De cuando el mundo es nuevo, extraño y maravilloso

Ya habían pasado algunas semanas desde que Judai se alistó en la academia Legacy bajo mandato divino. El ángel por fin se había adaptado a su nuevo ritmo de vida, y ciertamente lo disfrutaba bastante. Comida, aire fresco, una enorme biblioteca, wifi gratis, qué más podría pedir?

« ¡¡Un mapa por supuesto!! »

Oh, es verdad. Judai salió a dar un paseo para conocer mejor el nuevo hogar que ahora esa isla representaba para él. El problema radica en que nuestro joven ángel ha terminado por perderse en lo que parece ser un bosque lleno de cerezos...

« Es un parque »

Vale vale, se ha perdido en un parque lleno de cerezos, ¿feliz? El punto es... Judai se encontró caminando lentamente por el parque, dando vueltas en círculos por varias horas. Al cabo de un rato, como es típico de él, terminó olvidando el motivo de su presencia en ese lugar, y simplemente comenzó a admirar la belleza del paisaje, mirando lleno de ilusión todo a su alrededor.

- Por todos los cielos, ¡Esto es taaan hermoso! -

Pronunció el ángel en voz alta, tras lo cual llevó la mano a su bolsillo, extrayendo de este un palito de galleta de arroz cubierta de chocolate, el cual puso entre sus labios sin dejar de observar con toda calma el mundo a su alrededor.

─Bien, ya tengo los nuevos rollos, necesitare tomar algunas fotos de referencia para el trabajo, además de ir a comprar los suministros, especialmente las galletas que tanto le gusta Nee-chan.

Comentaba la pelirrosa en voz baja, casi un susurro con tal de no olvidar las cosas, esto lo tomaba como un habito para recordar pequeñas cosas, al igual que ir anotándolo en una libreta o simplemente tomando una fotografía y colocar lo importante en la parte de atrás.
Aquella chica estaba tan metida en sus asuntos que simplemente olvido en que sitio se encontraba, chocando contra algo o alguien.

─Ah, l-lo siento, no me fi-

Había chocado contra un poste, lo cual provoco cierta vergüenza al pensar que era una persona, sin duda una chica despistada.

<< ¿Es enserio? Por qué no me sorprende… >> Una voz masculina empezó a comunicarse con ella a través de telepatía.  << Siempre tan distraída, si fueras un ángel, sin duda serias de esos típicos seres que se pierden y terminan en el reino terrenal >>

─¿P-Podrías dejar de burlarte? Esta mal usar a un ser divino como un ejemplo.

<< ¿Por qué no? Eres una sacerdotisa, no le veo el problema. >>

─Claro, tú haces los actos y yo recibo el regaño.

Aquella chica muestra una mueca, mejor dicho, un puchero ante su guardián, quien se escondía en su sombra, tras ver hacer ese gesto, aquel ser oscuro ríe levemente para luego seguir molestándola.

<< Por cierto, ¿no olvidas algo? >>

─¡¡Aaaah!! ¡¡Es verdad!!

Al percatarse de que se había desviado de su propio camino, rápidamente se dirige al parque con tal de tomar algunas fotografías, empezaba a correr tan rápido que parecía un caballo desbocado, una vez que llego a su destino, saco su cámara mientras recuperaba el aliento.

─ufff… no recordaba el parque tan apartado…

Paso su manga por su frente para secar el sudor, colocó la lente de zoom a su cámara para después ajustarla, mientras miraba por la lente, se percató de una figura desconocida, era un chico joven de cabello castaño cuya aura era tan pura que podía percibirlo con facilidad.

─¿He…? ¿Quién es él? No lo había visto antes…

<< Eso dices siempre cada vez que ves a alguien >>

─Eres un grosero, ¿lo sabias? Iré a saludar, quizás sea un turista.

<< Te diría que no, pero terminarías por hacerlo de todos modos  >>

Ayana simplemente lo ignoro, como era de esperar, ella simplemente hace caso omiso a las advertencias de su familiar, acercándose a lo desconocido de todos modos.

─Ammm esto… ¿hola? ¿estás perdido muchacho?

Inclinaba levemente su cabeza mientras lo miraba fijamente, la diferencia de altura era evidente pero ella no parecía intimidada por ello.

