsillos de su pantalón, iba relajado, bastante a decir verdad ¿Será que no le preocupaba los sentimientos de sus alumnos? Aún que la joven estaba declarada muerta, iba seguir con la mentira un poco más.

Salieron del amorgue de la academia, era muy tarde todos seguro estaban dormidos, nadie se daría cuenta de Itadori. Se llegó al estacionamiento y entra a uno de los autos, espero a que la joven ingresará para ponerse en marcha.

—Iremos a Yokohama, tengo un piso en uno de los edificios, ahí podrás entrenar sin ningún problema.— Le informo con tranquilidad, él no se caracterizaba por ser un buen maestro, muchas de las ocasiones no tenía ni idea que debía hacer, pero siempre lo intentaba, puntos a su favor.

—Dormirás por está noche ya mañana haremos el resto — Culminó de hablar, ahora solamente se limito a poner el auto en marcha hacia la ciudad, será un recorrido de 25 minutos pero llegará en 10, por la hora y falta de circulación, está dispuesto a brincarse todos los semáforos aún que estén en rojo.

Prácticamente iba corriendo detrás de Gojo para poder alcanzarlo, lo observo subir en su auto y ella lo imito subiendo en el asiento del copiloto. Tenía muchísimas preguntas, quería saber como estaban sus compañeros y cuando duraría ese entrenamiento o incluso cuando podria ver a sus compañeros.

—Está bien, supongo…

Murmuro al oir el plan a medias de su maestro, quedo en silencio mientras lo observaba conducir como un loco, si no murió cuando Sukuna le arranco el corazón, moriría en un accidente provocado por él pensó.

—¿Qué entrenamiento será? ¿Durara mucho?— Comenzó preguntando.

Bajo la ventanilla del auto para sacar un poco de su brazo y sentir la brisa entre sus dedos, en ningún momento se quitó el vendaje negro que cubría sus ojos, así que fácilmente puede quedarse dormido y la joven no lo notaría. Flexiona su codo para mete su mano pero dejar el resto de su brazo fuera.

— Será una sorpresa — respondió a su interrogante después de varios segundos. — Pero no te preocupes, yo me encargo de eso. —

Esquiva un par de autos, se cruzó dos semáforos en rojo, casi ocasiona un accidente pero parecía que tenía una gran habilidad hasta para conducir y se detiene de golpe haciendo que el auto se jalonee, gira un par de veces antes de quedar estacionado de forma brusca frente al edificio.

— Llegamos, ¡Abajo!— Presiona un botón para quitar los seguros de las puertas, salió de auto, rascando sus cabellos blancos y con pereza, ingresa al edificio, rápidamente las puertas de abren a la par, no había ningún guardia, seguro estaba dando recorridos alrededor del edificio, llegó hasta el ascensor y presiona el botón, en silencio espero a que las puertas se abran frente a ellos, ingreso y espero a que la joven ingresé para presionar el botón al último piso.

—No podrás salir en un par de semanas, ni siquiera para tomar aire, si lo necesitas solo abre la ventana. —

Intento relajarse y pensar que Gojo debía saber conducir, pero cuando aumento la velocidad sintió que la desconfianza creía. Se preguntaba si se tiraba del auto y se partía el cuello, Sukuna lo reviviría de nuevo. Todo empeoro, al punto de que casi provoca un accidente, el auto se novia muy duro por lo que se aferro al cinturón de seguridad, cerro fuerte los ojos y soltó un grito asustada.

Cuando el auto paro, se quito el cinturón y se dejo caer al suelo, abrazándolo y agradeciendo estar viva, aun temblaba como un gato asustado. Solo levanto la vista para observar amenazante a Gojo.

—¿Apenas reviví y ya querías matarme de nuevo?— Suspiro frustrada y se puso en pie lo observo —No tengo problema pero ¿Por qué no puedo salir?

—hmm ¿Quieres que todos vean que estás viva? Sería más divertidos si le mostramos después de unas semanas y no solo eso, si que no que también eres más fuerte — Señala el cielo con su dedo, como si se mostrarán ahí, imágenes de sus pensamientos, mientras que su uno de sus brazos pasa por encima de sus hombros y se inclina a su altura para poder apreciar ese paisaje imaginario.

