O1: LAS ESCALERAS (BAILE DE INVIERNO)

Entonces, una tremenda explosión se escucha...

La luz se apaga y todos quedan a oscuras salvo por el brillo de la gigantesca bola de fuego. Esto no era normal. Los de Ossor estaban tras de esto con un ataque sumamente coordinado. No quedaba otra alternativa que defender a la Academia Legacy de nuevo.


No quisieron asistir al baile, pero corrieron hacia el salón una vez oyeron la explosión. El contorno de un hombre de cabellos azules y una marca en su rostro se hizo notar. Tenía una sonrisa siniestra y sus ojos parecían brillar en la oscuridad. Era sin duda, más fuerte que cualquier miembro de Ossor.

Mapa de batalla:

Esa noche, desde la lejanía recostado en la copa de un árbol, con mi habitual gabardina roja y lentes, observaba aquel baile, viendo a sus invitados entrar, bailar y hablar, les veía felices, al menos lo que podía alcanzar a ver desde las ventajas, cambiando mi mirada al cielo, admirando la luna, la fría brisa que acaricia mi piel y cabello, me susurra mentiras de como solo me estaba quedando y todos los amores que así como llegaron se fueron despachando, y mientras recordaba y volaba en mis pensamientos, una explosión me sacudió...



Cuando me percate, una llamarada salia del castillo, no pretendía quedarme de brazos cruzados al ver como mis compañeros estaban en posible peligro, llegando rápidamente al lugar de la explosión, quedándome en las escaleras del edificio, viendo y buscando forma de apagar las llamas, no podía creer cuanto desastre y caos se ocasiono en un momento.

¡Que demonios acaba de pasar, todo estaba bien... Alguien tuvo que haber ocasionado este desastre...! Pero... ¿Quien...?

Al observar en la distancia, estaba aquella figura... De cabellos azules y una inusual marca en el rostro, era joven pero desbordaba una aterradora aura, vil sin lugar a dudas, y aquella mirada fría que me hacia sostener mi arma, un instinto y reflejos involuntarios, que me advertían ser precavido, era curioso, venia solo este joven...

Debes de venir de parte de Ossor... ¿Por que vienes justo en una noche como esta? ¿Quien eres? ¿Que buscas?

Sin apartar mi mirada de él, estaba sumamente atento a sus movimientos, estaba preparado para cualquier inconveniente que pudiera ocurrir, pensando en su siguiente movimiento, aunque esto resultaba algo inútil, pues no se de que es capaz el adverso...

La gran fiesta de invierno, dónde todos los legacianos podían unirse, hablar, socializar y contar sus anécdotas sobre lo que pasaron durante el año o sus pequeños trabajos fuera de la academia, incluso quejarse sobre las materias que llevan, pero para la joven rubia era solamente perdida de tiempo, ella le gustaba estar donde estaba la acción, por lo que no asiste, estaba en los jardines pintando sus armas de rosa nuevamente, como siempre, suele perderlas cuando se queda sin balas, en varías ocasiones la uso para golpear a sus enemigos y entre el calor de la batalla las dejaba olvidadas, por ello siempre tenía que pintar nuevas, le gustaba el color rosa, al grado de obsesionarse, no por nada lleva el cabello teñido de rosa también, aún que solo las puntas, no la alcanza el dinero para teñírselo completo, además que se siente rebelde al hacerlo a la mitad.

Pero escucha a los lejos una explosión, al ver hacia el castillo nota el fuego que salía por aquella causa… pensó que iba a tener una noche aburrida, pero aquello cambia sus planes, una gran sonrisa se forma en sus labios y tomo una de las armas frescas, manchando sus manos de rosa.

—Es hora de la acción.

Decía para si misma y como toda una profesional se arranca la ropa por suerte este día no olvidó ponerse su traje de héroe, no como una vez que hizo lo mismo y estaba en calzones, pero trabajo es trabajo y lucho como toda una profesional aún que sus melones se salían del sujetador, gajes de oficio.