El ángel estaba admirando el horizonte en silencio cuando se percató de la presencia de la otra chica. Fué entonces que el se volteó y se quedó mirándola algunos segundos antes de desviar la mirada.

Se notó claramente como sus mejillas se tiñeron de un color rojizo, aunque sería difícil decir si era por pena o algún otro motivo.

- N-no estoy perdido -

Dijo el joven de tez clara, ahora ya colorada, y mirada almendrada. Pensó en alguna excusa que no lo hiciera mentir. Pero por más que rebuscó en su mente, y en todos los alrededores con la esperanza de hallar algún indicio de su paradero, no pudo encontrar una sola que cumpliera con esas características. Excepto tal vez...

- Si estuviera perdido no sabría dónde estoy, pero esto es... E-tto... el Parque de los cerezos, ¿Cierto? Lo que sucede simplemente es que no conozco el camino de regreso -

Y soltó una carcajada el ángel mientras llevaba una de sus manos a su nuca, conduciendola a través de sus cabellos del mismo tono que sus ojos en el trayecto.

─¿Ah no?

Ladea su cabeza mientras observaba con detenimiento a su contrario, notando el tono colorado de su piel, haciéndole pensar que aquel joven no estaba del todo bien.

─Oh vaya, supongo que es eso… ¿Te encuentras bien? Estas muy rojo… no vaya a ser que te allá dado fiebre.

Sin siquiera pedir permiso, aquella chica se acercó al joven castaño, invadiendo su espacio personal con tal de tocar su frente y determinar su temperatura mediante el tacto, solo fueron unos segundos para notar que todo estaba normal.

─Ummm que extraño, tu temperatura es normal, pero tu rostro esta rojo, ¿Sera acaso alguna alergia?

Sacaba conclusiones por si misma mientras se apartaba del castaño, colocaba sus dedos bajo su mentón como si estuviera pensando en las razones, fue ahí cuando decidió olfatearlo levemente y determinar su especie.

─Bueno, eres un ángel, no suelen tener alergias, al menos que sea tu primera vez en el mundo terrenal, ¿o acaso lo es? Si es así, eso explicaría tu desorientación y la posible alergia…

<< Ayana, sacas demasiadas conclusiones, deberías solamente preguntar y ya. >>

Comentó su guardián quien aún usaba la telepatía para comunicarse únicamente con ella.

─Bueno, si le preguntaba, seguramente me mentiría, ¿no? Además, es demasiado obvio su comportamiento, hasta un humano podría notarlo.

Ella respondió a su familiar como si estuviera presente, a la vista de todo el mundo, ella estaría hablando sola, lo cual sería normal que la trataran de rara.

- ¿Q-qué estás...? -

El chico únicamente se limitaba a mirar a la joven mientras esta invadía su espacio personal y sacaba conjeturas por su propia cuenta, sin rastro alguno de poseer sentido común.

« ¿¡E-es esto un capítulo de Sherlock Holmes acaso!? »

Pensaba para sí mismo el enviado de Jehová, mirando a la pelirroja como se debe de mirar a un pulpo de dos metros que entra en una papelería y pide un sobre de papel manila.

Aunque siendo sinceros, el ángel estaba  de la labor detectivezca de la loli. Ella solamente le había dado un vistazo

« y uno que otro olfateo... »

Y eso le bastó para darse cuenta de que estaba extraviado y de su raza también. Se encontraba profundamente intrigado por qué clase de criatura es la que estaba frente a él, hablando sola como si fuera lo más común del mundo, con la misma actitud que tendría una chica de 7 años.

- ¡E-espera por favor! Estoy bien de salud, gracias por tu preocupación -

El ángel soltó un suave suspiro y prosiguió de forma ya más alegre y calmada  su explicación. Al mismo tiempo llevaba la mano a su bolsillo y sacaba de este otro pocky, dándole una mordida.

- Mi nombre es Judai, pero puedes llamarme Kuri. Estudio en la academia Legacy desde hace un par de meses. Salí a dar un recorrido por la isla, pero he terminado extraviado -

Y soltó una suave risa el ángel, llevando nuevamente su mano a su nuca

─Oh, es bueno saber que estas sano

Ríe levemente mientras escuchaba su presentación.

─Así que eres de la academia Legacy, ¡Yo también lo soy! Desde más o menos… ─Empieza a contar con los dedos─ Creo que un año, ¡Vaya que el tiempo vuela!

