Guardias Nocturnas (club)[libre]

Pensé que lo mejor era unirme a un club que me ayudara a distraerme un poco, no deseaba pensar en el ser en el que podía llegar a convertirme por lo que la decisión de encontrar un club fue la que tomo. Difícil fue encontrar el apropiado pues había muchos, pero yo soy un bueno para nada y algunos complicados como el de Kendo u otros sería solo una molestia, la razón por la que estaba ahí en el de guardias nocturnos, era porque una pequeña voz en mi cabeza había dicho que seguro y no eran tan inútil como para vigilar el castillo durante la noche.

Así que temblando por los nervios y mostrando mi mejor rostro me dirigía al lugar de la reunión, a decir verdad mis pasos eran más lentos que los denunciantes caracol, incluso una tortuga podría ir más rápido dando la ilusión de que estos dos animales corrían a comparación de mi existencia. Luego de una caminata que no debía
de ser mayor de 5 minutos, pero debido a mis nervios y temores de que los demás pensaran lo inútil que podría ser llegue luego de 30 minutos.

*¡Seguro soy de los últimos!* pensé mortificación y con nervios de adentrarme en la sala de estar, por lo que con todo mi cuerpo estaba un tanto petrificado de su siguiente movimiento.

No pensé más y entre tratando de no hacer demasiado ruido, pero fallando epicamente y tirando libros, entre otras cosas que estaban en unas de las mesas que estaban en su camino al entrar. El pánico se había apoderado de mi cuerpo y sin mucho que hacer me incline sin siquiera mirar el reloj o a quienes estuvieran en la sala. Nada de eso...

—Lamento el haber llegado tarde— hablé apresurado y bastante alarmado para luego levantar mi vista, además de levantar el pequeño desastre que había hecho al entrar.

Extrañado por no por mucho ruido miré todo el lugar para solo ver a otra chica que seguro pensaría que era raro, miré el reloj de la sala y pude notar que no había llegado tan tarde por lo que muchos aún estaría por llegar; reí un tanto avergonzado por mi dramático momento y luego de terminar mi intento de levantar las cosas.
En dicha acción había gastado al menos 3 minutos por mi torpeza, pues cada que ponía un libro en su lugar, otro caía hasta que había logrado acomodarlos con éxito

—Lo siento por ser tan escandaloso, Soy Atsushi Nakajima— me presenté con bastante timidez y seguramente mi rostro estaba bastante rojo por la vergüenza, me acomode como un soldado y sonreí lo más amigable posible por muy incómodo me sintiera después de mis torpes actos.