||Llegada a una ciudad desconocida.

||Eliud Zafire Deltoun.

-Habia pasado por un casi sin fin de cosas; un portal, o algo así, lo había arrastrado de su mundo de origen hasta está ciudad. No pudo pasar desaparecido de la mirada de los lugareños, el como el paso dimensional se había abierto, provocando un estruendo que reventó los vidrios de todo edificio al menos un kilómetro a la redonda. Una multitud se formo, rodeando aquello que había caído de dicho portal. Eran los estragos de un barco, una nave voladora, o lo que sea, pues parecía ser una amalgama de entre estás dos últimas.

Los escombros y pedazos de chatarra comienzan a moverse, saliendo primero de su interior una mano, después otra, y de ahí toda su cabeza, mostrando su pañoleta que se le había bajado tapando sus ojos. Se levanta la pañoleta, así viendo aquellos que le estaban observando.-

—¿Que me miran ojos rasgados?-

-La gente lo escucho hablar, más no le entendió. Diferencia de idiomas, aún que algunos pocos lograron entender lo que decía, otros tantos tan apegados al idioma local no tenían idea de cómo les había llamado. Policía, cuerpos de emergencia, se escuchan las sirenas de estos respectivos vehículos llegando al lugar. En esa breve distracción, el joven se escabulle entre la multitud. Dejando el centro de la ciudad atrás, pasando por calles y más, hasta llegar a estar apartado en el punto más apartado, lo que era ese muelle en el cual ahora se encuentra observando hasta donde la vista le da.-

—¿Y ahora en qué me habré metido?... Todos están perdidos, creo que soy el único que cruzó por aquella cosa.-