¡Bendito sea este mundo maravilloso! (Miembros del club de domadores)

"Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos están llenos de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse los unos a los otros"  - Romanos 15:14

- ... ¿Crees que lleguen pronto? -

- Si -

- ... ¿Ya mero? -

- Se paciente -

- ... ¿Será que no encuentran el lugar? -

- Estamos en un lugar muy visible y fuiste muy específico con los carteles -

- ... Ya es algo tarde -

- Maldición Kuri, solamente han pasado dos minutos desde la hora indicada. ¿Puedes calmarte ya? -

- Lo siento... Es que estoy ansioso... -

Esta era la hora segunda pasado el medio día. El joven ángel y su feérica compañera de vida se encontraban sentados en una banca de el kiosko central de aquel precioso parque donde los crepúsculos arrebolados de rosado fulgor son cosa de todos los días. En aquella zona, donde el ambiente era dulce y romántico tanto de día como de noche, el castaño había determnado que sería buen lugar para recibir a los recién ingresados miembros de su nuevo club escolar.

- Aunque si me pregunto ¿Por qué escogiste este lugar? Está muy lejos de la escuela para ser un club escolar -

¡Gracias! ¡Pensé que nadie lo mencionaría! Y es que pese a que el castaño de pelos inusualmente alborotados pudo haber escogido cualquier lugar dentro de las instalaciones de la academia, se las arregló durante varios días para conseguir el permiso de la dirección escolar para hacer las reuniones del club escolar fuera del territorio de Legacy.

Haber montado el primer club escolar de la Academia Seeds of Legacy había sido todo un reto. "KonoSuba!" era un proyecto en grande, así lo concebía nuestro querido adicto al pan. Había tomado semanas enteras de solicitudes y papeleo, de planificaciones y argumentación, de noches en vela y días sin tiempo ni para comer, todo con tal de garantizar que todo el trabajo rindiese frutos.

- Creo que es un excelente lugar para hacer buenos amigos, y se supone que ese sea el principal enfoque de este club -

El chico colocó sobre la mesa que centrada al kiosko se encontraba, aquella linda cajita que solía cargar a todos lados consigo. Aquella que estaba hecha de plantas y flores de todo tipo, y que de ver que nunca se marchitaban daba la idea de que estaba congelada en el tiempo. De esta extrajo un guión de actividades, mismo que había tenido que presentar a la dirección, junto con otro montón de papeles absurdos, con tal de obtener permiso para llevar a cabo su proyecto.

- De verdad espero que lleguen pronto -

- ¡Compórtate ya! ¡No han pasado ni cinco minutos! -

- Jumm... A veces eres demasiado enojona... -

- Y tú siempre eres demasiado fastidioso -

El enviado de Dios y la criatura del bosque se miraron a los ojos un par de segundos a partir de ese comentario, tras lo cual ambos rompieron en risas. El chico tomó asiento nuevamente y dirigió la mano al bolsillo de su roja chaqueta de cuero, sacando un pocky para luego ponerlo entre sus labios. La pigmea azulada por su parte, procedió a recostarse suavemente en el hombro derecho de su maestro, acurrucándose con sutileza