Corriendo hacia el castillo se detiene a medio camino, apoya sus manos en la rodilla mientras jadea, se había cansado de solo correr un par de metros, es una mujer con una fatal condición, descanso unos segundos y siguió corriendo, hasta subir por las malditas escaleras, siguió corriendo con todas sus fuerza y cuando sale al balcón, se da cuenta que subió un par de pisos de más.

—¡Joder!

Maldice golpeándose la frente con la mano manchada de rosa, por lo que también dejo la marca de su mano en la frente, después hizo lo que todo héroe haría, salto de ese piso, doy un boto de confianza y cayó, imagino hacer una entrada triunfal, cayendo sobre su rodilla y pierna, mostrando sus habilidades… pero la triste realidad es que cayó de espaldas, sacando a la luz esa torpeza con la que es caracterizada.

Academia, querida academia. La explosión había debilitado el castillo. Las celdas se abrieron y por fin, Siegrain, uno de los enemigos jurados de la Academia Legacy había sido liberado. Se teletransportó al lugar de los hechos y veía a otro bando desconocido entablar batalla contra los legacianos. Jamás lo había visto, pero lo más importante es que estos sujetos no eran de Asgard.

Ya creía haber presenciado todo, pero... — ¿Esto es lo que tiene Legacy ahora? Vaya, qué vergüenza haber sido capturado por ellos, — se enfrascaban en una batalla sin tregua. No apoyaba a ningún bando, solo veía con una sonrisa cómo se hacían pedazos entre todos. Mal, mal. Se llevó la mano a la cara, pero la voz de un hombre irrumpió en la escena. Era rubio y tenía un semblante de niño bueno. Debía ser un legaciano.

Ahora se iba a presentar. — Me llamo Siegrain, pero no importa. Digamos que ahora soy temporalmente amigo de ustedes. El único que puede y debe destruir la Academia Legacy soy yo, pero lo haré en su momento. Como sea, ¿Quiénes son estas gentes que los atacan?, — levantó las manos en señal de que venía en son de paz... por ahora. La verdad es que ahora no tenía ni aliados ni nada. Puede que sea buena idea usar a los legacianos para derrotar a este nuevo bando desconocido.

No podía ser. Una muchacha de traje cayó al lado de ellos de forma aparatosa. Siegrain arqueó una de sus cejas y puso una cara extraña. De sus manos aparece un cartel que ponía "9/10" — Me gustan las chicas elegantes, — sonríe maliciosamente y ayuda a ponerse de pie a la enmascarada rosada, cierra sus ojos y coloca sus manos al frente para sanar si producto de la caída se había lastimado un ligamento.

Ante estas dos personas se presentó con elocuencia, pero primero debía saber si debía contar con ellas,— Tengo tres preguntas. Si las responden correctamente, les ayudaré. Usaré mi hechizo de "verdad roja". Cuando uso la verdad roja no puedo mentir. Por cierto, no soy aliado de ninguno de los que están atacando Legacy en este preciso momento, — así es. Iba a ayudarles. pero solo si respondían correctamente a las tres preguntas. Chasqueó sus dedos y un gran libro cayó sobre las manos del rubio y sobre la cabeza de la muchacha superheroína.

— Pregunta 1: Considerando que no soy de Legacy, ¿A qué bando pertenezco?
— Pregunta 2: ¿Cómo se llama el alumno que está en una sala secreta de la academia?
— Pregunta 3: ¿Cómo se llama la chica que me gusta? Tiene cinco letras.

Veía como el joven ayudo a la muchacha que había caído aparatosamente lastimándose sus piernas, pero mantuve mi distancia, estando atento a lo que pudiera hacer, pero al ver su gesto de amabilidad baje un poco mi guardia...

Dices cosas siniestras Siegrain; pequeña de rosado por favor, acércate a donde estoy...

Le veía y menos confiaba en este ser, -Por lo que había mencionado, estaba interesado en acabar con legacy, pero nos estaba brindando su ayuda, este hechizo, "Verdad Roja", no es alguien de confiar... Pero... Estamos en una situación complicada, sera seguir su juego- Pensaba mientras observaba las preguntas del libro que apareció y no comprendía la relación de esto con toda la situación pero no tenia mucho tiempo; fribolas preguntas que parecen ser importantes para él, mas sin embargo... ¿¿El alumno que está en una sala secreta de la academia??... Debía de ganar tiempo de alguna forma...