Esta da una leve reverencia para luego dar a conocer su persona.

─Mi nombre es Ayana, es un placer conocerte joven Jedai

─Es Judai ─Corrigió una voz masculina en modo de susurro.

─Ah, cierto, perdón, Judai, judai, judai

Repetía varias veces junto con un movimiento de manos, sin duda un extraño y curioso comportamiento, especialmente para alguien que apenas la conoce, pero todo quien la allá visto a sufrido  de lo mismo…más o menos.

─Listo, decidido, ¡Te ayudare a regresar a la academia! Después de todo es lo menos que puedo hacer jeje

─Olvidas las fotografías… ─El susurro nuevamente hace acto de presencia para actuar de recordatorio.

─…¡¡Aaah es verdad!! Que voy a hacer… ¿saco las fotos o ayudo al ángel?

Se cuestionaba a si misma de forma cómica respecto a lo que debía hacer en ese momento, sin duda algo muy tierno por su parte.

El joven ángel no dejaba de reír con cada ocurrencia que la chica mencionaba o realizaba. Incluso llegó a imaginarla con piel verde y orejas puntiagudas, recitando su presentación en hiperbatón.

« Conocer al joven jedai un enorme gusto es »

Pensaba para sí mismo mientras escuchaba a la joven y observaba su adorablemente extraño comportamiento, incluso al momento de cuestionarse la decisión de ayudarlo a él o continuar con sus propias ocupaciones.

- Escucha -

Dijo entonces para llamar la atención de la joven que se movía indecisa de un lado a otro mientras hablaba sola. Le miró con una cálida sonrisa y a continuación prosiguió con su propuesta.

- Definitivamente no pienso aceptar que descuides tus actividades por ayudarme a regresar a la escuela. Pero si te soy sincero... Tampoco deseo quedarme aquí vagabundeando hasta encontrar el camino de regreso. No creo soportar quedarme aquí si se me acaba la batería de la 3DS -

Y soltando una suave risa, el ángel sacó de su bolsillo la consola portátil de color azul, cuyo destellante LED rojo anunciaba el inminente perecer de la primera.

- ¿Qué te parece si yo te acompaño a tomar las fotos que necesitas y luego regresamos juntos al instituto? Incluso sirve de que nos hacemos compañía el resto del día ¿Qué dices? -

Una vez dicho esto, el ángel sacó de su bolsillo la caja completa de pockys y se la extendió a su contraria, invitándola a tomar uno.

A pesar de estar dándole vueltas al asunto, la voz del castaño llamándola logro sacarla de sus pensamientos, la condición que había propuesto aquel joven era bastante convincente, podría hacer ambas cosas sin ningún problema, y de paso ir conociendo al nuevo estudiante.

La joven pelirrosada soltó un suspiro de alivio al saber que no dejaría ninguna de las cosas, pero después hace un puchero al no contemplar eso antes.

─ ¿Cómo n lo había pensado? Era algo tan simple…

>> Siempre te complicas la vida, no en vano te has metido en líos <<

Los susurros de su guardián hacían que aquella chica diera un fuerte pisotón directo a su sombra con tal de demostrar que la que manda es ella (?)

─Bueno, entonces solo es cuestión de ir al centro del parque, solo serán unas cuantas fotos, mientras la luz este presente, así evitare llevarte a la academia tan tarde.

Al ver que aquel ángel le ofrecía uno de sus chuches, cuidadosamente toma uno y lo olfatea.

─Es una galleta con un chocolate dulce, incluso es de buena calidad… ¡Lo comeré!

Dicho y hecho, aquella dragona comenzaba a comérselo de un mordisco a otro hasta terminarlo.

─¡¡Hhhmmm!! ¡Si, sabe muy bien! Intentare prepararlo algún día, bueno… mejor avancemos, no quiero que anochezca en plena sección de fotos.

Había dado media vuelta y comenzado a avanzar hasta percatarse que estaba yendo a la dirección contraria, se voltea con cierto nerviosismo, demostrándolo claramente en su sonrisa y el modo en que se rascaba la cabeza, rápidamente retoma el rumbo hacia la plaza del parque, donde se ubicaba una fuente de agua con una jardinera de hermosas flores de distintos colores y claramente los más grandes y hermosos arboles de cerezo.