⋆Artoria Pendragon se definía como una joven de voluntad fuerte que siempre habla con resolución. Es valiente, decidida y se muestra dispuesta a obtener siempre sus objetivos , aunque no le gusta ser trata como una mujer, o incluso como ser humano, esto debido a su condición como caballero y servant. Sabía que le gustaba los animales al saber que habría un Club Escolar acerca de cuidar y domesticar animales decidió unirse al instantes y poder ser parte de algo nuevo ya que la mayoría del tiempo se mantenía alejada de todos los alumnos guardaba su distancia no era muy conversadora sería un nuevo capítulo importante en su vida escolar tanto como en su vida personal como caballero eso era lo que le más le gustaba encontrar  nuevas aventuras y experimentar una vez más cuidar de un animalito después de todo ella llegó a disfrutar de los leones cuando cuidó a un cachorro de león durante un mes durante el tiempo se forjo  un lazo fuerte  pacto que no podría ser roto por nadie. Se encontraba lista desde temprano sabía que el representante dueño del Club había convocado una salida a las a fueras de Legacy  todos los miembros se encontraría un lugar muy agradable y lindo era una de los parques más conocidos de la ciudad. Los 5 jóvenes tendría que estar puntualmente en dicho lugar , la Rubia no conocía el joven que había organizado todo. Lo único que si sabía que era un chico llamado Judai W. Kuriboh Alighieri  que tiene la apariencia de un joven de diecisiete años,  complexión delgada, piel clara y un esponjoso cabello castaño. No le sería difícil reconocerlo⋆


—Ya es hora….






⋆Se decía a si misma se encontraba lista iba vestida con un moderno vestido a cuadro de color celeste  azulado bajo y una chamarra de color amarillo , zapatos bajos muy cómodo que le gustaba usar siempre en su recamara su Amiga Charlotte le había enseñado como peinarse como siempre mantenía el cabello la rubia le daba un poco de gracia acordarse de los momentos divertidos que pasaba con la pequeña Francesa. Se dispuso a salir iba caminando lo más rápido no tardaría en llegar unos de sus pasatiempos se había vuelto el caminar un poco por los alrededores de la Academia de memoria conocía los pasillo unos aproximadamente 20 minutos le tomo a la Oji Esmeralda llegar al punto de reunión buscaba con la mirada al joven que sería su superior mientras caminaba veía donde estaría esperando juntos con los demás compañeros esperaba no ser la última en haber llegado , su rostro fino se formó una extraño gesto  al notar que algo pequeño reposaba en el hombro del joven Judai extrañada nunca antes había visto una personita de ese tamaño era algo raro para ella.⋆


—Buenos días , Soy Arturia una de los nuevos miembros del Club , tu debes ser Judai W. Kuriboh Alighieri


⋆Exclamo acercándosele le saludaba debidamente como toda una caballero  la pendragon nunca dejaba de lado su formalidad⋆

Realmente no era muy común él formar parte de eventos sociales, mucho menos cuando se trataba de convivir con niños, pues en su mundo jamás había "socializado", ya sabes, el típico niño que encontró su pasión en robar por el gusto de ver a otros intentar detenerlo sin éxito, más cuando era tan evidente lo que iba a hacer que ni así podían lograrlo.
En fin, Katherine lo había obligado a unira
Se a un club, pues necesitaban recolectar inteligencia para poder regresar a su hogar.

—Que fastidio...—

Murmuró, tomando sus alas mecánicas nuevas, que habían sido el primer prototipo de Kate con la tecnología extraña de este mundo sin cristales.

—Aquí va nada—

Salió a la azotea de las habitaciones de la academia, colocando sus gafas protectoras y encendiendo las alas.

—El parque de cerezos, ¿cierto?—

Se dejó caer, planeando al principio, para después volar en dirección al ligar indicado.

—Bien, parece que funcionan, un poco toscas, pero por ahora sirven—

Una vez localizó el lugar, hizo su típica entrada.

—¡Ladies and gentlemen!—

Lanzó una especie de esfera que hizo parecer que en la zona había oscurecido, mientras un montón de fuegos artificiales explotaban.

—Les presento al ladrón búho...—

Desapareció del cielo, sonando su voz cerca de ellos, mientras la capa de cielo oscuro era absorbida en dirección al banco donde estaba sentado Judai.

—En otro mundo— sonrió, haciendo como si nada hubiese pasado —Lamento la demora, soy nuevo en este lugar, literalmente, así que me perdí un poco—

Había recibido una invitación de su compañero y amigo Judai, quien le pidió pertenecer a su club de domadores, lo cual le pareció interesante y no dudo en aceptar.

