Un viaje en tren ( Barbara, Beidou, Haru)

Me encontraba viajando en el Tren de Metrópolis de Tokio. Por supuesto, no estaba sola; iba con dos compañeros de mi Grado en Legacy. El aire por la ventana golpeaba suavemente mi rostro. Me parecía muy llamativo aquel hermoso paisaje; nunca había ido a Metrópolis, ya que he estado ocupada concentrándome en aportar a la Academia. Tal vez por eso me permitieron venir en este viaje. Me hundía tanto en mis pensamientos que no les prestaba atención a mis compañeros por eso.

— Hmmmmm, — bufó Haru.

Luego de unos minutos, desperté de mis pensamientos y observé a mis compañeros de la academia, palmeando suavemente el asiento que se encontraba a mi lado para que alguno de los dos se sentara sin problema.

— Hay muchas personas y se están llenando los puestos como pan recién salido del horno. Si alguno de los dos gusta, puede sentarse, — dirigió la rubia a sus dos compañeras. Las había conocido hace poco. Sin embargo, Beidou y Barbara ymse habían ganado un lugar en el árido corazón de Eberhard.

Al escuchar tus palabras dejaría de hacer lo que estaba haciendo para voltearte a ver mientras sonrió un poco.

— Eh? Claro no te preocupes esque le estoy diciendo a Beidou que tome el lugar pero no quiere, aceptarlo porque dice que yo debería tomarlo

— Así que me iré a sentar en frente para no seguir discutiendo por el lugar, además aun estan libres algunos asientos del frente

Después de decir aquellas palabras tomaría mi bolsa para irme a los haciéntos que están en frente debió a que aunos cuantos haciéntos estaban vacíos, ya que la gente empezó a tomar los haciéntos de atrás.

— Mientras observó como los asientos del vagón del tren se comienzan a llenar, me asomó por la ventana y ver el exterior para poder una cantidad inmensa de árboles y una niebla intensa, me giro para ver a mis compañeros. —

Oigan ustedes no se sienten un poco nerviosos ?
Una vez lleguemos a nuestro destino, nuestras vidas van a cambiar.
Nuevas personas, amistades, aventuras y experiencias nos esperan del otro lado, esperó que nos vaya bien a todos.

— Me giro de nuevo volteando hacia la ventana y recuesto mi cabeza en ella, mientras me quedó absorto en mis pensamientos, para después hablar en un tono de voz muy bajo. —

Sea lo que sea, no importa lo que nós depare el destino, lo voy a enfrentar con valentía.
Sea lo que sea,

Bajo el manto de la noche, el tren se ve envuelto en un drama inesperado. Un paro de emergencia sumerge a los pasajeros en un caos desordenado, con luces intermitentes y un estridente chirrido que corta la quietud de la oscura maquinaria. Un frenazo brusco se apodera del vagón, y la danza del desequilibrio se desata entre los ocupantes, quienes luchan por mantenerse en pie.

Entre susurros de temor, el tren inicia un desconcertante retroceso, un movimiento contraproducente que aviva aún más la ansiedad de los pasajeros. En medio de ese pandemonio, un espectro indeseado se revela: Keller, un demonio de linaje ancestral, desata su malévola diversión en este escenario caótico.

Las luces parpadean de manera ominosa mientras Keller, con su presencia demoníaca, se adentra en el vagón.

—Veo a tres almas de la Academia Legacy. Ustedes son mis objetivos, no estos insignificantes humanos.

Proclama con una voz que resuena como un eco de ultratumba. De repente, las paredes del vagón se desgarran, como si fueran meros fragmentos de papel a merced de un viento cruel.

En un instante de terror palpable, Keller desata su furia con una patada feroz hacia la rubia de coletas (Barbara) y también a otro hombre de cabellos albinos (Alhaitham).