La eternamente joven luna escarlata bajo el velo de la negra noche

Entre tejado y tejado, envuelta en el oscuro velo que la noche ofrece, me encontraba volando en el lugar, no había motivo alguno, no necesitaba llegar a ningún lugar ni nada, es solo que la noche es el momento perfecto para que un vampiro salga, y bueno, a veces cuando estas confinada por los barrotes dorados que representan la luz del sol solo deseas aprovechar un rato tu libertad. Volar por la noche era precisamente eso, disfrutar del ser libre mientras no hay limitaciones, sin tener que preocuparse por nada.

-¿Salir a cazar humanos sería buena idea hoy? Aunque de cualquier forma, tampoco tengo mucha hambre…-

Divagaba para mí misma, tratando de decidir si tan solo quería volar hasta el amanecer o preferiría ir a comer, aunque realmente daba igual, lo importante era disfrutar la noche hasta sus últimos minutos. Eventualmente me detuve, suspiré y comencé a hablar para mí misma, denotando en el tono de voz que estaba enojada.

-Aunque de nada sirve si realmente no tengo nada que hacer...-

Si algo me fastidiaba era el aburrimiento, y cada vez era más y más propensa a ello, era realmente detestable, habiendo vivido tanto las cosas por hacer se van lentamente, lo que antes era extremadamente divertido dejaba de serlo lenta pero progresivamente hasta que eventualmente se convierten en nada más que acciones tediosas. Necesitaba algo nuevo.

-Maldición, estoy tan aburrida que justo ahora podría buscar un humano para matarlo, hacerlo un eternamente sumiso vampiro y usarlo como mi juguete hasta que se rompa, pero incluso eso se comienza a hacer aburrido con el tiempo… Vivir tanto es tan aburrido… Creo que podría hacer cualquier cosa que resulte al menos un poco interesante… No importa lo ridícula que pueda ser-

Pensé para mí misma, pues realmente en este estado hay pocas cosas a las que me podría rechazar, todo sea para librarme de esta molestia, incluso participaría en tontos juegos infantiles si no fueran tan fáciles, o incluso sería una fuerte defensora de la justicia si es que ello no me trajera más responsabilidad que diversión. De nuevo, las opciones se acabaron mucho antes que la noche.

Y entonces pareció que mis plegarias fueron escuchadas, la noche me estaba dando en bandeja de plata un posible juguete nuevo, no pude evitar regalar una sonrisa al ver que esta noche puede ser bastante interesante. Lastimosamente el “juguete nuevo” no era humano, probablemente no podría matarlo para esclavizarlo, pero si conseguía jugar con él un rato sería de lo más divertido. ¿Qué debería hacer con él? Amaría pelear contra el para probar fuerzas y ya, pero en pocos casos las peleas pueden terminar en amistades. Entonces podría hacer la segunda mejor idea que tengo, jugar con él.

Di media vuelta, regalando una sonrisa carismática mientras lo hacía, mostrándome como una persona siempre segura, poderosa y misteriosa. Mientras lo hacía busqué usar mi telepatía para transmitir una sensación de satisfacción, un poco de emoción y tan solo una pizca de inseguridad, así como mucha curiosidad hacia mí, el objetivo final era hacer que esta persona sintiera todo eso por mí, después de todo, así me sería mucho más fácil el conseguir su subordinación.

-¿Qué soy…?-

Pregunté mostrando cierta sorpresa fingida, como si no pudiera creer que alguien no supiera de mí. Extendí mis alas para tratar de imponer un poco más, al mismo tiempo en que activaba mi magia escarlata, dibujando en el suelo a mis pies un circulo mágico rojo con múltiples símbolos entre el, de leve brillo, con la luz viniendo desde debajo de mí sería posible que se me notara aun más imponente si cabe. Frente a mi mano derecha comenzó a formarse una franja rojiza que tomaba lenta pero progresivamente mas tamaño, hasta que, con la palabra fina de mi siguiente frase, tomó la forma de una imponente lanza. Por el poder usado mi ropa, así como cabello comenzaron a moverse ligeramente.

-La gente solía llamarme Demonio escarlata, pero no te preocupes, no soy algo tan vulgar como un demonio... Tambien me han llamado Reina de la noche o La eternamente joven luna escarlata… Una temporada comenzaron a llamarme vampiresa de la pesada niebla por una travesura que hice. Mi nombre es Remilia Scarlet, la poderosa vampiresa capaz de controlar la realidad, descendiente directa del Conde Vlad ‘Dracula’ Tepes.-

Terminé de exponer, mintiendo parcialmente sobre mi habilidad principal, para entonces desaparecer la poderosa lanza que recién se había formado en mi mano derecha, así como quitar el circulo. Bajé las alas y me acerqué lentamente a la persona que preguntó por mi. Usando mi telepatía busqué leer su mente, para ver si las sensaciones que aun ahora estaba transmitiendo habían servido, para saber que pensaba y sentía, así sabría cómo actuar después.