Había salido de su apartamento con tal de dirigirse al lugar indicado, debía llegar al parque de cerezos alrededor de las 2pm, pero algo siempre evitaba que llegara a tiempo.

—¿Por que siempre me pasa algo cuando quiero llegar a tiempo?

Musitó con cierta molestia mientras capturaba a un Ater, era muy pequeño pero era una amenaza en proceso, tras mandarlo a su dimensión, invocó a su familiar para transformarlo en Amarok.

—¡Vamos,Colt! ¡Debemos llegar a tiempo!

El azabache ser simplemente asintió para luego ser montado por la pelirrosa, quien nuevamente le ordenó dirigirse al parque de cerezos.

Tras varios minutos de viaje, finalmente llego a su destino, logrando ver al castaño con su férrica compañera, una chica rubia quien era aArturia y otro chico que desconocía por completo.

—¡¡Holaa!! ¡Ya llegué! —Gritó con emoción al ver a sus compañeros de club— ¿No llegue muy tarde?—Bajo del lobo para acercarse a sus compañeros.

Ya habían pasado un par de días desde que el azabache se había inscrito en una nueva de escuela, en parte sentía que no se adaptaría mucho a la enseñanza al estar antes en una aldea oculta, sin embargo era finalmente una academia donde llegaban todo tipo de seres hasta donde había notado.

Y para intentar disimular un poco más las cosas decidió meterse a los recién creados clubes escolares, más bien al único creado hasta ahora.

El título se veía interesante, mascotas, así que no sintió tanto problema con llegar casual a la hora que el cartel en la entrada citaba. Sin embargo era poco exacto lo que decía acerca de la ubicación, lo cual causó que fuera un leve contratiempo que lo hizo llegar pocos minutos después de la hora ya que de otro modo hubiera arribado incluso antes al lugar.

Y estando ahí se preguntó "¿Los clubes no van dentro de las escuelas? Eso decían aquellos libros" pero de cualquier modo podía defenderse ante alguna amenaza, además no tardando mucho se percató de que habían llegado más personas al lugar.

Intentaría saludar en cualquier otro caso, pero no era su costumbre conocer a muchas personas así de pronto.

La anterior oleada de cálidas e interesantes introducciones de los miembros del club escolar eran dignas de ser enmarcadas y colgadas en una pared. Era como cuando se reunía un montón de superhéroes en una escena para formar un equipo asombroso... Bueno, esa hubiera sido la fórmula de no ser por la presencia del castaño en medio de toda la escena. Dejen les explico para que me entiendan mejor.

Todo comenzó con la aparición de quien había sido la más puntual de los miembros del club. La rubia dejó poco menos que con la boca abierta al castaño, el cual quedó impresionado por la belleza de aquella. Bueno, a estas alturas no es secreto para nadie que el ángel es un maldito lolicón...

《 ¡¡N-no le hagan caso!! ¡Todo lo que dice es mentira! 》

Vale vale, lo admito. El castaño no quedó impresionado solamente por lo bonita que era la chica. ¿Contento? Sólo digo que con lo friendzoneado que estás deberías buscar opciones.

《 >:v 》

En fin, la verdadera razón de la sorpresa del chico era que el aura de la rubia le resultaba extrañamente familiar. Como cuando te encuentras con alguien que ya habías visto antes. "He vivido cinco mil años, lógico que alguna persona se parezca a otra en tanto tiempo de diferencia" pensaba el chico a modo de aplacar su curiosidad.

Habló entonces el castaño a la recién llegada, con su siempre latente entusiasmo y aquella voz que gritaba sin decirlo "la vida es maravillosa" "el amor lo es todo".