¿Estas preguntas verdaderamente tienen relación con toda esta situación? -Mencionaría mientras suspiraba- Había leído en unos libros, sobre un lugar ajeno a este, eran tiempos complicados, Asgard... Si recuerdo bien era el nombre de aquel lugar... ¿Es correcta la respuesta?

Observaba a la pequeña rosada, y le hacia señas de ayuda con las demás respuestas... Mientras pensaba en las demás respuestas...

La joven se había echo mierda en el suelo, pero conocía sus habilidades y estaba segura que su regeneración haría el trabajo, aún que tardaría como siempre, sin embargo, recibe ayuda de ese ser que aparece quien sabe de dónde, no se iba a negar a su ayuda y cuando por fin, deja de sentir dolor, se levanta sacudiendo un poco el traje de leotardo que tenía puesto o su super traje de héroe.

— Muchas gracias...

Se inclina como haciendo une reverencia por su ayuda, pero realmente estaba mirando sus propias rodillas, tenía un pequeño raspón que se estaba curando por si solo, después se endereza pensando en las palabras del ajeno ¿Le dió entender que no era elegante?.

—Mm~




Se cruza de brazos subiendo una de sus manos al mentón, analizando la situación, pensando en por qué no se ve elegante, había muchas cosas que no podría cumplir con los estándares de la elegancia, como su atuendo, estaba en lo que parecía un traje de baño, pero era cómodo y dinámico a la hora de maniobrar y escapar o quizás era su cabello, tenía las puntas teñidas.... También puede ser su hablar y torpeza, ahora entendía el por qué no era elegante...

La rubia divagaba en sus pensamientos, haciendo una cara de estreñida, pensando y frunciendo sus labios, moviendolos de un lado a otro, esa simple frase le causó conflicto mental.

Cuando el ajeno le hablo, salió de sus pensamientos para acercarse a lo que sería su compañero, dando ligeros saltitos hasta este.

—¿Viste como caí del cielo? Jeje sinceramente esperaba caer de pie como los gatos, me falló el cálculo.

Menciona justificando su mala decisión, después se quedó en silencio mirando al quien sano sus heridas, hizo preguntas extrañas, ella apenas sabe cómo se llama, se duerme en clases, difícilmente presta atención y este pregunta por su amada de cinco letras, un trabajo que no era para Gwen.

—Shh.. no digas nada

Menciona después que su compañero comienza a soltar información, rápidamente le cubre la boca con ambas manos, aún que era más baja de estatura si alcanza a llegar al menos a la boca de este.

—Este sujeto dice que no pertenece a ningún bando ¿Cómo sabemos que no te aliaste con Ossor?.

Cuestiona la rosada mientras aparta las manos de su compañero y lleva sus manos a la cintura, da un paso hacia el hombre mirándolo fijamente, como si tratara de ver sus pensamientos, quizás era arriesgado pero le estaba dando tiempo a su otro compañero a pensar sobre las respuestas, por qué ella no tiene ni la maldita idea de quién sea ese sujeto, en su vida lo había visto.

— Mejor tu contesta mis preguntas.— Dice señalandose a si misma con el pulgar.-

—¿Quien demonios eres? ¿Por qué no te había visto? Y.... ¿De que color en mi billetera? Si contestas correctamente, dejaremos que nos ayudes en esta batalla...

Digamos que la rosada no era buena para nada, solamente hacer más complicado una situación y las posibilidades de tener un enemigo más, eran muy altas.

Asintió con la cabeza luego de que una de las respuestas fuera acertada, sí, así era. Siegrain no pertenecía a Ossor ni a Legacy. Perteneció a una academia antigua llamada Asgard, y ahora no tenía ningún estudiante, ningún integrante más que él. Era el último y el único de Asgard. Miraba al rubio con más atención, sería difícil ganar su confianza.

