Un llamado desesperado ¿invocando un servant? (Privado con Hans)

Dos días habían transcurrido desde que me encontré con  Kurumi en las rocas de los suicidios, todo iba saliendo mal , tenía semanas que no sabía de Gray. El encuentro con la azabache, no resultó a mi favor como había planeado por el contrario en estos momentos no sólo estaba destrozada de forma anímica...Kurumi había usado una especie de magia o sello que en una o dos semanas terminaría por borrarme la memoria, guiándome hacia ella y Sir Lancelot.

La desesperación comenzó a invadirme tras aquel encuentro, el dolor que ella me causó me consumía lentamente como si de un veneno en mi interior corriera, incluso Pack aunque intento defenderme había fracasado en cierto modo, ambos habíamos sido atrapados en aquella ilusión al igual que la azabache, todo era una representación onírica, nuestros cuerpos no podían ser dañados, no había nada que hacer.

Al volver al presente, me di cuenta que la muerte era una mejor salida ¿Cómo vivir con todo ese dolor que ella revivió? ¿Qué podía hacer para recuperar la paz en mi? ¿Dónde hallaría toda la luz que había perdido? ¿Cómo detendría aquella pérdida de memoria que la azabache anunció?

Esta vez con la poca esperanza que albergaba en mi corazón, atendí a algo que había leído hace tiempo en la biblioteca, un texto antiguo que hablaba sobre la invocación de espiritus, para convertirlos en Servant , no entendía de manera total como funcionaba pero Pack-kun me explicó que era semejante a la función que él tenía conmigo, con la diferencia de que aquel espíritu podría acompañarme siempre y a cualquier hora, eso me daba una posibilidad en caso de que fuera arrebatada por la oscuridad a causa de mi ausencia de recuerdos.

Según le libro debía hacer un ritual, así que fui a  la mansión abandonada la cual tenía un gran acervo de libros antiguos olvidados en la misma, parecía que el tiempo pasaba más lento en aquél lugar, me era familiar pues ya lo había visitado con anterioridad, así que aquella mañana llegué revisé los libros buscando alguno que pudiera servirme...

--Pack-kun tengo mucho miedo, siento que poco a poco dejó de ser la misma, estoy devastada-. murmuré mientras llevé mi diestra a mis ojos para secar las lágrimas , que corrían por mi rostro, nublando  un poco mi vista, mientras podía sentir las caricias de Pack-kun sobre mi cabello, mientras el guardó silencio por unos instantes solo para agregar:

Pack-Kun: --Lia deja que tu corazón te guíe, que los espiritus te acompañen en este momento amargo, así como yo muchos espiritus estaremos para ti, volverás de cualquier abismo -.

Tras aquellas palabras asentí, y seguí buscando. --La reina de las nieves, por Hans C. Andersen- musité al posar mis ojos sobre ese cuento ¿Acaso este libro significa algo? me pregunté, sin pensarlo más lo tomé, y me dirgí al centro de la biblioteca.

Removí la flor que  adornaba mi cabello, una flor blanca la puse en el suelo a sobre el libro que había tomado, me arrodillé frente a ambos objetos cerrando mis ojos, lleve ambas manos a mi pecho, mientras comencé a intentar conectarme espiritualmente, llamando a algún espíritu que pudiera ser mi guía, mi brazo, mi luz.

--Esta mañana yo Emilia, ruego a los espíritus de luz, que atiendan mi llamado, que mi clamor sea escuchado, que mi dolor sea entendido . Vengo a  pedir con humildad que me presten su fuerza, que me llenen de su luz, que detengan mi oscuridad, que detengan mi fin. Pido  que me acompañen en este viaje, en esta prueba, espíritus les pido escuchen mi llamado y alguno me reciba.- así la semielfa entre sollozos musitó esas palabras, cargadas de dolor y desesperación.

¿Alguien atendería su llamado?

Hans Christian Andersen, uno de los 3 grandes autores en toda la historia, un hombre que desde pequeño experimento la pobreza, muerte, dolor y burlas siendo el "Patito feo" del lugar.

Una vida solitaria sin la compañía de una mujer, el rechazo de quien el se fijaba, para asi terminar muriendo debido al cancer de hígado que tenia con la carta en sus manos de una mujer que lo rechazo su amor.

Fue llevado al trono de los heroes como un espíritu heroico de clase caster, el cual estaba listo para ser invocado como servant en la guerra por el santo grial.