- ¡Buenos días, señorita! Yo... -

Apenas comenzaba a hablar el ángel cuando llegó nuestro segundo individuo. A diferencia de la formal y cotidiana presentación de la dama, nuestro segundo integrante llegó para resaltar, para dejar una impresión formidable. Fuegos artificiales, maniobras excelentes... Si esto fuera pokemon, en este momento sonaría la canción de Máximo o de Cynthia. Nuevamente, pero por motivos completamente distintos, el castaño quedó bañado en asombro.

- ¡Buenas! Mi nombre... -

El pobre chico no había podido terminar de hablar, otra vez, cuando hizo acto de aparición la sacerdotisa heterócroma, montada en nada más y nada menos que su siniestro familiar. Esta vez el querubín sí quedó cautivado por la belleza de aquella a quien observaba, la cual saludó de forma tan cálida y entusiasta como el primer intento de respuesta del chico de cabellos alborotados, a la vez que descendía del lobo azabache.

- ¡Ayana Chan! ¡Qué gusto ver... -

Y como pareciendo parte de una pésima comedia, nuevamente el castaño se vio callado por una nueva aparición. Pero sucedió con nuestro cuarto individuo que este ni siquiera dirigió palabra alguna a los presentes. No supo el castaño adivinar si se trataba de una muestra de timidez o de análisis por parte del chico que recién había llegado.

Levantóse entonces el hijo de Dios ahora si, caminando hasta el centro del kiosco y mirando a todos con una alegre sonrisa. El chico temió volver a ser interrumpido por cuarta ocasión, de modo que antes de hacer apertura a su discurso miró en todas direcciones, como buscando si no se acercaba alguien más. Y una vez estuvo seguro de que todo estaba en calma ya, procedió a hablar con el mismo gozo que al principio, con su característica voz de paz y tranquilidad, y con aquella actitud cálida y relajada que lo representaba

- Damas y caballeros, mi nombre es Judai W. Kuriboh Alighieri. Pueden llamarme Judai o Kuri, según prefieran. Y esta de aquí es Lee, mi mejor amiga y mi fiel compañera -

El hada hizo entonces una reverencia ante todos los presentes, tras lo cual, discretamente, saludó a la pelirrosa de lejitos, con una alegre sonrisa. Una vez sucedido esto, la cerulea tomó la palabra, al tiempo que su amo retrocedía a modo de cederle el escenario.

- Este proyecto de club escolar es algo en lo que hemos trabajado arduamente las últimas semanas y, hoy, finalmente tenemos la dicha de decir que estamos inaugurando oficialmente el Club Escolar de domadores "KonoSuba!". En este curso, planeamos enseñarles desde los aspectos básicos para cuidar a una mascota hasta enseñarles a las mismas a hacer cosas increíbles, que ni siquiera sabían que podían hacer. ¡Gatos atravesando paredes! ¡Hurones invocando la fuerza del viento! ¡Aves envolviendo sus alas en llamas! Sé que suena extremadamente descabellado, pero es posible. Y no sólo es posible, es tan útil en la vida diaria e incluso en el campo de batalla, que deseamos profundamente poder mostrarles lo que sus mascotas son capaces de hacer, y los estrechos lazos que pueden llegar a formar con ellas -

Despertaba la curiosidad de la rubia a ver sus nuevos compañeros cada uno de ellos sin dudar poseía cualidades extraordinarias deseaba poder conocerlos más al fondo posiblemente forjar algún n lazo de amistad con ellos solo el tiempo lo diría sin dudarlo la oji esmeralda se esmeraría por agradarles no era una mal idea hacer amigos Arturia tendría que dar su mejo refuerzo por cambiar esa actitud seria y distante siempre se alejaba y evitaba ser parte de algo grandioso talvez por ese miedo a perderlos o ser lo suficiente buena para ser parte de una gran familia con mucha habilidades que le intrigaba por descubrir el poder presenciarlo le daba cierta emoción a su corazón de sus labios se escapa una carcajada risueña que hasta lágrimas de felicidad se le escapaba llevo una de sus manos a su mejilla retirándolas para que no pudiese verla se avergonzaría . Atentamente escuchaba las palabras de su líder esperaba que terminarse de hablar quería decirte unas cuantas palabras a sus compañeros de Club.