-Pero tú podrías llamarme tan solo Remilia si te lo ganas… Aunque preferiría que me digas “My mistress”, o si lo prefieres, Ouji-sama.-

Ambas palabras significaban ‘Señoríta’ o ‘señora’, en un contexto de amo-subordinado, es así como estaba acostumbrada el ama del lugar a ser llamada por los sirvientes. Con ello daba a entender que estaba ofreciendo a aquella persona que recién conocía el que trabajara para mí, que fuera mi nuevo sirviente, que peleara incondicionalmente a mi lado, que fuera eternamente manso y eternamente leal. Una vez estuve a no mas de 30 centímetros de el, extendí mi delgada mano derecha, la ofrecía para que la tomara amablemente, la besara o que se yo, usara algún ademan para aceptar, o en caso contrario, tener una mano lista para reaccionar en caso de que ataque de forma hostil; la gente podría ser impredecible.

-Entonces, ¿Que me dices?-

¿Realmente se negó? Impresionante, pocas personas consiguen hacer ello… Me sorprendió un poco el que mi manipulación no haya servido del todo, este sujeto parece más interesante de lo normal. Dejé que besara mi mano, después de todo, era muy común al momento de haber interacción entre las altas clases, como la señorita del lugar, estaba acostumbrada, aunque a lo que no estaba acostumbrado es a que el ambiente cambie cuando la gente hace eso ¿Qué se supone que es esto? ¿Ilusión? ¿Veneno? ¿Alucinaciones? ¿Cambió todo el lugar tan fácilmente? ¿Nos llevó a un lugar diferente? No tengo forma de saberlo con la poca información de aquí, aunque toda la información que necesitaba está justo en su cabeza, y bueno, la telepatía suele ser especialmente útil aquí.

Por costumbre cuando cambió el lugar no reaccioné sorprendida ni nada, de hecho le regalé una sonrisa más, como si le estuviera diciendo que ya sabía que intentaría hacer eso. Mientras el comenzaba a hablar yo usé mi telepatía para obtener información sobre este lugar, pero no deteniéndome ahí, busqué leer su mente, quería tener todos los datos necesarios a fin de dominar la situación aun en esta aparente desventaja, después de todo, tenía esa mala costumbre.

Yo aparentaba tan solo escuchar lo que tenía que decir aquel sujeto, no daba indicio alguno de que estuviera usando mi habilidad o algo parecido, de hecho, ni siquiera le había dicho mi habilidad realmente, el de mi solo sabe que soy una vampiresa, que puedo usar magia a color rojo escarlata y que me presenté presumiendo ser capaz de controlar la realidad. Aprovechando toda la situación tomé mi turno de hablar poco después de que el suyo concluyera.

-Es un lindo lugar este, aunque su nombre no me gusta del todo… Brecha es un nombre más lindo para dar a entender más o menos lo mismo.-

Dejé espacio de un par de segundos, pero sin permitir a mi interlocutor hablar, retomé mi ostentoso dialogo.

-Por lo que entiendo, no buscas hacerme daño, después de todo, ninguno ha abierto ofensiva. Según veo de ti, tienes miedo, ¿Es porque no sabes que puedo hacer? ¿O temes que si decido beber tu sangre no puedas detenerme? No preocupes, no pienso tomar tu sangre…-

Me acerqué rápidamente, de hecho, a una velocidad realmente impresionante, de haber parpadeado en ese momento solo podría haber notado que de un momento a otro estoy a escasos 10 centímetros entre el y yo, mientras yo seguía hablando, así como manteniendo una levitación leve para estar cara a cara, el pudo sentir mi aliento en sus labios, acompañado del olor dulce del pastel de fresa que acababa de comer antes de salir.

-O quizá sí, pero igual tu vida no corre peligro.-

En ese momento volví a dar media vuelta y avanzar un poco, lo suficiente para respetar la distancia inicial. Aun dándole la espalda, seguí exponiendo.

-Normalmente no tengo mucha hambre… Si decidiera beber de ti, seguramente bebería un poco y te dejaría ir, podrías retirarte caminando.-

Dejé de hablar, pero aquí comenzaba mi juego, a base de mi telepatía transferí a él la información que su cerebro recibiría si yo le hablara desde atrás suyo, de forma en que creyera que también le hablo por esa dirección.

-Pero por favor, no me tengas miedo, acabo de llegar aquí y eres la primer persona que no sale corriendo, no quiero hacerte daño.-

Voltee aparentando ser una niña inocente que por capricho del destino fue ferozmente atacada por un vampiro, y por obra de la casualidad, sobrevivido, apelando a su lado más piadoso, buscando evocar ternura en el, después de todo, normalmente la gente es amable con las niñitas, y gracias a mi raza, soy eternamente hermosa como una, a menos que se trate de una persona realmente desconfiada o incluso cruel esto debía funcionar.

