Tres desconocidos. Un lugar.

Después de un rato, habían decidido salir a caminar un rato. Sin propósito alguno. Aún sabiendo que no necesitaba usar su armadura todo el tiempo, lo hacía. Tenía equipada su túnica blanca, botas plateadas y los guanteletes característicos de su facción de hechicera; todo a excepción del casco que yacía en su ordenada habitación.

–¿Y? –Preguntó Mikaela, dando un leve suspiro mientras caminaban por el patio. –¿Qué te parece éste lugar?

–Me costará acostumbrarme, aunque admito que me gustará aprender más acerca de los seres que aquí habitan. ¡Será entretenido! –Respondió el Espectro con alegría.

El pequeñín revoloteaba alrededor de la Guardiana, mientras que observaba su entorno con curiosidad.

–Leí en los archivos que entrarían nuevos. –Habló el Espectro. –En sus perfiles se leen interesantes.

–¡Oliver, no puedes hacer eso! Aquí no es como en casa, ¡No puedes meterte a los archivos personales! –La joven se giró hacia él, regalándole.

–Bueno, ¿Acaso prefieres que lo haga personalmente? –Respondió el Espectro. –Puedo preguntarles, pero me es más sencillo investigarlo en silencio.

–Vaya, eres un poco quisquilloso, ¿no lo crees? –Preguntó con una sonrisa.

–¿Quisquilloso? ¿yo? Por supuesto que no. –Habló nuevamente el Espectro. –Simplemente quiero asegurarme que este sitio no es una amenaza...para nosotros. –

El pequeño bajó las 'antenas' que poseía, mientras parecía mirar el suelo impaciente. Estaba inconforme con el sitio y triste por no poder ayudar en la ZME.

–Vamos, seguro que te acostumbras...pronto.

Mientras caminaban, se dirigían hacia las puertas exteriores del lugar.

OFF: Valeria, postea aquí.
(Borraré mi comentario luego)