—Si me permiten quiero dedicarles unas palabras cada uno de ustedes…. Me alegra el poder ver tantos alumnos extraordinarios en este hermoso día espero que vean en mi alguien en el que puedan apoyarse y confiar ayudarse arduamente cada día sin dudarlo siempre le ofrecería mi apoyo incondicional esforcémonos juntos de ahora en adelante ……


Había sido amablemente al hablar estando aun lado del nuevo chico que había llegado justamente después de ella , en la comisuras de sus labios se formó una pequeña sonrisa una extraña sensación que desconocía llenaba su corazón que era lo que estaba sintiendo estaría experimentado nuevas sensaciones , sentimientos e emociones que alguna vez pensó que sería imposible tenerlas al menos para ella .

El ver a tantas personas juntas le incomodaba un poco, incluso si era un espacio abierto, por lo que colocó las manos en el respaldo del banco y lo usó de soporte para dar una pirueta que le haría acabar de pie detrás del mismo.

—Bien, parecen buena gente, espero no me decepcionen—

En sus ojos se notaba que decía lo que pensaba, lo que sentía, pero no solo soltaba tonterías, sino que todo estaba calculado, cada palabra, indicando que en realidad era bastante inteligente, más de lo que demostraría de cualquier modo.

—Solo me molesta...— se cruzó de brazos, algo decaído, por su tono de voz —No reaccionaron a mi truco... Son público difícil en esta dimensión por lo visto...—

Hizo una pequeña mueca de disgusto, pero de inmediato la cambió, para poner atención a lo que se decía a su alrededor.

La pelirrosa se dispuso a bajarse del lomo de su familiar con tal de saludar apropiadamente a los presentes.

─Buenas tardes, mi nombre es Ayana Shade, soy profesora y ahora miembro del club, sé que algunos me conocen, pero noto dos caras nuevas por aquí.

Rápidamente volteo a mirar al azabache, quien había mencionado algo sobre un truco, aquella apenas había llegado por ahí, pero notó a la distancia unas extrañas luces.

─Oh, ¿tú eras el que hizo una entrada con luces? Había notado algo a la distancia, pero no tengo una buena vista, disculpa.

Se inclinó con gentileza para disculparse, no tenía por qué hacerlo, pero si alguien se esmera en algo y nadie lo reconoce debe ser algo abrumador.

─Imagino que eres nuevo, adivinare… te haces llamar Lowell, ¿cierto? Bienvenido a Legacy~

Se dio la media vuelta para ver al otro azabache que estaba presente, quien al igual que Lowell, aquel era un nuevo estudiante.

─Saludos, tú debes ser Nathan, ¡Bienvenido a Legacy!

Sonrió con entusiasmo, como si de una niña se tratara, era algo extraño que una profesora actuara de ese modo, pero pese a ello, tenía la misma edad que la mayoría, teniendo apenas 18 años y continuaba siendo una estudiante a pesar de dar clases.

─Bueno, mis modales, mi sombrío acompañante se llama Colt, es un Amarok capaz de cambiar su forma, adelante Colt, saluda.

Tras ordenarle cambiar de forma, el lobo rápidamente tomo la apariencia de un humano de cabello oscuro, piel pálida y ojos rojos, era alguien intimidante y contrastaba demasiado con su ama, tanto en apariencia, actitud y estatura.

─. . . ─Se limitó a saludar con un leve movimiento de su cabeza, tal parece no le agradaba para nada socializar.

─Ah…eres un problema, por algo te inscribí aquí~ deberás ser más social.

─Veo que tienes ánimos para molestarme, enana… ─Evitaba mirarla a ella o a cualquiera de los presentes, en verdad no quiere estar ahí.