—Todos llorarían al verte, llorarian de la felicidad— Intenta convencerla en su local idea, aún que era parte de su plan claro estar, pero también no quería que los altos mandos lo supieran, él quería ver sus caras desconcertadas al ver qué aún seguía con vida.

Dejo que ella pensaba un poco en sus palabras para después empujarla suavemente, guiñandole hacia el ascensor.

Las palabras de Gojo iluminaron su expresión, sería una sorpresa verla viva, pero verla viva y mas fuerte seria algo completamente épico. Se imaginaba el llanto de sus amigos e incluso las exclamaciones de lo genial que era, estaba más emocionada que antes.

Cuando el la empujo hacia el ascensor, ella comenzó a caminar y se metió a este sonriendo. Pensaba en comprar algún pastel incluso, para celebrar con sus amigos que estaba vivo, en su mente todo sonaba perfecto.

—Debemos terminar pronto el entrenamiento, no quiero que gasten demasiado dinero en flores para mi…

—Creeme, no lo harán.— Era cortos, a lo mucho pondrían un altar que quedaría en el olvido, no sería el primer hechicero que muere en combate y como cualquiera quedaría en el olvido.

Pero al menos logro manipular esa juvenil mente, para hacer que su plan siga adelante sin inconvenientes, presiona los botones del ascensor, aún mantenía sus manos sobre los hombros de la joven y se inclinaba para hablar muy cerca de su oído.

— ¿Que te parece aparecer dentro de una caja? Yo la llevaría como un regalo y después ¡Bom! Apareces sorprendiendo a todos— Continua alimentando su fantasía, mientras que el asecesor subía.

Cuando dijo que no lo harían arrugo su frente ¿Cómo que no lo harían? Era obvio que lo harían, ella se llevaría flores al cementerio si muriera. Muy probablemente estaban desconsolados por su partida, se los imaginaba triste hablando de situaciones que pasaron con ella.

—¿De que hablas? Es obvio que están sufriendo por mí, soy su amiga, seguro estarán desconsolados.

Sonrió con ternura a imaginarlos, mientras ve como presiona el botón y ascensor comienza a moverse. La idea de Gojo de aparecer en una caja era increíblemente buena, se imaginaba saliendo de la caja con un pastel. Todos la verían y llorarían de emoción, le encantaba la idea.

—Hay que comprar un pastel, así cuando se recompongan, lo comemos. Voy a terminar muy rápido mi entrenamiento para ver sus caras, así que no sufran mucho amigos…— Dijo al aire haciendo de su mano un puño. El ascensor se detuvo y ella bajo caminando con tranquilidad.

Abrió la boca, pero no emitió sonido alguno, iba decir algo bastante cruel, pero al ver su carita redonda y emocionada por la situación, mejor guardo silencio, al parecer ella olvida que es un contendor y que en algún momentos tendrán que matarla.

— Jaja pero ahora, solamente dormirás. — Nuevamente menciona. Las puertas del ascensor se abren, da un ligero empujoncito para que saliera, la dirigió hacía la puerta al final del pasillo. Soltó sus hombros para abrir la puerta, se mueve a un lado para que ella ingresé primero

Su maestro era especialista en arruinar la emoción del momento, recordándole que para eso faltaba y que solamente podria dormir esa noche. La realidad es que quería empezar con el entrenamiento, de esa forma finalizaría más rápido.

—Mañana iniciamos temprano el entramiento ¿Verdad?

Lo cuestionaba mientras bajaba del ascensor y caminaba por el pasillo, al llegar al final del pasillo Gojo abre la puerta y ella ingresa curiosa al lugar.

—¿Vives aquí?

—No, tu vivirás ahora. — Anuncio entrando después de ella, enciende las luces, la iluminación era mala, palpitaba un poco, el departamento era amplio, pero solo había un televisor y un sofá de tres piezas.

—Solo es un piso que tengo, vivo más en la academia. —

Dicho eso, nota que había mucho polvo, había marca de algunas patitas, supuso que eran ruedores, dejo que exlorara un poco para después dirigirse a la salida.

—Te veré por la mañana.—