Peligro en los barrios bajos (Kai y Jyugo)

En esa noche (11:00 a.m) tetrica cuyas estrellas habían sido cubiertas por aquellas nubes grisaceas, inmensamente infinitas a la vista, aunque a veces aborregadas, dejando a los rayos de la luna tocar el suelo con tal fiereza que no fuese posible notarlo con facilidad en un cielo despejado, sumido en la inmensa oscuridad de la noche, estrellado en una infinidad de estrellas cuya luz no es más la visión de la juventud de las mismas; se encontraba mi persona, divagando entre las partes más profundas de las sombras que se hallaban a nuestro alrededor. Around me, while I followed that blue-haired guy.

Este era el chico de cabellos azules...

Se me había encargado el trabajo de acompañar a esté sujeto, Jellal Fernandes, otro miembro de la Academia Legacy; cuya experiencía estaba sobre la mia, supongo que la razón de existir de nuestro equipo, más que para la cooperación y complementación de nuestras habilidades, estaba basada en darmé un buen recorrido en lo que si, o no, debía de hacer un miembro de la academia (en pocas palabras, they gave me a tutor).

No tenía problemas con aquella idea, como tal era emocionante, pero había algo en aquel sujeto que me constreñía a no confiar en él... Supongo que, simplemente desarrollé cierta clase de resentimiento contra él.

Aquel resentimiento era bastante injustificado, dado a que habíamos apenas cruzado algunas palabras, en las que se decidierón que yo estaría escondido, mientras lo seguía,  y él vagaba libre como Alicía, en el país de las maravillas hacía las zonas pobres, y peligrosas, de la ciudad (aunque no estaba yo acostumbrado, a esto, supongo que era la mejor idea; y sólo estoy era un quejica).

Como sea, mientras seguiamos vagando más y más por aquellos lugares llego un momento en el que escuche el susurro, un tanto lejano, de mi compañero (Jellal)... ¿No hay nadie? Supongo que era una señal para dejar la tapaderá, y acercarme a él; y de tal manera lo hice... En ese mismo momento, me detuve ante aquella visión, la aparición de una tercera persona totalmente desconocida y potencialmente peligrosa, ¿de quién se trataba?...

Sin pensarlo dos veces, me mostré saliendo de la esquina que utilizaba como tapadera de mi presencía y desenfunde mi katana apuntando hacía el sujeto, encima de Jellal.

— ¡Eh! Tsk... — Vociferé en una extraño sucesión de sonidos, mientras analizaba la escena sin quitar la vista sobre el sujetó, concentrandome en mis sentidos y visión periferica si llegaba el caso... No había mucho de que hablar, sería ayudar el enemigo, y estaba un poco aterrado...

Truenos se escucharon a la distancía...