— No soy de Ossor. Es el hechizo de la "verdad roja" que la exdirectora de Legacy tanto usaba. Así es. Muy bien. Has respondido correctamente solo a una. Ahora faltan dos preguntas por responder. La pista: miren muy bien, de arriba a abajo cada palabra que marco y miren los secretos, — señaló de manera sonriente, cerrando sus ojos y abriendo sus manos.

El destino de Legacy estaba en estas dos personas. Dos rubios excéntricos pero heroicos al fin y al cabo. — La Academia Legacy guarda su más importante secreto en un alumno que está en coma, — miró de forma seria e incluso algo de tristeza se veía en sus ojos. Siempre había querido sacarle información a ese alumno, sacar los trapos sucios de la academia a la luz, y podría conseguirlos.

— Muy bien. Mientras Ossor exista no atacaré a ningún humano, a ningún estudiante o profesor de la Academia Legacy. ¿Mejor, hombre? — su sonrisa definitivamente no era de confiar, sin embargo, usó su hechizo de verdad roja. Incuestionable era un aliado hasta que Ossor deje de existir. Entonces, la enmascarada se le plantó de frente con una actitud desafiante.

— ¿Eh, rosada? — extiende su mano hacia la oreja de ella, y aunque cubierta por el traje, "saca" mágicamente una billetera de su oído. Una de Hello Kitty. No era su billetera tampoco sabía si era de ese color. Simplemente usó un truco de magia. — Por cierto, muchachos, — golpea la "cámara" e intenta hablar con espectadores invisibles como si fueran personajes dentro de una historia, — Tienen hasta mañana para responder, — aparece un sofá y se recuesta mientras come palomitas de maíz. Siempre usaba sus trucos de magia para cosas mundanas.

Había sorpresa bajo la media máscara de la mujer, el hombre había sacado su billetera del oído, que bueno que no pregunto por los calzones.... Llevo una de sus manos al bolsillo trasero de su leotardo, aún que lo cierto es que no existía dicho bolsillo, solo lo hizo por idiota.

—Bien tienes mi confianza... Por ahora.

Menciona la mujer dando un poco hacia atrás, levanto su mirada observando el techo, esperando que su "Yo" del pasado le de las pistas necesarias y joder que la había encontrado, algo muy extraño en ella, era tan torpe para prestar atención.

— La mujer que te gusta se llama A~ Y~A~N~A..

Decía mientras trata de formular la oración, rompiéndose una vez más la cabeza antes de responder con una gran sonrisa como si se le hubiera prendido el foco de su cabezota.

—¡Ayana!

Exclamó con una gran sonrisa, esperando más que nada anhelando que su respuesta sea correcta, ya solamente quedaría contestae la segunda.

Observaría un poco desconcertado toda la situación, desviaba la mirada al fuego que habían ocasionado los de Ossor, y mi preocupación aumento pero mantuve la calma puesto que la chica de rosado era muy expresiva y era inevitable no prestarle atención.

Bueno, vi como caíste como un gato mal herido y sin una pata, si lo ponemos así, caíste excelentemente como todo un gato -Le mencionaría para soltar una pequeña carcajada, posteriormente me daría unas palmadas en los cachetes para espabilar. Y decir en voz alta Los muchachos de Legacy son más fuertes de lo que aparentan, SIEGRAIN.

Al prestarle atención a la chica de rosado, note que era despistada, con lo que cada palabra que salia de su boca hacia que me preocupara un poco mas, no obstante, cuando respondió me hizo recordar más sobre aquellos libros prohibidos en la biblioteca, libros que estaban muy bien escondidos. ¿Ayana? Ohh Siii, chica, eres increíble! -Exclamaría extendiendo mi brazo cerrando mi mano para chocarla con la de ella, mientras esperaba su reacción, desvié la mirada al joven peliazul, y un pequeño suspiro y exhalo se hizo presente sin poder evitar pensar. Este lugar sin duda vienen personas despreocupadas.

