El viaje de Shukra (Parte 1)

En la quietud de aquella noche, la brisa susurraba secretos al oído de Shukra, mientras la luna, como una joya plateada, iluminaba con su resplandor la imponente Academia Legacy. Entre los árboles del bosque, las mariposas doradas danzaban en un ritual mágico, trazando un sendero de luz que invitaba a Shukra a adentrarse en el misterio que rodeaba a Damet.

Cada paso era un acercamiento hacia el conocimiento, hacia la comprensión de los secretos que se ocultaban en las sombras del pasado.

Allí, bajo la suave luz de la luna, una pequeña mariposa dorada se posó con gracia sobre un arbusto cercano, como si fuera un guía en este viaje hacia el descubrimiento. El delicado aleteo de sus alas parecía murmurar palabras de aliento, instando a Shukra a seguir adelante en su búsqueda de respuestas.

Tenía una historia pesada; había vagado en silencio y oscuridad, pero siempre creyó que la civilización que protegía podía cruzar los límites de la vida y la muerte, romper los límites del tiempo y el espacio y brillar siempre como una estrella iluminada. Adios, Qu. Gracias por todo.





Como si hubiese tenido un mal viaje, una reliquia milenaria ilumino la travesía del dragón y la realidad se tiño de negro. No recordaba su nombre, ni su razon de ser, pero lo que si tenia claro era su ferviente convicción y la creencia que su mortalidad era producto de un milagro. Cuando el hielo se quebro, aquella joven que yacía bajo la arboleda abrio los ojos, se sentia etérea, desorientada y algo mas humana. Las mariposas doradas danzaban al rededor de ella y una descansaba sobre su espada, el arma tenia grabado la palabra "Shukra" que en un idioma perdido significaba gratitud. Esta pudo verse por el reflejo de la hoja y le parecio algo singular su aspecto, no evocaba que tuviese el cabello mas largo y portara adornos que coronaran su cabeza.
La tenue luz de luna escoltaba la sombra de la fémina de cabellos azabache mientras se envalentono a explorar el silencioso bosque hasta llegar, finalmente, a tener la vista en primera plana del inmenso castillo que se erguía frente a ella.

—Si valoro mi vida pensaría dos veces antes de entrar pero... el destino me dio una nueva oportunidad, no puedo irme con las manos vacías. — Se susurro así misma al ver deambular seres humanoides con grandes cuernos cubriendo varias entradas del establecimiento.

Guardo su espada detrás de la espalda y una visión la cegó, haciendo que sostuviera su cabeza con ambas manos. Allí pudo ver como el edificio se redujo en cenizas luego de presenciar el rugido de la devastación y los colmillos que desgarraron la tierra al unísono del caos. Quizás al contemplar la cercanía de la muerte su mente se convirtió en cuna de presagios catastróficos que alimentaban su voluntad para encontrar mas respuestas y poder sanar su maldición.
Recuperando la compostura se dirigió hacia lo que se podría identificar como la entrada principal, siendo interrogada con la mirada por la rectitud del guardia vestido de traje. La joven explico detalladamente que había despertado en circunstancias extrañas a las afueras del lugar y que necesitaba ayuda para conocer un poco mas de su entorno. El guardia que inspecciono disimuladamente a la joven se aseguro que no era una amenaza y la invito a pasar; era un ser de pocas palabras pero le indico diferentes lugares a los que podría visitar, otra vez estaba sola de nuevo. El hecho que la hayan dejado ingresar al castillo significaba que su presencia no le traería problemas, incluso veía talentosos individuos caminando por los pasillos a altas horas de la noche y decidió refugiarse en un gran salón lo mas parecido a una biblioteca, esperaría encontrarse personas de poder para intentar debatir su legitimidad pero solo encontró espacios vacíos.
Que difícil era integrarse cuando el presente es desconocido y los ecos de su pasado se aferran a tus tobillos, ella permaneció en esa habitación para aclarar sus preguntas y el ritual de la reencarnación cobro sentido al leer un breve articulo sobre el Medallón de Mara.

—Con que Academia Legacy ¿Eh? El legado de los héroes del futuro, como toda organización tuvieron sus enemigos pero... ¿Tienen alguna idea de lo que se avecina?

