Un 23 de nostalgia (Steven) (Evento navideño)

Se escuchaba un vals distante. Sí, todo las noches en este mes habría una cena en el casino de la Academia. Pero Jellal quería algo más privado, y por eso estaba sentado sobre uno de los tejados viendo el inmenso panorama que se extendía. Más allá estaba la urbe de Yokohama, y al lado opuesto, los montes y los bosques de la isla Rokkenjima. El viento estaba tibio y soplaba los cabellos azules de Jellal. Cerró los ojos y se puso a escuchar con atención los villancicos.

No entendía por qué celebraban la Navidad, ni por qué se daban regalos, pero realmente le gustaba esta época festiva. La gente ponía guirnaldas y árboles. Era época para acordarse del prójimo. Deberían tener algo así en Earthland. Había cosas parecidas, pero esto era algo inédito. Sacó de su mochila una caja de galletas y una lata de bebida: Canada Dry. Su favorita. Bebió un poco y dejó salir un "ah". Qué hermoso era presenciar esta clase de paisajes.

No obstante, siente que alguien se le acerca. Jellal, sin siquiera girar la mirada saca otra lata de bebida y se la entrega. — Con que pasado mañana es Navidad ¿Eh? — sonrió. Algo totalmente raro en él, pues siempre se le veía con una facción seria. Puso la caja de galletas entre medio y dejó que esta conversación se iniciara entre el hombre de la marca y él. Era tiempo de hacer nuevos amigos.

-haaa- dijo el joven de cabello azul – ese delicioso aroma a galletas de jengibre – dijo mientras tomaba su leche y galletas, era algo que adoraba desde niño muchos recuerdos se le vinieron a la mente- ya queda poco para navidad- dijo un poco bajoneado mirando hacia el cielo desde su ventana, era la primera navidad sin su familia y lejos de su hogar natal, - recuerdo cuando con mi padre salíamos en búsqueda del árbol para la casa- a pesar de sentir tanta nostalgia sobre su pasado el joven Steven seguía a delante aún faltaba mucho de su vida por descubrir.



De pronto la pequeña criatura que vivía junto a Steven despertó y se posó en su cabello pidiéndole algo de comer- ahora eres mi único amigo aquí- dijo en voz baja a pesar de llevar un buen tiempo en la academia no era capaz de llevarse bien con los demás quizás era por su forma de ser o lo raro de que se viste, aun no lo entendía.


Ya caía la noche en nuestra academia cuando el joven recordó una de sus tradiciones- bueno creo que es hora de subir al tejado- dijo sonriendo mientras tomaba una extraña caja que tenía en su habitación, al llegar a la tejado notó que alguien más estaba ahí- lo…- ni alcanzo a decir algo cuando el joven de cabello azul le ofreció una bebida- muchas gracias- dijo el joven Steven tomando la bebida- un gusto en conocerte- dijo el afirmando también a la pregunta – bueno es el 25 mañana es la víspera de navidad- abrió el refresco y le hecho un sorbo.

-disculpa cuál es tu nombre- pregunto al joven sentándose a su lado amistosamente.

— Soy Jellal ¿Y tú? — preguntó el serio peliazul mientras tenías sus orbes sobre las guirnaldas, los árboles y las estrellas de Belén que estaban por dondequiera que se les miraba. Hacía bastante frío la verdad. Menos mal que trajo bebidas y otros bocadillos para pasar la noche. Con respecto al contrario, no lo conocía, pero se veía un sujeto tranquilo y sin ninguna intención nociva. — ¿Qué tienes ahí? — preguntó, y pareció haberle visto una criatura revoloteandole por el hombro. O tal vez estaba muy cansado y no podía ver las cosas con claridad.

El joven de cabellos azules junto a mi tenía un nombre peculiar Jellal algo extraño para el joven Steven ya que este nombre de seguro era de algún país de oriente- El mío es Steven- dijo que joven Stone, sentándose junto a el mientras dejaba su caja junto a él y bebe su gaseosa.

-esto es simple mente- abrió la caja para poder enseñar aquellos- juegos pirotécnicos- en este día el siempre solía lanzar junto a su padre estas curiosas cosas ya que representaban no solo la llegada de la navidad sino también el cumple años de su madre.