─Es aquí~ Puedes esperarme en uno de los bancos, yo mientras iré preparando el equipo.

Tras decirlo, los ojos de la chica se iluminaron de un color azul para así ir creando una base para su cámara, la cual esta ultima la sacó de su bolsa, la fue colocando en una posición, apuntando la lente hacia la fuente de agua y rápidamente ella de forma mágica, había cambiado su ropaje, lo cual era un vestido azul marino con ciertos detalles plateados que simulaban un cielo nocturno al tener estas una forma de estrella.
Puso la cámara en modo temporizador y fue a posicionarse en la fuente, sentándose en la orilla de la misma mientras miraba el reflejo del agua.
Ciertamente aquella chica tenia cierto encanto para ser fotografiada, era hermosa, delicada, gentil y desprendía un aura de pureza, algo que requería capturar para mostrarles a sus clientes su capacidad para la fotografía.

El joven castaño sonrío como con alegría al ver que el dulce había sido del agrado de la chica. A decir verdad, Judai era de la idea de que pocas cosas pueden hacer feliz a alguien como la comida. En especial si se trata de dulces... O de pan también, pero de eso último no había por ahí cerca.

- Me alegra que te haya gustado -

Dijo él sin disimular en lo absoluto lo cómica que le parecía la situación actual, al mismo tiempo que moría de la ternura que le causaba la dulce apariencia y personalidad de la híbrida de cabellos color de crepúsculo.

Al escucharla decir que avanzaran, él comenzó a seguirla. No pasaron ni diez metros cuando la pelirroja volvió en sí y se dió media vuelta. Palabras harían falta para describir lo adorable que le pareció la escena de la dulce loli volteando sonrojada y siguiendose de largo, apenada y sin querer explicar lo evidente: que era para el otro lado.

La siguió pues, el joven ángel a la dragona hasta la plaza que oculta se hallaba en el centro del precioso laberinto de cerezos. Quedó boquiabierto de administración al mirar la maravilla de lugar en la que se encontraba. Había flores por todos lados, el viento acariciaba cariñosamente las copas de los árboles, y la fuente de agua cristalina se erigía en el centro, proporcionando un ambiente de paz y pureza.

« Dios... Esto es lo más hermoso que he visto en mi vida... »

Al escuchar la sugerencia de la dama, Judai tomó asiento en la banca más cercana, haciendo preludio a lo último que esperaría que pasara. Se quedó mirando lleno de asombro mientras la chica hacía uso de algún tipo de magia para montar la cámara. Pero eso no fué lo que dejó al chico con los ojos bien abiertos, sino el instantáneo cambio de atuendo de la chica. Eso lo dejó poco más que sorprendido, y con las mejillas coloradas nuevamente.

« D-de acuerdo... Retiro lo dicho. Esto es lo más hermoso que he visto en toda mi vida... »

Fué el pensamiento que atravesó en ese momento la mente del ángel mientras miraba a la chica. De pronto era como si toda su atención se hubiera fijado a clavo y martillo sobre la pequeña pelirroja, y no pudiera quitarla de ahí bajo ninguna circunstancia. En efecto, ella era realmente hermosa, y eso, sumado a su personalidad de algodón de azúcar, hacían que el joven ángel se sintiera cautivado por completo.

La pelirrosa seguía posando con elegancia y ternura, sujetando su cabello, mirando al horizonte e incluso mirando al castaño de reojo mientras mostraba una suave y delicada sonrisa, el encuadre era perfecto pero se requería una toma más cercana, por lo que ella menciono en voz alta:

─Colt, acerca la cámara un poco más.  

Y tal como ella lo pidió, la base de la cámara cobró vida propia y dio unos pequeños pasos en dirección a la pelirrosa.
Curioso cuando menos, pero después una figura sombría fue formándose, tomando la apariencia de un hombre joven de cabello azabache, piel pálida con una cicatriz al lado izquierdo del rostro, además de tener unos llamativos y tenebrosos ojos rojos.

─¿Qué tan cerca lo quieres? ─Comentó gélido mientras miraba a la chica inexpresivamente.

─¡Oh! Solo unos 30 centímetros más, colócalo a contra luz al modo que parezca que tenga un aura luminosa.

─Siempre lo tienes, no requieras de un truco de cámara para que luzca ─Dijo con desinterés mientras soltaba un suspiro, haciendo lo que pedía de todos modos ─¿Así está bien?