─Oh vamos, te preparare tu platillo favorito si aceptas pasar el rato, debemos estar más unidos, pero no solos tu y yo, si no con los demás, ¿Qué pasaría si nos separamos y debas hacer equipo con alguien más? Nunca se sabe, lo mejor es estar preparado para lo que sea~

─Que fastidiosa eres… vale, solo por hoy.

─¡Yaaay! ¡Gracias Colt! ─voltea a mirar a Judai─ ¿y ahora que debemos hacer?

-Imagine que de eso se trataba, justo por ese vine al ver

Al escuchar aquellos discursos el azabache se sintio bastante mejor y tomo algo de confianza, aunque en parte esperaba que fuera un lugar concurrido o tal vez monotono, estaba contento de haber supuesto erroneamente, aun teniendo que saludar y presentarse al no haberlo hecho antes.

Quizás contando con suerte, al momento que estaba pensando cuando alzar la voz, la niña de cabello rosa que habia visto en la gala de la academia, se le acercó. En cierto modo sintio un poco de nerviosismo, pero antes estaba completamente oculto junto con su aura, asi que resultaba mucho mejor dar un agradable rato, de cualquier forma ya habia estado en este escenario muchas veces.

-Es un gusto conocerte Ayana e igual a todos los presentes, si, mi nombre es Nathan Haider y los saludo a todos, lamento si no lo hice antes

- Arturia, Lowell, y Nathan. Es todo un placer conocerlos -

Retomó el ángel la palabra tras la presentación de todos los presentes. En verdad le alegraba que un grupo de gente tan interesante se hubiera visto atraído por el club que el castaño acababa de montar. Eso, sin embargo, también lo ponía algo nervioso, pues sería una enorme responsabilidad el enseñarle algo a tanta gente tan interesante. Habló entonces nuevamente a sus compañeros, como siempre con una cálida sonrisa en el rostro.

- Me siento muy honrado en verdad de tenerlos a todos aquí. Eso también va para ti, Ayana. De hecho, en especial para ti... -

- Sólo dile que te gusta y ya, no es necesario echarle flores -

Interrumpió inmediatamente el hada del cáliz mundial y se hechó a reír. Para cualquiera que conozca a Lee no será secreto que su juguete favorito es su pobre amo, a costa del cual siempre encuentra la forma de reírse un poco. Al ángel del Señor, por su parte, se le subieron los colores al rostro tan pronto como escuchó las burlas de su compañera de vida, a las cuales respondió entre molesto y avergonzado. Más la segunda que la primera.

- ¡C-cállate! Déjame terminar por amor de Dios... -

- Vaya vaya, pero qué es ese sonrojo ~ -

- En especial para ti, Ayana. Porque conozco lo hábil que eres, y confío plenamente en que me darás un zape y me corregirás si hago algo mal -

- ¡Oye oye, no me ignores! -

- Porque deseo de todo corazón poder dar todo de mi parte para que -

- ¿¡Te crees muy gracioso, eh!? -

- Este club sea algo de lo que todos podamos aprender y algo que todos disfrutemo- ¡Ahh! ¡Quitenmela! ¡¡Quitenmela!! \Q.Q/ -

Al verse ignorada, la feérica criatura inmediatamente se abalanzó al cuello del castaño, clavandole sus afilados colmillos en la primer arteria que encontró. Como dato curioso, Lee puede drenar un litro de sangre en dos segundos. No me pregunten dónde guarda tanto liquido que yo no lo sé. Esto, por supuesto, dejó al ángel al borde del desmayo. Eso de guardar forma humana definitivamente tiene sus pros y sus contras.

La cerúlea despegó sus fauces del chico apenas lo hubo dejado suficientemente débil y soltó una pequeña risilla inocente. Aquel entonces, tratando de no caer inconsciente, habló nuevamente a los presentes.