Un mundo muy distinto al que conocía le esperaba, un mago le habla incocado creando un resplandor en el suelo, y esa misma carta que sostuvo en sus manos al morir.

Un hombre... No, un niño de 10 o 13 años se manifesto, este tenia una cabellera corta de color azul junto a una bata blanca muy larga que las mangas apenas le sobraban, y unos detalles mas que con verlo podrías saber que no era tan simple como decía el mismo.

• No soy mas que un servant de tercera, Hans Christian Andersen Andersen clase caster, bueno master ponme a trabajar •

Aquel ritual que había hecho no sabía si funcionaría, jamás había intentado tal cosa, tenía los ojos cerrados mientras de repente una luz apareció, la misma me hizo abrir mis ojos.

No podía creer lo que observé un pequeño estaba frente a mi, era claro que no era un espíritu cualquiera, la energía que emanaba era más de la que sus humildes palabras experesaron.

Atónita lo observé unos instantes, atendiendo a su presentación, me había llamado máster, lo cierto era que no tenía idea clara de lo que eso implicaba, sólo sabía una cosa él debía ayudarme.

--Soy Emilia, es un gusto Hans, no sé muy bien como es que debe funcionar nuestra relación, pero te seré clara, busco que las personas no sean discriminadas bajo ninguna circunstancia, mi sueño es que todos podamos ser vistos como iguales.

Por eso trabajo  a favor de Legacy y así lo harás tú, servirás al bien junto conmigo...- mencioné con energía misma que se apagó al terminar de hablar.

--Sólo hay un detalle en una o dos semanas se irán muchos de mis recuerdos, una mujer de Merak me ha hechizado, y con ello yo me uniré a Merak nuestros enemigos, es tu deber ayudarme a volver  y proteger a todos de mi y esa gente. ¿Me has entendido?- musité con la voz entrecortada intentando aguantar el llanto.

— Emilia eh! —

exclame ante su llamado, tal vez le asustaría con una gruesa voz de hombre, me levante y di una pequeña reverencia ante ella, ahora tenia una nueva obligacion aquel caster, debía jurar tan rápidamente

— máster... Siempre y cuando este atado a ti como esclavo, todo lo que quieras haré posible.

Ahora entendía todo, este era un asunto fuerte, una buena historia se aproximaba, una nueva y buena creación, un buen cuento donde su máster seria la protagonista.

— He.. Entonces me espera un trabajo como un esclavo no?... Máster —

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La situación me tenía algo desconcertada, seguía algo maravillada con la aparición del joven de cabellos azules, me había dado la impresión que era un niño, pero su voz era la de un hombre, un adulto, su voz era gruesa y su hablar era formal, contrario a lo que había imaginado.

Escuché con atención sus cada una de sus palabras, pero que extraña expresión era oír que se llamo esclavo así mismo, era algo que no me esperaba, era una forma desagradable de ver a alguien, al igual al ser llamada Máster no podía entender, la clase de relación que habíamos iniciado, pero según el libro que leí a esas invocaciones se les denominaba Servant, y haciendo memoria estaban para servir a quien los invocó.

No me sentía cómoda con la sensación de la servidumbre, pero debía hacer que todo fuera agradable y cordial. --¿Esclavo has dicho? no me gusta como se oye eso prefiero llamarte Hans si me permites o en su defecto Servant, pero me sería más cómodo llamarte por tu nombre- dije con algo de vergüenza , jamás había tenido a nadie que esperará ordenes de mi, incluso Pack, tenía reglas para ayudarme u obedecer.

--Nuestro trabajo será ayudar a Legacy a mantenery alcanzar la paz, pelear con todo aquel que busqué hacer el mal. Y si acaso la magia de esa chica funciona, por favor ayúdame a recordar mis ideales de paz, es todo lo que te pido-.

— Dime como desees máster! Realmente no creo que halla una forma correcta de hablarnos mutuamente. Pero si tanto quieres te llamare Emilia si es de tu agrado máster, tan solo soy un simple servant —

Orgulloso y arrogante eran la peor forma de ser llamado, tan solo era amargado y humilde, ahora tenia una historia frente a el, y como un autor este debería hacerla suya y reescribirla, por lo que entre los 2 armaríamos un plan, asi que con una sonrisa confiada respondí invocando varias tan frente a mi, estas contenían todos los cuentos y obras necesarias .


— Bien mást.... Emilia! Creemos una nueva historia juntos —

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