─¡Siiii! Gracias~ eres un amor

─Como sea… termina con esto pronto, odio el sol y lo sabes.

─Perdón, te prometo que te llevare a una cueva o algún lugar oscuro después.

Justó sus manos en modo de disculpa con tal de ganarse la simpatía de su guardián, quien bufó al ver tal acto.

─De acuerdo, te perdono, pero solo por esta vez…

Tras decirlo, tomo algunas flores cercanas y las colocó en el cabello de la chica, con tal de mostrar cierta gentileza por su parte.

─Usa las flores, te hacen ver más linda, si no, pregúntale al baboso que se quedó mirándote como si fuera un insecto mirando una luz.

Apuntó al castaño con tal de ponerlo en evidencia ante su ama.

El ángel se quedó observando, lleno de curiosidad, mientras la base de la cámara de rollo de pronto caminaba como si hubiera sido poseída por alguna clase de espíritu. Fue entonces que pudo el chico ver cómo se condensaba la sombra hasta materializarse en aquel ente oscuro de apariencia siniestra.

Sorprendentemente el ángel ni siquiera se inmutó. A decir verdad, le era mucho más lógico pensar que alguien estuviera moviendo la base a pensar que esta realmente había cobrado vida al más puro estilo del mago Merlín y la espada en la piedra

Judai no se precipitó de ninguna forma a decir algo. Se limitó a observar en silencio, con toda naturalidad, precisamente la naturalidad con la que la chica interactuaba con su guardián frente a él, como si fuera lo más normal del mundo.

Los miró el ángel conversar durante algunos minutos, preguntándose de momento quién sería el ser oscuro que acababa de manifestarse, pero olvidando el cuestionamiento pasados tan solo algunos segundos.

Fue entonces que el chico escuchó al familiar de la chica referirse a él de forma despectiva y dejando a la luz del día la situación en la que se encontraba.

- E-tto… Y-yo… -

« Oh por el amor de Dios ¿¡Ahora qué hago!?»

Judai estaba el doble de ruborizado que hace tan solo unos minutos, ahora también de vergüenza y nerviosismo. No decía nada en concreto; solamente tartamudeaba y miraba en todas direcciones, como si buscara la salida de la escena en la que se había metido.

Aquella pelirrosada fijó su mirada hacia aquel ángel, quien nervioso, desviaba la mirada con tal de evitar ser tan evidente, después de todo, su rostro estaba completamente rojo.
Pero aquella chica lo había notado, pareciéndole ciertamente adorable el comportamiento ajeno, así que ella, en modo de juego, empezó a llamar su atención.

─Judai-kun, ¿En verdad crees que soy linda con estas flores? Podría verme más linda si sales en la foto~

Movía su mano para dar ligeros golpeteos en la fuente, indicándole que se acercara a tomar asiento, mostrando claramente una sonrisa de picardía, quizás disfrutaba el molestarlo, aprovechando la vergonzosa situación.

─Vamos, acércate, me vendría bien algunas cuantas tomas en pareja, Colt no es muy fan de ser un modelo…

─Créeme, tengo mis razones.

comento gélido el azabache mientras desaparecía como si su presencia ahí fuera tan solo una ilusión.
Ayana, quien aún observaba al castaño, empezaba a peinar su larga cabellera para crear un moño y adornarlo con algunos cabellos, aprovecho que tenía el vestido blanco para así sumar a la vestimenta un velo traslucido, algo muy usado en las sacerdotisas para ocultar sus ojos de la gente.
Lo colocó en la parte superior de su cabeza, ajustándolo en el moño y así ocultar la parte superior de su rostro.
En cierto modo, daba cierta imagen de misterio y belleza, sus ojos apenas se podían notar, pero sus labios destacaban más, mostrando con delicadeza aquellos colmillos que se asomaban tras su sonrisa.

El ángel, tímido como solamente él en estas situaciones, escuchó la voz de su contraria hablar de esa forma y él no era capaz de contestar sino únicamente con sonidos indecibles y suaves balbuceos.

Su corazón latía como una orquesta pasando de una melodía a una rapsodia, su pulso se aceleraba como un automóvil que llega a una autopista, su semblante se enrojecía como metal puesto al fuego. Cualquiera con el que se hubiera apostado en ese momento, se hubiera convencido más de que el ángel era un tomate de figura humana y no un humano con color de tomate.