- Okay okay... Empezaremos con la primera lección antes de lo previsto. Hoy les queremos hablar de cómo tratar a una mascota. Originalmente mi compañera iba a hacer de mascota, pero en vista de que me faltan como tres litros de sangre... -

Judai se cubrió al instante de un intenso brillo de tono dorado, al mismo tiempo que iba cambiando de forma, hasta desaparecer el haz de luz y dejar tras de si ya no un ser humano sino un esponjoso gato de pelaje café y pecho blanco. Mantener un cuerpo humano sería difícil habiendo perdido tanta sangre, pero uno tan pequeño como el de un gato no sería problema alguno. Y así pues, el hada sonrió suavemente y se sentó a la cabeza del felino.

- Bienvenidos al Club Escolar "Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku o!". Yo, Lee, seré su profesora el día de hoy -

Sus ojos estaban abiertos como platos, pero no por sorpresa, sino como sacado de onda, no entendía que rayos estaba pasando, ¿cómo es que terminaron con la pequeña hada como la instructora y el chico que sería el instructor como una mascota? Realmente eran personas muy extrañas.

—Ah... Si, gracias... Todo es muy extraño, ¿así son todos en esta dimensión?—

Dijo, rascándose la mejilla con su dedo índice mientras una especie de hurón salía del cuello de su camisa, subiendo a su cabeza y levantando el cuello para verlos a todos.

—Hey, Blake, tranquilo, aún no han dicho que salgan—

Suspiró, frustrado al ver que su mascota lo ignoró, quedándose en su cabeza.

La rubia se quedaba perpleja como era posible aquel joven de complexión delgada y de cabello castaño se había transformado en un adorable gatito esponjoso de color café en los labios ajenos por parte la oji verdes azulados se forjaba una sonrisa cálida. Su atención fue atraía por ambas criaturitas observando el pequeño cuerpo de la Hada se inclinaba acariciarle una de las orejitas a quien hora era un gatito de pecho blanco le encanta los animalitos el poder acariciarlo le fascinaba.


—Es un placer Lee , me agradas no seas tan cruel con tu Amo?


Amablemente se dirigía hacia la pequeña hada que se encontraba en la cabezita de Judai , apartándose un poco buscaba la comodidad de pasto verde poder descansar un poco pero al escuchar un pequeño chillido se giró encontrándose con la tierna mirada de pequeño Huroncito parecía estar augustamente reposando en la cabellera de su nuevo compañero un joven aproximadamente 179 cm de altura y de tez clara.


—Pequeñito es muy lindo y travieso puedo?


Preguntaba quería tomarlo entre sus manos verle de más cerca era demasiado curiosa la femenina.

Defintivamente ya no le parecia nada extraño ver cosas asi, vaya que hasta el podia cambiar de ilusión por un rato sin mayor problema...pero al parecer no estaban del todo definidos los roles de instructor y eso si resultaba confuso para una tarea donde tenian que entrenar a un ser quizas no pensante desde 0.

-muy bien...supongo entonces que si ¿comenzaremos con algo desde hoy, por cierto gracias por la bienvenida

Tras observar las demas mascotas llenas de pelo, en cierto modo el joven mostro con alegria y orgullo hacia el aire, a un mediano caracol que se encontraba reposando en su dedo.

-¿Como deberia llamarlo?

El hada miraba con algo de ira a todos los presentes. Se notaba por la forma en que sus colmillos sobresalian y sus mejillas se inflaban. Es obvio que no estaba contenta, pero... ¿Por qué? La razón esuy simple: Nadie la estaba tomando en serio. Todos se mostraban confusos o sorprendidos ante el súbito cambio de papeles y eso no le caía en gracia en lo más mínimo a la feérica criatura.