-Tan solo quiero alguien en quien confiar en este lugar tan caótico…-

Desconfiado seguramente lo es, pero cruel no, habría intentado matarme desde hace ya bastante tiempo mientras iba tras de mí. Seguramente no logré convencerle, pero solo en caso de que lo haya logrado, habría conseguido tenerlo en mis manos con gran facilidad, un aliado más. Realmente no mentía tanto como parece en primer momento, sí quería alguien en quien confiar, pero no era la niña asustada y afligida por la soledad que aparentaba ser; de cierta forma, de nuevo le ofrecí trabajar para mí, pero ahora planteado de forma completamente diferente; y mientras montaba todo este show, también podría conocer la naturaleza de este lugar y el cómo reaccionar después.

Maldita sea, sé que no está seguro, pero ha descubierto mi talento, ahora sospecha fuertemente que puedo leer su mente realmente, aunque él sigue realmente asustado, quizá si le miento y digo algo carismático realmente pueda desviar el tema, pero lo mejor era combinar el miedo que me siente ahora con la debilidad mental que estoy demostrando. En un tono mas inseguro, y como si le hubiera golpeado por accidente, comencé a hablar, mintiendo hábilmente como si de una apasionante danza se tratara, combinando de forma excepcional ambas mentiras.

-¿Tu mente…? ¡Demonios, perdón! Para demostrarte que realmente solo quiero un poco de compañía te contaré sobre esto… Existen varios tipos de realidades: La realidad vivida, la realidad ideal, realidad virtual, y varias otras más, entre ella, la cognoscitiva. Muchas realidades aun escapan de mi comprensión, no puedo controlar o siquiera interactuar con realidades pasadas ni futuras, pero una realidad que pude controlar desde que era humana antes de caer presa de un vampiro es la realidad cognoscitiva, aunque no puedo hacerlo de manera consciente... A veces solo tomo información o la envió por error de esa forma en vez de actuar normalmente… Realmente lo siento, no noté que estaba usando mi habilidad, es solo que tengo miedo de asustarte y me abandones aquí…-

Acabada esa última frase y obviamente sin haber apagado mi habilidad bajé la cabeza, como si me sintiera mal por lo que acababa de hacer, como si me acabaran de regañar o como si estuviera esperando un castigo por eso, pues quería dar a entender que no estimaba como correcto lo que acababa de hacer. Al mismo tiempo pude encontrar entre su cabeza el concepto del “Éxtasis”, y ahora, se que puede controlar el tiempo… Realmente me alegra el saber enfrentar gente con este tipo de habilidades.

-Te prometo que tendré mucho cuidado con mi habilidad, incluso te prometo que te cuidaré de lo que sea y nunca te abandonaré, estaré para ti cuando lo necesites, pero a cambio quiero lo mismo de tu parte…-

Mientras hablaba seguramente fue posible ver caer un par de gotas al suelo, pues con el tiempo he aprendido a fingir una gran cantidad de emociones, la tristeza no era diferente, acababa de dejar caer un par de lágrimas, y como puedo mostrar una puedo mostrar la otra con gran facilidad, subí la mirada sonriendo, aprovechando las lagrimas para que mis ojos parecieran brillar un poco como si se llenaran de esperanza y aspiraciones.

-¡Juntos podríamos hacer cosas grandiosas! ¡Salvar al mundo o someterlo completamente a nuestros pies!¡Incluso podríamos pasar la vida tranquilos en un lugar amigable y pacifico, ¿No lo ves? ¡Con mi magia escarlata y tu éxtasis seremos completamente imparables! ¿No te gustaría estar para mí?-

Dije finalmente, aunque me di cuenta muy tarde que acababa de cometer un error mas, dije algo que se supone no debía saber, con eso acabé por destrozar la poca confianza que probablemente conseguí cultivar, realmente espero que no me ataque, su poder parece muy interesante, sería una lástima el no poder tenerlo para mí.

¿N-no funcionó? Incluso se puso a pensar en otra cosa… Quizá este sujeto es peculiar a las demás personas… Creo que será imposible engañarlo así… Bien, desmontemos la farsa.
-Bien, te seré honesta, soy un vampiro, puedo controlar de cierta forma la mente de las personas. Mi habiliadd principal es mi poderosa magia escarlata, aunque solo sirve para hacer daño, no es como tus ataques.-
Cuando terminé de hablar un círculo rojo se dibujó ante mis pies, se trataba de un círculo complejo cubierto con numerosos símbolos, un círculo mágico en toda regla. Extendí mis manos frente a mi pecho, y así, mis palmas empezaron a brillar levemente en rojo, para poco después permitir una línea roja pasar entre ellas, línea que acabaría por formar una rígida vara, y desde ella, una lanza; era posible sentir el poder de tal arma, su capacidad destructiva era deducible con tan solo verla, después de todo, “Divine spear: gungir” había sido invocada por la vampiresa escarlata.
-¿Te gusta? Esto es, en resumen, lo que Remilia Scarlet usa contra sus oponentes. Respondí tu pregunta, es mi turno, ¿Qué tipo de información buscas de mí?-
Pronuncié, los juegos habían acabado, e incluso existía la posibilidad de que entráramos en combate muy pronto. Todo esto apuntaba realmente mal.

(User: Perdón! Realmente perdona ;-; Se me juntaron las cosas y para cuando resolví todo me olvidé del rol :c )