Él la oía y de pronto se volvía el ser más introvertido del planeta. De todas las posibles actitudes que el ángel consideraba que la loli pelirrosa pudo haber tomado, esa era posiblemente la única que no estaba en la lista.

Él la miraba y de pronto era un muñeco de nieve en una tarde de primavera. Sentía su corazón fundirse como mantequilla mientras la sacerdotisa lo llamaba. Dios, ¡Ella debía ser el ángel ahí y no él! A los ojos de Judai, la belleza de ella recordaba a Lucifer cuando era el ángel favorito de Dios.

Y cuando parecía que no podía brillar más, la joven cubrió su rostro con un velo y decoró su cabeza con un moño, de una forma que más que a una sacerdotisa recordaba a una virgen el día que habría de ser desposada. Por la mente de Judai solamente pasaba una escena tipo RPG y un cuadro de texto que decía:

« Ayana ha usado Atracción. ¡Es súper efectivo! Kuri se ha enamorado perdidamente de Ayana »

Al ver que aquel chico no se movía ni un centímetro le extraño, ladeó la cabeza al no comprender la actitud del joven castaño, ¿Había dicho algo malo? ¿Le aterra salir en la foto? ¿O quizás estaba tomando demasiada confianza ante alguien que apenas conocía?
Convencida de que algo había hecho mal, aquella chica se inclina levemente en modo de disculpa.

─Mil perdones si te he causado alguna incomodidad… no quería provocarte un mal momento.

Inocente ante los sentimientos que estaban floreciendo en el corazón de su contrario, aquella chica simplemente desvía su mirada, fijándola en la lente de su cámara, para así terminar de una buena vez la sección de fotos.

Había tomado algunas cuantas cuando presintió algo fuera de lo normal pero que no canalizaba del todo, ¿Sera alguna amenaza? ¿O solo es su imaginación? Posiblemente sea lo segundo, dado que estaba cerca de alguien cuyas emociones podía percibir como un suave aroma llena de dulzura y encanto.

─Bueno… está oscureciendo, ¿no? Guardare las cosas para que podamos irnos, claro, si aún quieres que te acompañe.  

Le dedico una nerviosa y torpe sonrisa mientras aquella dragona guardaba su cámara con sumo cuidado en su bolso, mandaría a revelar las fotos en una tienda especializada de camino a la academia o cuando tuviera un tiempo libre, de momento, debía que cumplir con lo prometido, llevar a Judai a la academia.
Una vez guardado todo y teniendo su vestimenta casual, aquella chica se dirige al ángel para ver su estado(?)

─Judai-kun, ¿Está todo bien? Ya podemos irnos~

El dulce coro de un ángel frente a él. Murmullos pronunciando palabras a la lejanía. Un ambiente color de rosa y con olor a cerezos en pleno florecer. Un haz de luz proveniente de entre las nubes que iluminaba tiernamente el rostro de la joven. El sonido de las aves y el caer del agua de la fuente como melodía de fondo...

« ¿¡Q-quieres parar ya!? Por favor, me avergüenzas... »

Ej-hem... Vale vale. En resumidas cuentas, una escena clímax de Date a live o The world God only knows. Este era el escenario que percibía el joven de cabellos teñidos de nuez, hasta que por fin esos sonidos cautivadores comenzaron a cobrar sentido al oído del joven y él reaccionó.

La cámara había sido guardada ya. El crepúsculo anunciaba con voz tenue la llegada del astro menor, quien humildemente escalaba el cielo estrellado por el lado contrario que su orgulloso y brillante hermano. El frío comenzaba ya a columpiar gentilmente las hojas de los árboles. Y la loli, ya en las ropas con que él la encontró, lo miraba como quien contempla a la lejanía un avión que se dirige a un edificio un 11 de septiembre del 2001.

- ¿E-eh? Si si, todo está bien -

El chico rió suavemente y llevó su mano a su nuca, luego a su bolsillo y después a sus labios, llevando en esta última consigo otra galleta cubierta de chocolate, la cual devoró en tres rápidos mordiscos.

- ¡Adelante! ¡Vamos a casa! -

Mencionó por último el joven a voz entusiasmada, mirándola a ella con una amable y alegre sonrisa.