Un encuentro bajo la luna roja (Remilia)

El frío viento recorría los cabellos azules del mago. Se oía una sirena de policía recorrer las calles de los barrios bajos. Japón lentamente se empezó a convertir lentamente en un nido de mafias, pero con ayuda de los objetos mágicos de Legacy, la corrupción se combatía. Cerca de una calle cercana a los centros financieros, se había cometido un delito de sangre. Evidentemente, Jellal saldría a investigar qué era lo que ocurría en este lugar de penumbras.

La luna era grande y roja. Parecía apoderarse de todo el firmamento. Una noche aparentemente tranquila. Sin embargo, el mago sabía que tras esta aparente paz se hallaban soterrados misterios difíciles de resolver. El peliazul solo suspiró desde la altura. Se encontraba en el edificio más alto del sector, analizando con su ojo vigilante el lugar. Siempre estaba en busca de un malhechor o de un siniestro a punto de ocurrir.

— Parece que nadie... — murmuró con el viento que de nuevo soplaba sus cabellos. Se bajó de la antena y caminó rumbo a la puerta que conectaba a la azotea con el piso inferior. Yokohama era una ciudad extensa e imposible de vigilar para una sola persona como él. No obstante, a veces la vida tan caprichosa como siempre, hace cruzar los destinos de los seres más inesperados que hay. Algo enigmático, algo que estaba fuera de lugar impidió a que él diera otro paso más.

Una presencia extraña. La percibía tan bien. Sí, era como si el aire se hubiera condensado. El mago se giró para ver quién era, y se llevaría una sorpresa de otro mundo.

Como siempre tan ansiosa esperando cerca de la ventana, viendo la luz correr en el suelo hasta desaparecer eventualmente, teniendo cuidado de que la luz del sol no fuese capaz de tocarme; el atardecer no era capaz de asesinarme, pero resulta bastante doloroso de cualquier forma, no me gusta. Sin embargo, hoy era una noche diferente a las de todas las demás, habría una luna de sangre después de tanto tiempo, realmente amaba esos fenómenos al punto en que uno de mis apodos se basa en el, así que no podía perderme de una noche así por nadad del mundo.
Una vez el sol abandonó a la población salí del lugar, la noche era bella, las constelaciones estaban ahí y regalaban una bonita imagen en el firmamento, pero todas ellas se veian tremendamente opacadas, no eran nada más que sirvientas alrededor de la princesa escarlata, la luna de sangre se veía tan hermosa como la recordaba. Y bueno, una hermosa noche, luna de sangre y un vampiro recién salido de su cautiverio, ¿Qué era lo que cabría esperar? Obviamente el comenzar a comer.
Había una persona andando por ahí, aparentemente normal pues cayó en mi trampa, le pedí que se acercara a un lugar donde no podrían ver el ataque y entonces le induje el sueño con un poco de telepatía, y entonces, le clavé un cuchillo, no era una herida fatal, eso de asesinar daña bastante la reputación, un corte en el brazo sería suficiente para obtener sangre, después de todo, jamás secaba a mis victimas. Tomé un trago a su sangre, pero no desee mas, su sangre realmente tenía un sabor desagradable, por lo que tocaba buscar más víctimas.
Decidí retirarme del lugar, ahora tocaba volar por los tejados para ubicar mejor a la gente, aunque en este caso vi algo especial, había alguien ahí. Justo ahora llevaba uno de mis vestidos normales, solo que tenía manchas de sangre en el pecho, tenía la mala costumbre de mancharme un poco cuando bebía sangre, así que el fingir ser inocente o inofensiva no serviría esta vez. Lo mejor podría ser evitar problemas o beber de el, así que debería acercarme por la espalda… O por lo menos era el plan, supongo que no es alguien peculiar, acaba de voltear, ahora mismo nos encontramos frente a frente. Limpié un poco la sangre de mi cara mientras lo veía con curiosidad, difiriendo del comportamiento ostentoso de siempre.

-Hola, mi nombre es Remilia Scarlet, ¿El tuyo?-

Comencé la plática, si había una forma de evitarme problemas era a través del dialogo.