Pero viéndolo fijamente volvió a su rostro serio con mirada fría, para decir lo siguiente. Aquel joven que buscas, no lo conseguiras, al menos no con nuestra ayuda, pero, aquel muchacho, si recuerdo bien, se llama... -Dejando unos 6 segundos en silencio para crear drama y suspenso, cerraba mis ojos de forma confiada para por fin responder. Amano... Yukiteru Amano... -Posaría mi mano en mi revolver cargado, demostrando de forma leve y directa, que todavía no ha ganado mi confianza al menos.Con esto respondemos todas tus preguntas... Pero, al terminar esto, ¿Adonde vas a ir? ¿Como podremos encontrarte después? A mi no me podrás chantajearme con carteras de Hello Kitty... Así que...¿Como ayudaras a Legacy?

—¡Yey!

Grito de la emoción cuando su compañero alaga su magnífica inteligencia de pollo, no dudo en darle los cinco y a su vez da un salto de la emoción, más bien para alcanzar a chocar su mano con la del ajeno, sentís que estaba en un duo súper dinámico e inalcanzable y poderoso.

Ahora solo restaba una pregunta, la cuál ella no tenía idea, apenas y sabía de la existencia de sus compañeros, pero era una niña solitaria y despistada, por lo que no tenía idea de quién se encontraba en aquella habitación, pero su compañero al parecer si sabía.

Se mantuvo en silencio mientras que el hablaba, sentía que su corazón se salía del pecho y dejó de respiras por los segundo que este se quedó en silencio, se sentía un ambiente pesado antes de que soltará la información, fue como una bomba en su mente, si no con eso no consiguen la ayuda del desconocido, mínimo se llevaría unos plomasos por parte de la pelirroja.

Ahora su atención estaba en el otro sujeto, esperando cosas positivas de su parte, mientras agarraba con fuerza el mango de sus armas y ponía en posición su dedo en el gatillo, esperando el mínimo motivo para atacar.

— Han respondido correctamente. Por lo que les voy a ayudar, — las armas de ambos comienzan a brillar de un verde nauseabundo, un verde chillón y fosforescente cuya tonalidad no se la veía en la naturaleza. La magia del caos era la especialidad de Siegrain.

— Pueden acabar con cualquiera que esté en ese bando que les ataca. Pero OJO, solo tienen una bala. ¿A quién de los enemigos van a disparar? — se abren seis portales. En el primero estaba Hathaniel, el demonio pervertido: sanguinario, asqueroso y cruel. En el segundo estaba Rei, la defensora de Ossor: asesina y burlesca. En el tercero estaba Ketthei, el monstruo apocalíptico: grande, lunático y manipulador. En el cuarto estaba Dark Uraraka, la gravedad en persona: falsa y psicópata.

En el quinto y sexto lugar estaban las tropas más peligrosas: Charlotte y Tiamat. Eran unas mujeres, una rubia y de armadura, y la otra era una mujer de pelo verde con cornamenta gigante. Ambas se dirigían como ataque principal hacia el grupo de Kanao y Roy. No había tiempo que perder.

Observaba aquellos portales y con una leve sonrisa giraba mi arma mientras suavemente acomodaba mis lentes, Al menos en esto podemos estar de acuerdo, ¿o no chica de rosa? -le replicaba a aquella chica mientras apuntaba a uno de los portales, Yo voy a por esta chica de acá... Su frente pide a gritos esta bala especial... Aparte de mis demás balas... -Una serena mirada posa mi rostro, cual despreocupado por las consecuencias del proseguir de mi acción.



Siegrain, ya vi tus trucos de magia, observa mi habilidad... -Al finalizar dejándome caer levemente hacia atrás, mi pierna derecha me hace de apoyo, al pisar firme resuena fuertemente el sonar del disparar de la bala que se había entregado, y de aquel revolver salia un espeso humo, cual motor dañado... ¿Viste? A que no adivinas cuantas balas dispare... -Giraba el revolver mientras este humo seguía brotando para hacerlo disipar creando una circular figura para luego dejarlo apuntando al suelo levemente levantada en dirección de aquel joven... ¿Que harás ahora? -Preguntaba serio al peliazul sin titubeos y sin necesidad de saber el resultado de lo ocasionado...