El gatuno ángel por su parte limitóse a disfrutar de las atenciones del rey de los caballeros. Normalmente le pondría de nervios que una chica le acariciara, más aún en las orejas, eso le hubiera subido los colores al rostro de un segundo a otro. Pero no ahora. El alma del castaño ahora estaba fusionada con el cuerpo de un adorable y esponjoso felino. Uno que no sentía su corazón acelerarse frente a las lolis. Uno que simplemente amaba ser mimado, y lo demostraba con su suave ronroneo.

- Prrr~ Por favor no te detengas... D-digo, nya -

Sin embargo, y como era de esperarse, la celosa familiar no se contentó en las caricias que la rubia daba a su amo. Esa fue la gota que derramó el vaso. No, no fue la confusión y duda que percibia de los presentes por ser ella la profesora. Que de hecho, no era necesario que expresaran puesto que la cerulea puede leer la mente de los contrarios gracias a su habilidad de telepatía. No, no era eso. Lo que la hizo estallar fue ver a otra chica ponerle las manos encima a su maestro.

Fue en ese momento, cuando la Saber se vio distraida por aquel hurón que pertenecía al ladrótiempo, en ese momento que el azabache levantaba aquel platillo francés como si de un trofeo se tratase, que la cerulea descendió a la altura del suelo con un salto. Esta era la primera vez en décadas que la peliazul se ponía de pie en el suelo. En realidad, también era la primera vez en mucho tiempo que hacía lo que estaba a punto de hacer, pero en sus pensamientos estaba que quizás así sería tomada en serio por los presentes.

El hada del cáliz mundial fue bañada en una intensa luz cerulea. Para entender mejor lo que está pasando, el lector puede imaginarse un pokemon evolucionando. Aquella luz con silueta de hada comenzó a crecer y crecer, hasta alcanzar el tamaño de un ser humano. De uno chiquito, claro. Sin embargo, cuando mides apenas cerca de diez centímetros, la respetable altura de 1.44 metros te hace sentir como todo un coloso ¿no?

Aquella silueta de luz estalló en mil pedazos. Las partículas de luz llovieron como nieve y desaparecían al tocar el suelo. Por su parte, lo que ahora yacía donde alguna vez hubo un hada, era nada menos que una niña de cabellos azulados, adornada con una vestimenta de lo más curiosa, como una especie de disfraz de conejo fusionado con una túnica. Por debajo de aquella túnica abierta de color verde, un vestido blanco daba a relucir. También portaba unas llamativas botas con cascabeles, que hacían juego con la túnica de conejo. Pero sin lugar a dudas, si había algo que llamaba la atención de todo su conjunto, era la marioneta de conejo que portaba en la mano izquierda.




- Permitamne hacer una aclaración -

El hada habló con una voz dulce, mientras tomaba a su amo en brazos y le hacía piojito con tal de tenerlo callado aún en tan repentina situación. Sonaba a que no estaba contenta, pero la ternura de su voz hacía difícil pensar que pudiera estar enojada. De hecho, posiblemente para los ojos de los espectadores, esta simplemente luciría una actitud seria.

- Esta será posiblemente la única ocasión que yo imparta la clase, pues claro es que mi posición aquí es la de familiar y no la de ama. Sin embargo, aunque tomaré ese papel en muchas de las futuras clases, tampoco soy una mascota. Contrario a lo que algunos puedan pensar, esto representa más una ventaja que una adversidad. El papel que Kuri Sama y yo tomemos dependerá en gran manera de la lección a impartir y nuestras capacidades, de modo que podamos instruirles de la forma más adecuada. Por último... Si yo tuviera un caracol definitivamente lo llamaría Fibonacci -

Sonrió entonces la chica de forma dulce y amable, aunque la verdad es que daba un aura de mala muerte. En realidad, si se ponía la suficiente atención, era casi como si hubiera dos presencias habitando el lugar del hada. Una irradiaba luz y ternura, y la otra daba una inquietante sensación de que algo andaba mal. Por supuesto, la pequeña Lee estaba consciente de esto, pero no lucia como que fuera a dar alguna explicación al respecto.