-cada año junto a mi padre los lanzábamos ya que mi madre estaba de cumple años y este año como tradición lo are desde aquí- sonrió esperando a ver la respuesta del joven Jellal.

El peliazul sonrió ante las palabras del contrario. Había leído un poco de historia de la Tierra, y que algunas culturas utilizaban a los fuegos artificiales para espantar a los malos espíritus. Como se avecinaban fechas importantes para ellos, tenía cierta lógica que lo mejor era pasarlo sin contratiempos. Esto es, alejar todo lo que podría perjudicarnos y ciertamente que un espectáculo pirotécnico lo haría.

— Supongo que pides algo para Navidad, — preguntó el hombre de la marca mientras se llevaba una galleta a la boca. Era época para intercambiar regalos en conmemoración a los Reyes Magos y su dádiva al Niño Dios. Se preguntó qué clase de magias ellos hacían, pero si es que eran reyes, debían ser absolutamente poderosos. Acto seguido, el muchacho se rascó la patilla y observó como los multicolores estallidos se da an lugar en el oscuro cielo de la Academia Legacy. Algo que quedó grabado en su retina.

— Yo solo quiero estar con mis seres queridos, y... supongo que no es mucho — suspiró. De verdad esta clase de cosas lo ponían nostálgico. Es increíble que para estas fechas uno se acuerde de los más allegados. Momento para compartir. Momento para nunca olvidar. — De todos me alegra estar en la Academia. Mañana cenamos todos juntos, — sonrió, pues de lo simple uno es feliz. De nada más.

-en realidad no pido nada- respondí claramente con un tono de voz muy normal- el pedir cosas no es lo mejor porque siempre llevan a decepción uno tiene que quedarse con lo que llegue- miro hacia el cielo estrellado- uno no puede andar por la vida deseando cosas hay que hacerlo – le dijo al muchacho llamado Jellal, esperando a ver qué era lo que aquel chico respondía.

-están con tus seres querido, no suena mal quizás todos quieren eso pero cuando no están es mejor pasarlo con quienes te rodean- dijo mientras acariciaba a su mascota- sabes mis padres adoptivo murieron hace años y mis padres nunca los conocí quizás saber quiénes eran me ayudaría a saber más de mí, por eso es que vine a esta academia para saber de mi pasado- se paró tomando la caja y pidiendo- quieres ayudarme a encender esto- tomo unos cuantos fuegos artificiales para encender.

-hagamos que esta noche sea especial para todos- sonrió prendiendo el primero que en cosa de segundo salió volando hacia el cielo dejando un espectáculo increíble durante esta gran noche.

Spoiler:

La filosofía de Steven quizá era algo oscura, pero también tenía algo de razón. Todo tenía que ver con la realidad versus expectativas, y como nos duele no cumplir nuestros sueños, por ende, lo más apropiado sería no pedir nada, ni tener sueños. No obstante, eso era muy difícil, y también lo era para Jellal, incluso él que pedía cosas simples como tener una novia o ir a un lugar sin que lo llamen de un lado para buscar a un ladrón. Solo quería ser feliz sin importar lo que éste hiciera.

Aceptó la caja con los fuegos artificiales, hizo arder su dedo con magia de fuego y tocaba las hilachas para hacer despegar los cohetes. Esto definitivamente lo relajaba. Ver todos esos coores en el cielo nocturno le traían algo de paz en un mar de caos. Le hacía olvidarse de tods las angustias del día a día. Simplemente se olvidó de todo y escuchó al albino con detenimiento.

Debía ser duro para él. Las cosas que ha vivido forjaron con peso su forma de pensar, y también el hecho de que sus padres se hayan esfumado y a tan temprana edad. — Hagamos que esta noche lo sea, — remedó, y veía cómo esos magníficos colores explotaban en ese lienzo grande y negro. Se dio cuenta que un par de alumnos que estaban en el suelo también veían las luces. Pasaron varios minutos. — Oye, si quieres te puedo ayudar con tu investigación, — se ofreció Jellal ante las múltiples interrogantes que el contrario podría tener con respecto a su historia. Era muy empático el peliazul porque incluso él tenía dudas sobre sí mismo y quién era realmente. A veces la identidad personal se vuelve difusa como una neblina. Extendió otra caja de galletas y una lata de bebida. Ahora es momento de apreciar el espectáculo.