No queria precipitarse y tomar sus visiones como una premonición acertada, debía conocer las leyendas de Damet y descubrir la verdad antes de que sea demasiado tarde, mientras mas estudiaba, su obsesión crecía mas que sus incógnitas y eclipsaban el balance de lo racional. ¿A que se deben los destellos de su pasado? ¿Qué estaba dispuesta a salvar de un dragón mítico? ¿Qué dejo atrás para ser lo que es ahora? Eran preguntas que interrumpían su hambre de conocimiento pero los historiadores saciaban su intriga.
Ella persevero toda la noche sin dejarse atormentar por los susurros de la incertidumbre, conoció la naturaleza de los seres de esta tierra  y se motivo a desenmascarar el rostro de la calamidad.
Los recuerdos de su pasado también le preocupaban pero eran tan efímeros, tan frágiles que los encerró entre paredes de hielo en lo mas profundo de su corazón para forjar un alma mas valiente y libre, gracias a este regalo que le dio la vida y así, decidió nombrarse Shukra ¿Qué tan fuerte era su ambición?

Personajes:

Shukra avanzaba sigilosamente por los pasillos de la majestuosa academia, donde las antorchas proyectaban danzas de sombras sobre las paredes de piedra caliza, mientras el aroma a antigüedad se mezclaba con el tenue resplandor que se filtraba por las altas ventanas. Cada paso resonaba en el silencio, como un eco de la historia que envolvía aquel lugar.

El camino, iluminado por las antorchas, parecía extenderse hasta el infinito, invitando a explorar cada rincón de aquel palacio de conocimiento. Candelabros colgaban majestuosos del techo, arrojando destellos de luz dorada sobre las pinturas que adornaban las paredes, cada una contando una historia olvidada en el tiempo.

Pero entre el silencio que envolvía los pasillos, se filtraba el murmullo de una conversación. Dos voces, suaves como el susurro del viento, resonaban en la distancia. Echels y Pravda, una pareja de enamorados, se entregaban a un coqueteo juguetón, ajena a la presencia de Shukra que se deslizaba como una sombra entre ellos.

Echels: De solo recordarlo me dan escalofríos. En mitad de la madrugada. Ese desgarrador grito retumbaba en mi cabeza. Su desesperación, su dolor... ¿Quién ha sido?

Pravda: ¿Y si es un bromista? En las habitaciones de las chicas no se ha escuchado nada.

Echels: Creo que hay algo detrás de estas paredes. Algo muy maligno. Muy escondido. No quiero ser fatalista, pero al parecer, viene algo muy malo. Tengo miedo.

Pravda: No seas así, amor. Tú eres fuerte y valiente. Vamos a tu habitación.

La decisión se cernía sobre Shukra como una bruma insondable. ¿Seguir al guardia hacia el comedor, donde la promesa de un festín aguardaba, o desviarse hacia la sección de habitaciones de varones, donde el misterio y la incertidumbre acechaban en cada esquina? Sus pasos se detuvieron por un instante, el corazón latiendo en su pecho, mientras el dilema se desplegaba ante sus ojos como un abanico de posibilidades.

Alternativas
1) Seguir al guardia hacia el comedor.
2) Ir a las habitaciones de varones a investigar.

Investigar los secretos de este nuevo mundo significaba que en algún momento tenia que entrometerse en la vida de las personas que la rodeaban, incluso si no era deseada, este nuevo enigma le llamo la atención hasta el punto de querer intervenir espada en mano si era necesario. Como siempre tenia que ser discreta, con mas razón si era un rostro nuevo en la Academia. La joven enmarco los pasos de la pareja que estaba contemplando desde las sombras, el sonido de sus tacones eran tan cautelosos como el deslizar de una pluma y los siguió hasta el recóndito pasillo que daba hacia la habitación de los varones.

Era una persona calculadora, pocos detalles se le escapaban desde lo inalcanzable. Pensó en las restricciones y la extrañeza que significaba que una mujer deambulara en donde no le incumbía, viéndole el lado bueno, si tenia la oportunidad de ser testigo de una problemática real podría ganar reputación y quizás aliviarle la noche a algún individuo. Podrían ser secuelas del pasado pero Shukra tenia un corazón verdaderamente noble.

Llegando a su destino, la fémina de cabellos azabache reposo sobre la pared en un punto ciego detrás de una de las esquinas a unos cuantos centímetros de donde estaba la pareja, despidiéndose detrás de la habitación del muchacho. ¿Qué provoco los gritos aterradores que el joven tanto teme? Su plan era quedarse cerca ya que, si el percibió tal estrepito en la cercanía, podría actuar mas cómodamente.
Ella medito en silencio con los brazos cruzados, esperando pacientemente anomalías o alguna desilusión irremediablemente esperada.