Se escucha un llanto (Gudako)

El ritual del peliazul de estudiar  hasta tarde en la biblioteca era algo muy cotidiano. Sin embargo, y por aburrido, esta vez no decidió leer sus libros de magia. Se quedó pegado en el computador a ver sobre las distintas culturas del mundo, sus costumbres, sus platillos y otros datos interesantes. A Jellal le fascinaban esta clase de cosas, pues él no era del planeta Tierra. Venía de un mundo llamado Earthland, en el cual la tecnología no era muy avanzada, pero la magia se comercializaba y se refinaba. A partir de ella se puede tener productos similares a los de acá.

Como sea, ya había dejado de leer. Así que lo mejor sería que antes de las 10 de la noche, fuera a la habitación de Gudako y le devolviera el manga que a ella le gustaba. Salió de la biblioteca y se echó a andar por los grandes pasillos de la Academia. Era un edificio gigantesco. Pensar que los defensores de la Tierra dormían acá, a Jellal le parecía emocionante, y por sobre todo un honor. Estaban los pasillos oscuros salvo por algunas luces en las escaleras.

La mayoría debía estar durmiendo, pues casi todos entrenan muy duro.

Toc, toc, toc. Jellal golpeó la puerta, y pudo escuchar un pequeño llanto que salía de la habitación de su amiga Gudako. Qué raro. A ella siempre se le veía tan alegre. — Gudako ¿Estás bien? — preguntó con una gran preocupación en su pecho. No tenía idea de lo ue estaba pasando, por lo tanto, tocó otra vez.

Solitaria en su habitacion se encontraba la pelirroja, asi recostada en la cama a ratos y en otros mirando hacia la distancia desde su ventana recordando, pensando, meditando, entre suspiros y sollozos sus mejillas se encontraban humedas, de sus ojos brotaban cálidas gotas mojando a su paso aquel rostro que siempre estaba lleno de luz y alegría, opacandolo de tristeza y dolor. A lo que de apoco la habitación de ésta se llenaba de pequeños pañuelos mojados por esas calidas gotas y la cesta comenzaba a reventar de cajas vacias que antes contenían esos pañuelos. De pronto, escuchó unos golpeteos al pie de su puerta, provenientes de afuera en los pasillos, la chica algo asustada y nerviosa trató de calmarse de secar una última vez sus ojos y asi poder recibir a la persona que llamaba a la puerta. Sus ojos sin embargo estaban algo hinchados, y su rostro aún seguiría apagado, las lagrimas la habían desgastado un poco, pero como pudo levanto su semblante y asi pues accedio a asomarse y dio paso a la persona llamando.

—¡Adelante!..... ¡oh Amigo Jellal, bienvenido pasa por favor! ......¿Que te trae por este pasillo tan largo a visitarme, cuando tú tienes ocupaciones mas importantes y soy yo quien deberia ir a visitarte? En seguida me cambio, para salir un rato.... ¡Toma asiento y cuentame que te trajo hasta acá! Quisiera salir creo que el clima afuera debe estar estupendo aun a estas horas.sabes tengo ganas de un batido o de una hamburguesa he escuchado que en esta academia incluso hay comidas raras pero exquisitas asi que vamos amigo dame un par de minutos y en cuanto este lista partimos y me dices lo que tienes ¿de acuerdo? Además quiero sentir el viento, contemplar la luna y las estrellas antes de dormir...ver si puedo pronto invocar algún servant nuevo, aprender mas trucos que todo mago debe saber, ya sabes.....cosas de ese tipo y asi ¡hehe! A solo que, no quieras salir de aqui.......—

Jellal era mucho más alto que su contraria, y eso se notó cuando la rodeó con su brazo. El rostro de Gudako era fino y bello, más sus ojos estaban irritados. Esta era una clara señal del sollozo. Sus lágrimas eran como sendos riachuelos que emergían de sus ojos color café. — ¿Quieres hamburguesas? Yo invito... — mencionó el peliazul. De inmediato, arregló el cuello de las prendas de la contraria, y se puso en marcha bajando las majestuosas escaleras de la Academia.

No tenían que ir muy lejos para comer las hamburguesas, pues había mucha comida en la cafetería de la misma academia. Es en donde los estudiantes normalmente desayunaban o almorzaban. Bajando por las escaleras llegaron a las puertas traseras y las cruzaron. Un sendero de piedra caliza se extendía desde donde estaban hasta la cafetería. Dicho camino cruzaba por un un inmenso campo de césped. Era básicamente un parque con sus respectivas luminarias y también algunas bancas que estaban por doquier.

El viento soplaba tibio y un aroma marino se hizo presente. La playa no estaba muy lejos de acá. Algunas noches, Jellal solía sentarse y escuchar el rugido del mar. Era algo que calmaba su dolor.

— Llegamos... — el peliazul entró a la cafetería y se sentó por allí. De inmediato, apareció un hombre con cabeza de cabra y los vio atentamente. — Cuatro hamburguesas, dos vasos de jugo... ¿Quieres gaseosa o jugo? — el enigmático hombre con cabeza de cabra era solo un empleado de la gran Academia Legacy. Ellos normalmente limpiaban el castillo, defendían a los alumnos y también hacían diversas labores.

Dado que aquel peliazul era mas alto que ésta, la chica sonrio conforme le abrazó y asi mientras caminaban por los pasillos de la academia para poder llegar hasta la cafetería, la chica veia el panorama de la academia, esta sentia que era mas feliz dentro de un lugar donde magos y criaturas albergaban y la hacian sentir en una especie de hogar/refugio contra aquello que quisiera dañarle. No obstante lo que ella sentia hace unos momentos aun le afectaba sus pensamientos asi que respiro un poco sintiendo la brisa del arie no solo tocando su rostro sino entrando en su interior y asi en exalaciones profundas sacar aquello que la marchitaba.

—si Jellal, que sean dos hamburguesas!, dobles si es posible!!.... oh y una soda grande mas una barra de chocolate y unos manies!!...— exclamo la joven a su amigo. —sabes Jellal, algunas cosas van cambiando pero porque los cambios nos ponen tristes o enojados algunos son felices lo que está mas que perfecto pero, ¿ porque suelen darse casos asi? A veces creo que estar solos es mejor, pero otras veces no y no me hagas mucho caso... solo quisiera comprender porque a traves del tiempo el hunamo es así. Oye por cierto me encantaria comer un asado contigo o simplemente ir ala playa traer mas amigos y asi jugar un rato en la arena!, oh se que no a todos les gustara por el clima pero bueno es un rato de convivencia academica y nos despejamos de las labores diarias jajaja—. Dijo la pelirroja mientras disfruta de su hamburguesa u de la soda en compañía de su amigo, asi como compartia la mitad de la barra de su chocolate y los manies.