¿ Por qué no eres libre? [Privado con Archer 7u7]

El muelle tenía un perfecta vista, le mar celeste se podía observar desde cualquier punto , era un día nublado los vientos soplaban fuerte, el sol salía por ratos siendo cubierto por las nubes que parecían negar  su salida a cada momento, las olas del mar eran algo fuertes, salvajes y toscas, los barcos y yates se hallaban anclados  y se mecían de un lado a otro al ritmo del oleaje.

En final del muelle una figura femenina se podía observar, una mujer de cabellos azabaches, peinada de dos coletas, con vestido negro , yacía erguida con la mirada clavada en el imponente mar, esa joven era Kurumi Tokisaki.


Como de costumbre me encontraba sola, observando al colosal mar, era una fascinación poder disfrutar de la magnifica combinación de elementos que surge al verse, el mar representaba vida, muerte, libertad, prisión, un cúmulo de cosas contradictorias, pero lo que más me gustaba de el era la  libertad con la que se movía, el mar eso representaba para mi.

Y es que sencillamente no podía entender una vida sin ser libre, eso era algo que me parecía impropio quizás se debía a que mi existencia siempre careció de límites, de lazos, pero el tenerlos no estaba en mis planes, de esa manera me encontré perdida en una marejada de ideas ¿Acaso podrá existir alguien que pueda ser feliz sin libertad? cuestione para mi.

--¡Soy libre!-- grité en aquel muelle que hoy parecía fantasma, no se podía observar a nadie en sus alrededores.

La luz del atardecer oscurecía las aguas, que tímidamente empezaban a fluir al cielo para pintarlo de oscuridad, bajo un tímido y suave manto llamado noche. En aquel lugar donde el cielo se unía con el mar.

Aquellas eran tiernas supersticiones de un alma que había vivido siempre aprisionada, nunca había sido libre, con ataduras terrenales, atado al sufrimiento y al dolor, esos eran los aires nihilistas bajo los que un Espiritu Heroico debía vivir. Pero él, de entre todos ellos, la única proeza que pudo cumplir para con el mundo, más que mito o leyenda. Fue la de su innato talento para seguir persiguiendo.

"Un milagro"

Como lo había llamado cierto mago.

Escuchó a una muchacha gritar a los cinco vientos "¡Soy libre!" Mientras permanecía acostado en la madera del puente, mientras mecía sus pies que colgaban de la orilla del mismo. Se medio levantó, mirando al horizonte.

--Bien por ti.

La tibia noche comenzaba a caer, cubriendo con su tenue oscuridad aquel vacío muelle, como de costumbre estaba sola, disfrutando del lugar, de la tensa calma que el mar ofrecía, en definitiva este lugar me hacía sentir en total libertad.

El mar y yo formaba para mí una especie de similitud ambos salvajes, peligrosos, quietos, libres, de existencia incontable, fuertes, capaces de acabar con todo a nuestro paso, pero también de brindar  paz. En eso me sentía diferente, jamás me había visto como dadora de paz o quizás sí pero de las pocas veces que llegué a hacerlo las consecuencias fueron contrarias.

Tras aquel grito de libertad, el cual fungía como una manera de reafirmarme como un ser independiente que se movía sin ataduras de tiempo o espacio, era libre... mis reflexiones eran interrumpidas  por una voz masculina.

Busqué la voz hasta poder ver al portador de aquella frase apagada....--Luces poco convencido de tus palabras, ¿Acaso no amas la liberta? ¿O es que no eres libre? ....cuistionó la joven azabache.